Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia.

2. Dios te salve,
Reina y Madre de
Misericordia.
Vida, dulzura y
esperanza nuestra.

3. Dios te salve.

4. A ti clamamos
los desterrados
hijos de Eva.
A ti suspiramos,
gimiendo y llorando
en este
valle de lágrimas.

5. Ea, pues, Señora,
abogada nuestra:
vuelve a nosotros
esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este
destierro

6. muéstranos a
Jesús,
fruto bendito
de tu vientre.

7. ¡Oh clemente,
oh piadosa,
oh dulce
siempre
Virgen María!

8. Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,

9. para que seamos dignos
de alcanzar
las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo.

10. AMÉN.
Padre Eugenio García Siller, OSB