1. LA MAROMA
El punto de partida de esta ruta está en el área recreativa del
Alcázar (COORDENADAS 36.918352, -4.089377). Este enclave se encuentra en el
término municipal de Alcaucín, al que se llega, a su vez, a través de la A-366.
Antes de entrar en dicho pueblo hay que tomar el desvío del Alcázar, que
transcurre por un carril de tierra en sus últimos metros. El punto de partida no
es el área recreativa que está junto al río Alzácar sino el que se encuentra
algunos metros más arriba. Se llega cómodamente en vehículo por un carril de
tierra. Una vez allí, se puede estacionar el vehículo y emprender la ruta. Los
paneles indicativos de inicio de la ruta están bien visibles.
1. La cima de La Maroma representa todo un reto para los que se quieren
iniciar en el montanismo. Y más si es en invierno o a finales de otoño,
cuando puede aparecer con la cumbre nevada. Para ascender hasta sus
2.066 metros de altitud sobre el nivel del mar existen varias rutas de
distinta dificultad. Una de las más sosegadas es la que parte del área
recreativa conocida como el Alcázar, situada en el término municipal de
Alcaucín.
2. Este camino es más corto en longitud, aunque resulta algo más
complicado que el que se realiza desde El Robledal Alto (Alhama de
Granada) debido especialmente a algunos desniveles muy pronunciados.
Pese a ello, los primeros kilómetros transcurren por un cómodo carril
forestal, que va rodeando Sierra Tejeda en dirección oeste para encarar
la subida al pico por su cara norte. Este rodeo, que se adentra en el
territorio de Granada, permite tener numerosas perspectivas
panorámicas, desde la Axarquía con el respaldo del azul del mar hasta las
tierras granadinas con su Sierra Nevada como telón de fondo.
3. El punto de arranque, el cortijo de El Alcázar, disfruta de excelentes vistas
tanto del Parque como de la comarca gracias a su altitud. A pocos metros
del área de acampada, se localiza un mirador desde donde se divisa
perfectamente el pantano de La Viñuela y su entorno, donde se aprecian
algunos núcleo como Puente Don Manuel o Periana, entre otros.
2. 4. Pero, según se va avanzando por la ruta se alternarán bosques de pinos
con roquedales calizos. Uno de los más singulares está situado ya en la
cara norte y es un verdadero laberinto pétreo que es necesario atravesar
para acceder a La Maroma. Este lugar con nieve llega a ser una estampa
sublime de esta sierra compartida entre Málaga y Granada. Otro
espectáculo para la vista es la geología, ya que se recorren enclaves tan
singulares como el cerro Torreones, la cuesta de las Víboras o las
conocidas como Allanadas, entre otros enclaves de gran belleza.
5. Igualmente, una nevada reciente puede perjudicar notablemente el
ascenso. En todo caso, es necesario llevar ropa y calzado adecuados. De
lo contrario, un buen día de campo se puede convertir en una auténtica
pesadilla. Igualmente hay que estar muy alerta con las previsiones
meteorológicas. Se debe tener en cuenta que a esas alturas cualquier
nube puede descargar con facilidad o bien quitar la visibilidad del
sendero. Por eso, sólo se recomienda subir en los días claros, sin riesgos
de precipitaciones.
6. Con todas las precauciones necesarias y sin perder nunca de vista los
hitos de piedras, se salva relativamente fácil hasta el punto geodésico de
La Maroma. En esos últimos metros, se suelen ver algunos rebaños de
cabra montés, que encuentran a esa altura un hábitat idóneo para su
supervivencia. 7. El retorno se realiza por la misma ruta de ida, aunque,
eso sí, se tardará mucho menos que en el ascenso. A la vuelta, el coqueto
establecimiento de restauración del Alcázar puede otorgar al
excursionista un buen sustento calórico con productos locales.