1.
13
de
marzo
de
2013
Su
Santidad,
Papa
Francisco
I,
Palacio
Apostólico
00120
Ciudad
del
Vaticano
Su
Santidad:
En
primer
lugar
quisiera
agradecerle
el
servicio
que
ha
aceptado
llevar
a
cabo
para
todos
los
católicos.
En
segundo
lugar
me
presentaré:
mi
nombre
es
Santiago
Vedrí,
soy
un
joven
católico
español.
El
motivo
de
esta
correspondencia
es
expresarle
una
cuestión
que
como
creyente
me
preocupa
muchísimo.
Nuestra
Iglesia
realiza
una
labor
importantísima
de
mantenimiento
de
obras
de
arte,
palacios
y
monumentales
templos.
Considero
realmente
que
es
algo
que
merece
la
pena
realizarse.
Sin
embargo,
creo
que
es
una
tarea
que
no
nos
corresponde
a
nosotros.
Si
nos
sobraran
recursos,
tanto
personales
como
económicos
sería
una
labor
que
por
el
bien
de
la
sociedad
podríamos
hacer,
pero
no
consigo
entender,
por
más
que
lo
intento,
cómo
somos
capaces
de
leer
el
Evangelio
y
mantener
una
sola
joya,
una
sola
obra
de
arte
o
el
más
mínimo
objeto
de
oro
dentro
de
una
iglesia
mientras
haya
un
país,
una
familia
o
un
niño
que
pasa
hambre,
sufre
una
guerra
o
no
puede
asistir
a
al
escuela
en
este
mundo.
En
mi
opinión
lo
que
debería
de
hacerse
es
vender
las
joyas,
las
telas
y
el
oro,
aunque
sean
regalos
que
personas
generosas
hicieron
con
el
fin
de
adornar
nuestras
figuras
religiosas.
No
imagino
a
Jesucristo
llevando
ninguna
de
estas
cosas
por
el
hecho
de
que
fueran
un
regalo.
A
mi
entender,
siguiendo
con
esta
dinámica
estamos
dando
más
importancia
a
estas
“cosas”
(son
sólo
eso,
aunque
sean
muy
bellas)
que
a
la
vida
de
una
persona.
Me
da
mucha
vergüenza
pensar
que
la
Piedad
de
Miguel
Ángel
(cito
esta
obra
de
arte
como
ejemplo
porque
es
la
que
más
me
gusta)
pertenece
a
nuestra
Iglesia,
mientras
hay
personas
que
no
pueden
comer
y
yo
me
atrevo
a
predicar
el
mensaje
de
Jesús
desde
la
Iglesia.
Ruego,
por
favor,
inicie
un
proceso
de
desprendimiento
de
todos
los
objetos
de
valor,
obras
de
arte
y
servicios
de
mantenimiento
de
la
cultura,
para
poder
dedicarnos
de
lleno
a
nuestra
tarea:
vivir
el
Evangelio,
amar
y
estar
al
lado
de
los
más
necesitados.