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Poesías
LA LAMPARA
Ahuyentando las sombras
desnudas con tu luz, mi vieja pena.
He pasado largas noches
bebiéndome tú selecto alimento,
las mejores lecturas.
En el verano, las mariposas nocturnas
daban rondas de ritos
sobre tu ardiente atmósfera.
Fue también en un oscuro invierno
que percibí de tus destellos
la desdicha de los ciegos
Que no receptaron tu esencia.-
Flor Rebelde
La flor del jardín del astronauta,
se quedó sola como una reina abandonada.
La flor del jardín del astronauta
desprecia las abejas cibernéticas,
el polen nuclear, las mariposas aceradas.
La primavera bélica.
La flor del jardín del astronauta
Se quedo sola… triste…
pensando en un jazmín del sur
más austral del planeta tierra,
que también está solo, abandonado,
entre una tribu de indios,
con binchas de acero inoxidable.-
MESA
Por tus vetas oscuras
Los ríos de años sedimentaron sueños.
El pesado velo de la grasa
la sangre, y la borra del vino derramado
Se agruparon rebeldes
en las abiertas heridas del cuchillo
por el rito diario de cortar el pan,
Virgen de los manteles.
Aprendí, asistiendo a tu madera,
Entre los mil oficios: a desflorar verdades.
A afirmar con un golpe de puño
Las ideas vencidas.-
“En el cáliz tan violento…”
Qué busca la razón
con su merodeo atento desatento
qué busca donde no puede
qué calla cuando habla
dónde grita cuando sueña sus monstruos floridos
qué busca el corazón
con su ritmo de odre nuevo viejo
qué busca tan incesante
tan henchido de sí mismo
bombeante fatigoso
latido y látigo al tiempo
qué buscan los ojos
que hoy no encuentran sosiego
los mismos que ayer
-quizá hace un rato-
nadaban en el cáliz
tan violento de los suyos
"Al dormir, al despertarse"
bellasombra acá no hay
en el plano de los ayeres
nunca sabremos quién nos aguarda
ni quién, tampoco
se esconde entre los pliegues
-bajo las miguitas que tanto molestan
al dormir, al despertarse
todo lo más
una agonía irresuelta
(un elástico candor olvidado
una excusa
un duelo)
Fabulas
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le
suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña. Casi de inmediato
llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña
donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con
la palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la
zorra respondió:
Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
El águila y los gallos
No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras
Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.
Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor
orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo.
Mas no tardó un águila en caerle encima y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la
riña se quedo con todo el gallinero
La zorra y la liebre
A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate
Dijo un día una liebre a una zorra:-- ¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas
ganancias, y por qué te llaman la "ganadora"?
Si quieres saberlo -- contestó la zorra --, te invito a cenar conmigo.
Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra vio que no había más cena que la
misma liebre. Entonces dijo la liebre:
¡ Al fin comprendo para mi desgracia de donde viene tu nombre: no es de tus trabajos, sino de
tus engaños !
Nunca le pidas lecciones a los tramposos, pues tú mismo serás el tema de la lección
La paloma y la hormiga
Obligada por la sed, una hormiga bajó a un arroyo; arrastrada por la corriente, se encontró a punto
de morir ahogada.
Una paloma que se encontraba en una rama cercana observó la emergencia; desprendiendo del
árbol una ramita, la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga y la salvó.
La hormiga, muy agradecida, aseguró a su nueva amiga que si tenía ocasión le devolvería el favor,
aunque siendo tan pequeña no sabía cómo podría serle útil a la paloma.
Al poco tiempo, un cazador de pájaros se alistó para cazar a la paloma. La hormiga, que se
encontraba cerca, al ver la emergencia lo picó en el talón haciéndole soltar su arma.
El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el vuelo, y así la hormiga pudo devolver el
favor a su amiga.
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres,
estaremos encantados de recibirla.
La gallina de los huevos de oro
Un granjero y su esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro cada día.
Supusieron que la gallina debería contener un gran terrón del oro en su interior, y para tratar de conseguirlo de una sola
vez, la mataron.
Haciendo esto se encontraron, para su sorpresa, que la gallina se diferenciaba en nada de sus otras gallinas. El par de
ingenuos, esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron en adelante del ingreso del cual se habían asegurado
día por día.
Fábula en verso
Erase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día.
Aún con tanta ganancia, mal contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matola; abriola el vientre de contado;
pero después de haberla registrado
¿qué sucedió?
Que, muerta la gallina, perdió su huevo de oro, y no halló mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,
Enriquecerse quieren al instante,
Abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos,
Que sólo en pocos meses,
Cuando se contemplaban ya marqueses,
Contando sus millones,
Se vieron en la calle sin calzones!
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres, estaremos encantados
de recibirla.
Adivinanzas
Brama y brama como el toro
y relumbra como el oro.
R.: El trueno y el relámpago.
En una calle muy limpia
anda una dama a un compás,
que camina pa delante
con los ojos para tras.
R.: La tijera.
Salgo de la sala,
voy a la cocina,
meneando la cola,
como una gallina.
R.: La escoba.
Vuela sin alas,
silba sin boca,
pega sin manos,
y no se lo toca.
R.: El viento.
Pampas blancas,
semillas negras,
cinco toros
y una ternera.
R.: La manos, la lapicera, el papel y la escritura
Rimas
Las manitas
Las manitas, las manitas
¿Dónde están? ¿Dónde están?
Yo no las veo. Yo no las veo
Aquí están, aquí están.
La niña María
La niña María ha salido en el baile
Que baila, que baila, que baila
Y si no lo baila
Castigo le dará
Por lo bien que lo baila hermosa Soledad
Salga usted
Que la quiero ver bailar.
Naranja Piña
Naranja Piña
Limón partido
Déle un besito
Al que quiera usted
Sea hombre
O sea mujer.
Chocolate
Choco - Late
Moli - Nillo
Corre - Corre
Que te - Pillo
Un marinerito
Un marinerito
Me mandó un papel
En el que decía
Que me case con él
Yo le respondí que me casaría
Pero no con él.
Rondas
A la vuelta de la esquina
Me encontré con Don Pinocho
Y me dijo que contara hasta ocho
Pin una, pin dos, pin tres, pin cuatro
Pin cinco, pin seis, pin siete y pin ocho.
Lobo está
(Rima para juego)
Juguemos en el bosque
Mientras el lobo no está
¿Lobo está?
Me estoy poniendo los zapatos
(Gritos)
Juguemos en el bosque
Mientras el lobo no está
¿Lobo está?
Me estoy poniendo el sombrero
(Gritos)
Juguemos en el bosque
Mientras el lobo no está
¿Lobo está?
¡Sí, y ahora iré por ustedes!
(Gritos de espanto)
EL verdugo Sancho Panza (sic)
ha matado a su mujer
porque no tenía dinero
para irse, para irse al café
En el café había una casa,
en la casa una pared,
en la pared había una vía
por la vía, vía, vía pasa el tren.
En el tren había una vieja
que tenía un loro blanco
y el lorito repetía
"Viva Sancho, viva Sancho y su mujer!"
al oir estas palabras
el verdugo se enojo
y al lorito, y al lorito
lo mato.
LA PAJARA PINTA
Estaba la pájara pinta
sentada en el verde limón,
con el pico cortaba la rama,
con la rama cortaba la flor.
!Ay, ay ay! ¿Cuándo vendrá mi amor?
Me arrodillo a los pies de mi amante,
me levanto constante, constante.
¡Dame una mano! ¡Dame la otra!
¡Dame un besito sobre mi boca!
Daré la media vuelta,
daré la vuelta entera,
pero no, pero no, pero no,
porque me da verguenza,
pero si, pero si, pero si,
porque te quiero a ti.
QUI QUI RI QUÍ
(1) Quiquiriquí, quiquiriquí,
El gallo canta así.
Quiquiriquí, quiquiriquí,
El gallo canta así.
(2) Ya está amaneciendo,
(3) Saluda el gallo así.
(2) Ya está amaneciendo,
(3) Saluda el gallo así.
(1) Quiquiriquí, quiquiriquí,
El gallo canta así.
Quiquiriquí, quiquiriquí,
El gallo canta así.
(4) Buen día tengan todos
(3) Saluda el gallo así.
Chistes
1. Habían 2 vampiros. Uno estaba bañado en sangre y el otro le pregunta:
-¿De dónde sacaste tanta sangre?
-¿Vés aquella pared de allá?
-Sí.
-Pues yo no la ví.
2. Son tres chicos que están sentados en un banco de la calle, y pasa una chica muy guapa por
delanate suyo.
Va uno y le dice (gritandole a la chica...), guapa!!!!, va el otro y le dice tía buena!!!!, y entonces va
un chico y le dice al otro... dile algo verde, y le dice lechuga!!!!!!!!
3. Un gato y una gallina van por la barandilla de un puente. El gato se cae y dice:
-Miaogo, miaogo.
Y la gallina dice:
-Kikirikiaga, kikirikiaga.
4. Esto un zorro ingles y un perro español que se encuentran por el desierto y le dice el zorro al
perro:
-AN SORRY
y le dice el perro al zorro:
-AN PERRY
5. Está un padre indio con su hijo pequeño y este le dice: "papá, papá ¿por qué mis hermanos tienen
nombres tan extraños?". Y el padre contesta: "verás, tu hermana se llama luna blanca porque la
noche en que la concebimos había una preciosa luna blanca, tu hermano se llama sol naciente
porque cuando le concebimos estaba saliendo el sol. ¿Comprendes mi pequeño gomarrota?"
Leyendas
Los Huicholes y el maiz
Los huicholes estaban cansados de comer cosas que no les gustaban.
Querían alguna cosa que pudieran comer todos los días, pero de maneras diferentes.
Un joven huichol oyó hablar del maíz y de sus famosos mets, unas tortillas, los chilaquiles y la sopa de
tortilla que se preparaba con este cereal.
Pero el maíz se encontraba muy lejos, al otro costado de la montaña. Eso no lo desalentó y se puso en
marcha.
Al cabo de poco tiempo vio una hilera de hormigas y como él sabía que ciertas de ellas eran las
guardianas del maíz, las siguió.
Pero cuando el joven se durmió, las hormigas, sin ningún problema, se devoraron todas sus vestimentas,
dejándolo sólo con su arco y sus flechas.
Sin ropas y hambriento el huichol se puso a lamentar. Fue entonces que un pájaro se posó sobre un árbol
próximo. El joven apuntó su arco sobre él, pero el pájaro le regañó y le dijo que ella era la Madre del
maíz. Lo invitó a seguirla hasta la Casa del Maíz donde ella lo autorizaría a tomar todo lo que él buscaba.
En la Casa de Maíz se encontraban cinco bellas doncellas, las hijas de la Madre del Maíz: Mazorca Blanca,
Mazorca Azul, Mazorca Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra.
Mazorca Azul lo encantó con su belleza y su dulzura. Se casaron y volvieron a la villa Huichol.
Como él no tenía aún casa, durmieron un tiempo en un lugar dedicado a los dioses.
Después, como por encantamiento, la casa de los recién casados se llenaba cada día de espigas que la
decoraban como flores.
Las gentes venían de todas partes porque Mazorca Azul les ofrecía espigas a manos llenas.
La bella esposa enseñó a su marido a sembrar el maíz y a cuidar los cultivos. Enterándose qué delicias
ofrecía este nuevo alimento, los animales intentaron robarle. Mazorca Azul enseñó a las gentes a colocar
fuego alrededor de los cultivos para espantar a las bestias en busca de espigas tiernas.
Los Ancianos cuentan que Mazorca Azul, después de haber enseñado todo lo que ella sabía, se molió ella
misma y es de esta forma que los hombres conocieron el excelente atole, una bebida caliente que se
prepara con granos de maíz.
5 de mayo
Cuenta la leyenda que un niño zacapoaxtla estaba en los fuertes, los soldados llegaron, y querian subir a
los arboles para ver la posicion del enemigo pero eran fragiles y no podian subir, entonces el niño les dijo
que el subia y lo dejaron, desde ahi vio como se acercaban los franceses y empezo a decirles a los
soldados su posicion y como venian armados justo en eso empezaron los balazos le dijeron al niño que
bajara pero el les daba aun mas informacion pero uno de esos tiros le dio al niño en el corazon, cayo del
arbol y murio, guardaron su cuerpo y con la posicion de los franceses que habia dicho el niño pudieron
vencerlos, luego de la batalla se dice que le hicieron su funeral y lo nombraron el heroe de esa batalla.
Leyenda de la nativa Mariana
La Leyenda de la nativa Mariana o más cocida como la Leyenda de la india Mariana es una narración con
una proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o
basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad, que involucra a una nativa
huarpe llamada Mariana que habría vivido en el actual departamento Pocito, en la provincia argentina de
A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una anciana
nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y
huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,1 que siempre era
aompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro.
Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y
vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro
que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito".
En el transcurso de una oscura noche, unos españoles quisieron robarle siguiendo la traza de un cigarrillo
encendido. Grande fue su sorpresa cuando, al llegar junto al algarrobo, se encontraron con su perro que
les mostraba sus colmillos. Los ladrones huyeron atemorizados, perseguidos por una carcajada de mujer
que salía del árbol. Esa noche, un temblor sacudió la región y Mariana nunca más fue vista. Su "pocito"
fue buscado, pero sin ningún resultado.
La pata sola
Como su nombre lo dice, no posee un pie. El otro lo perdió al pasar un rio.
Se trataba de una joven mal humorada y de malos sentimientos. Un día, llevaba a su hermana de la
mano, tirándola y haciéndola tropezar con cuanto encontraba de camino, al pasar un rio piso una piedra
lisa, cayo sobre el hacha y se corto totalmente el pie. Con furia se levanto y mato a su hermanita a la que
acuso de culpable.
Al regresar a la casa su abuela muy preocupada le pregunto qué había pasado y donde estaba la pequeña.
La mate fue la repuesta, y a usted también (levanto el hacha y mato también a la abuela). Ella luego con
la herida infectada también murió.
El espíritu de esta malvada mujer es el que ronda las montañas y montes. Se le aparece a los leñadores.
De ella miran su rostro en sentido contrario, de tal manera que se va hacia el centro su pie indica hacia
fuera. Los leñadores le temen y huyen, cuando la escuchan gritan porque si los encuentra, les figura la
muerte
La Mujer Serpiente
Cuenta la leyenda que en un antiguo pueblo aborigen, asentado a orillas del Río Viejo, existió una
hermosa mujer, esposa del Cacique principal.
Se decía que esta mujer, de proceder extraño y misterioso, acostumbraba ir todos los viernes a un
determinado lugar del río, llevando abundantes alimentos, aves ricamente preparadas y sabrosas bebidas.
La leyenda sigue diciendo que uno de los servidores del cacique, extrañado por el comportamiento de la
mujer, determinó seguirla a prudente distancia.
Lo que vio ese día lo aterró tanto que echó a correr y fue a contárselo a su señor. El cacique no dijo nada
a su mujer fingiendo ignorar. El siguiente viernes, la siguió confirmando lo que le dijera su servidor. Vio,
según la leyenda, que sentada en una piedra junto al río, golpeaba con su mano el agua, emergiendo
impetuosamente al llamado una inmensa serpiente que tenía su cueva en el mismo río.
El terrible reptil, posaba su inmensa cabeza en las bellas piernas de la mujer y una vez alimentada,
serpiente y mujer se entregaban al placer sexual. El indignado esposo mató a la infiel mujer. La
enfurecida serpiente agitó las aguas del río y su corriente destruyó el milenario pueblo.
Según la leyenda, los sobrevivientes reconstruyeron su pueblo, el cual dieron por llamar Cihua Coatl, que
en lengua náhualt significa Mujer Serpiente. Y desde entonces, en la antiquísima región de Sébaco se
adoró como divinidad a la serpiente mujer, gran diosa de pueblos de Mesoamérica, adorada por los
nahoas o nahuas
Piropos
 "Por un beso de tu boca, dos caricias te daría, tres palabras que demuestren cuatro veces mi alegría, y
en la quinta sinfonía de mi sexto pensamiento, siete veces te diría las ocho letras de un Te Quiero, porque
nueve veces vivo, y diez veces por ti."
 "Quisiera ser el mar, y que tú fueras la roca, porque al subir la marea, te besaría en la boca."
 "Solo he pensado en ti dos veces en la vida. Una el día que te conocí, la otra el resto de mi vida."
 "Desearía ser una lagrima tuya... Para nacer en tus ojos, vivir en tus mejillas, y morir en tus labios"
 "Sé que necesito el corazón para vivir, pero más necesito a quién lo hace latir."
Versos
Cuando pase por tu casa
Me aventaste un limón
El limón me cayó en la cara
Y el jugo en el corazón.
Cuando vayas al cerro
Y te encajes una espina,
Acuérdate de los besos
Que nos dimos en la esquina.
Cuando tengas un gatito
Llámalo mimi jálale la cola
Y acuérdate de mí.
Cuando era niña
Lloraba por chupón
Y ahora que soy mujercita
Lloro por un ca…
Del cielo cayo un enano
Con una flor en la mano
Como quieres que te quiera
Si quiero a tu hermano.
Proverbios
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Proverbio chino
¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio!
Proverbio ruso
Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti.
Proverbio inglés
Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre.
Proverbio chino
Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien.
Proverbio árabe
Obras de teatro
Adolescente promedio
Título: Adolescente promedio
Autor: Alan Rejón
Personajes:
Madre
Hijo
(Madre entra a escena, Hijo está sentado frente a la computadora)
Madre: Hijo llevas horas sentado frente a tu computadora, de hecho es lo único que haces últimamente,
levantarte, darte un baño y encender esa maldita maquina hasta que todos los demás estamos durmiendo
¿Por qué no sales un rato a dar una vuelta o algo?
Hijo: ¿Madre en serio te estás quejando de el hecho que prefiera mantenerme en un ambiente seguro, el
cual es mi hogar, en vez de salir a la calle y posiblemente ser asesinado o inducido a las drogas? ¿No has
leído como ha subido el nivel de inseguridad en todo el país? Soy prácticamente el adolescente que menos
problemas causa a sus padres en todo el mundo.
Madre: No intentes pasarte de listo con toda tu habladuría ingeniosa, soy tu madre no uno de tus amigos
a los que quieres impresionar; Obviamente aprecio lo mucho que no has facilitado a tu padre y a mi esta
fase adolescente y no nos hayas hecho dramas estúpidos como lo hacen los otros muchachos de tu edad
pero discúlpame si quiero que mi hijo salga un poco al aire libre y se divierta como cualquier otra persona
normal.
Hijo: Voy a la escuela, ese es todo el tiempo de “aire libre” que necesito, son casi siete horas de sol,
nubes, libros, risas y muchachos con dramas estúpidos. Y soy como cualquier persona normal, con la
única diferencia que mis habilidades sociales son casi mediocres y mis habilidades… no sé, digámosles
mentales son mejor que las del promedio.
Madre: Hijo ¿No quieres tener amigos? ¿Salir a divertirte con ellos?
Hijo: ¿Amigos? Madre estoy seguro que olvidare a más de la mitad de la gente que conozco en esta etapa
de mi vida, si no fuera por el pase de lista olvidaría sus nombres cada fin de semana.
Madre: Tu padre y yo tenemos amigos que conocimos desde que teníamos tu edad.
Hijo: Amigos que al primer signo de que van a pedir su ayuda huyen… o simplemente no responden
llamadas.
Madre: ¡Oye! Eso fue innecesario.
Hijo: Innecesario pero cierto.
Madre: No salgas si no quieres, vuélvete un ermitaño si lo deseas pero quiero que uses menos tiempo la
computadora o tendremos que dejar de pagar el internet, la cuenta de luz está llegando carísima y no
podemos seguir pagando por tu vicio.
Hijo: Usar una computadora no es un vicio.
Madre: En no sé qué parte de Asia lo es, tienen hasta campamentos de rehabilitación
Hijo: En Asia comen ciempiés.
Madre: ¿En serio?
Hijo: Yep.
Madre: Apaga la computadora, quiero que me ayudes a limpiar antes de que regrese tu padre de viaje.
Hijo: Dame una hora estaba viendo una película.
Madre: Ok, pero después ya no prenderas de nuevo la maquina.
Hijo: Ok, ok, ok.
(Madre sale de escena)
Fin
Pacto Mortal
Título: Pacto Mortal
Autores: Fabián Choque y Zulma Arellano Rojas
Personajes:
Ernesto Mendieta
La Muerte
Escena I
(Entra Ernesto a su sala algo preocupado y con un papel en las manos. Se sienta y ve)
Ernesto: ¡No puede ser! ¡Me moriré en seis meses! ¡Tengo los días contados! (Se encuentra con una
expresión de angustia y desesperación) Necesito vivir más, tengo tanto dinero que seis meses es un
tiempo muy corto para gastarlo (Se pone de pie y camina de una lado a otro; tira un vaso al suelo de la
desesperación y se coge la cabeza) Yo no voy a morir, no, yo tengo muchas cosas que hacer en ese
mundo (Se sienta en el sofá y pone una mirada de loco. Luego, mira al público y dice) Daría hasta mi
alma con tal de vivir un poco más, ¡¡¡Hasta mi alma!!!
(En eso, un cierto escalofrío comienza a sentirse en la casa y detrás de él, aparece una figura algo
extraña; con un hábito negro parecido al de un monje, con una capucha encima de la cabeza que le
impedía ver su rostro y en la mano derecha, lleva un pergamino enrollado, es la muerte quién al escuchar
su ruego, no dudó en hacer acto de presencia y con una voz tétrica, lo llama)
La Muerte: ¡Ernesto Mendieta! Él joven voltea rápidamente y asustado, se aleja de él)
Ernesto: ¿¡Pero, quién eres tú!?
La Muerte: Soy la muerte, y he venido a concederte lo que me pides.
Ernesto: ¿¡De verdad!?
La Muerte: Por supuesto (Le muestra el pergamino) Solamente tienes que firmar este contrato, y vivirás
más que solo seis meses.
Ernesto: ¿No me estás engañando?
La Muerte: La Muerte jamás engaña; cuando ella dice que llegó la hora de morir, la hora de morir llega
(Ernesto lo mira algo preocupado y muy lentamente, comienza a estirar su mano pero con algo de duda
hasta que finalmente, lo toma. Comienza a leerlo y al estar de acuerdo con las condiciones, firma).
Ernesto: Aquí tienes, Muerte.
La Muerte: Entonces, el trato está hecho. Permiso, me retiro (Va caminando de espaldas y mientras lo
hace, le sigue hablando) Nos veremos… Ernesto Mendieta
(La Muerte desaparece y Ernesto se pone a pensar en lo que hizo y si fue correcto pero también
comprendía que ya no podía dar marcha atrás, ya el pacto, estaba hecho)
Escena II
(Ernesto llega a su casa totalmente ebrio. En eso, se cae al suelo y comienza a reírse)
Ernesto: Jajaja… ¡Ya ni puedo quedarme de pie! ¡Esto es el colmo! Jajaja…
(Mientras se carcajeaba, nuevamente una figura de negro apareció ante él, era otra vez la muerte quién
vino a darle un aviso)
La Muerte: ¡Ernesto Mendieta! (Ernesto lo mira pero debido al estado en el que se encuentra, no lo
reconoce).
Ernesto: ¿¡Pero quién eres tú!? (Lo señala con el dedo y sonríe burlonamente) Ah ya sé quién eres, tú
eres “Chicho” mi primo ¿Pero qué haces con eso encima? ¿Vas a actuar en algún teatro o qué? (La Muerte
extiende su mano y le quita la embriaguez) ¿¡Pero, qué pasó!?
La Muerte: Llegó la hora de llevarme tu alma al abismo.
Ernesto: ¿¡Qué!? ¡Pero si solo han pasado seis meses, nada más!
La Muerte: Permíteme corregirte. Han pasado seis meses y un día (Ernesto lo mira sorprendido con lo
que dijo)
Ernesto: ¿¡Seis meses y un día!? ¡Pero eso no es justo! ¡Me engañaste!
La Muerte: Yo no te engañé (Se va acercando a él) El contrato que firmaste decía que vivirías más de los
seis meses, viviste seis meses y un día, trato cumplido.
Ernesto: ¿¡Solo por un día más!? (Retrocede un poco) ¡Esto no puede ser!
La Muerte: Y llegó el momento que tú cumplas con el tuyo, nos vamos inmediatamente.
Ernesto: (Comienza a desesperarse y se arrodilla ante La Muerte) ¡Por favor, piedad! ¡Piedad!(La Muerte
levanta extiende su mano derecha y Ernesto, de la desesperación, comienza a correr pero a unos pasos,
algo lo deja inmóvil, como petrificado) No me hagas esto, por favor dame unos meses más, por el amor
de Dios (La Muerte se acerca a él y tocándolo en la cabeza, lo tira al suelo)
La Muerte: ¡Ernesto Mendieta, levántate! (Ernesto se levanta y sorprendido, se revisa todo el cuerpo
tocándoselo pero no encuentra nada anormal)
Ernesto: ¿¡Qué me hiciste!? (Con su dedo, La Muerte le señala el piso. Ernesto, asustado, voltea muy
lentamente y ve su cuerpo que aún está tirado) ¡No, no! ¡No puede ser! ¡Esto es… imposible!
La Muerte: Llegó la hora (Saca de su manga una cadena y con ella, comienza a atarle los pies. Luego, lo
empuja y lo arrastra hasta llevarlo al abismo) Estarás toda la eternidad a mi lado yo seré tu única
compañera en tu soledad (Se abre como una especie de portal y comienzan a oírse gritos de dolor y
lamento)
Ernesto: ¡¡¡Noooooooo….!!!
Fin
Así se escribe un cuento
Título: Así se escribe un cuento
Autor: Omar Rejón
Personajes:
José
Carolina
Fernando
David
Mamá
José está sentado en un escritorio con una libreta y una pluma, está tratando de escribir un cuento pero
no puede. Lo vemos escribir un poco para después notar su cara de disgusto, romper la hoja y tirarla en
un bote de basura que tiene en ese mismo cuarto.
(Tocan la puerta de su cuarto)
José: Adelante
(Se abre la puerta y Fernando, Carolina y David entran al cuarto. José se levanta y los saluda uno a uno,
luego regresa y se sienta, quedando frente a sus amigos)
José: (sonriendo) ¿qué los trae por aquí?
Carolina: ¿Qué más? Venimos a ayudarte, a sacarte del cautiverio en el que te encuentras.
David: Amigo, sé que no sales de tu casa por trabajo y no porque te desagrademos pero como pasa
mucho tiempo sin verte empezamos a dudar.
José: Saben bien que no es así...
Fernando: Sabemos que tienes suerte y talento, que ahora escribes cuentos para una revista muy
famosa de estados unidos y que te pagan bien pero ¡recuerda que sigues teniendo 18 años! No es sano
para alguien de tu edad estar tanto tiempo encerrado.
José: Lo sé, pero es que este cuento me está costando mucho terminarlo. Es el mismo que ya les conté y
sólo me falta el final.
Carolina: Pues entonces te ayudamos ahora mismo a terminarlo para que nos acompañes a cenar.
José: (Con una sonrisa) Muy bien... Ya saben cómo va ¿qué sugieren que pase ahora?
Carolina: Mmm…Pienso que la protagonista y su nuevo vecino deberían terminar juntos, a ella le gusta él
desde la primera vez que lo vio y él se ha estado enamorando de ella de poco en poco. (Mira a ver a
Fernando) Cómo que ya es hora de que cada uno demuestre sus sentimientos...
(Tocan la puerta)
José: ¡Está abierto!
(Entra la mamá de José)
Mamá: (con cara confusa) Hijo, ¿con quién hablabas?
José: Con nadie mamá, sólo estoy escribiendo. ¿Lo vas a leer cuando lo termine?
Mamá: Claro que sí, bueno, apúrate para que bajes a cenar.
(La mamá sale del cuarto y cierra la puerta detrás de ella)
David: No, espera. ¿Qué hay de David, el amigo de la infancia de la protagonista? (Mira a ver a Carolina)
Él también siente algo por ella y para complicar las cosas es muy buen amigo del vecino (Mira a ver a
Fernando). ¿Vas a arruinar su amistad? La protagonista y el amigo de la infancia es una relación más
bonita y duradera. Los que lean el cuento van a estar encantados con un final en el que ellos dos terminen
juntos para siempre.
Fernando: Yo creo que nadie debería quedarse con nadie, los finales felices son muy comunes en los
cuentos y la verdad es que ya me cansé de ellos. Mejor que haya una escena final en la que todos digan
sus respectivos sentimientos y en donde todos se molesten con todos, el vecino se va de viaje, David se
suicida y Carolina la protagonista se queda amargada para siempre. Fin
José: (aplaudiendo) Todas son muy buenas ideas y me han dado inspiración, he decidido cómo va a
terminar el cuento... ¡Todos van a morir! (se levanta de su asiento muy excitado y feliz, cómo si acabará
de descubrir que se ganó la lotería. Mientras tanto Fernando, Carolina y David se ven los unos a los otros
sin decir nada). ¡Es el final perfecto! ¿Recuerdan que al principio del cuento el padre de Carolina muere?
Pues haciendo que todos mueran al final es como si cerrará todo un ciclo, les explico...
(Fernando, Carolina y David salen corriendo del cuarto)
José: (mirando al público) Supongo que no les gustó el final (se encoge de hombros y luego toma asiento
en su escritorio).
Fin
¡¡¡Esto es un asalto!!!
Título: ¡¡¡Esto es un asalto!!!
Autor: Fabián Choque
Personajes:
El Pillo
El Gandaya
La Cajera
La Clienta
El Policía
(Mientras se encuentran haciendo sus cosas rutinarias en el banco, dos personas con máscara entran y
gritan)
El Pillo: ¡¡¡Esto es un asalto!!! ¡¡¡Arriba los monos!!! (La clienta y la Cajera se miran extrañados. Él pone
la punta de la pistola en su cabeza y se queda algo pensativo) No, esperen.
El Gandaya: (Le dice en el oído y en voz baja) Se dice, “Arriba las manos”
El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!! (Las dos reaccionan y recién comienzan a asustarse)
El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy!
La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor?
El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero)
El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas ¡Y rápido!
La encargada: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio).
La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!?
(En eso, sale del baño el oficial; flojo y totalmente indiferente ante la situación)
El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el suelo boca abajo) ¿Qué está
haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué? (Ella le señala con el dedo a los asaltantes) ¿Qué pasa?
(Voltea y ve la punta de las pistolas en su cara) (Se asusta y comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!! (Al
instante se arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor, no me maten tengo esposa con dos hijos y otros tal
vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor no me maten por su madrecita linda!
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber aprehendiendo a esos
rufianes!?
El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué, no ha visto el tamañote de
arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante)
La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos?
El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!!
El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella le dice)
La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más tranquila!”
El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y rebotan?
La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca!
(Llega la Cajera con las bolsas de dinero)
La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está.
El Gandaya: Espero que esté todo.
La Cajera: Si desea, lo puede contar.
El Pillo: A ver... (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100, 200, 300… (El Gandaya toma
la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos) ¡Pero compañero! Hay que estar seguros que no
nos falte nada…
El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok?
El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah.
El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo.
El Pillo: No te quejes después, no más…
El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos caballeros, se retiran. Muchas
gracias por su colaboración.
El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se las entrega mientras lo
quedan mirando con extrañeza)
El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento?
El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y mientras lo hace, la expresión
en su rostro comienza a cambiar)
El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal raza!
La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil!
El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta!
La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve, es para comer e ir al baño!
(Los asaltantes discutían en silencio sobre la tarjeta)
El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!?
El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a perdonar ¿Pero, sabe usted a
qué se parece?
El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas.
El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto hacer trato con ustedes,
nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus armas mientras que los otros se quedan en el suelo
asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta)
El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante de dejarles la tarjeta, se
va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y extrañados. Luego, se levantan).
El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo mira con indignación).
La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la encuentra maquillándose)
¿¡Y usted, qué está haciendo?
La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje!
El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy a comer!
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!?
El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de…
La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es investigar este asalto para
atrapar a los asaltantes!
La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada.
El Policía: Y un poco de ají.
La Clienta: ¡Esto es el colmo de la desfachatez! ¡Me voy de aquí! (Se retira totalmente molesta)
El Policía: Bueno, yo sí me voy a comer. Ya vengo (Se va todo despreocupado)
La Cajera: Y aprovechando que no hay clientela, voy al baño a maquillarme. (Se va caminando como si
fuera una modelo de pasarela)
Fin
Vampiros pasados de moda
Título: Vampiros pasados de moda
Autor: Alan Rejón
Personajes:
Drusilla
Spike
London
Humano
Narrador
Narrador: En una vieja fábrica abandonada de las calles oscuras de nuestra ciudad, un grupo de
vampiros se junta todas las noches para platicar sobre las nuevas noticias que le ha ocurrido a su ya
olvidado clan…
(Spike y London están sentados y platicando, Drusilla entra a escena cabizbaja)
Drusilla: Spike.
Spike: ¿Drusilla? ¿Qué tienes?
Drusilla: ¿No supiste lo que le pasó al pequeño Timothy?
Spike: ¿De qué hablas?
Drusilla: Era su primera vez rodando por la ciudad, buscando humanos frescos, no sabía cuáles eran las
calles seguras… ¡Y ahora tiene sida!
London: ¡Oh mi Drácula! Es el quinto de su generación en enfermarse.
Spike: Ese maldito virus se está llevando a todos nuestros niños… El pobre sólo tenía 145 años.
London: En estos tiempos las tortugas tienen mejor calidad de vida que nosotros.
Drusilla: Creo que es hora de reconsiderar cambiar nuestra dieta.
London: ¿Y terminar como esos bichos raros que brillan con el sol?
Spike: London tiene razón, nosotros somos los últimos de nuestra especie, no podemos terminar con
nuestro linaje real.
London: Se creen tanto por poder juntarse con esos primates, me dan tanto asco, siento que juegan con
mi comida.
Spike: Escuché que uno de ellos se casó con una mujer humana.
Drusilla: Chismes, chismes no creo que ninguno de ellos se atreva a comenzar ese mestizaje.
London: ¿Qué serian sus hijos para nosotros?
Spike: Simples renegados.
Drusilla: No podemos ser tan intolerantes, seamos realistas, gracias a ellos la gente ha olvidado el temor
que nos tenía y eso no has ayudado en las cacerías.
London: Humm, cacerías, platicar tanto de comida me ha dado hambre.
Drusilla: ¡Ah! Eso me recuerda…
(Sale Drusilla de escena y regresa con un Humano atado de las manos)
Drusilla: Dejé la comida en la puerta.
London: No se ve muy apetecible.
Spike: Estoy de acuerdo…
(Drusilla le muerde el cuello al Humano, después de unos segundos lo suelta y el Humano cae muerto)
Drusilla: Qué asco, tiene la azúcar muy alta. Los humanos ya no son lo de antes, recuerdo que en mis
tiempos nacían más sanos.
London: (un poco molesto) ¡Por Lucifer! Salgamos en búsqueda de algo bueno.
Spike: Vamos, oí que hay un concierto a unas cuantas cuadras de aquí, tal vez encontremos algo bueno y
de paso escuchemos buena música.
(Los tres salen de escena)
Fin
Canciones de cuna
A la nanita, nana
A la nanita nana nanita ella, nanita ella
Mi niño tiene sueño bendito sea, bendito sea
(repetir)
Fuentecita que corre clara y sonora
Ruiseñor que en la selva cantando llora
Calla mientras la cuna se balancea
A la nanita nana, nanita ella
A la nanita nana nanita ella, nanita ella
Mi niño tiene sueño bendito sea, bendito sea
Fuentecita que corre clara y sonora
Ruiseñor que en la selva cantando llora
Calla mientras la cuna se balancea
A la nanita nana, nanita ella
Esta canción la ha popularizado el popular grupo juvenil Cheetah Girls, y se puede encontrar en versión
moderna en CDs y cancioneros infantiles actuales. Es una canción melódica y suave que ayudará al
pequeño a tranquilizarse. Algunas mamás, además de cantar a sus pequeños, también usan grabaciones
de las nanas para calmar a su bebé.
Din dan don
Din dan, din don dan,
campanitas sonarán.
Din dan, din don dan,
que a los niños dormirán
Dindilín dandalán dandalán dan,
las estrellas brillarán.
Cierra los ojos y duérmete ya,
porque la noche muy pronto vendrá.
Dan, dan, dan.
Se trata de una popular canción de cuna mexicana de letra sencilla. Si aprendes dos o tres canciones de
cuna de memoria, podrás cantarlas a tu pequeño noche tras noche. A los bebés les gusta la repetición
porque les confiere una sensación de seguridad y de familiaridad. No temas aburrir a tu hijo. Lo peor que
le puede pasar, es ¡que se duerma!
Duerme, duerme negrito
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo,
negrito.
Te va a traer codornices para ti,
te va a traer mucha cosa para ti,
te va a traer carne de cerdo para ti,
te va a traer mucha cosa para ti.
Y si negro no se duerme
viene diablo blanco y ¡zas!
le come la patita.
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo, negrito.
Trabajando, trabajando duramente,
trabajando sí,
trabajando y no le pagan,
trabajando sí,
trabajando y va tosiendo,
trabajando sí,
trabajando y va de luto,
trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito,
trabajando sí,
no le pagan sí, duramente sí,
va tosiendo sí, va de luto sí.
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo, negrito
Hay versiones modernas de esta canción, por Víctor Jara y Mercedes Sosa. Es una melódica canción de
cuna que sirve para que el niño se calme antes de dormir. Cuando son bebés, la letra no es tan relevante
como la música, sobre todo porque la letra de la mayoría de las nanas o canciones de cuna tienen su
origen en el folclore de la gente del campo. Esto no se ajusta a la realidad cotidiana de muchas mamás
modernas, pero sirve para comunicar a los pequeños su legado cultural familiar.
Arrorró mi niño
Arrorró mi niño,
arrorró mi sol,
arrorró pedazo,
de mi corazón.
Este niño lindo
ya quiere dormir;
háganle la cuna
de rosa y jazmín.
Háganle la cama
en el toronjil,
y en la cabecera
pónganle un jazmín
que con su fragancia
me lo haga dormir.
Arrorró mi niño,
arrorró mi sol,
arrorró pedazo,
de mi corazón.
Esta leche linda
que le traigo aquí,
es para este niño
que se va a dormir.
Arrorró mi niño,
arrorró mi sol,
arrorró pedazo,
de mi corazón.
Este lindo niño
se quiere dormir...
cierra los ojitos
y los vuelve a abrir.
Arrorró mi niño,
arrorró mi sol,
duérmase pedazo,
de mi corazón
Existen muchas variantes de esta canción, e incluso canciones diferentes con el mismo o parecido título.
Algunas comparten melodía y otras no. Lo importante es que cuando cantes a tu bebé, lo hagas en tono
suave, y arrullándolo. También puedes cantar a tu bebé cuando está en su cuna, para que se acostumbre
a escuchar tu voz y se sienta tranquilo incluso cuando no tienes contacto físico con él. Así aprenderá a
dormirse por su cuenta.
Duérmete niño
Duérmete niño,
duérmete ya,
que si no vendrá el coco
y te comerá.
Se trata de una de las canciones de cuna más populares de todos los tiempos. Hoy día en algunos foros se
cuestiona la mención del “coco” en la letra, porque podría asustar al pequeño. En realidad, estas
canciones se suelen cantar al bebé cuando es demasiado chiquito como para comprender lo que significa.
Casi todo el mundo conoce la melodía, y también se puede tararear. Su equivalente en inglés, Rock-a-
bye-baby, es muy popular también.
Otra versión moderna del Duérmete niño:
Duérmete, niñito,
que tengo que hacer;
lavar tus pañales,
ponerme a coser
una camisa
que te vas a poner
el día de tu santo,
Señor San Miguel
Se canta al mismo son que la versión anterior, y posiblemente tenga mejor acogida entre los papás y
mamás de hoy.
Canciones Infantiles
A comer
Lavarse las manos,
sentarse a la mesa,
pedir la comida,
así es como se empieza.
Lavarse las manos,
sentarse a la mesa,
pedir la comida,
así es como se empieza
A comerse la sopa,
a comerse el arroz,
a comerse la carne,
que mamita preparó
Si no comes no hay merienda
ni paseos ni diversión
si no comes no hay amigos
ni verás televisión
tiqui tiqui tiqui tiqui
los dientitos tiqui van
triturando la comida
el niñito va a engordar
tiqui tiqui tiqui
los dientitos tiqui van
triturando la comida
el niñito va a engordar
A Comer. A comer
El Carbonerito
Dónde vas carbonerito,
Dónde vas a hacer carbón
A la buena, a la buena, a la viña ña
A la viña ña del amor
A tus pies yo me arrodillo,
a pedirte de favor
Que me saques de la cárcel,
o me lleves a prisión
Me dirás si soy casada,
Me dirás si tengo amor
A la buena, a la buena,
a la viña ña
A la viña ña del amor
A la buena, a la buena,
a la viña ña
A la viña ña del amor
Buenas noches
Buenas noches mi bien
sea tu sueño tranquilo
que descanses mi amor
con esta linda canción
Con amor pido a Dios
que bendiga tu sueño
y despiertes mi bien
con un rayo de sol
Duerme Mi Niña
Duerme mi niña
duérmete ya
las estrellitas
te alumbrarán
Duerme mi niña
te cantaré
y con mis canciones
te arrullaré
Cu Cu
Cu cú, cu cú
Cu cú, cu cú
Cu cú cantaba la rana
Cu cú debajo del agua.
Cu cú pasó un caballero
Cu cú con capa y sombrero.
Cu cú pasó una señora
Cu cú con traje de cola.
Cu cú pasó un marinero
Cu cú vendiendo romero.
Cu cú le pidió un ramito.
Cu cú no le quiso dar.
Cu cú y se echó a llorar.
Cuentos
EL OJO DEL CIELO
Cuando ninguno, pero ninguno, de los abuelos de nuestros abuelos había nacido, la Tierra era un lugar en
el cual, apenas el sol se escondía tras el horizonte, la gente se iba a dormir de inmediato porque todo se
entenebrecía y las estrellas eran puntos celestes sin ningún brillo. En ese tiempo no existía la luna. La
noche caía como una manta pesada sobre los campos y los ríos, y hasta los animales se metían en sus
escondrijos hasta que amanecía.
Cuentan que, una tarde de verano, los niños jugaban a las escondidas entre los árboles. Las madres
llamaron a sus hijos para que entraran a sus casas antes que la luz del sol desapareciera. Todos los chicos
volvieron, menos Rafael.
Rafael se había dormido detrás de una roca mientras esperaba que descubrieran su escondite.
Cuando la mamá notó su ausencia, el último rayito dorado se escapaba tras las montañas. Los adultos
salieron a buscarlo en la oscuridad. Pero era inútil... ¡la noche era tan negra! Rafael dormía
profundamente y no escuchó que los hombres gritaban su nombre y tropezaban chocando con los pinos.
Entonces, las mujeres encendieron un fuego en un claro del bosque y, tomadas de las manos, le pidieron
al cielo que las ayudara. El cielo lo meditó durante unos minutos y sintió que el ruego llegaba con tanto
amor que era imposible ignorarlo. Al fin, decidió abrir uno de sus ojos. Era redondo como un anillo, blanco
como la sal y brillante como una perla. El bosque se iluminó de pronto, como si estuviera por amanecer, y
las estrellas refulgieron como espejos de plata lustrada. Los hombres encontraron a Rafael y se reunieron
con las mujeres y los niños a admirar la belleza del resplandor.
MARIPOSITA VA A LA ESCUELA
Había una vez una mariposita que vivía con su mamá y su papá en una casa bonita.
Un día, la mamá la peinó con hebillas de colores, le puso perfume y le dijo que sería su primer día de
clases.
Mariposita se puso contenta y revoloteaba algo nerviosa de un lado a otro. Ella todavía no había ido nunca
a la escuela, porque aún era chiquita. Así que se fue esa tarde llena de ilusiones.
Al principio estaba toda entusiasmada. Le gustaron los lunares de la señorita Vaquita de San Antonio, las
clases de música del profesor Grillo y dar vueltas carnero con el profesor Saltamontes. En el arenero se
encontró con su amigo Bichito de luz y con todos sus hermanitos.
Todo estuvo muy bien hasta que un día, la mariposita se despertó más remolona que de costumbre y le
dijo a su mamá: - Me parece que no voy a ir más a la escuela. Mejor me quedo en casa jugando con las
muñecas.
La mamá no lo podía creer: - Pero si hasta ayer te encantaba... ¿Cómo puede ser qué hoy no quieras ir?
-Bueno, la escuela es linda pero me cansé -dijo la mariposita empezando a hacer pucherito mientras que
con un palito dibujaba en la tierra.
En eso llegó papá, se sentó a su lado y le preguntó: -Dime guapa, ¿Qué te gustaría hacer cuando seas
grande?
Entonces, mariposita se olvidó del pucherito y toda entusiasmada le empezó a contar: -Me gustaría pintar
cuadros como la madrina de bichito, cocinar medialunas como mamá y tener un tutú rosa lleno de
lentejuelas fucsias y un bonete con tul, para poder bailar "la danza del hada Confite".
-Y todas esas cosas tan interesantes, ¿Dónde las vas a aprender?- preguntó el papá.
La mariposita le brillaron los ojitos y dijo sonriendo: -¡Ah!... Ya entendí. Me parece... que voy a ir a la
escuela, todos los días.- Y se preparó para salir.
Entonces la mamá le puso en la bolsita unas galletitas bañadas en chocolate y un vasito de agua con tapa.
A la semana siguiente, fue su cumpleaños. En la escuela, la sorprendieron con una gran fiesta con globos
y guirnaldas. La mamá le preparó la torta y la vistió con el tutú y el bonete que ella soñaba. El profesor
Grillo le tocó en su violín la música de Tschaikowsky y Mariposita pudo bailar "la danza del hada Confite".
Cuando terminó, todos aplaudieron, la abrazaron y le dieron un montón de besos. Y fue que desde ese día
Mariposita no quiso faltar ni un solo día a la escuela.
JARDÍN
Lajas de piedra verde-azul marcaban un camino serpenteado que recorría todo el jardín. Cada día nacían
en el más corazones y todos eran de diferentes formas: redondos, afilados, unos con capacidad para
flores, otros para espigas, unos más altos, esbeltos, pequeños, ovalados. Era una vasta dimensión la del
jardín y otra la forma en que la vida aquí interactuaba: había el ronroneo de tallos enredándose unos con
otros, hojas nervadas en forma de filigrana, creciendo y amamantando con su extendida sombra a otros
corazones vivos como ellas; musgos verdes sedando la aspereza de una roca, hormigas viviendo bajo esa
roca, bebiendo de la humedad del musgo.
Las historias del jardin, amarillas de polen, volaban de un lado a otro con el aire y también en las alas de
mariposas delgadas o en abejas tozudas y disciplinadas como sus simétricas rayas.
Y en tiempos de amor, unas mariposas preferían flores a otras mariposas de su misma raza y ciertas
flores se abrían más cuando ellas llegaban, las esperaban con el olor dulzón salpicado en los pétalos y la
mariposa de ala prístina se posaba cautelosa, besaba a la flor que se arqueaba girando en su propio tallo,
ligera.ruboroza.
Los anillos en el tronco del cocotero eran los caminos para orugas de colores y pelaje espeso como
espuma, veinte diminutos pies impulsaban a otros veinte que hacían de delanteros en la caminata
pausada y a menudo interrumpida por el martilleo agudo de un despeinado pájaro carpintero, que
impulsivo y voraz, abría túneles en cortezas olorosas buscando alimento.
Un día en que el sol casi desaparecía y la vida era color naranja quemado, una muchacha salió descalza a
las lajas y se sentó en ellas tratando de acomodar su cuerpo a los límites de la piedra; al sentarse suspiró
y la onda de viento rozó a la oruga que perdió un anillo de color en el instante. Ella no percibió el susto de
la oruga, llevaba su corazón triste y los bordes de sus ojos y sus labios eran del mismo color que los tres
pétalos del flamboyán, rojo intenso.
Dos lágrimas impulsadas como olas volaron desde sus ojos hasta el mismo pecho de una hormiga que del
impacto quedó virada patas al cielo revolviéndose como un fuelle de reloj.. Sus amigas rápido soltaron
todas las migajas de pan recolectadas durante el día y fueron en su ayuda, el hormiguero se alarmó
sobremanera, todas chocaban entre sí y al hacerlo se tocaban las antenas buscando más fuerza, una bien
pequeña y colérica se abalanzó a los pies de la muchacha e hincó con fuerza sus dientes en una mordida
que casi la deja sin vida. En segundos la piel se enrojeció y todas temieron la furia con la que los seres
grandes reaccionan a sus mordidas, pero para asombro de todas, ella apartó amorosa todas las hierbas
que cubrían a la hormiga empapada de su lágrima y la subió a una hoja de punta afilada..la hormiga aún
tragó en seco y se aguantó como pudo de los nervios que quedaban de la hoja, la muchacha acercó su
boca roja y exhaló un dulce suspiro, secando del todo a la hormiga, quien bajó sus antenas en señal de
paz quedándose dormida a toda pata suelta.
La muchacha rió y al reír, sus ojos se volvieron del color del único pétalo jaspeado del flamboyán, devolvió
a la hormiga a su casa y se alejó por el camino de las lajas riendo, dejando tras de sí una estela olorosa
de amor que rápido siguieron todas las mariposas, las abejas y hasta el despeinado pájaro carpintero.
Y tú, si alguna vez lloras en un jardín, cuida tus lágrimas porque siempre habrán otras dimensiones
respirando junto a ti. Compartiendo tu respiración.
SERAFINA
Un día de primavera el sol brillaba con fuerza. Las flores salían contentas mostrando su color y alegrando
el campo.
Todas salían juntas. ¿ Todas ?...
Todas menos una.
Serafina la flor más bonita, ¡ ha salido en el lugar equivocado !, es una despistada, está sola allí arriba en
la montaña.
- Estoy sola, lejos de mis amigas. ¿ Se darán cuenta que esta primavera no estaré con ellas?, ¡ qué pena
tengo !
El sol que la estaba escuchando se acercó y le dijo:
- No te preocupes, yo me quedaré contigo y te haré compañía.
- ¿ Y cuándo llegue la noche ?- preguntó Serafina.
- La luna que es amiga mía seguro que querrá estar contigo.
Y así fue, cuando el sol se escondió, la luna salió y Serafina se durmió muy tranquila, pero ....
Al día siguiente, cuando se despertó, no vio ni al sol ni a la luna, y es que... estaba nublado.
Serafina se encontró muy sola y triste, y empezó a llorar.
Lloraba tanto, tanto, tanto, que las flores que estaban abajo de la montaña se empezaron a mojar.
- ¿ Qué pasa aquí?- se preguntaron las flores- ¡ está lloviendo !
Al mirar hacia arriba se dieron cuenta que no estaba lloviendo, que eran las lágrimas de Serafina que
caían.
- Mirad, es Serafina, ¿ qué le pasará ?
- ¿ Qué hará allí arriba ?, vamos a buscarla.
Todas las flores se dirigieron a la montaña en busca de Serafina.
Al ver llegar a todas sus amigas, Serafina se puso muy contenta
- ¡ qué ganas tenía de veros !. ¡ como os he echado de menos !
Serafina les contó lo ocurrido y ...
A las flores les gustó tanto el lugar que desde aquel día todas viven allí en compañía del sol y la luna.
MATEO Y PISPÍN
Había una vez un niño de cinco años que se llamaba Mateo, era tan bajito que las mamás de sus
compañeros de clase pensaban que tenía tres años.
A Mateo no le gustaba ir al colegio porque los niños le llamaban pitufo pequeñajo y se reían de él
haciéndole rabiar.
Mientras los otros niños crecían, Mateo seguía teniendo la misma altura, él estaba muy triste. Quería ser
tan alto como los árboles, pensaba que así nadie más se reiría de él.
Un día mientras iba caminando, desde su casa a la escuela, vio de repente a algunos de sus compañeros
de clase próximos unos a otros, formando un círculo.
Cuando se aproximó pudo observar que en el centro del círculo se encontraba un pequeño agujero que
había en la acera, no más grande que una rueda de su bicicleta.
Un poco más apartada del grupo, a un metro de distancia, una niña estaba sentada en el suelo con las
piernas flexionadas, que lloraba desconsoladamente.
_ ¿Qué te pasa? Le Preguntó Mateo a la niña con mucha curiosidad.
La niña levantando la mirada y con los ojos enrojecidos de tanto llorar. Le respondió -Lloro de pena- sus
manos apretaban con fuerza una cuerda. Al ver que Mateo observaba la cuerda sin comprender de dónde
venía su pena, le siguió explicando con mucha tristeza- Mi perro se ha caído por ese agujero- dijo
mientras señalaba con un dedo al suelo- ¡Nadie puede sacarlo de allí! Y ¡ tampoco él puede salir!
La niña volvió a llorar y lamentándose dijo: ¡Pobre Pispín! ¿Estará herido? ¡Ni tan siquiera ladra.!
Mateo teniendo lástima de la niña, no quiso perder tiempo, con cuidado se acercó al agujero que estaba
muy oscuro, tan oscuro que al asomarse no podía ver al pobre Pispín. Ni tan siquiera abriendo mucho los
ojos.
Mateo chilló emocionado - ¡Voy a buscar a Pispín!- Sabía que él era el único que cabía por aquel agujero
tan pequeño.
Sus compañeros, sorprendidos ante la valentía, de Mateo, le dijeron- ¡Podríamos atarte una cuerda
alrededor de la cintura! Ayudándote a bajar y así poder tirar de ti, cuando quieras subir.
A Mateo le pareció una buena idea y decidido, se pasó la gruesa cuerda, se acercó al agujero del suelo,
aunque sintió un poco de miedo, se metió por él y poco a poco empezó a descender por él, hasta llegar al
fondo.
-¡Ya tengo a Pispín!- Gritó muy contento Mateo- ¡Podéis subirnos!-
La niña al escucharle, se levantó del suelo y se acercó al agujero sonriendo. Sus compañeros fueron
tirando poco a poco de la cuerda, con mucho cuidado hasta subir a Mateo y a Pispín, que estaba tan
asustado que no movía ni la cola.
La niña, cuando vio asomarse por el agujero a Mateo y a Pispín, se abalanzó sobre ellos repartiendo
grandes besos a los dos, y con lágrimas en los ojos, esta vez de alegría y agradecimiento, le decía a
Mateo: ¡Muchas gracias! ¡De no ser por ti, nadie hubiera podido salvar a Pispín!
El resto de los niños muy contentos, subieron a hombros a Mateo gritando campeón y llevándole así hasta
la escuela, mientras le felicitaban por haber salvado a Pispín.
Nunca más nadie en el colegio volvió a reírse de Mateo por ser bajito, ser diferente fue una gran suerte.
De no haber tenido aquel tamaño, Pispín habría muerto en aquel agujero sin que nadie hubiera podido
rescatarlo.
Mateo ahora acude cada día feliz al colegio, tiene muchos amigos con los que juega y se divierte. Ya no
quiere ser tan alto como los árboles, está muy contento de ser como es.
Anécdotas
El novio desaparecido
Conocí a Sergio Gomes hace unos cinco años. De trabajar en el Ministerio Público se retiró hace siete,
según me contó, y desde entonces se dedicó al oficio de investigador privado. Nos hicimos amigos porque
llegó a mi consultorio por una infección de garganta. No hay nadie que tenga una conversación tan
interesante como Gomes; desde fútbol hasta filosofía, literatura y ciencia. No sé de nadie que, como él,
juegue bien al tenis y al ajedrez. He tenido la costumbre de tomar notas de los casos que hemos visto
juntos y ahora, con permiso de él, voy a contarles acá un caso reciente en el que participé junto a Gomes.
La vecina
Tenía poco tiempo de haberme mudado al barrio cuando se pasó a vivir a la par de mi casa una mujer que
alborotó al vecindario entero. Yo tenía quince años. Mis papás trabajaban todo el día, y por las tardes, al
regresar del colegio, me tocaba cuidar a mi hermana de seis años. Yo vi cuando el camión de mudanzas
bajaba las cosas de la vecina una tarde de abril. La primera vez que la vi estaba de espaldas y aproveché
para verle el cuerpazo que se echaba. Cuando se volteó vi a la mujer más hermosa que había visto en mi
vida. Tenía un lindo cabello negro, liso, brillante, como comercial de shampú de la tele.
El marido vengador
Hacía un día lindo y soleado cuando Mario se enteró de que su mujer lo engañaba con el ginecólogo. Los
vio en un mcdonalds besándose y sonriendo, muy felices. Él pasaba de casualidad a comprar comida para
llevar; afortunadamente no lo habían visto. Lo sospechaba desde hacía algunos meses y ahora lo
confirmaba. La muy cabrona lo estaba engañando. Furioso, al regresar a la oficina ya no tuvo hambre
para comerse la comida que había comprado. En vez de comer, empezó a buscar tiendas de armas en la
guía telefónica y decidió que esa misma tarde iría a comprar el arma con la cual se vengaría.
Los campeones
La temporada más feliz de mi vida fue cuando jugaba fútbol en los campos de Montserrat. Con un grupo
de cuates armamos un equipo al que llamamos FC Bárcenas. Le llamamos así porque los dueños del
equipo eran de Bárcenas. El Lito y el Cacho, hermanos, no eran tan buenos para jugar, pero ponían los
uniformes y las pelotas para entrenar. Todos teníamos menos de veinte años y empezábamos la
universidad, pocos trabajaban. Entrenábamos casi todos los días, aunque no éramos tan buenos que
digamos. Jugamos tres torneos, en el primero empezamos ganando, contra todo pronóstico. Pero después
todo cambió.
El servicio
Alfonso llegó retrasado al ensayo de la iglesia. El pastor había citado a los doce pastores auxiliares para el
jueves a las seis de la tarde. Todos varones, como los doce apóstoles. Les había indicado que era muy
importante, y que además, no contaran a nadie. Después de disculparse y recibir la mirada de reproche
del pastor, se integró al grupo. Habría un evento especial el sábado. El pastor dijo que los ingresos de la
iglesia habían bajado y que era necesario hacer algo especial para llamar la atención, el nuevo templo lo
requería. Cuando Alfonso se enteró de qué iba la cosa, se rió nerviosamente, pero después de ver la
mirada seria del pastor, sintió una mezcla de temor y aberración.
Historias Infantiles
El espejo
Hubo un tiempo en que eran muy amigos, casi inseparables. Sin embargo, la vida los fue alejando.
Las personas no sólo se alejan de otras personas, también se alejan de ciertos objetos que ya no le sirven
o no le dan la felicidad que alguna vez le dieron.
Cuando se es muy joven, el espejo suele ser un buen compañero de ruta. Indicador silencioso de cómo
nos vemos o mejor dicho, como creemos que nos ven los demás. El dictamina si estamos poco o muy
maquilladas, si tenemos cara de cansadas o si las canas han crecido ya en forma poco prudente.
Pilar había sido, como toda adolescente que se precie de tal, algo esclava del espejo. Chiquito para la
cartera, grande para el cuarto, propio, prestado, verdadero, inventado en una vidriera, no importaba. Eran
tiempos en los que Pilar no necesitaba anteojos para ver su imagen, ni tampoco su vida y donde aquellos
defectos que el espejo le mostraba, se podían corregir.
Era agradable mirarse y hasta corregirse. La imagen que el espejo devolvía sólo anunciaba presente y
mucho futuro.
El tiempo pasó y Pilar maduró y ya no tenía tiempo de mirarse horas. Había que criar a los hijos, atender
el hogar, trabajar y por la noche era tal el cansancio que mirarse era un mero trámite que nada decía y al
cual no le prestaba atención.
Y así, como fueron muchos años de amistad, fueron muchos los años de alejamiento y luego vino el enojo.
Como puede pasar con los vínculos, cuando Pilar y el espejo se reencontraron ya no eran los mismos y no
se entendieron, es más, casi ni se reconocieron.
Esa mujer que antes habitaba en el espejo ya no existía, aún menos la joven ¿Quién era entonces la que
estaba frente a ella? ¿Por qué un elemento que tanto había querido y necesitado se volvía insolente, casi
irrespetuoso? ¿En qué momento se había ido la tersura de su piel? ¿Qué día se había instalado
cómodamente en su rostro la primera arruga, en su cabello la primera cana? ¿Tan rápido había pasado el
tiempo desde que se viera con detenimiento la última vez?
Se enojó mucho y revoleó el espejo que, sin ofenderse y por si acaso Pilar fuese supersticiosa decidió no
romperse. Y entonces comenzó para Pilar una lucha estéril como todas las que se libran para evitar lo
inevitable, para detener lo que indefectiblemente debe seguir su curso.
No mirarse en un espejo era imposible, pero se prometió a si misma hacerlo lo menos posible, evitar las
vidrieras, los espejos de los probadores que tan antipáticos resultan a cierta edad y ya no llevaba un
espejito en su cartera.
Paradójicamente, cuando nuestra imagen comienza a no conformarnos, es necesario otro elemento que
nos obliga a ver lo que no queremos. Es ahí cuando los lentes se convierten, como los espejos en amigos
y enemigos. Sin lentes no podemos vernos, con ellos, lo que vemos no nos gusta.
Y la batalla continuó y cada vez que estaba frente a un espejo, se sacaba los lentes y así era más fácil
digerir el paso del tiempo. Una mañana, la vida se impuso, como lo hace siempre por otra parte y los
lentes de Pilar se rompieron.
Sin embargo, lo más importante que entendió Pilar que ella era mucho más que la imagen que el espejo
devolviese. Que el tiempo pasa nos miremos o no y que lo mejor de uno, es precisamente aquello que no
se refleja en un espejo. Que no está mal necesitar lentes y mejor aún llevarlos con gracia. Que hay que
aprender que el tiempo nos va cambiando y saber convivir con ello.
Y entonces, en un gran acto de valentía íntima, decidió mirarse por dentro y con los mejores lentes, los de
mayor graduación que no son otros que los ojos del alma y descubrió que esa persona que veía seguía
mereciendo mirarse bien al espejo.
A partir de ese día y como sucede entre las personas muchas veces, se reencontraron, pero desde otro
lugar y se volvieron a reconocer.
Fin
De mujer a mujer
El sol arde en el desierto somalí.
Poco, comparado con la abrasada entrepierna de la pequeña Lyia, en su ritual de ablación. La condujo su
madre, Wangary.
La creía desvalida sin un hombre que la aceptara en matrimonio, pero estremeció frente a la gitana de la
tribu y su cuchilla de afeitar sucia, sin filo de tanto cercenar genitales en carne viva. Hemorragia
intermitente. Wangary repasa su historia.
Menstruaciones, sexo, infecciones, parto, micción: un solo dolor brutal. Sus manos dejan de sujetar el
muslo de Lyia para cerrarle los ojos. Luego libera los gritos atrapados en el trozo de madera apretado
entre sus dientecitos.
La noche las sorprende desvelando su propio misterio.
Pronto amanecerá en África.
Fin
Los Onas y la luna
Los Onas suponen que en las variadas fases de la luna hay seres ocultos enemigos de los hombres que les
causan mayor pavor.
El engrosamiento gradual de la luna KRE les inspira gran miedo, porque creen que para engrosarse se
alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre que les causa la muerte.
De aquí que cuando llega el plenilunio hagan fiestas alrededor de grandes fogatas y bailan y gritan en
algazara infernal durante toda la noche, celebrando él haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que
aman con mucha ternura.
Fin
El ladrón de orquídeas
Esa noche el inspector Muriel estaba convencido de que el misterioso encapuchado del sobretodo gris
volvería al lugar del hecho para robar una nueva orquídea del invernadero de la doctora Sofía.
Hacía ya varios años que esta respetable señora, había dejado la medicina para abocarse al cultivo y
cuidado de sus plantas y particularmente se sentía atraída por las orquídeas. Sus formas y colores no
dejaban de sorprenderla y cautivarla al mismo tiempo. Si bien éste no era un caso demasiado importante,
en la comisaría estaban cansados de ver llegar a la doctora denunciando que sus extrañas flores les eran
hurtadas tan sigilosamente, que nunca llegaba a descubrir al ladrón.
Por otra parte Muriel sabía que su dedicación y empeño por cumplir con sus deberes de policía le iban a
reportar, en cualquier momento, un ascenso y, de ese modo, tal vez la bella Lucía aceptaría ser su novia.
De manera que a pesar del frío, se escondió tras unos matorrales y esperó pacientemente la posible
llegada del sospechoso.
A medida que pasaban las horas, sentía que sus pies se humedecían por la escarcha, pero como no podía
moverlos para no hacer ruido, decidió que lo mejor sería pensar en alguien que lo reconfortara. Y esa
persona no podía ser otra más que la dulce y callada Lucía.
Recordó que un día, en el parque, mientras caminaban por el rosedal, le había comentado que tenía un
hobby. Un pasatiempo tan especial que sólo se lo confesaría a su futuro esposo cuando éste apareciera en
su vida. ¿Cuál sería ese hobby? ¿Y si fuese él el elegido para conocerlo?
De pronto, mientras su mente discurría entre esos interrogantes, sintió un ruido, cuidadosamente apartó
las ramas que ocultaban su rostro y pudo ver cómo el misterioso encapuchado recogía una nueva
orquídea del invernadero y se escabullía entre el follaje de los arbustos.
En un primer momento sintió el impulso de sorprenderlo, pero luego prefirió seguirlo. Esperó que se
alejara unos metros para luego encaminar sus pasos detrás de él. Al llegar a una esquina, el encapuchado
dobló hacia la derecha y para sorpresa del inspector se introdujo, sin tomar el menor recaudo, en la casa
de Lucía.
Desconcertado, Muriel corrió hacia allí, saltó la verja y al ver que el ladrón se estaba escurriendo por la
ventana del dormitorio de la joven, se abalanzó sin pensarlo sobre él y ambos cayeron dentro de la
habitación.
Después de un breve forcejeo, sostuvo las muñecas de éste con su mano derecha y con la izquierda le
sacó la capucha. Al ver aquel rostro, los ojos de Muriel se abrieron de tal modo, que parecían salirse de
sus órbitas.
¡No podía ser verdad! ¡Lucía! ¡Su dulce Lucia era el misterioso ladrón del sobretodo gris! La joven
avergonzada levantó la vista y, luego de mirarlo por un instante, le señaló con los ojos una vitrina que
estaba en uno de los ángulos del cuarto.
Después de mirarlas con atención y leer aquellos relatos que daban cuenta de cómo habían llegado un día
a la tierra para engalanarla con sus exóticas bellezas, el inspector Muriel se dio vuelta y contempló, por
unos instantes, el rostro de aquella muchacha que con su timidez lo había enamorado.
Sin decirle una palabra, salió a través de la ventana por la que había ingresado y se marchó por las calles
solitarias y oscuras envuelto en una duda: ¿Esa noche se habría convertido en el novio de Lucía o estaría
a un paso de lograr su ascenso?
Fin
LUCERITO Y LOS AMIGOS DEL MAR
Habia una niña llamada lucerito y le fascinaba bañarse en el mar, el rio y hasta en la piscina. Pero le
gustaba mas ir al mar, por estar a cada momento nadando no obedecia a sus padres en sus quehaceres y
sus tareas se estaba volviendo muy pero muy desobediente.
Un dia cuando nadaba en el mar deseo bajar al fondo y naturalmente bajo convertida en sirena era muy
feliz hizo infinidad de amigos como la estrella de mar, el caballito de mar, cangrejos, esponjas, pecesillos
de diferentes colores parecidos a nemo, y muchos mas, era tan feliz lucerito pero un dia al pensar en sus
padres,hermanos y amigos sintio tristeza y deseo volver con ellos.
Hizo oracion y le pidio a papito dios estar con todos los humanos que se portaria muy bien y seria la niña
mas juiciosa y obediente.
Como sus padres la andaban buscando por el mar.
Y con todos sus amigos del mar facilmente encontraron el bote,el reencuentro fue muy hermoso lleno de
alegrias por todos. Y vivieron muy felices y lucerito muy juiciosa.
Fin.
Trabalenguas
1
Hay chicas chachareras que chacotean con chicos chazos. Y un chico mete al chillón de la chepa un
chichón por chirrichote, y el chiste, y lo chocante, es que la chepa se le ha chafado con la hinchazón del
chirlo.
2
Tengo un tío cajonero
que hace cajas y calajas
y cajitas y cajones.
Y al tirar de los cordones
salen cajas y calajas
y cajitas y cajones.
3
compadre de la capa parda, no compre usted mas capa parda,
que el que mucha capa parda compra, mucha capa parda paga.
Yo que mucha capa parda compré, mucha capa parda pagué.
4
Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le preguntó: Podador que podas la parra.
¿Qué parra podas?
¿Podas mi parra o tu parra podas?
Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra de mi tío Bartolo.
5
Los hombres con hambre hombre, abren sus hombros hombrunos sin dejar de ser hombres con hambre
hombre hombruno. Si tú eres un hombre con hambre hombre hombruno, pues dí que eres un hombre
com hambre y no cualquier hombre hombruno sino un hombre con hombros muy hombre, hombre.
Refranes
Explicación
Quien mucho abarca,
poco aprieta
Quien emprende muchas cosas a un tiempo, generalmente no desempeña
ninguna bien.
En casa de herrero,
cuchillo de palo.
A veces falta una cosa en el lugar donde nunca debiera hacer falta.
A mal tiempo, buena
cara.
Hay que saber sobrellevar los problemas de la vida.
A pan duro, diente
agudo.
Para superar las dificultades, es necesario esforzarse.
Cuando hay hambre, no
hay pan duro.
La necesidad obliga a valorar las cosas mínimas.
A falta de pan, buenas
son tortas.
Cuando falta de algo, se valora lo que puede reemplazarlo.
Unos nacen con estrella
y otros nacen
estrellados.
Es diverso el destino de los hombres.
Teatrillos
Titirimundi en Segovia
Se celebra Titirimundi en la ciudad de Segovia. Con este motivo, a los pies del Acueducto, en la plaza del
Azoguejo, han instalado dos bonitos carruseles.
Son carruseles extraordinarios, tanto por su enorme tamaño como por su bonito colorido, un color
sanguina que al mirarlos parece que estuviéramos viendo una estampa del siglo pasado. En ellos dan
vueltas un pájaro prehistórico, con un enorme pico con dientes, un bonito globo aerostático, un coche y
una avioneta de la primera guerra mundial, entre otros artefactos.
Cientos de niños guardan cola a su alrededor para montar en su atracción preferida. Tan solo a unos
metros de aquí, en la misma plaza, un grupo de muchachos negros, vestidos de llamativos colores, cantan
y danzan temas típicos africanos al son de las palmas de un entregado y numeroso público.
Al fondo, bajando por la calle real, se acerca un monito articulado montado en un triciclo acompañado por
un montón de alborotados chiquillos. Es un monito muy desobediente que causa gran revuelo por donde
pasa. La calle real es un hervidero de gente que pasea feliz y contenta y que sonríe según va
descubriendo los diferentes espectáculos. Unos metros más arriba, un muchacho ensaya tirando un
diábolo a gran altura, para cogerlo de nuevo con su cuerda ante la atenta mirada de muchos curiosos.
Según nos vamos acercando a la plaza de San Martín, las carcajadas van subiendo de intensidad, un
espectáculo con títeres se desarrolla en este momento, las escaleras están atestadas de personas dando
colorido a un marco inigualable. Enfrente unos puestos callejeros son también atención de numerosos
viandantes.
Fin
Tres perros y un gato.
Título: Tres perros y un gato.
Escenografía: Un callejón, con algunos botes de basura.
Personajes:
Perro Dóberman (Voz fuerte y babeando)
Perro Akita (Orgulloso y callado)
Perro Chihuahua (Tembloroso, habla cantadito)
Perro Vagabundo (Perro/gato)
Introducción: Un día como cualquier otro 3 perros amigos paseaban por el callejón buscando algo para
comer, mientras se acercaban a los botes de basura vieron a lo lejos a otro de sus amigos, un perro algo
raro (flaco y con poco cabello, el perro vagabundo) al que llevaban meses sin ver… Bueno, excepto por el
Chihuahua quien tendría un chimes que contarles.
Chihuahua: Oigan, oigan, adivinen qué me contaron del vagabundo.
Dóberman: No sé, dinos.
Chihuhua: ¡El pobre enloqueció y se cree un gato!
Akita: ¿Estás seguro? Yo creo que sólo son habladurías de la gente.
Chihuahua: Pues seguro, seguro, no pero…
Dóberman: (interrumpiendo) Pues vamos a ver, llamémosle.
Akita: Si es cierto no hay que burlarse de él, hay que ayudarle.
Chihuahua: Claro, claro.
Dóberman: ¡Hey vagabundo, ven!
(Vagabundo los mira y corre hacia ellos.)
Vagabundo: ¡Amigos, tiempo sin verlos!
Akita: Sí, mucho tiempo, para ser sinceros te hablamos para saber si es cierto algo que han estado
diciendo de ti.
Vagabundo: ¿Qué cosa?
Akita: Pues…
Dóberman: (interrumpiendo) Que te crees un gato…
Vagabundo: Jajaja, claro que no me creo un gato…
Akita: Eso creí…
Vagabundo: ¡Soy un gato! Miren como hago Miau.
Chihuahua: No lo puedo creer.
Dóberman: Claro que no eres un gato.
Vagabundo: Sí lo soy mira como digo Miau.
Akita: Amigo no eres un gato y te lo podemos demostrar.
Vagabundo: ¿Cómo?
Akita: Bueno, para empezar si fueras un gato nosotros te perseguiríamos y no lo hacemos.
Vagabundo: Eso es porque soy un gato rudo, mira como hago Miau (con voz ruda)
Chihuahua: Eso no demuestra nada, si fueras un gato te gustaría el pescado y no te gusta.
Vagabundo: Bueno, lo que pasa es que soy un gato vegetariano, mira como hago Miau (con voz elegante
y chupándose los dedos)
Dóberman: No, no, no, si fueras un gato podrías trepar a los árboles y estoy seguro que no puedes.
Vagabundo: Claro que no puedo y eso es porque soy un gato pesado, sólo mira como hago Miau (voz
pesada)
Akita: Si fueras un gato serias flexible y podrías lavarte a ti mismo con la lengua.
Vagabundo: Claro que puedo, miren. (Improvisa movimientos gatunos)
Chihuahua: ¡Santos caninos!
Dóberman: Esto es muy perturbador.
Akita: Ok, ok eres un gato pero deja de hacer eso.
Vagabundo: ¿Ven? Soy un gato y digo Miau.
Dóberman: ¿Cómo aprendiste a hacer eso?
Vagabundo: Yoga.
Fin.
Amor, cacerolas y ladrones
Personajes :
Catalina y Federico ( pareja de recién casados)
Ladrón I , Ladrón II y Ladrón III
La Pintora
El Perro
Publicada en "Caminantes 4,5 y 6" de editorial e.d.b.
ESCENA I
(Sala de una casa de campo . La luz cae sobre FEDERICO y CATALINA al tiempo que se escuchan los
acordes de la marcha nupcial . La pareja posa para un retrato : El sentado, ella parada detrás como en las
viejas fotografías. Frente a ellos, ante un caballete, la PINTORA).
CATALINA : ¡ Ay , Fede, seremos tan felices y comeremos tantas perdices !
FEDERICO : No sabía que ser felices era cuestión de perdices, pero ahora que lo sé, no quedará copetona
con copete. Te lo prometo , Cata.
CATALINA : ¡ Fede , qué bueno eres ! . Te aseguro que no te arrepentirás de haberte casado conmigo.
Verás qué limpia y reluciente tendré la casa. Y ni te cuento lo bien que cocina tu mujercita . Además
tendremos muchos hijos y ....
FEDERICO : ( con gesto grave ) Catalina, si quieres ser una buena esposa , tendrás que obedecer mucho
y pensar poco. Así me lo aconsejó mi madre ( se escucha la risita burlona de la PINTORA . FEDERICO
continúa más solemne aún ) Obedecer como un soldado y pensar como un... tarado.
CATALINA : Siempre he tenido la impresión de que mis rulos se estropean cuando pienso...( lo considera
un instante ). De acuerdo , mi Federico pensará por los dos.
FEDERICO : ( incorporándose ) Cata, apoya esa cabecita en mi hombro.
( Ella obedece. La PINTORA se acerca a reacomodarlos. Mientras ubica a Catalina, FEDERICO se aleja unos
pasos )
FEDERICO : ( aparte ) Que no piense, eso es lo mejor. De otra forma puede descubrir que los botones
dorados que guardo en la cómoda son monedas de oro. Y es capaz de gastárselas en cualquier pavada. (
escandalizado ) Al oro, ¡ MI oro !
ESCENA II
(Un camino. Tres hombres avanzan, sigilosamente y mirando hacia todos lados. En primer lugar el
LADRÓN III, pequeño y escuálido, con una bolsa al hombro; lo sigue el LADRÓN I, robusto y de cuchillo en
mano , finalmente, tropezando y como a tientas a pesar de sus gafas , el LADRÓN II.
Cuando llegan al centro del escenario, el LADRÓN III se detiene abruptamente, los otros dos chocan entre
sí y caen. El LADRON I, para desquitarse, toma al primero por el tobillo y éste aterriza en media de un
desparramo de cacerolas ) .
LADRÓN I : ( incorporándose) .En el mundo se ha perdido la decencia, si señor, la decencia...( aparta de
un manotazo al LADRÓN II quien, en busca de sus anteojos perdidos, le ha tapado la boca ). La gente
honesta, que trabaja todo el día para bien de la sociedad y de sus semejantes, ya ni una moneda tiene
para comer.
LADRÓN III : Dice que las monedas se comen ¡ Ji, ji, ji !
LADRÓN II : ( encontrando por fin sus anteojos ) ¿ Y por qué te preocupas por la gente honrada, si tú no
eres honrado ?
LADRÓN I : Por supuesto que no soy honrado, pero le robo a los honrados. Y si no tienen plata, ¿ qué les
voy a robar ?. Sí, señor, el mundo ha perdido la decencia : ya no queda ni a quien robarle.
LADRÓN II : No seamos pesimistas. Al caminante no le pudimos sacar dinero, pero sí unas cuantas
cacerolas. ¿ Ven esa casa ?
LADRÓN III : ¿ Cuál casa ?
LADRÓN II : Esa, ¿ no la ven ?
(Los otros se dan cuenta de que se ha sacado los anteojos para limpiarlos y está apuntando con su dedo
para cualquier lado. Se los colocan sin demasiada delicadeza).
LADRÓN II : ( esta vez señalando el lugar correcto ) Allí iremos a vender las cacerolas.
LADRÓN I : ( con actitud feroz y desenvainando la navaja ) ¿ vender ?
LADRÓN III : Está chiflado.
LADRÓN II : Un momento, Escuchen mi plan...
( Quedan cuchicheando entre ellos )
ESCENA III
( La cocina de una casa de campo) .
FEDERICO : Ya terminaron los festejos de nuestra boda y debo volver a mi trabajo. Iré a encerrar las
vacas en el establo, pero cuando vuelva tendré hambre. Prepara algo bueno para comer sin olvidar un
gran jarro de cerveza.
CATALINA : Como tú digas, esposo mío. Todo lo encontrarás dispuesto y requeterriquísimo.
( Se despiden. Federico sale )
(Catalina comienza a canturrear mientras ordena la cocina. Por la puerta se asoma el PERRO, pero ella no
ha reparado en él).
CATALINA : Ya es hora de que prepare la comida de mi Federiquito. ( Toma una gran chuleta. La golpea y
condimenta ostentosamente ). ¡ Listo !. Ahora la cerveza . ( Mientras va en busca de la cerveza y llena la
jarra , el PERRO aprovecha para robarse la chuleta . Ella alcanza a verlo cuando éste sale por la puerta ) ¡
Maldito perro, venga para acá ! ( apoya la jarra sobre la mesada con tan mala suerte que cae
desparramando su contenido en el suelo. CATALINA ya ha salido corriendo detrás del PERRO )
ESCENA IV
CATALINA : ( entrando, vencida y llorosa ) ¡ Perro de porquería....! ( Ve la cerveza derramada ) Encima se
me volcó la cerveza... ¿ qué hago ahora para que Federico no vea este desastre ?... ¡ Ya sé !. Tiraré
harina sobre la cerveza. Todo quedará blanquísimo y no se notará el estropicio. ( Ya con ánimo optimista,
esparce harina generosamente sobre el piso. En eso está cuando entra FEDERICO ).
FEDERICO : ( Mientras se sacude la harina que ha caído sobre él. Con voz doliente) Dios mío, Cata, qué
sucede aquí ?
CATALINA : ( Sin saber como disimular la situación ) Nada...bueno...mira, estaba preparándote una
hermosa chuleta cuando fui a buscar la cerveza y...el perro se la llevó. Mientras lo perseguía se me volcó
la cerveza. Y cuando estaba blanqueando con harina...
FEDERICO : ( furioso) ¡ Me ensuciaste a mí !
CATALINA : Pero el resto de la casa está tan limpito que da gloria verlo. ¿ No me felicitas, Fede ?
FEDERICO : ¡ Ay, Cata !. ¿ Cómo pudiste, en tan poco tiempo, hacer tantos desastres ?
CATALINA : Una se las arregla para todo.
FEDERICO : ( reprobador )¡ Catalina !
CATALINA : ¿ y ahora qué hice mal ?
FEDERICO : Me quedé sin chuleta, sin cerveza, sin harina...
CATALINA : ( mimosa ) . No te enojes , Fede. Yo no sabía qué hacer y tú debiste advertírmelo. ¿ No
quedamos en que pensarías por los dos ?
FEDERICO : ( aparte ) Esto de tener una esposa que no piensa me está saliendo un poco caro. No me
queda otro remedio que proteger mis monedas porque esta mujer es capaz de usarlas para adornar el
jardín. ( Reflexiona un rato, no sin cierto esfuerzo. Luego dirigiéndose a Catalina ). De acuerdo, te
perdono. Pero ahora vas a escucharme bien : dame los botones dorados, yo los enterraré.
CATALINA : ( mortificada ) Pero...¿ por qué, Fede ?. Perderán su brillo los pobrecitos...
FEDERICO :( terminante ) Prometiste obedecer.
CATALINA : ( cuadrándose ) Sí, Fede.( va en busca de la bolsa con monedas y se la entrega )
FEDERICO : Las enterraré, pero nada de mirar , eh... ( Cata asiente dándose vuelta y Federico sale al
jardín. Al rato vuelve sin las monedas) . Ya está hecho. Ahora promete que ni las tocarás ni las mirarás.
CATALINA : ( risueña ) ¿ Cómo las voy a mirar si están enterradas ? ¡ Qué tonto es mi Federiquín !
FEDERICO : ( aparte ) No lo digo yo, cuando una mujer piensa es un peligro. ( A Catalina ). Volveré a mi
trabajo y cuando regrese ...
CATALINA : Tendrás toda tu ropa limpia y planchada.
FEDERICO : ( rezongando )¡ Qué ropa ni ropa, comida es lo que quiero! ( Sale )
ESCENA V
La misma cocina. Catalina está planchando. Los LADRONES golpean a la puerta.
LADRÓN II . ¡ Señora !
LADRÓN III : ¡ bella señora !
CATALINA : ¿ Qué quieren ?. Si venden acondicionador para el cabello ni se molesten. Desde que me casé
mis rulos están cada vez mas armados y brillantes.
( Mientras ella contesta los LADRONES han entrado )
LADRÓN II : Venimos a ofrecerle estas magníficas y relucientes cacerolas.
CATALINA : ( Entusiasmada )¡ Qué lindas ! ( compungida ) Pero no las puedo comprar. Mi marido está en
el campo y no tengo ni una moneda...
LADRÓN I : ( que se ha colocado detrás de ella y la amenaza con su cuchillo ) Cuánto lo siento porque...
CATALINA : ( sin darse cuenta ) Esperen,¿ no les darían lo mismo unos botones dorados?. Mi marido los
enterró hace un rato por ahí. Eso sí, tendrán que desenterrarlos ustedes porque yo le prometí que no los
miraría ni los tocaría.
LADRÓN II : Echaremos un vistazo.
LADRON III : ¡ Justo él, un vistazo ! ¡ Ji, ji , ji !
( Salen y Catalina vuelve a sus tareas tratando de no mirar hacia afuera. Al rato entran de nuevo los tres)
LADRÓN II : Señora, estos botones no valen nada, pero hacemos el trato. Las cacerolas son suyas.
LADRÓN III : ( retirándose último ) Sus rulos nos han convencido.
ESCENA VI
( La misma cocina. Entra FEDERICO, muy cansado )
CATALINA : ( abrazándolo ) ¡ Qué suerte que volviste ! Mira, me las arreglé para comprar todo esto con
tus botones dorados. Pero yo no los toqué ni los miré , los mismos vendedores los desenterraron.
FEDERICO : ( desesperado ) Catalina, esos botones son monedas de oro y eran toda nuestra fortuna...
CATALINA : ( grave ) Yo no lo sabía, Fede. Debiste advertírmelo... Pero no te preocupes, maridito,
correremos tras los delincuentes y recuperaremos nuestro oro.
FEDERICO : ¡ Qué remedio queda !. Prepara algo para comer y beber en el camino, pues me tienes con la
panza vacía. Yo partiré primero y tú me sigues. ¡ Ah !, no te olvides de asegurar bien la puerta ( sale).
CATALINA : ( coloca en un zurrón que cuelga de su cintura una bolsa de nueces y una botella de agua.
Luego se detiene ante la puerta, dubitativa ) Me dijo que la asegurara bien. ¡ Ya sé ! En ninguna parte
estará más segura que llevándola conmigo ( Carga la puerta y sale )
ESCENA VII
Un frondoso árbol al borde de un camino . La PINTORA está trabajando en un paisaje. Escucha voces,
levanta su caballete y se esconde. Entran FEDERICO Y CATALINA, ella aún con la puerta a cuestas.
CATALINA : ( Quejosa ) Fede, esto me pesa mucho. ..
FEDERICO : ( enojado ) Basta de charla. Tú la trajiste dejando nuestra casa desprotegida, ahora la
cargarás. ( Se detiene y estudia el lugar ) Ya está anocheciendo y será mejor que subamos a este árbol
para resguardarnos de las fieras.
( Ayuda a subir a Cata , con puerta y todo. Luego sube él . La PINTORA se acerca a saludarlos , pero se
escuchan otras voces y decide volver a su escondite )
( Entran los LADRONES)
LADRÓN II : Al tomar esa senda errada perdimos mucho tiempo. No creo que podamos llegar a la ciudad
antes de la noche.
LADRÓN I : ( Deteniéndose) No importa, dormiremos por acá. ( Sopesa la bolsa llena de monedas. ) . ¿
No les dije yo ?. Aún queda gente honrada en el mundo. Así da gusto ser ladrón.
LADRÓN III : ¿ Gente honrada ? ¡ Ji, ji, ji !. Gente tonta, dirás.
LADRÓN I : ( propinándole un buen golpe ) ¡ Este petiso no tiene valores !( al ver que el LADRÓN II sigue
caminando y va a tragarse el árbol) . ¡Eh ! ¿ Dónde vas ?
LADRÓN II : ( que efectivamente ya chocó contra una rama. Medio atontado ) Lo importante es que ahora
estamos en el buen camino. pero creo que tendríamos que descansar un rato.
LADRÓN I : Cierto, por hoy trabajamos demasiado.
( Se acomodan bajo el árbol y se duermen ).
ESCENA VIII
( El mismo lugar. La PINTORA sale de su escondite y estudia la escena . Va por sus elementos de trabajo
y se dispone a pintar )
CATALINA : Fede, las nueces son muy pesadas... ¿ Puedo tirar las nueces ?
FEDERICO : Ahora no, Cata, nos van a descubrir.
CATALINA : Yo las suelto, Fede, no aguanto más.
( Tira las nueces. LADRON II Y III se despiertan. La PINTORA se esconde presurosa )
LADRÓN II : Está granizando, con razón tengo tanto frío ( se envuelve en la bufanda y se duerme )
LADRÓN III : Ahora el granizo viene comestible ( recoge las nueces ) Para mí solito... ( al rato se lo oye
roncar)
( La PINTORA retorna a su lugar )
CATALINA : Fede, voy a tirar el agua
FEDERICO : No lo hagas, por favor, no lo hagas.
( CATALINA arroja el agua sobre el LADRÓN I y la botella sobre LADRÓN III. La PINTORA vuelve a
esconderse )
LADRON I : ( despertando bruscamente y buscando al culpable) ¡ Siempre haciendo bromas este infeliz! (
Le da un buen golpe en la cabeza al LADRÓN III y vuelve a dormirse )
( La PINTORA retorna a su caballete )
CATALINA : Fede, la puerta es muy, muy pesada...Yo la tiro , Fede.
FEDERICO : Por lo que más quieras, Catalina. Por mis monedas, por mi suegra, por la salud de nuestros
hijos...No la sueltes , Cata.
CATALINA : Nosotros no tenemos hijos...
FEDERICO : Pero los tendremos, Cata, tú misma lo dijiste .
CATALINA : Es cierto, pero yo la tiro igual.
( Cae la puerta con gran estruendo )
LADRON I : ( despavorido ) ¡ Estalló la guerra, moriremos todos !
LADRÓN II : ( que intenta despertar al LADRÓN I sin lograrlo ) ¿ Quién lo mató ?
LADRÓN I : ¡ Qué se yo !
LADRÓN II : ¿ Vamos a usarlo como escudo !
( Lo alzan y se lo llevan. En su huída ni siquiera ven a la PINTORA que no alcanzó a esconderse )
ESCENA IX
( FEDERICO Y CATALINA descienden del árbol )
CATALINA : ( orgullosa ) Fede...¿ notaste que yo solita los ahuyenté ?
FEDERICO : ( temblando ) sssssí
CATALINA : Después de todo no tengo tan malas ideas. Si no te parece mal, empiezo a pensar de nuevo. ¡
Total !. Algún día la moda cambiará y se dejarán de usar los rulos.
FEDERICO : De acuerdo, Cata. De aquí en adelante puedes pensar todo lo que quieras, hasta que soy un
tonto, pero... harás bien tu trabajo. Nada de decirme ( imitándola ) " Tú no me lo advertiste, Fede ".
CATALINA : ( Yendo hacia él ) Fede, me parece que te estás avivando demasiado pronto...
FEDERICO : ( tomándola de las manos ) Cata, no hay estupidez que aguante tantos desastres.
CATALINA : ( mimosa ) Ay, Fede...
FEDERICO : ( enternecido ) Ay, Cata...
( Se preparan para un beso . La PINTORA se acomoda frente a su caballete . Después de un romántico
suspiro, comienza a retratarlos )
*** fin ***
El aula de Tócame-Roque
Cuando se alza el telón, el espectador curioso podrá ver un aula de alumnos adolescentes, indolentes y
traviesos de 4º de la E.S.O.. Pronto, el espectador curioso podrá observar que estos diablillos no saben lo
que hacen o no hacen lo que saben, según.
Se ruega al curioso espectador que no se ría muy alto, tanto para no despertar a los que quieran dormir
como para no perderse la posible conocida tragedia.
Hay una pizarra en el fondo, un cuadro con una imagen de la Virgen y una puesta, a la izquierda del
espectador .Con esto basta, aunque también podría haber un mapa de Europa y un mural con reglas
ortográficas.
Entra el profesor por la izquierda. Los alumnos, que estaban haciendo un jolgorio considerable, se ponen
de pie, casi todos.
Profesor:! Buenos días! !Pónganse de pie los que estaban sentados y siéntense los que estaban de pie!
Los alumnos obedecen.
Profesor: Bueno; ayer quedamos en que dos y dos son cinco,¿no?
Valentín: Señor profesor,¿no eran siete?
Profesor: Depende, Valentín, depende. Pero bueno, ahora que estáis todos atentos, aprovecharé para
haceros unas preguntas, ¿vale? A ver. tú Aquilino, dime dos pronombres
Aquilino : ¿Quien?¿Yo?
Profesor : Muy bien, si señor, dos pronombres. Ahora tú Álvaro: dime una palabra que empiece por "jota"
Álvaro: !Hoy ¡
Profesor: ¿ Hoooy? !Claro¡ No va a ser mañana
Álvaro : Perdone profe, quiero decir que hoy es jueves, que empieza por "j"
Profesor: ! Pero hombre ¡ Si hoy no es jueves. Bueno , vale. ! Eh ¡ pero Francis, ¿ que haces ? Por qué das
golpes con la cabeza? ! Vas a romper el pupitre ¡
Francis : Es que no lo entiendo...
Profesor: ¿Que es lo que no entiendes?
Francis: Que "todo junto" se escribe separado, y "separado" se escribe junto...
Profesor: Déjalo Francis: te puede explotar la cabeza. Piensa en otra cosa.
Profe , profe , profe; tengo una duda....
Profesor: A ver si te la puedo ampliar, Salva,¿cuál es tu duda?
Profe,"ayer" ¿se escribe con hache?
Profesor: No, Salva, no
¿Y "hoy"?
Profesor: "Hoy " si. Salva."hoy" sí
Y ¿como puede cambiar tanto de un día para otro?
Profesor: Llevándose la mano a la frente: ! Que tropa ,Señor¡ ! que tropa¡
En este momento se oyen unos golpes en la puerta-o una campana- y entra, algo "mosca",un señor,
padre de uno de los alumnos, Teodoro.
Padre: Perdone que interrumpa, señor profesor, pero es que tengo que averiguar si es cierto lo que me
cuenta mi hijo, aquí presente...
Profesor: No es una manera muy ortodoxa de entrar, pero tengo curiosidad...¿que le cuenta su hijo?
Padre: Pues que usted le hace al pobre chico las preguntas más difíciles.?que de cierto en ello?
Profesor: ¡ Pero hombre!,,, Nada, señor padre, nada, nada. Precisamente ahora estaba preguntando a los
alumnos...¿ quiere usted comprobar las preguntas?
Padre: Si, claro; a eso he venido.
Profesor : Esta bien. Se dirige Teo . Vamos a ver, Teo . No te pongas nervios nerviosos y contesta:
¿cuantos son dos y dos?
Teodoro: mirando a su padre. ¿ lo ves, papá?, ¡ya empieza!
Profesor: ¿ Se convence usted señor padre?. Además ,tengo que comunicarle que su hijo ha copiado en un
examen. Lo supe en seguida, al corregir la prueba .copió de Miguelito.
Padre: ¿ Y como sabe usted que copio de ese Miguelito y no fue al revés?
Profesor: Pues porque Miguelito, en la 3ª pegunta escribió: " Esta no me la se", y su hijo, en la misma
pregunta, puso"Yo, tampoco.¿ Que le parece?.¿se convence usted ?
Padre: ¡ Que bochorno. hijo! ¡ Qué ridículo me has hecho pasar! Le sacude un par de "soplamocos" a su
hijo sin que nadie pueda evitarlo.¡ Toma "cabezudo"
El profesor le calma y le reconduce a la puerta: Dos o tres compañeros consuelan y animan a Teo. entre
tanto.
Profesor: Vamos chicos ánimo ¡Ya pasó todo! ¡Seguimos preguntando! Vamos a ver tú Diego ¿que es un
polígono?
Es un señor que tiene muchas mujeres.
Profesor: ¡ Asombroso! Bueno, cambiemos de materia. Veamos, Alberto: pregunta de religión: ¿Recuerdas
como murió Judas?
Alberto: Duda unos instantes, Luis le qyuda, poniendo una mano en la garganta, ostensiblemente. Por fin,
Alberto dice.¡ Ah! ¡sí!,¡de anginas!
Profesor cara de asombro: No se si reír o llorar, A ver, algo mas facil. Literatura. Dime, Pablo,¿ quien
escribió El Quijote?
Pablo: a punto de llorar. Yo no he sido profesor.¡yo no he sido!
Abel Elomba se acerca al profesor y la dice, mirando a Pablo: No le riña, profe, Pablo nunca cuenta
mentiras: ¡ Si el dice que no fue, es que no fue!
Profesor: debo estar soñando. Manolo, ve a llamar al director, por favor.....
Director: ¿que ocurre, don Francisco?
Profesor : Casi nada: que le pregunto a Pablo " quien escribió El Quijote", y me contesta que él no ha sido.
Y, encima, Abel dice que Pablo no miente, que si el dice que el no ha sido, es que que no ha sido él¿ que
le parece?
Director: Mire, profesor yo también conozco a Pablo, y se que no es mentiroso; si dice que no es , es que
no .... Pero, no se preocupe, a este le atrapamos en seguida. Voy a llamar a la Guardia Civil, Sale a toda
prisa. Llega un sargento de la Guardia Civil con cuatro guardias.
Sargento: Ya está señor profesor. Le vamos a echar el guante en seguida. Todas las salidas están
vigiladas .Atraparemos al que escribió El Quijote ese. Salen los cinco velozmente. En ese momento, entra
un señor elegante. Es el inspector de educación, que esta de vista profesional, inspeccionando el colegio,
que es lo suyo.
Inspector: Buenos días. Soy el inspector de Educación y Ciencia, He visto salir a unos guardias, a toda
prisa.¿ Que pasa?
Profesor: Que estoy desesperado, señor inspector. Aquí nadie escribió El Quijote... Este alumno dice que
el no ha sido, y la guardia Civil ha salido corriendo, a ver si lo atrapan,¿ que le parece?¿ que podemos
hacer
Inspector: Pero, hombre señor profesor, Tenga paciencia. Menos mal que he llegado yo... Se dirige a los
alumnos: " El Quijote no es un esucia-paredes ni nada de eso. Es una obra muy famosa de le literatura
española, escrita por un no menos famoso escritor, llamado Calderón de la Barca.
Profesor. Llevándose las manos a la cabeza.¡Ay! ¿si Lope de Vega levantara la cabeza!
Y cae de vergüenza el telón. Fin.
EL PASTOR TURULATO
Personajes
Turulato
Pastor Juan
Pastora Emilia
Pastora Rosa
Ángel
Diablo
Escenografía
Paisaje de montañas con estrellas en el cielo.
Ideas para la Representación
Esta pastorela ha sido representada por niños de segundo año de primaria.
Si ustedes prefieren ser los actores, inventen sus trajes de pastores más o menos como se ven en los
dibujos. Una canastita de pan puesta boca abajo y adornada con flores de papel resulta un bonito
sombrero de pastora. Unas cintas enrolladas formando cruces en la pantorrilla da la idea de pastor o
pastora. Claro que hacen falta los cuernos y la cola del diablo y las alas del ángel, recortadas en
cartoncillo y con papel de china pegado como para hacer piñatas.
Como pueden aparecer en escena todos los pastores que quieran, la escenografía no se verá mucho y
pueden no hacerla, no importa tanto. Si les gusta mucho pintar, pues píntenla.
O bien pueden representarla con los títeres de varilla (pág. 19). Tienen la ventaja de que se ven
completos y pueden lucirse haciéndoles unos trajes muy bonitos y de muchos colores.
Seguramente sabrán alguna canción de Navidad que los pastores cantarán en escena. Alguno de, ustedes,
o varios, tocarán instrumentos o inventarán un bailecito para la obra.
Por supuesto que se vale inventar más versos.
Turulato llega corriendo.
Turulato
mira hacia adentro del teatro
Salgan los pastores a mirar el cielo. Aunque es media noche brilla como fuego.
Pastora Marcela
desde adentro
Pastor Turulato tú a mí no me engañas, sólo andas pensando en las musarañas.
Turulato
Ve hacia arriba
Yo no los engaño. Vean un lucero de tan gran tamaño que ilumina el cielo.
Salen todos los pastores a contemplar la estrella. Aparece el ángel.
Ángel
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  • 1. Poesías LA LAMPARA Ahuyentando las sombras desnudas con tu luz, mi vieja pena. He pasado largas noches bebiéndome tú selecto alimento, las mejores lecturas. En el verano, las mariposas nocturnas daban rondas de ritos sobre tu ardiente atmósfera. Fue también en un oscuro invierno que percibí de tus destellos la desdicha de los ciegos Que no receptaron tu esencia.- Flor Rebelde La flor del jardín del astronauta, se quedó sola como una reina abandonada. La flor del jardín del astronauta desprecia las abejas cibernéticas, el polen nuclear, las mariposas aceradas. La primavera bélica. La flor del jardín del astronauta Se quedo sola… triste… pensando en un jazmín del sur más austral del planeta tierra, que también está solo, abandonado, entre una tribu de indios, con binchas de acero inoxidable.-
  • 2. MESA Por tus vetas oscuras Los ríos de años sedimentaron sueños. El pesado velo de la grasa la sangre, y la borra del vino derramado Se agruparon rebeldes en las abiertas heridas del cuchillo por el rito diario de cortar el pan, Virgen de los manteles. Aprendí, asistiendo a tu madera, Entre los mil oficios: a desflorar verdades. A afirmar con un golpe de puño Las ideas vencidas.- “En el cáliz tan violento…” Qué busca la razón con su merodeo atento desatento qué busca donde no puede qué calla cuando habla dónde grita cuando sueña sus monstruos floridos qué busca el corazón con su ritmo de odre nuevo viejo qué busca tan incesante tan henchido de sí mismo bombeante fatigoso latido y látigo al tiempo qué buscan los ojos que hoy no encuentran sosiego los mismos que ayer -quizá hace un rato- nadaban en el cáliz tan violento de los suyos
  • 3. "Al dormir, al despertarse" bellasombra acá no hay en el plano de los ayeres nunca sabremos quién nos aguarda ni quién, tampoco se esconde entre los pliegues -bajo las miguitas que tanto molestan al dormir, al despertarse todo lo más una agonía irresuelta (un elástico candor olvidado una excusa un duelo) Fabulas Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña. Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra. El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido. Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada. Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió: Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
  • 4. El águila y los gallos No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro. Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo. Mas no tardó un águila en caerle encima y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se quedo con todo el gallinero La zorra y la liebre A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate Dijo un día una liebre a una zorra:-- ¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas ganancias, y por qué te llaman la "ganadora"? Si quieres saberlo -- contestó la zorra --, te invito a cenar conmigo. Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra vio que no había más cena que la misma liebre. Entonces dijo la liebre: ¡ Al fin comprendo para mi desgracia de donde viene tu nombre: no es de tus trabajos, sino de tus engaños ! Nunca le pidas lecciones a los tramposos, pues tú mismo serás el tema de la lección
  • 5. La paloma y la hormiga Obligada por la sed, una hormiga bajó a un arroyo; arrastrada por la corriente, se encontró a punto de morir ahogada. Una paloma que se encontraba en una rama cercana observó la emergencia; desprendiendo del árbol una ramita, la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga y la salvó. La hormiga, muy agradecida, aseguró a su nueva amiga que si tenía ocasión le devolvería el favor, aunque siendo tan pequeña no sabía cómo podría serle útil a la paloma. Al poco tiempo, un cazador de pájaros se alistó para cazar a la paloma. La hormiga, que se encontraba cerca, al ver la emergencia lo picó en el talón haciéndole soltar su arma. El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el vuelo, y así la hormiga pudo devolver el favor a su amiga. Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres, estaremos encantados de recibirla. La gallina de los huevos de oro Un granjero y su esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Supusieron que la gallina debería contener un gran terrón del oro en su interior, y para tratar de conseguirlo de una sola vez, la mataron. Haciendo esto se encontraron, para su sorpresa, que la gallina se diferenciaba en nada de sus otras gallinas. El par de ingenuos, esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron en adelante del ingreso del cual se habían asegurado día por día. Fábula en verso Erase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aún con tanta ganancia, mal contento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro, y hallar en menos tiempo más tesoro. Matola; abriola el vientre de contado; pero después de haberla registrado ¿qué sucedió? Que, muerta la gallina, perdió su huevo de oro, y no halló mina. ¡Cuántos hay que teniendo lo bastante, Enriquecerse quieren al instante, Abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos, Que sólo en pocos meses, Cuando se contemplaban ya marqueses, Contando sus millones, Se vieron en la calle sin calzones! Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres, estaremos encantados de recibirla.
  • 6. Adivinanzas Brama y brama como el toro y relumbra como el oro. R.: El trueno y el relámpago. En una calle muy limpia anda una dama a un compás, que camina pa delante con los ojos para tras. R.: La tijera. Salgo de la sala, voy a la cocina, meneando la cola, como una gallina. R.: La escoba.
  • 7. Vuela sin alas, silba sin boca, pega sin manos, y no se lo toca. R.: El viento. Pampas blancas, semillas negras, cinco toros y una ternera. R.: La manos, la lapicera, el papel y la escritura Rimas Las manitas Las manitas, las manitas ¿Dónde están? ¿Dónde están?
  • 8. Yo no las veo. Yo no las veo Aquí están, aquí están. La niña María La niña María ha salido en el baile Que baila, que baila, que baila Y si no lo baila Castigo le dará Por lo bien que lo baila hermosa Soledad Salga usted Que la quiero ver bailar. Naranja Piña Naranja Piña Limón partido Déle un besito Al que quiera usted Sea hombre O sea mujer.
  • 9. Chocolate Choco - Late Moli - Nillo Corre - Corre Que te - Pillo Un marinerito Un marinerito Me mandó un papel En el que decía Que me case con él Yo le respondí que me casaría Pero no con él. Rondas A la vuelta de la esquina Me encontré con Don Pinocho Y me dijo que contara hasta ocho Pin una, pin dos, pin tres, pin cuatro Pin cinco, pin seis, pin siete y pin ocho.
  • 10. Lobo está (Rima para juego) Juguemos en el bosque Mientras el lobo no está ¿Lobo está? Me estoy poniendo los zapatos (Gritos) Juguemos en el bosque Mientras el lobo no está ¿Lobo está? Me estoy poniendo el sombrero (Gritos) Juguemos en el bosque Mientras el lobo no está ¿Lobo está? ¡Sí, y ahora iré por ustedes! (Gritos de espanto) EL verdugo Sancho Panza (sic) ha matado a su mujer porque no tenía dinero para irse, para irse al café En el café había una casa, en la casa una pared, en la pared había una vía por la vía, vía, vía pasa el tren. En el tren había una vieja que tenía un loro blanco y el lorito repetía "Viva Sancho, viva Sancho y su mujer!" al oir estas palabras el verdugo se enojo y al lorito, y al lorito lo mato.
  • 11. LA PAJARA PINTA Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón, con el pico cortaba la rama, con la rama cortaba la flor. !Ay, ay ay! ¿Cuándo vendrá mi amor? Me arrodillo a los pies de mi amante, me levanto constante, constante. ¡Dame una mano! ¡Dame la otra! ¡Dame un besito sobre mi boca! Daré la media vuelta, daré la vuelta entera, pero no, pero no, pero no, porque me da verguenza, pero si, pero si, pero si, porque te quiero a ti. QUI QUI RI QUÍ (1) Quiquiriquí, quiquiriquí, El gallo canta así. Quiquiriquí, quiquiriquí, El gallo canta así. (2) Ya está amaneciendo, (3) Saluda el gallo así. (2) Ya está amaneciendo, (3) Saluda el gallo así. (1) Quiquiriquí, quiquiriquí, El gallo canta así. Quiquiriquí, quiquiriquí, El gallo canta así. (4) Buen día tengan todos
  • 12. (3) Saluda el gallo así. Chistes 1. Habían 2 vampiros. Uno estaba bañado en sangre y el otro le pregunta: -¿De dónde sacaste tanta sangre? -¿Vés aquella pared de allá? -Sí. -Pues yo no la ví. 2. Son tres chicos que están sentados en un banco de la calle, y pasa una chica muy guapa por delanate suyo. Va uno y le dice (gritandole a la chica...), guapa!!!!, va el otro y le dice tía buena!!!!, y entonces va un chico y le dice al otro... dile algo verde, y le dice lechuga!!!!!!!! 3. Un gato y una gallina van por la barandilla de un puente. El gato se cae y dice: -Miaogo, miaogo. Y la gallina dice: -Kikirikiaga, kikirikiaga.
  • 13. 4. Esto un zorro ingles y un perro español que se encuentran por el desierto y le dice el zorro al perro: -AN SORRY y le dice el perro al zorro: -AN PERRY 5. Está un padre indio con su hijo pequeño y este le dice: "papá, papá ¿por qué mis hermanos tienen nombres tan extraños?". Y el padre contesta: "verás, tu hermana se llama luna blanca porque la noche en que la concebimos había una preciosa luna blanca, tu hermano se llama sol naciente porque cuando le concebimos estaba saliendo el sol. ¿Comprendes mi pequeño gomarrota?" Leyendas Los Huicholes y el maiz Los huicholes estaban cansados de comer cosas que no les gustaban.
  • 14. Querían alguna cosa que pudieran comer todos los días, pero de maneras diferentes. Un joven huichol oyó hablar del maíz y de sus famosos mets, unas tortillas, los chilaquiles y la sopa de tortilla que se preparaba con este cereal. Pero el maíz se encontraba muy lejos, al otro costado de la montaña. Eso no lo desalentó y se puso en marcha. Al cabo de poco tiempo vio una hilera de hormigas y como él sabía que ciertas de ellas eran las guardianas del maíz, las siguió. Pero cuando el joven se durmió, las hormigas, sin ningún problema, se devoraron todas sus vestimentas, dejándolo sólo con su arco y sus flechas. Sin ropas y hambriento el huichol se puso a lamentar. Fue entonces que un pájaro se posó sobre un árbol próximo. El joven apuntó su arco sobre él, pero el pájaro le regañó y le dijo que ella era la Madre del maíz. Lo invitó a seguirla hasta la Casa del Maíz donde ella lo autorizaría a tomar todo lo que él buscaba. En la Casa de Maíz se encontraban cinco bellas doncellas, las hijas de la Madre del Maíz: Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra. Mazorca Azul lo encantó con su belleza y su dulzura. Se casaron y volvieron a la villa Huichol. Como él no tenía aún casa, durmieron un tiempo en un lugar dedicado a los dioses. Después, como por encantamiento, la casa de los recién casados se llenaba cada día de espigas que la decoraban como flores. Las gentes venían de todas partes porque Mazorca Azul les ofrecía espigas a manos llenas. La bella esposa enseñó a su marido a sembrar el maíz y a cuidar los cultivos. Enterándose qué delicias ofrecía este nuevo alimento, los animales intentaron robarle. Mazorca Azul enseñó a las gentes a colocar fuego alrededor de los cultivos para espantar a las bestias en busca de espigas tiernas. Los Ancianos cuentan que Mazorca Azul, después de haber enseñado todo lo que ella sabía, se molió ella misma y es de esta forma que los hombres conocieron el excelente atole, una bebida caliente que se prepara con granos de maíz. 5 de mayo Cuenta la leyenda que un niño zacapoaxtla estaba en los fuertes, los soldados llegaron, y querian subir a los arboles para ver la posicion del enemigo pero eran fragiles y no podian subir, entonces el niño les dijo que el subia y lo dejaron, desde ahi vio como se acercaban los franceses y empezo a decirles a los soldados su posicion y como venian armados justo en eso empezaron los balazos le dijeron al niño que bajara pero el les daba aun mas informacion pero uno de esos tiros le dio al niño en el corazon, cayo del arbol y murio, guardaron su cuerpo y con la posicion de los franceses que habia dicho el niño pudieron vencerlos, luego de la batalla se dice que le hicieron su funeral y lo nombraron el heroe de esa batalla.
  • 15. Leyenda de la nativa Mariana La Leyenda de la nativa Mariana o más cocida como la Leyenda de la india Mariana es una narración con una proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad, que involucra a una nativa huarpe llamada Mariana que habría vivido en el actual departamento Pocito, en la provincia argentina de A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una anciana nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,1 que siempre era aompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito". En el transcurso de una oscura noche, unos españoles quisieron robarle siguiendo la traza de un cigarrillo encendido. Grande fue su sorpresa cuando, al llegar junto al algarrobo, se encontraron con su perro que les mostraba sus colmillos. Los ladrones huyeron atemorizados, perseguidos por una carcajada de mujer que salía del árbol. Esa noche, un temblor sacudió la región y Mariana nunca más fue vista. Su "pocito" fue buscado, pero sin ningún resultado. La pata sola Como su nombre lo dice, no posee un pie. El otro lo perdió al pasar un rio. Se trataba de una joven mal humorada y de malos sentimientos. Un día, llevaba a su hermana de la mano, tirándola y haciéndola tropezar con cuanto encontraba de camino, al pasar un rio piso una piedra lisa, cayo sobre el hacha y se corto totalmente el pie. Con furia se levanto y mato a su hermanita a la que acuso de culpable.
  • 16. Al regresar a la casa su abuela muy preocupada le pregunto qué había pasado y donde estaba la pequeña. La mate fue la repuesta, y a usted también (levanto el hacha y mato también a la abuela). Ella luego con la herida infectada también murió. El espíritu de esta malvada mujer es el que ronda las montañas y montes. Se le aparece a los leñadores. De ella miran su rostro en sentido contrario, de tal manera que se va hacia el centro su pie indica hacia fuera. Los leñadores le temen y huyen, cuando la escuchan gritan porque si los encuentra, les figura la muerte La Mujer Serpiente Cuenta la leyenda que en un antiguo pueblo aborigen, asentado a orillas del Río Viejo, existió una hermosa mujer, esposa del Cacique principal. Se decía que esta mujer, de proceder extraño y misterioso, acostumbraba ir todos los viernes a un determinado lugar del río, llevando abundantes alimentos, aves ricamente preparadas y sabrosas bebidas. La leyenda sigue diciendo que uno de los servidores del cacique, extrañado por el comportamiento de la mujer, determinó seguirla a prudente distancia. Lo que vio ese día lo aterró tanto que echó a correr y fue a contárselo a su señor. El cacique no dijo nada a su mujer fingiendo ignorar. El siguiente viernes, la siguió confirmando lo que le dijera su servidor. Vio, según la leyenda, que sentada en una piedra junto al río, golpeaba con su mano el agua, emergiendo impetuosamente al llamado una inmensa serpiente que tenía su cueva en el mismo río. El terrible reptil, posaba su inmensa cabeza en las bellas piernas de la mujer y una vez alimentada, serpiente y mujer se entregaban al placer sexual. El indignado esposo mató a la infiel mujer. La enfurecida serpiente agitó las aguas del río y su corriente destruyó el milenario pueblo. Según la leyenda, los sobrevivientes reconstruyeron su pueblo, el cual dieron por llamar Cihua Coatl, que en lengua náhualt significa Mujer Serpiente. Y desde entonces, en la antiquísima región de Sébaco se adoró como divinidad a la serpiente mujer, gran diosa de pueblos de Mesoamérica, adorada por los nahoas o nahuas
  • 17. Piropos  "Por un beso de tu boca, dos caricias te daría, tres palabras que demuestren cuatro veces mi alegría, y en la quinta sinfonía de mi sexto pensamiento, siete veces te diría las ocho letras de un Te Quiero, porque nueve veces vivo, y diez veces por ti."  "Quisiera ser el mar, y que tú fueras la roca, porque al subir la marea, te besaría en la boca."  "Solo he pensado en ti dos veces en la vida. Una el día que te conocí, la otra el resto de mi vida."  "Desearía ser una lagrima tuya... Para nacer en tus ojos, vivir en tus mejillas, y morir en tus labios"  "Sé que necesito el corazón para vivir, pero más necesito a quién lo hace latir." Versos Cuando pase por tu casa Me aventaste un limón El limón me cayó en la cara Y el jugo en el corazón. Cuando vayas al cerro Y te encajes una espina, Acuérdate de los besos Que nos dimos en la esquina. Cuando tengas un gatito Llámalo mimi jálale la cola Y acuérdate de mí.
  • 18. Cuando era niña Lloraba por chupón Y ahora que soy mujercita Lloro por un ca… Del cielo cayo un enano Con una flor en la mano Como quieres que te quiera Si quiero a tu hermano. Proverbios La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón? Proverbio chino ¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio! Proverbio ruso Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti. Proverbio inglés Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre. Proverbio chino
  • 19. Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien. Proverbio árabe Obras de teatro Adolescente promedio Título: Adolescente promedio Autor: Alan Rejón Personajes: Madre Hijo (Madre entra a escena, Hijo está sentado frente a la computadora) Madre: Hijo llevas horas sentado frente a tu computadora, de hecho es lo único que haces últimamente, levantarte, darte un baño y encender esa maldita maquina hasta que todos los demás estamos durmiendo ¿Por qué no sales un rato a dar una vuelta o algo? Hijo: ¿Madre en serio te estás quejando de el hecho que prefiera mantenerme en un ambiente seguro, el cual es mi hogar, en vez de salir a la calle y posiblemente ser asesinado o inducido a las drogas? ¿No has leído como ha subido el nivel de inseguridad en todo el país? Soy prácticamente el adolescente que menos problemas causa a sus padres en todo el mundo. Madre: No intentes pasarte de listo con toda tu habladuría ingeniosa, soy tu madre no uno de tus amigos a los que quieres impresionar; Obviamente aprecio lo mucho que no has facilitado a tu padre y a mi esta fase adolescente y no nos hayas hecho dramas estúpidos como lo hacen los otros muchachos de tu edad pero discúlpame si quiero que mi hijo salga un poco al aire libre y se divierta como cualquier otra persona normal. Hijo: Voy a la escuela, ese es todo el tiempo de “aire libre” que necesito, son casi siete horas de sol, nubes, libros, risas y muchachos con dramas estúpidos. Y soy como cualquier persona normal, con la única diferencia que mis habilidades sociales son casi mediocres y mis habilidades… no sé, digámosles mentales son mejor que las del promedio. Madre: Hijo ¿No quieres tener amigos? ¿Salir a divertirte con ellos? Hijo: ¿Amigos? Madre estoy seguro que olvidare a más de la mitad de la gente que conozco en esta etapa de mi vida, si no fuera por el pase de lista olvidaría sus nombres cada fin de semana. Madre: Tu padre y yo tenemos amigos que conocimos desde que teníamos tu edad. Hijo: Amigos que al primer signo de que van a pedir su ayuda huyen… o simplemente no responden llamadas. Madre: ¡Oye! Eso fue innecesario. Hijo: Innecesario pero cierto. Madre: No salgas si no quieres, vuélvete un ermitaño si lo deseas pero quiero que uses menos tiempo la computadora o tendremos que dejar de pagar el internet, la cuenta de luz está llegando carísima y no podemos seguir pagando por tu vicio. Hijo: Usar una computadora no es un vicio. Madre: En no sé qué parte de Asia lo es, tienen hasta campamentos de rehabilitación Hijo: En Asia comen ciempiés. Madre: ¿En serio? Hijo: Yep. Madre: Apaga la computadora, quiero que me ayudes a limpiar antes de que regrese tu padre de viaje. Hijo: Dame una hora estaba viendo una película. Madre: Ok, pero después ya no prenderas de nuevo la maquina. Hijo: Ok, ok, ok. (Madre sale de escena) Fin
  • 20. Pacto Mortal Título: Pacto Mortal Autores: Fabián Choque y Zulma Arellano Rojas Personajes: Ernesto Mendieta La Muerte Escena I (Entra Ernesto a su sala algo preocupado y con un papel en las manos. Se sienta y ve) Ernesto: ¡No puede ser! ¡Me moriré en seis meses! ¡Tengo los días contados! (Se encuentra con una expresión de angustia y desesperación) Necesito vivir más, tengo tanto dinero que seis meses es un tiempo muy corto para gastarlo (Se pone de pie y camina de una lado a otro; tira un vaso al suelo de la desesperación y se coge la cabeza) Yo no voy a morir, no, yo tengo muchas cosas que hacer en ese mundo (Se sienta en el sofá y pone una mirada de loco. Luego, mira al público y dice) Daría hasta mi alma con tal de vivir un poco más, ¡¡¡Hasta mi alma!!! (En eso, un cierto escalofrío comienza a sentirse en la casa y detrás de él, aparece una figura algo extraña; con un hábito negro parecido al de un monje, con una capucha encima de la cabeza que le impedía ver su rostro y en la mano derecha, lleva un pergamino enrollado, es la muerte quién al escuchar su ruego, no dudó en hacer acto de presencia y con una voz tétrica, lo llama) La Muerte: ¡Ernesto Mendieta! Él joven voltea rápidamente y asustado, se aleja de él) Ernesto: ¿¡Pero, quién eres tú!? La Muerte: Soy la muerte, y he venido a concederte lo que me pides. Ernesto: ¿¡De verdad!? La Muerte: Por supuesto (Le muestra el pergamino) Solamente tienes que firmar este contrato, y vivirás más que solo seis meses. Ernesto: ¿No me estás engañando? La Muerte: La Muerte jamás engaña; cuando ella dice que llegó la hora de morir, la hora de morir llega (Ernesto lo mira algo preocupado y muy lentamente, comienza a estirar su mano pero con algo de duda hasta que finalmente, lo toma. Comienza a leerlo y al estar de acuerdo con las condiciones, firma). Ernesto: Aquí tienes, Muerte. La Muerte: Entonces, el trato está hecho. Permiso, me retiro (Va caminando de espaldas y mientras lo hace, le sigue hablando) Nos veremos… Ernesto Mendieta (La Muerte desaparece y Ernesto se pone a pensar en lo que hizo y si fue correcto pero también comprendía que ya no podía dar marcha atrás, ya el pacto, estaba hecho) Escena II (Ernesto llega a su casa totalmente ebrio. En eso, se cae al suelo y comienza a reírse) Ernesto: Jajaja… ¡Ya ni puedo quedarme de pie! ¡Esto es el colmo! Jajaja…
  • 21. (Mientras se carcajeaba, nuevamente una figura de negro apareció ante él, era otra vez la muerte quién vino a darle un aviso) La Muerte: ¡Ernesto Mendieta! (Ernesto lo mira pero debido al estado en el que se encuentra, no lo reconoce). Ernesto: ¿¡Pero quién eres tú!? (Lo señala con el dedo y sonríe burlonamente) Ah ya sé quién eres, tú eres “Chicho” mi primo ¿Pero qué haces con eso encima? ¿Vas a actuar en algún teatro o qué? (La Muerte extiende su mano y le quita la embriaguez) ¿¡Pero, qué pasó!? La Muerte: Llegó la hora de llevarme tu alma al abismo. Ernesto: ¿¡Qué!? ¡Pero si solo han pasado seis meses, nada más! La Muerte: Permíteme corregirte. Han pasado seis meses y un día (Ernesto lo mira sorprendido con lo que dijo) Ernesto: ¿¡Seis meses y un día!? ¡Pero eso no es justo! ¡Me engañaste! La Muerte: Yo no te engañé (Se va acercando a él) El contrato que firmaste decía que vivirías más de los seis meses, viviste seis meses y un día, trato cumplido. Ernesto: ¿¡Solo por un día más!? (Retrocede un poco) ¡Esto no puede ser! La Muerte: Y llegó el momento que tú cumplas con el tuyo, nos vamos inmediatamente. Ernesto: (Comienza a desesperarse y se arrodilla ante La Muerte) ¡Por favor, piedad! ¡Piedad!(La Muerte levanta extiende su mano derecha y Ernesto, de la desesperación, comienza a correr pero a unos pasos, algo lo deja inmóvil, como petrificado) No me hagas esto, por favor dame unos meses más, por el amor de Dios (La Muerte se acerca a él y tocándolo en la cabeza, lo tira al suelo) La Muerte: ¡Ernesto Mendieta, levántate! (Ernesto se levanta y sorprendido, se revisa todo el cuerpo tocándoselo pero no encuentra nada anormal) Ernesto: ¿¡Qué me hiciste!? (Con su dedo, La Muerte le señala el piso. Ernesto, asustado, voltea muy lentamente y ve su cuerpo que aún está tirado) ¡No, no! ¡No puede ser! ¡Esto es… imposible! La Muerte: Llegó la hora (Saca de su manga una cadena y con ella, comienza a atarle los pies. Luego, lo empuja y lo arrastra hasta llevarlo al abismo) Estarás toda la eternidad a mi lado yo seré tu única compañera en tu soledad (Se abre como una especie de portal y comienzan a oírse gritos de dolor y lamento) Ernesto: ¡¡¡Noooooooo….!!! Fin Así se escribe un cuento Título: Así se escribe un cuento Autor: Omar Rejón Personajes: José Carolina Fernando David Mamá
  • 22. José está sentado en un escritorio con una libreta y una pluma, está tratando de escribir un cuento pero no puede. Lo vemos escribir un poco para después notar su cara de disgusto, romper la hoja y tirarla en un bote de basura que tiene en ese mismo cuarto. (Tocan la puerta de su cuarto) José: Adelante (Se abre la puerta y Fernando, Carolina y David entran al cuarto. José se levanta y los saluda uno a uno, luego regresa y se sienta, quedando frente a sus amigos) José: (sonriendo) ¿qué los trae por aquí? Carolina: ¿Qué más? Venimos a ayudarte, a sacarte del cautiverio en el que te encuentras. David: Amigo, sé que no sales de tu casa por trabajo y no porque te desagrademos pero como pasa mucho tiempo sin verte empezamos a dudar. José: Saben bien que no es así... Fernando: Sabemos que tienes suerte y talento, que ahora escribes cuentos para una revista muy famosa de estados unidos y que te pagan bien pero ¡recuerda que sigues teniendo 18 años! No es sano para alguien de tu edad estar tanto tiempo encerrado. José: Lo sé, pero es que este cuento me está costando mucho terminarlo. Es el mismo que ya les conté y sólo me falta el final. Carolina: Pues entonces te ayudamos ahora mismo a terminarlo para que nos acompañes a cenar. José: (Con una sonrisa) Muy bien... Ya saben cómo va ¿qué sugieren que pase ahora? Carolina: Mmm…Pienso que la protagonista y su nuevo vecino deberían terminar juntos, a ella le gusta él desde la primera vez que lo vio y él se ha estado enamorando de ella de poco en poco. (Mira a ver a Fernando) Cómo que ya es hora de que cada uno demuestre sus sentimientos... (Tocan la puerta) José: ¡Está abierto! (Entra la mamá de José) Mamá: (con cara confusa) Hijo, ¿con quién hablabas? José: Con nadie mamá, sólo estoy escribiendo. ¿Lo vas a leer cuando lo termine? Mamá: Claro que sí, bueno, apúrate para que bajes a cenar. (La mamá sale del cuarto y cierra la puerta detrás de ella) David: No, espera. ¿Qué hay de David, el amigo de la infancia de la protagonista? (Mira a ver a Carolina) Él también siente algo por ella y para complicar las cosas es muy buen amigo del vecino (Mira a ver a Fernando). ¿Vas a arruinar su amistad? La protagonista y el amigo de la infancia es una relación más bonita y duradera. Los que lean el cuento van a estar encantados con un final en el que ellos dos terminen juntos para siempre. Fernando: Yo creo que nadie debería quedarse con nadie, los finales felices son muy comunes en los cuentos y la verdad es que ya me cansé de ellos. Mejor que haya una escena final en la que todos digan sus respectivos sentimientos y en donde todos se molesten con todos, el vecino se va de viaje, David se suicida y Carolina la protagonista se queda amargada para siempre. Fin José: (aplaudiendo) Todas son muy buenas ideas y me han dado inspiración, he decidido cómo va a terminar el cuento... ¡Todos van a morir! (se levanta de su asiento muy excitado y feliz, cómo si acabará de descubrir que se ganó la lotería. Mientras tanto Fernando, Carolina y David se ven los unos a los otros sin decir nada). ¡Es el final perfecto! ¿Recuerdan que al principio del cuento el padre de Carolina muere? Pues haciendo que todos mueran al final es como si cerrará todo un ciclo, les explico... (Fernando, Carolina y David salen corriendo del cuarto) José: (mirando al público) Supongo que no les gustó el final (se encoge de hombros y luego toma asiento en su escritorio). Fin
  • 23. ¡¡¡Esto es un asalto!!! Título: ¡¡¡Esto es un asalto!!! Autor: Fabián Choque Personajes: El Pillo El Gandaya La Cajera La Clienta El Policía (Mientras se encuentran haciendo sus cosas rutinarias en el banco, dos personas con máscara entran y gritan) El Pillo: ¡¡¡Esto es un asalto!!! ¡¡¡Arriba los monos!!! (La clienta y la Cajera se miran extrañados. Él pone la punta de la pistola en su cabeza y se queda algo pensativo) No, esperen. El Gandaya: (Le dice en el oído y en voz baja) Se dice, “Arriba las manos” El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!! (Las dos reaccionan y recién comienzan a asustarse) El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy! La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor? El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero) El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas ¡Y rápido! La encargada: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio). La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!? (En eso, sale del baño el oficial; flojo y totalmente indiferente ante la situación) El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el suelo boca abajo) ¿Qué está haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué? (Ella le señala con el dedo a los asaltantes) ¿Qué pasa? (Voltea y ve la punta de las pistolas en su cara) (Se asusta y comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!! (Al instante se arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor, no me maten tengo esposa con dos hijos y otros tal vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor no me maten por su madrecita linda! La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber aprehendiendo a esos rufianes!? El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué, no ha visto el tamañote de arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante) La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos? El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!! El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella le dice) La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más tranquila!” El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y rebotan? La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca! (Llega la Cajera con las bolsas de dinero) La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está. El Gandaya: Espero que esté todo. La Cajera: Si desea, lo puede contar. El Pillo: A ver... (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100, 200, 300… (El Gandaya toma la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos) ¡Pero compañero! Hay que estar seguros que no nos falte nada… El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok? El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah. El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo. El Pillo: No te quejes después, no más… El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos caballeros, se retiran. Muchas gracias por su colaboración. El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se las entrega mientras lo quedan mirando con extrañeza)
  • 24. El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento? El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y mientras lo hace, la expresión en su rostro comienza a cambiar) El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal raza! La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil! El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta! La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve, es para comer e ir al baño! (Los asaltantes discutían en silencio sobre la tarjeta) El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!? El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a perdonar ¿Pero, sabe usted a qué se parece? El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas. El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto hacer trato con ustedes, nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus armas mientras que los otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El Pillo rápidamente y les deja la tarjeta) El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante de dejarles la tarjeta, se va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y extrañados. Luego, se levantan). El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo mira con indignación). La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la encuentra maquillándose) ¿¡Y usted, qué está haciendo? La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje! El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy a comer! La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!? El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de… La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es investigar este asalto para atrapar a los asaltantes! La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada. El Policía: Y un poco de ají. La Clienta: ¡Esto es el colmo de la desfachatez! ¡Me voy de aquí! (Se retira totalmente molesta) El Policía: Bueno, yo sí me voy a comer. Ya vengo (Se va todo despreocupado) La Cajera: Y aprovechando que no hay clientela, voy al baño a maquillarme. (Se va caminando como si fuera una modelo de pasarela) Fin Vampiros pasados de moda Título: Vampiros pasados de moda Autor: Alan Rejón Personajes: Drusilla Spike London Humano Narrador
  • 25. Narrador: En una vieja fábrica abandonada de las calles oscuras de nuestra ciudad, un grupo de vampiros se junta todas las noches para platicar sobre las nuevas noticias que le ha ocurrido a su ya olvidado clan… (Spike y London están sentados y platicando, Drusilla entra a escena cabizbaja) Drusilla: Spike. Spike: ¿Drusilla? ¿Qué tienes? Drusilla: ¿No supiste lo que le pasó al pequeño Timothy? Spike: ¿De qué hablas? Drusilla: Era su primera vez rodando por la ciudad, buscando humanos frescos, no sabía cuáles eran las calles seguras… ¡Y ahora tiene sida! London: ¡Oh mi Drácula! Es el quinto de su generación en enfermarse. Spike: Ese maldito virus se está llevando a todos nuestros niños… El pobre sólo tenía 145 años. London: En estos tiempos las tortugas tienen mejor calidad de vida que nosotros. Drusilla: Creo que es hora de reconsiderar cambiar nuestra dieta. London: ¿Y terminar como esos bichos raros que brillan con el sol? Spike: London tiene razón, nosotros somos los últimos de nuestra especie, no podemos terminar con nuestro linaje real. London: Se creen tanto por poder juntarse con esos primates, me dan tanto asco, siento que juegan con mi comida. Spike: Escuché que uno de ellos se casó con una mujer humana. Drusilla: Chismes, chismes no creo que ninguno de ellos se atreva a comenzar ese mestizaje. London: ¿Qué serian sus hijos para nosotros? Spike: Simples renegados. Drusilla: No podemos ser tan intolerantes, seamos realistas, gracias a ellos la gente ha olvidado el temor que nos tenía y eso no has ayudado en las cacerías. London: Humm, cacerías, platicar tanto de comida me ha dado hambre. Drusilla: ¡Ah! Eso me recuerda… (Sale Drusilla de escena y regresa con un Humano atado de las manos) Drusilla: Dejé la comida en la puerta. London: No se ve muy apetecible. Spike: Estoy de acuerdo… (Drusilla le muerde el cuello al Humano, después de unos segundos lo suelta y el Humano cae muerto) Drusilla: Qué asco, tiene la azúcar muy alta. Los humanos ya no son lo de antes, recuerdo que en mis tiempos nacían más sanos. London: (un poco molesto) ¡Por Lucifer! Salgamos en búsqueda de algo bueno. Spike: Vamos, oí que hay un concierto a unas cuantas cuadras de aquí, tal vez encontremos algo bueno y de paso escuchemos buena música. (Los tres salen de escena) Fin Canciones de cuna A la nanita, nana
  • 26. A la nanita nana nanita ella, nanita ella Mi niño tiene sueño bendito sea, bendito sea (repetir) Fuentecita que corre clara y sonora Ruiseñor que en la selva cantando llora Calla mientras la cuna se balancea A la nanita nana, nanita ella A la nanita nana nanita ella, nanita ella Mi niño tiene sueño bendito sea, bendito sea Fuentecita que corre clara y sonora Ruiseñor que en la selva cantando llora Calla mientras la cuna se balancea A la nanita nana, nanita ella Esta canción la ha popularizado el popular grupo juvenil Cheetah Girls, y se puede encontrar en versión moderna en CDs y cancioneros infantiles actuales. Es una canción melódica y suave que ayudará al pequeño a tranquilizarse. Algunas mamás, además de cantar a sus pequeños, también usan grabaciones de las nanas para calmar a su bebé. Din dan don Din dan, din don dan, campanitas sonarán. Din dan, din don dan, que a los niños dormirán Dindilín dandalán dandalán dan, las estrellas brillarán. Cierra los ojos y duérmete ya, porque la noche muy pronto vendrá. Dan, dan, dan. Se trata de una popular canción de cuna mexicana de letra sencilla. Si aprendes dos o tres canciones de cuna de memoria, podrás cantarlas a tu pequeño noche tras noche. A los bebés les gusta la repetición porque les confiere una sensación de seguridad y de familiaridad. No temas aburrir a tu hijo. Lo peor que le puede pasar, es ¡que se duerma! Duerme, duerme negrito Duerme, duerme, negrito, que tu mama está en el campo,
  • 27. negrito. Te va a traer codornices para ti, te va a traer mucha cosa para ti, te va a traer carne de cerdo para ti, te va a traer mucha cosa para ti. Y si negro no se duerme viene diablo blanco y ¡zas! le come la patita. Duerme, duerme, negrito, que tu mama está en el campo, negrito. Trabajando, trabajando duramente, trabajando sí, trabajando y no le pagan, trabajando sí, trabajando y va tosiendo, trabajando sí, trabajando y va de luto, trabajando sí, pa'l negrito chiquitito, trabajando sí, no le pagan sí, duramente sí, va tosiendo sí, va de luto sí. Duerme, duerme, negrito, que tu mama está en el campo, negrito Hay versiones modernas de esta canción, por Víctor Jara y Mercedes Sosa. Es una melódica canción de cuna que sirve para que el niño se calme antes de dormir. Cuando son bebés, la letra no es tan relevante como la música, sobre todo porque la letra de la mayoría de las nanas o canciones de cuna tienen su origen en el folclore de la gente del campo. Esto no se ajusta a la realidad cotidiana de muchas mamás modernas, pero sirve para comunicar a los pequeños su legado cultural familiar. Arrorró mi niño Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo, de mi corazón. Este niño lindo ya quiere dormir; háganle la cuna de rosa y jazmín. Háganle la cama en el toronjil,
  • 28. y en la cabecera pónganle un jazmín que con su fragancia me lo haga dormir. Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo, de mi corazón. Esta leche linda que le traigo aquí, es para este niño que se va a dormir. Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo, de mi corazón. Este lindo niño se quiere dormir... cierra los ojitos y los vuelve a abrir. Arrorró mi niño, arrorró mi sol, duérmase pedazo, de mi corazón Existen muchas variantes de esta canción, e incluso canciones diferentes con el mismo o parecido título. Algunas comparten melodía y otras no. Lo importante es que cuando cantes a tu bebé, lo hagas en tono suave, y arrullándolo. También puedes cantar a tu bebé cuando está en su cuna, para que se acostumbre a escuchar tu voz y se sienta tranquilo incluso cuando no tienes contacto físico con él. Así aprenderá a dormirse por su cuenta. Duérmete niño Duérmete niño, duérmete ya, que si no vendrá el coco y te comerá. Se trata de una de las canciones de cuna más populares de todos los tiempos. Hoy día en algunos foros se cuestiona la mención del “coco” en la letra, porque podría asustar al pequeño. En realidad, estas canciones se suelen cantar al bebé cuando es demasiado chiquito como para comprender lo que significa. Casi todo el mundo conoce la melodía, y también se puede tararear. Su equivalente en inglés, Rock-a- bye-baby, es muy popular también. Otra versión moderna del Duérmete niño: Duérmete, niñito, que tengo que hacer; lavar tus pañales, ponerme a coser una camisa
  • 29. que te vas a poner el día de tu santo, Señor San Miguel Se canta al mismo son que la versión anterior, y posiblemente tenga mejor acogida entre los papás y mamás de hoy. Canciones Infantiles A comer Lavarse las manos, sentarse a la mesa, pedir la comida, así es como se empieza. Lavarse las manos, sentarse a la mesa, pedir la comida, así es como se empieza A comerse la sopa, a comerse el arroz, a comerse la carne, que mamita preparó Si no comes no hay merienda ni paseos ni diversión si no comes no hay amigos ni verás televisión tiqui tiqui tiqui tiqui los dientitos tiqui van triturando la comida el niñito va a engordar tiqui tiqui tiqui los dientitos tiqui van triturando la comida el niñito va a engordar A Comer. A comer
  • 30. El Carbonerito Dónde vas carbonerito, Dónde vas a hacer carbón A la buena, a la buena, a la viña ña A la viña ña del amor A tus pies yo me arrodillo, a pedirte de favor Que me saques de la cárcel, o me lleves a prisión Me dirás si soy casada, Me dirás si tengo amor A la buena, a la buena, a la viña ña A la viña ña del amor A la buena, a la buena, a la viña ña A la viña ña del amor Buenas noches Buenas noches mi bien
  • 31. sea tu sueño tranquilo que descanses mi amor con esta linda canción Con amor pido a Dios que bendiga tu sueño y despiertes mi bien con un rayo de sol Duerme Mi Niña Duerme mi niña duérmete ya las estrellitas te alumbrarán Duerme mi niña te cantaré y con mis canciones te arrullaré Cu Cu Cu cú, cu cú Cu cú, cu cú Cu cú cantaba la rana Cu cú debajo del agua. Cu cú pasó un caballero Cu cú con capa y sombrero. Cu cú pasó una señora Cu cú con traje de cola. Cu cú pasó un marinero Cu cú vendiendo romero. Cu cú le pidió un ramito. Cu cú no le quiso dar. Cu cú y se echó a llorar.
  • 32. Cuentos EL OJO DEL CIELO Cuando ninguno, pero ninguno, de los abuelos de nuestros abuelos había nacido, la Tierra era un lugar en el cual, apenas el sol se escondía tras el horizonte, la gente se iba a dormir de inmediato porque todo se entenebrecía y las estrellas eran puntos celestes sin ningún brillo. En ese tiempo no existía la luna. La noche caía como una manta pesada sobre los campos y los ríos, y hasta los animales se metían en sus escondrijos hasta que amanecía. Cuentan que, una tarde de verano, los niños jugaban a las escondidas entre los árboles. Las madres llamaron a sus hijos para que entraran a sus casas antes que la luz del sol desapareciera. Todos los chicos volvieron, menos Rafael. Rafael se había dormido detrás de una roca mientras esperaba que descubrieran su escondite. Cuando la mamá notó su ausencia, el último rayito dorado se escapaba tras las montañas. Los adultos salieron a buscarlo en la oscuridad. Pero era inútil... ¡la noche era tan negra! Rafael dormía profundamente y no escuchó que los hombres gritaban su nombre y tropezaban chocando con los pinos. Entonces, las mujeres encendieron un fuego en un claro del bosque y, tomadas de las manos, le pidieron al cielo que las ayudara. El cielo lo meditó durante unos minutos y sintió que el ruego llegaba con tanto amor que era imposible ignorarlo. Al fin, decidió abrir uno de sus ojos. Era redondo como un anillo, blanco como la sal y brillante como una perla. El bosque se iluminó de pronto, como si estuviera por amanecer, y las estrellas refulgieron como espejos de plata lustrada. Los hombres encontraron a Rafael y se reunieron con las mujeres y los niños a admirar la belleza del resplandor. MARIPOSITA VA A LA ESCUELA Había una vez una mariposita que vivía con su mamá y su papá en una casa bonita. Un día, la mamá la peinó con hebillas de colores, le puso perfume y le dijo que sería su primer día de clases. Mariposita se puso contenta y revoloteaba algo nerviosa de un lado a otro. Ella todavía no había ido nunca a la escuela, porque aún era chiquita. Así que se fue esa tarde llena de ilusiones. Al principio estaba toda entusiasmada. Le gustaron los lunares de la señorita Vaquita de San Antonio, las clases de música del profesor Grillo y dar vueltas carnero con el profesor Saltamontes. En el arenero se encontró con su amigo Bichito de luz y con todos sus hermanitos. Todo estuvo muy bien hasta que un día, la mariposita se despertó más remolona que de costumbre y le dijo a su mamá: - Me parece que no voy a ir más a la escuela. Mejor me quedo en casa jugando con las muñecas.
  • 33. La mamá no lo podía creer: - Pero si hasta ayer te encantaba... ¿Cómo puede ser qué hoy no quieras ir? -Bueno, la escuela es linda pero me cansé -dijo la mariposita empezando a hacer pucherito mientras que con un palito dibujaba en la tierra. En eso llegó papá, se sentó a su lado y le preguntó: -Dime guapa, ¿Qué te gustaría hacer cuando seas grande? Entonces, mariposita se olvidó del pucherito y toda entusiasmada le empezó a contar: -Me gustaría pintar cuadros como la madrina de bichito, cocinar medialunas como mamá y tener un tutú rosa lleno de lentejuelas fucsias y un bonete con tul, para poder bailar "la danza del hada Confite". -Y todas esas cosas tan interesantes, ¿Dónde las vas a aprender?- preguntó el papá. La mariposita le brillaron los ojitos y dijo sonriendo: -¡Ah!... Ya entendí. Me parece... que voy a ir a la escuela, todos los días.- Y se preparó para salir. Entonces la mamá le puso en la bolsita unas galletitas bañadas en chocolate y un vasito de agua con tapa. A la semana siguiente, fue su cumpleaños. En la escuela, la sorprendieron con una gran fiesta con globos y guirnaldas. La mamá le preparó la torta y la vistió con el tutú y el bonete que ella soñaba. El profesor Grillo le tocó en su violín la música de Tschaikowsky y Mariposita pudo bailar "la danza del hada Confite". Cuando terminó, todos aplaudieron, la abrazaron y le dieron un montón de besos. Y fue que desde ese día Mariposita no quiso faltar ni un solo día a la escuela. JARDÍN Lajas de piedra verde-azul marcaban un camino serpenteado que recorría todo el jardín. Cada día nacían en el más corazones y todos eran de diferentes formas: redondos, afilados, unos con capacidad para flores, otros para espigas, unos más altos, esbeltos, pequeños, ovalados. Era una vasta dimensión la del jardín y otra la forma en que la vida aquí interactuaba: había el ronroneo de tallos enredándose unos con otros, hojas nervadas en forma de filigrana, creciendo y amamantando con su extendida sombra a otros corazones vivos como ellas; musgos verdes sedando la aspereza de una roca, hormigas viviendo bajo esa roca, bebiendo de la humedad del musgo. Las historias del jardin, amarillas de polen, volaban de un lado a otro con el aire y también en las alas de mariposas delgadas o en abejas tozudas y disciplinadas como sus simétricas rayas. Y en tiempos de amor, unas mariposas preferían flores a otras mariposas de su misma raza y ciertas flores se abrían más cuando ellas llegaban, las esperaban con el olor dulzón salpicado en los pétalos y la mariposa de ala prístina se posaba cautelosa, besaba a la flor que se arqueaba girando en su propio tallo, ligera.ruboroza. Los anillos en el tronco del cocotero eran los caminos para orugas de colores y pelaje espeso como espuma, veinte diminutos pies impulsaban a otros veinte que hacían de delanteros en la caminata pausada y a menudo interrumpida por el martilleo agudo de un despeinado pájaro carpintero, que impulsivo y voraz, abría túneles en cortezas olorosas buscando alimento. Un día en que el sol casi desaparecía y la vida era color naranja quemado, una muchacha salió descalza a las lajas y se sentó en ellas tratando de acomodar su cuerpo a los límites de la piedra; al sentarse suspiró y la onda de viento rozó a la oruga que perdió un anillo de color en el instante. Ella no percibió el susto de la oruga, llevaba su corazón triste y los bordes de sus ojos y sus labios eran del mismo color que los tres pétalos del flamboyán, rojo intenso. Dos lágrimas impulsadas como olas volaron desde sus ojos hasta el mismo pecho de una hormiga que del impacto quedó virada patas al cielo revolviéndose como un fuelle de reloj.. Sus amigas rápido soltaron todas las migajas de pan recolectadas durante el día y fueron en su ayuda, el hormiguero se alarmó sobremanera, todas chocaban entre sí y al hacerlo se tocaban las antenas buscando más fuerza, una bien pequeña y colérica se abalanzó a los pies de la muchacha e hincó con fuerza sus dientes en una mordida que casi la deja sin vida. En segundos la piel se enrojeció y todas temieron la furia con la que los seres grandes reaccionan a sus mordidas, pero para asombro de todas, ella apartó amorosa todas las hierbas que cubrían a la hormiga empapada de su lágrima y la subió a una hoja de punta afilada..la hormiga aún
  • 34. tragó en seco y se aguantó como pudo de los nervios que quedaban de la hoja, la muchacha acercó su boca roja y exhaló un dulce suspiro, secando del todo a la hormiga, quien bajó sus antenas en señal de paz quedándose dormida a toda pata suelta. La muchacha rió y al reír, sus ojos se volvieron del color del único pétalo jaspeado del flamboyán, devolvió a la hormiga a su casa y se alejó por el camino de las lajas riendo, dejando tras de sí una estela olorosa de amor que rápido siguieron todas las mariposas, las abejas y hasta el despeinado pájaro carpintero. Y tú, si alguna vez lloras en un jardín, cuida tus lágrimas porque siempre habrán otras dimensiones respirando junto a ti. Compartiendo tu respiración. SERAFINA Un día de primavera el sol brillaba con fuerza. Las flores salían contentas mostrando su color y alegrando el campo. Todas salían juntas. ¿ Todas ?... Todas menos una. Serafina la flor más bonita, ¡ ha salido en el lugar equivocado !, es una despistada, está sola allí arriba en la montaña. - Estoy sola, lejos de mis amigas. ¿ Se darán cuenta que esta primavera no estaré con ellas?, ¡ qué pena tengo ! El sol que la estaba escuchando se acercó y le dijo: - No te preocupes, yo me quedaré contigo y te haré compañía. - ¿ Y cuándo llegue la noche ?- preguntó Serafina. - La luna que es amiga mía seguro que querrá estar contigo. Y así fue, cuando el sol se escondió, la luna salió y Serafina se durmió muy tranquila, pero .... Al día siguiente, cuando se despertó, no vio ni al sol ni a la luna, y es que... estaba nublado. Serafina se encontró muy sola y triste, y empezó a llorar. Lloraba tanto, tanto, tanto, que las flores que estaban abajo de la montaña se empezaron a mojar. - ¿ Qué pasa aquí?- se preguntaron las flores- ¡ está lloviendo ! Al mirar hacia arriba se dieron cuenta que no estaba lloviendo, que eran las lágrimas de Serafina que caían. - Mirad, es Serafina, ¿ qué le pasará ? - ¿ Qué hará allí arriba ?, vamos a buscarla. Todas las flores se dirigieron a la montaña en busca de Serafina. Al ver llegar a todas sus amigas, Serafina se puso muy contenta - ¡ qué ganas tenía de veros !. ¡ como os he echado de menos ! Serafina les contó lo ocurrido y ... A las flores les gustó tanto el lugar que desde aquel día todas viven allí en compañía del sol y la luna.
  • 35. MATEO Y PISPÍN Había una vez un niño de cinco años que se llamaba Mateo, era tan bajito que las mamás de sus compañeros de clase pensaban que tenía tres años. A Mateo no le gustaba ir al colegio porque los niños le llamaban pitufo pequeñajo y se reían de él haciéndole rabiar. Mientras los otros niños crecían, Mateo seguía teniendo la misma altura, él estaba muy triste. Quería ser tan alto como los árboles, pensaba que así nadie más se reiría de él. Un día mientras iba caminando, desde su casa a la escuela, vio de repente a algunos de sus compañeros de clase próximos unos a otros, formando un círculo. Cuando se aproximó pudo observar que en el centro del círculo se encontraba un pequeño agujero que había en la acera, no más grande que una rueda de su bicicleta. Un poco más apartada del grupo, a un metro de distancia, una niña estaba sentada en el suelo con las piernas flexionadas, que lloraba desconsoladamente. _ ¿Qué te pasa? Le Preguntó Mateo a la niña con mucha curiosidad. La niña levantando la mirada y con los ojos enrojecidos de tanto llorar. Le respondió -Lloro de pena- sus manos apretaban con fuerza una cuerda. Al ver que Mateo observaba la cuerda sin comprender de dónde venía su pena, le siguió explicando con mucha tristeza- Mi perro se ha caído por ese agujero- dijo mientras señalaba con un dedo al suelo- ¡Nadie puede sacarlo de allí! Y ¡ tampoco él puede salir! La niña volvió a llorar y lamentándose dijo: ¡Pobre Pispín! ¿Estará herido? ¡Ni tan siquiera ladra.! Mateo teniendo lástima de la niña, no quiso perder tiempo, con cuidado se acercó al agujero que estaba muy oscuro, tan oscuro que al asomarse no podía ver al pobre Pispín. Ni tan siquiera abriendo mucho los ojos. Mateo chilló emocionado - ¡Voy a buscar a Pispín!- Sabía que él era el único que cabía por aquel agujero tan pequeño. Sus compañeros, sorprendidos ante la valentía, de Mateo, le dijeron- ¡Podríamos atarte una cuerda alrededor de la cintura! Ayudándote a bajar y así poder tirar de ti, cuando quieras subir. A Mateo le pareció una buena idea y decidido, se pasó la gruesa cuerda, se acercó al agujero del suelo, aunque sintió un poco de miedo, se metió por él y poco a poco empezó a descender por él, hasta llegar al fondo. -¡Ya tengo a Pispín!- Gritó muy contento Mateo- ¡Podéis subirnos!- La niña al escucharle, se levantó del suelo y se acercó al agujero sonriendo. Sus compañeros fueron tirando poco a poco de la cuerda, con mucho cuidado hasta subir a Mateo y a Pispín, que estaba tan asustado que no movía ni la cola. La niña, cuando vio asomarse por el agujero a Mateo y a Pispín, se abalanzó sobre ellos repartiendo grandes besos a los dos, y con lágrimas en los ojos, esta vez de alegría y agradecimiento, le decía a Mateo: ¡Muchas gracias! ¡De no ser por ti, nadie hubiera podido salvar a Pispín! El resto de los niños muy contentos, subieron a hombros a Mateo gritando campeón y llevándole así hasta la escuela, mientras le felicitaban por haber salvado a Pispín. Nunca más nadie en el colegio volvió a reírse de Mateo por ser bajito, ser diferente fue una gran suerte. De no haber tenido aquel tamaño, Pispín habría muerto en aquel agujero sin que nadie hubiera podido rescatarlo. Mateo ahora acude cada día feliz al colegio, tiene muchos amigos con los que juega y se divierte. Ya no quiere ser tan alto como los árboles, está muy contento de ser como es.
  • 36. Anécdotas El novio desaparecido Conocí a Sergio Gomes hace unos cinco años. De trabajar en el Ministerio Público se retiró hace siete, según me contó, y desde entonces se dedicó al oficio de investigador privado. Nos hicimos amigos porque llegó a mi consultorio por una infección de garganta. No hay nadie que tenga una conversación tan interesante como Gomes; desde fútbol hasta filosofía, literatura y ciencia. No sé de nadie que, como él, juegue bien al tenis y al ajedrez. He tenido la costumbre de tomar notas de los casos que hemos visto juntos y ahora, con permiso de él, voy a contarles acá un caso reciente en el que participé junto a Gomes. La vecina Tenía poco tiempo de haberme mudado al barrio cuando se pasó a vivir a la par de mi casa una mujer que alborotó al vecindario entero. Yo tenía quince años. Mis papás trabajaban todo el día, y por las tardes, al regresar del colegio, me tocaba cuidar a mi hermana de seis años. Yo vi cuando el camión de mudanzas bajaba las cosas de la vecina una tarde de abril. La primera vez que la vi estaba de espaldas y aproveché para verle el cuerpazo que se echaba. Cuando se volteó vi a la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Tenía un lindo cabello negro, liso, brillante, como comercial de shampú de la tele.
  • 37. El marido vengador Hacía un día lindo y soleado cuando Mario se enteró de que su mujer lo engañaba con el ginecólogo. Los vio en un mcdonalds besándose y sonriendo, muy felices. Él pasaba de casualidad a comprar comida para llevar; afortunadamente no lo habían visto. Lo sospechaba desde hacía algunos meses y ahora lo confirmaba. La muy cabrona lo estaba engañando. Furioso, al regresar a la oficina ya no tuvo hambre para comerse la comida que había comprado. En vez de comer, empezó a buscar tiendas de armas en la guía telefónica y decidió que esa misma tarde iría a comprar el arma con la cual se vengaría. Los campeones La temporada más feliz de mi vida fue cuando jugaba fútbol en los campos de Montserrat. Con un grupo de cuates armamos un equipo al que llamamos FC Bárcenas. Le llamamos así porque los dueños del equipo eran de Bárcenas. El Lito y el Cacho, hermanos, no eran tan buenos para jugar, pero ponían los uniformes y las pelotas para entrenar. Todos teníamos menos de veinte años y empezábamos la universidad, pocos trabajaban. Entrenábamos casi todos los días, aunque no éramos tan buenos que digamos. Jugamos tres torneos, en el primero empezamos ganando, contra todo pronóstico. Pero después todo cambió.
  • 38. El servicio Alfonso llegó retrasado al ensayo de la iglesia. El pastor había citado a los doce pastores auxiliares para el jueves a las seis de la tarde. Todos varones, como los doce apóstoles. Les había indicado que era muy importante, y que además, no contaran a nadie. Después de disculparse y recibir la mirada de reproche del pastor, se integró al grupo. Habría un evento especial el sábado. El pastor dijo que los ingresos de la iglesia habían bajado y que era necesario hacer algo especial para llamar la atención, el nuevo templo lo requería. Cuando Alfonso se enteró de qué iba la cosa, se rió nerviosamente, pero después de ver la mirada seria del pastor, sintió una mezcla de temor y aberración. Historias Infantiles El espejo Hubo un tiempo en que eran muy amigos, casi inseparables. Sin embargo, la vida los fue alejando. Las personas no sólo se alejan de otras personas, también se alejan de ciertos objetos que ya no le sirven o no le dan la felicidad que alguna vez le dieron. Cuando se es muy joven, el espejo suele ser un buen compañero de ruta. Indicador silencioso de cómo nos vemos o mejor dicho, como creemos que nos ven los demás. El dictamina si estamos poco o muy maquilladas, si tenemos cara de cansadas o si las canas han crecido ya en forma poco prudente. Pilar había sido, como toda adolescente que se precie de tal, algo esclava del espejo. Chiquito para la cartera, grande para el cuarto, propio, prestado, verdadero, inventado en una vidriera, no importaba. Eran tiempos en los que Pilar no necesitaba anteojos para ver su imagen, ni tampoco su vida y donde aquellos defectos que el espejo le mostraba, se podían corregir. Era agradable mirarse y hasta corregirse. La imagen que el espejo devolvía sólo anunciaba presente y mucho futuro. El tiempo pasó y Pilar maduró y ya no tenía tiempo de mirarse horas. Había que criar a los hijos, atender el hogar, trabajar y por la noche era tal el cansancio que mirarse era un mero trámite que nada decía y al cual no le prestaba atención. Y así, como fueron muchos años de amistad, fueron muchos los años de alejamiento y luego vino el enojo. Como puede pasar con los vínculos, cuando Pilar y el espejo se reencontraron ya no eran los mismos y no se entendieron, es más, casi ni se reconocieron. Esa mujer que antes habitaba en el espejo ya no existía, aún menos la joven ¿Quién era entonces la que estaba frente a ella? ¿Por qué un elemento que tanto había querido y necesitado se volvía insolente, casi irrespetuoso? ¿En qué momento se había ido la tersura de su piel? ¿Qué día se había instalado cómodamente en su rostro la primera arruga, en su cabello la primera cana? ¿Tan rápido había pasado el tiempo desde que se viera con detenimiento la última vez? Se enojó mucho y revoleó el espejo que, sin ofenderse y por si acaso Pilar fuese supersticiosa decidió no romperse. Y entonces comenzó para Pilar una lucha estéril como todas las que se libran para evitar lo inevitable, para detener lo que indefectiblemente debe seguir su curso. No mirarse en un espejo era imposible, pero se prometió a si misma hacerlo lo menos posible, evitar las vidrieras, los espejos de los probadores que tan antipáticos resultan a cierta edad y ya no llevaba un espejito en su cartera. Paradójicamente, cuando nuestra imagen comienza a no conformarnos, es necesario otro elemento que nos obliga a ver lo que no queremos. Es ahí cuando los lentes se convierten, como los espejos en amigos y enemigos. Sin lentes no podemos vernos, con ellos, lo que vemos no nos gusta.
  • 39. Y la batalla continuó y cada vez que estaba frente a un espejo, se sacaba los lentes y así era más fácil digerir el paso del tiempo. Una mañana, la vida se impuso, como lo hace siempre por otra parte y los lentes de Pilar se rompieron. Sin embargo, lo más importante que entendió Pilar que ella era mucho más que la imagen que el espejo devolviese. Que el tiempo pasa nos miremos o no y que lo mejor de uno, es precisamente aquello que no se refleja en un espejo. Que no está mal necesitar lentes y mejor aún llevarlos con gracia. Que hay que aprender que el tiempo nos va cambiando y saber convivir con ello. Y entonces, en un gran acto de valentía íntima, decidió mirarse por dentro y con los mejores lentes, los de mayor graduación que no son otros que los ojos del alma y descubrió que esa persona que veía seguía mereciendo mirarse bien al espejo. A partir de ese día y como sucede entre las personas muchas veces, se reencontraron, pero desde otro lugar y se volvieron a reconocer. Fin De mujer a mujer El sol arde en el desierto somalí. Poco, comparado con la abrasada entrepierna de la pequeña Lyia, en su ritual de ablación. La condujo su madre, Wangary. La creía desvalida sin un hombre que la aceptara en matrimonio, pero estremeció frente a la gitana de la tribu y su cuchilla de afeitar sucia, sin filo de tanto cercenar genitales en carne viva. Hemorragia intermitente. Wangary repasa su historia. Menstruaciones, sexo, infecciones, parto, micción: un solo dolor brutal. Sus manos dejan de sujetar el muslo de Lyia para cerrarle los ojos. Luego libera los gritos atrapados en el trozo de madera apretado entre sus dientecitos. La noche las sorprende desvelando su propio misterio. Pronto amanecerá en África. Fin
  • 40. Los Onas y la luna Los Onas suponen que en las variadas fases de la luna hay seres ocultos enemigos de los hombres que les causan mayor pavor. El engrosamiento gradual de la luna KRE les inspira gran miedo, porque creen que para engrosarse se alimenta de criaturas humanas, a las cuales les chupa la sangre que les causa la muerte. De aquí que cuando llega el plenilunio hagan fiestas alrededor de grandes fogatas y bailan y gritan en algazara infernal durante toda la noche, celebrando él haber librado del peligro de muerte a sus hijos, que aman con mucha ternura. Fin El ladrón de orquídeas Esa noche el inspector Muriel estaba convencido de que el misterioso encapuchado del sobretodo gris volvería al lugar del hecho para robar una nueva orquídea del invernadero de la doctora Sofía. Hacía ya varios años que esta respetable señora, había dejado la medicina para abocarse al cultivo y cuidado de sus plantas y particularmente se sentía atraída por las orquídeas. Sus formas y colores no dejaban de sorprenderla y cautivarla al mismo tiempo. Si bien éste no era un caso demasiado importante, en la comisaría estaban cansados de ver llegar a la doctora denunciando que sus extrañas flores les eran hurtadas tan sigilosamente, que nunca llegaba a descubrir al ladrón. Por otra parte Muriel sabía que su dedicación y empeño por cumplir con sus deberes de policía le iban a reportar, en cualquier momento, un ascenso y, de ese modo, tal vez la bella Lucía aceptaría ser su novia. De manera que a pesar del frío, se escondió tras unos matorrales y esperó pacientemente la posible llegada del sospechoso. A medida que pasaban las horas, sentía que sus pies se humedecían por la escarcha, pero como no podía moverlos para no hacer ruido, decidió que lo mejor sería pensar en alguien que lo reconfortara. Y esa persona no podía ser otra más que la dulce y callada Lucía. Recordó que un día, en el parque, mientras caminaban por el rosedal, le había comentado que tenía un hobby. Un pasatiempo tan especial que sólo se lo confesaría a su futuro esposo cuando éste apareciera en su vida. ¿Cuál sería ese hobby? ¿Y si fuese él el elegido para conocerlo? De pronto, mientras su mente discurría entre esos interrogantes, sintió un ruido, cuidadosamente apartó las ramas que ocultaban su rostro y pudo ver cómo el misterioso encapuchado recogía una nueva orquídea del invernadero y se escabullía entre el follaje de los arbustos. En un primer momento sintió el impulso de sorprenderlo, pero luego prefirió seguirlo. Esperó que se alejara unos metros para luego encaminar sus pasos detrás de él. Al llegar a una esquina, el encapuchado dobló hacia la derecha y para sorpresa del inspector se introdujo, sin tomar el menor recaudo, en la casa de Lucía. Desconcertado, Muriel corrió hacia allí, saltó la verja y al ver que el ladrón se estaba escurriendo por la ventana del dormitorio de la joven, se abalanzó sin pensarlo sobre él y ambos cayeron dentro de la habitación. Después de un breve forcejeo, sostuvo las muñecas de éste con su mano derecha y con la izquierda le sacó la capucha. Al ver aquel rostro, los ojos de Muriel se abrieron de tal modo, que parecían salirse de sus órbitas. ¡No podía ser verdad! ¡Lucía! ¡Su dulce Lucia era el misterioso ladrón del sobretodo gris! La joven avergonzada levantó la vista y, luego de mirarlo por un instante, le señaló con los ojos una vitrina que estaba en uno de los ángulos del cuarto. Después de mirarlas con atención y leer aquellos relatos que daban cuenta de cómo habían llegado un día a la tierra para engalanarla con sus exóticas bellezas, el inspector Muriel se dio vuelta y contempló, por unos instantes, el rostro de aquella muchacha que con su timidez lo había enamorado.
  • 41. Sin decirle una palabra, salió a través de la ventana por la que había ingresado y se marchó por las calles solitarias y oscuras envuelto en una duda: ¿Esa noche se habría convertido en el novio de Lucía o estaría a un paso de lograr su ascenso? Fin LUCERITO Y LOS AMIGOS DEL MAR Habia una niña llamada lucerito y le fascinaba bañarse en el mar, el rio y hasta en la piscina. Pero le gustaba mas ir al mar, por estar a cada momento nadando no obedecia a sus padres en sus quehaceres y sus tareas se estaba volviendo muy pero muy desobediente. Un dia cuando nadaba en el mar deseo bajar al fondo y naturalmente bajo convertida en sirena era muy feliz hizo infinidad de amigos como la estrella de mar, el caballito de mar, cangrejos, esponjas, pecesillos de diferentes colores parecidos a nemo, y muchos mas, era tan feliz lucerito pero un dia al pensar en sus padres,hermanos y amigos sintio tristeza y deseo volver con ellos. Hizo oracion y le pidio a papito dios estar con todos los humanos que se portaria muy bien y seria la niña mas juiciosa y obediente. Como sus padres la andaban buscando por el mar. Y con todos sus amigos del mar facilmente encontraron el bote,el reencuentro fue muy hermoso lleno de alegrias por todos. Y vivieron muy felices y lucerito muy juiciosa. Fin. Trabalenguas 1 Hay chicas chachareras que chacotean con chicos chazos. Y un chico mete al chillón de la chepa un chichón por chirrichote, y el chiste, y lo chocante, es que la chepa se le ha chafado con la hinchazón del chirlo.
  • 42. 2 Tengo un tío cajonero que hace cajas y calajas y cajitas y cajones. Y al tirar de los cordones salen cajas y calajas y cajitas y cajones. 3 compadre de la capa parda, no compre usted mas capa parda, que el que mucha capa parda compra, mucha capa parda paga. Yo que mucha capa parda compré, mucha capa parda pagué. 4 Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le preguntó: Podador que podas la parra. ¿Qué parra podas? ¿Podas mi parra o tu parra podas? Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra de mi tío Bartolo.
  • 43. 5 Los hombres con hambre hombre, abren sus hombros hombrunos sin dejar de ser hombres con hambre hombre hombruno. Si tú eres un hombre con hambre hombre hombruno, pues dí que eres un hombre com hambre y no cualquier hombre hombruno sino un hombre con hombros muy hombre, hombre. Refranes Explicación Quien mucho abarca, poco aprieta Quien emprende muchas cosas a un tiempo, generalmente no desempeña ninguna bien. En casa de herrero, cuchillo de palo. A veces falta una cosa en el lugar donde nunca debiera hacer falta. A mal tiempo, buena cara. Hay que saber sobrellevar los problemas de la vida. A pan duro, diente agudo. Para superar las dificultades, es necesario esforzarse. Cuando hay hambre, no hay pan duro. La necesidad obliga a valorar las cosas mínimas. A falta de pan, buenas son tortas. Cuando falta de algo, se valora lo que puede reemplazarlo.
  • 44. Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados. Es diverso el destino de los hombres. Teatrillos Titirimundi en Segovia Se celebra Titirimundi en la ciudad de Segovia. Con este motivo, a los pies del Acueducto, en la plaza del Azoguejo, han instalado dos bonitos carruseles. Son carruseles extraordinarios, tanto por su enorme tamaño como por su bonito colorido, un color sanguina que al mirarlos parece que estuviéramos viendo una estampa del siglo pasado. En ellos dan vueltas un pájaro prehistórico, con un enorme pico con dientes, un bonito globo aerostático, un coche y una avioneta de la primera guerra mundial, entre otros artefactos. Cientos de niños guardan cola a su alrededor para montar en su atracción preferida. Tan solo a unos metros de aquí, en la misma plaza, un grupo de muchachos negros, vestidos de llamativos colores, cantan y danzan temas típicos africanos al son de las palmas de un entregado y numeroso público. Al fondo, bajando por la calle real, se acerca un monito articulado montado en un triciclo acompañado por un montón de alborotados chiquillos. Es un monito muy desobediente que causa gran revuelo por donde pasa. La calle real es un hervidero de gente que pasea feliz y contenta y que sonríe según va descubriendo los diferentes espectáculos. Unos metros más arriba, un muchacho ensaya tirando un diábolo a gran altura, para cogerlo de nuevo con su cuerda ante la atenta mirada de muchos curiosos. Según nos vamos acercando a la plaza de San Martín, las carcajadas van subiendo de intensidad, un espectáculo con títeres se desarrolla en este momento, las escaleras están atestadas de personas dando colorido a un marco inigualable. Enfrente unos puestos callejeros son también atención de numerosos viandantes. Fin Tres perros y un gato. Título: Tres perros y un gato. Escenografía: Un callejón, con algunos botes de basura. Personajes: Perro Dóberman (Voz fuerte y babeando) Perro Akita (Orgulloso y callado) Perro Chihuahua (Tembloroso, habla cantadito) Perro Vagabundo (Perro/gato)
  • 45. Introducción: Un día como cualquier otro 3 perros amigos paseaban por el callejón buscando algo para comer, mientras se acercaban a los botes de basura vieron a lo lejos a otro de sus amigos, un perro algo raro (flaco y con poco cabello, el perro vagabundo) al que llevaban meses sin ver… Bueno, excepto por el Chihuahua quien tendría un chimes que contarles. Chihuahua: Oigan, oigan, adivinen qué me contaron del vagabundo. Dóberman: No sé, dinos. Chihuhua: ¡El pobre enloqueció y se cree un gato! Akita: ¿Estás seguro? Yo creo que sólo son habladurías de la gente. Chihuahua: Pues seguro, seguro, no pero… Dóberman: (interrumpiendo) Pues vamos a ver, llamémosle. Akita: Si es cierto no hay que burlarse de él, hay que ayudarle. Chihuahua: Claro, claro. Dóberman: ¡Hey vagabundo, ven! (Vagabundo los mira y corre hacia ellos.) Vagabundo: ¡Amigos, tiempo sin verlos! Akita: Sí, mucho tiempo, para ser sinceros te hablamos para saber si es cierto algo que han estado diciendo de ti. Vagabundo: ¿Qué cosa? Akita: Pues… Dóberman: (interrumpiendo) Que te crees un gato… Vagabundo: Jajaja, claro que no me creo un gato… Akita: Eso creí… Vagabundo: ¡Soy un gato! Miren como hago Miau. Chihuahua: No lo puedo creer. Dóberman: Claro que no eres un gato. Vagabundo: Sí lo soy mira como digo Miau. Akita: Amigo no eres un gato y te lo podemos demostrar. Vagabundo: ¿Cómo? Akita: Bueno, para empezar si fueras un gato nosotros te perseguiríamos y no lo hacemos. Vagabundo: Eso es porque soy un gato rudo, mira como hago Miau (con voz ruda) Chihuahua: Eso no demuestra nada, si fueras un gato te gustaría el pescado y no te gusta. Vagabundo: Bueno, lo que pasa es que soy un gato vegetariano, mira como hago Miau (con voz elegante y chupándose los dedos) Dóberman: No, no, no, si fueras un gato podrías trepar a los árboles y estoy seguro que no puedes. Vagabundo: Claro que no puedo y eso es porque soy un gato pesado, sólo mira como hago Miau (voz pesada) Akita: Si fueras un gato serias flexible y podrías lavarte a ti mismo con la lengua. Vagabundo: Claro que puedo, miren. (Improvisa movimientos gatunos) Chihuahua: ¡Santos caninos! Dóberman: Esto es muy perturbador. Akita: Ok, ok eres un gato pero deja de hacer eso. Vagabundo: ¿Ven? Soy un gato y digo Miau. Dóberman: ¿Cómo aprendiste a hacer eso? Vagabundo: Yoga. Fin.
  • 46. Amor, cacerolas y ladrones Personajes : Catalina y Federico ( pareja de recién casados) Ladrón I , Ladrón II y Ladrón III La Pintora El Perro Publicada en "Caminantes 4,5 y 6" de editorial e.d.b. ESCENA I (Sala de una casa de campo . La luz cae sobre FEDERICO y CATALINA al tiempo que se escuchan los acordes de la marcha nupcial . La pareja posa para un retrato : El sentado, ella parada detrás como en las viejas fotografías. Frente a ellos, ante un caballete, la PINTORA). CATALINA : ¡ Ay , Fede, seremos tan felices y comeremos tantas perdices ! FEDERICO : No sabía que ser felices era cuestión de perdices, pero ahora que lo sé, no quedará copetona con copete. Te lo prometo , Cata. CATALINA : ¡ Fede , qué bueno eres ! . Te aseguro que no te arrepentirás de haberte casado conmigo. Verás qué limpia y reluciente tendré la casa. Y ni te cuento lo bien que cocina tu mujercita . Además tendremos muchos hijos y .... FEDERICO : ( con gesto grave ) Catalina, si quieres ser una buena esposa , tendrás que obedecer mucho y pensar poco. Así me lo aconsejó mi madre ( se escucha la risita burlona de la PINTORA . FEDERICO continúa más solemne aún ) Obedecer como un soldado y pensar como un... tarado. CATALINA : Siempre he tenido la impresión de que mis rulos se estropean cuando pienso...( lo considera un instante ). De acuerdo , mi Federico pensará por los dos. FEDERICO : ( incorporándose ) Cata, apoya esa cabecita en mi hombro. ( Ella obedece. La PINTORA se acerca a reacomodarlos. Mientras ubica a Catalina, FEDERICO se aleja unos pasos ) FEDERICO : ( aparte ) Que no piense, eso es lo mejor. De otra forma puede descubrir que los botones dorados que guardo en la cómoda son monedas de oro. Y es capaz de gastárselas en cualquier pavada. ( escandalizado ) Al oro, ¡ MI oro ! ESCENA II (Un camino. Tres hombres avanzan, sigilosamente y mirando hacia todos lados. En primer lugar el LADRÓN III, pequeño y escuálido, con una bolsa al hombro; lo sigue el LADRÓN I, robusto y de cuchillo en mano , finalmente, tropezando y como a tientas a pesar de sus gafas , el LADRÓN II. Cuando llegan al centro del escenario, el LADRÓN III se detiene abruptamente, los otros dos chocan entre sí y caen. El LADRON I, para desquitarse, toma al primero por el tobillo y éste aterriza en media de un desparramo de cacerolas ) . LADRÓN I : ( incorporándose) .En el mundo se ha perdido la decencia, si señor, la decencia...( aparta de un manotazo al LADRÓN II quien, en busca de sus anteojos perdidos, le ha tapado la boca ). La gente honesta, que trabaja todo el día para bien de la sociedad y de sus semejantes, ya ni una moneda tiene para comer. LADRÓN III : Dice que las monedas se comen ¡ Ji, ji, ji ! LADRÓN II : ( encontrando por fin sus anteojos ) ¿ Y por qué te preocupas por la gente honrada, si tú no eres honrado ? LADRÓN I : Por supuesto que no soy honrado, pero le robo a los honrados. Y si no tienen plata, ¿ qué les voy a robar ?. Sí, señor, el mundo ha perdido la decencia : ya no queda ni a quien robarle. LADRÓN II : No seamos pesimistas. Al caminante no le pudimos sacar dinero, pero sí unas cuantas cacerolas. ¿ Ven esa casa ? LADRÓN III : ¿ Cuál casa ? LADRÓN II : Esa, ¿ no la ven ? (Los otros se dan cuenta de que se ha sacado los anteojos para limpiarlos y está apuntando con su dedo para cualquier lado. Se los colocan sin demasiada delicadeza). LADRÓN II : ( esta vez señalando el lugar correcto ) Allí iremos a vender las cacerolas. LADRÓN I : ( con actitud feroz y desenvainando la navaja ) ¿ vender ? LADRÓN III : Está chiflado. LADRÓN II : Un momento, Escuchen mi plan... ( Quedan cuchicheando entre ellos ) ESCENA III ( La cocina de una casa de campo) . FEDERICO : Ya terminaron los festejos de nuestra boda y debo volver a mi trabajo. Iré a encerrar las vacas en el establo, pero cuando vuelva tendré hambre. Prepara algo bueno para comer sin olvidar un
  • 47. gran jarro de cerveza. CATALINA : Como tú digas, esposo mío. Todo lo encontrarás dispuesto y requeterriquísimo. ( Se despiden. Federico sale ) (Catalina comienza a canturrear mientras ordena la cocina. Por la puerta se asoma el PERRO, pero ella no ha reparado en él). CATALINA : Ya es hora de que prepare la comida de mi Federiquito. ( Toma una gran chuleta. La golpea y condimenta ostentosamente ). ¡ Listo !. Ahora la cerveza . ( Mientras va en busca de la cerveza y llena la jarra , el PERRO aprovecha para robarse la chuleta . Ella alcanza a verlo cuando éste sale por la puerta ) ¡ Maldito perro, venga para acá ! ( apoya la jarra sobre la mesada con tan mala suerte que cae desparramando su contenido en el suelo. CATALINA ya ha salido corriendo detrás del PERRO ) ESCENA IV CATALINA : ( entrando, vencida y llorosa ) ¡ Perro de porquería....! ( Ve la cerveza derramada ) Encima se me volcó la cerveza... ¿ qué hago ahora para que Federico no vea este desastre ?... ¡ Ya sé !. Tiraré harina sobre la cerveza. Todo quedará blanquísimo y no se notará el estropicio. ( Ya con ánimo optimista, esparce harina generosamente sobre el piso. En eso está cuando entra FEDERICO ). FEDERICO : ( Mientras se sacude la harina que ha caído sobre él. Con voz doliente) Dios mío, Cata, qué sucede aquí ? CATALINA : ( Sin saber como disimular la situación ) Nada...bueno...mira, estaba preparándote una hermosa chuleta cuando fui a buscar la cerveza y...el perro se la llevó. Mientras lo perseguía se me volcó la cerveza. Y cuando estaba blanqueando con harina... FEDERICO : ( furioso) ¡ Me ensuciaste a mí ! CATALINA : Pero el resto de la casa está tan limpito que da gloria verlo. ¿ No me felicitas, Fede ? FEDERICO : ¡ Ay, Cata !. ¿ Cómo pudiste, en tan poco tiempo, hacer tantos desastres ? CATALINA : Una se las arregla para todo. FEDERICO : ( reprobador )¡ Catalina ! CATALINA : ¿ y ahora qué hice mal ? FEDERICO : Me quedé sin chuleta, sin cerveza, sin harina... CATALINA : ( mimosa ) . No te enojes , Fede. Yo no sabía qué hacer y tú debiste advertírmelo. ¿ No quedamos en que pensarías por los dos ? FEDERICO : ( aparte ) Esto de tener una esposa que no piensa me está saliendo un poco caro. No me queda otro remedio que proteger mis monedas porque esta mujer es capaz de usarlas para adornar el jardín. ( Reflexiona un rato, no sin cierto esfuerzo. Luego dirigiéndose a Catalina ). De acuerdo, te perdono. Pero ahora vas a escucharme bien : dame los botones dorados, yo los enterraré. CATALINA : ( mortificada ) Pero...¿ por qué, Fede ?. Perderán su brillo los pobrecitos... FEDERICO :( terminante ) Prometiste obedecer. CATALINA : ( cuadrándose ) Sí, Fede.( va en busca de la bolsa con monedas y se la entrega ) FEDERICO : Las enterraré, pero nada de mirar , eh... ( Cata asiente dándose vuelta y Federico sale al jardín. Al rato vuelve sin las monedas) . Ya está hecho. Ahora promete que ni las tocarás ni las mirarás. CATALINA : ( risueña ) ¿ Cómo las voy a mirar si están enterradas ? ¡ Qué tonto es mi Federiquín ! FEDERICO : ( aparte ) No lo digo yo, cuando una mujer piensa es un peligro. ( A Catalina ). Volveré a mi trabajo y cuando regrese ... CATALINA : Tendrás toda tu ropa limpia y planchada. FEDERICO : ( rezongando )¡ Qué ropa ni ropa, comida es lo que quiero! ( Sale ) ESCENA V La misma cocina. Catalina está planchando. Los LADRONES golpean a la puerta. LADRÓN II . ¡ Señora ! LADRÓN III : ¡ bella señora ! CATALINA : ¿ Qué quieren ?. Si venden acondicionador para el cabello ni se molesten. Desde que me casé mis rulos están cada vez mas armados y brillantes. ( Mientras ella contesta los LADRONES han entrado ) LADRÓN II : Venimos a ofrecerle estas magníficas y relucientes cacerolas. CATALINA : ( Entusiasmada )¡ Qué lindas ! ( compungida ) Pero no las puedo comprar. Mi marido está en el campo y no tengo ni una moneda... LADRÓN I : ( que se ha colocado detrás de ella y la amenaza con su cuchillo ) Cuánto lo siento porque... CATALINA : ( sin darse cuenta ) Esperen,¿ no les darían lo mismo unos botones dorados?. Mi marido los enterró hace un rato por ahí. Eso sí, tendrán que desenterrarlos ustedes porque yo le prometí que no los miraría ni los tocaría. LADRÓN II : Echaremos un vistazo. LADRON III : ¡ Justo él, un vistazo ! ¡ Ji, ji , ji ! ( Salen y Catalina vuelve a sus tareas tratando de no mirar hacia afuera. Al rato entran de nuevo los tres)
  • 48. LADRÓN II : Señora, estos botones no valen nada, pero hacemos el trato. Las cacerolas son suyas. LADRÓN III : ( retirándose último ) Sus rulos nos han convencido. ESCENA VI ( La misma cocina. Entra FEDERICO, muy cansado ) CATALINA : ( abrazándolo ) ¡ Qué suerte que volviste ! Mira, me las arreglé para comprar todo esto con tus botones dorados. Pero yo no los toqué ni los miré , los mismos vendedores los desenterraron. FEDERICO : ( desesperado ) Catalina, esos botones son monedas de oro y eran toda nuestra fortuna... CATALINA : ( grave ) Yo no lo sabía, Fede. Debiste advertírmelo... Pero no te preocupes, maridito, correremos tras los delincuentes y recuperaremos nuestro oro. FEDERICO : ¡ Qué remedio queda !. Prepara algo para comer y beber en el camino, pues me tienes con la panza vacía. Yo partiré primero y tú me sigues. ¡ Ah !, no te olvides de asegurar bien la puerta ( sale). CATALINA : ( coloca en un zurrón que cuelga de su cintura una bolsa de nueces y una botella de agua. Luego se detiene ante la puerta, dubitativa ) Me dijo que la asegurara bien. ¡ Ya sé ! En ninguna parte estará más segura que llevándola conmigo ( Carga la puerta y sale ) ESCENA VII Un frondoso árbol al borde de un camino . La PINTORA está trabajando en un paisaje. Escucha voces, levanta su caballete y se esconde. Entran FEDERICO Y CATALINA, ella aún con la puerta a cuestas. CATALINA : ( Quejosa ) Fede, esto me pesa mucho. .. FEDERICO : ( enojado ) Basta de charla. Tú la trajiste dejando nuestra casa desprotegida, ahora la cargarás. ( Se detiene y estudia el lugar ) Ya está anocheciendo y será mejor que subamos a este árbol para resguardarnos de las fieras. ( Ayuda a subir a Cata , con puerta y todo. Luego sube él . La PINTORA se acerca a saludarlos , pero se escuchan otras voces y decide volver a su escondite ) ( Entran los LADRONES) LADRÓN II : Al tomar esa senda errada perdimos mucho tiempo. No creo que podamos llegar a la ciudad antes de la noche. LADRÓN I : ( Deteniéndose) No importa, dormiremos por acá. ( Sopesa la bolsa llena de monedas. ) . ¿ No les dije yo ?. Aún queda gente honrada en el mundo. Así da gusto ser ladrón. LADRÓN III : ¿ Gente honrada ? ¡ Ji, ji, ji !. Gente tonta, dirás. LADRÓN I : ( propinándole un buen golpe ) ¡ Este petiso no tiene valores !( al ver que el LADRÓN II sigue caminando y va a tragarse el árbol) . ¡Eh ! ¿ Dónde vas ? LADRÓN II : ( que efectivamente ya chocó contra una rama. Medio atontado ) Lo importante es que ahora estamos en el buen camino. pero creo que tendríamos que descansar un rato. LADRÓN I : Cierto, por hoy trabajamos demasiado. ( Se acomodan bajo el árbol y se duermen ). ESCENA VIII ( El mismo lugar. La PINTORA sale de su escondite y estudia la escena . Va por sus elementos de trabajo y se dispone a pintar ) CATALINA : Fede, las nueces son muy pesadas... ¿ Puedo tirar las nueces ? FEDERICO : Ahora no, Cata, nos van a descubrir. CATALINA : Yo las suelto, Fede, no aguanto más. ( Tira las nueces. LADRON II Y III se despiertan. La PINTORA se esconde presurosa ) LADRÓN II : Está granizando, con razón tengo tanto frío ( se envuelve en la bufanda y se duerme ) LADRÓN III : Ahora el granizo viene comestible ( recoge las nueces ) Para mí solito... ( al rato se lo oye roncar) ( La PINTORA retorna a su lugar ) CATALINA : Fede, voy a tirar el agua FEDERICO : No lo hagas, por favor, no lo hagas. ( CATALINA arroja el agua sobre el LADRÓN I y la botella sobre LADRÓN III. La PINTORA vuelve a esconderse ) LADRON I : ( despertando bruscamente y buscando al culpable) ¡ Siempre haciendo bromas este infeliz! ( Le da un buen golpe en la cabeza al LADRÓN III y vuelve a dormirse ) ( La PINTORA retorna a su caballete ) CATALINA : Fede, la puerta es muy, muy pesada...Yo la tiro , Fede. FEDERICO : Por lo que más quieras, Catalina. Por mis monedas, por mi suegra, por la salud de nuestros hijos...No la sueltes , Cata. CATALINA : Nosotros no tenemos hijos... FEDERICO : Pero los tendremos, Cata, tú misma lo dijiste . CATALINA : Es cierto, pero yo la tiro igual. ( Cae la puerta con gran estruendo )
  • 49. LADRON I : ( despavorido ) ¡ Estalló la guerra, moriremos todos ! LADRÓN II : ( que intenta despertar al LADRÓN I sin lograrlo ) ¿ Quién lo mató ? LADRÓN I : ¡ Qué se yo ! LADRÓN II : ¿ Vamos a usarlo como escudo ! ( Lo alzan y se lo llevan. En su huída ni siquiera ven a la PINTORA que no alcanzó a esconderse ) ESCENA IX ( FEDERICO Y CATALINA descienden del árbol ) CATALINA : ( orgullosa ) Fede...¿ notaste que yo solita los ahuyenté ? FEDERICO : ( temblando ) sssssí CATALINA : Después de todo no tengo tan malas ideas. Si no te parece mal, empiezo a pensar de nuevo. ¡ Total !. Algún día la moda cambiará y se dejarán de usar los rulos. FEDERICO : De acuerdo, Cata. De aquí en adelante puedes pensar todo lo que quieras, hasta que soy un tonto, pero... harás bien tu trabajo. Nada de decirme ( imitándola ) " Tú no me lo advertiste, Fede ". CATALINA : ( Yendo hacia él ) Fede, me parece que te estás avivando demasiado pronto... FEDERICO : ( tomándola de las manos ) Cata, no hay estupidez que aguante tantos desastres. CATALINA : ( mimosa ) Ay, Fede... FEDERICO : ( enternecido ) Ay, Cata... ( Se preparan para un beso . La PINTORA se acomoda frente a su caballete . Después de un romántico suspiro, comienza a retratarlos ) *** fin *** El aula de Tócame-Roque Cuando se alza el telón, el espectador curioso podrá ver un aula de alumnos adolescentes, indolentes y traviesos de 4º de la E.S.O.. Pronto, el espectador curioso podrá observar que estos diablillos no saben lo que hacen o no hacen lo que saben, según. Se ruega al curioso espectador que no se ría muy alto, tanto para no despertar a los que quieran dormir como para no perderse la posible conocida tragedia. Hay una pizarra en el fondo, un cuadro con una imagen de la Virgen y una puesta, a la izquierda del espectador .Con esto basta, aunque también podría haber un mapa de Europa y un mural con reglas ortográficas. Entra el profesor por la izquierda. Los alumnos, que estaban haciendo un jolgorio considerable, se ponen de pie, casi todos. Profesor:! Buenos días! !Pónganse de pie los que estaban sentados y siéntense los que estaban de pie! Los alumnos obedecen. Profesor: Bueno; ayer quedamos en que dos y dos son cinco,¿no? Valentín: Señor profesor,¿no eran siete? Profesor: Depende, Valentín, depende. Pero bueno, ahora que estáis todos atentos, aprovecharé para haceros unas preguntas, ¿vale? A ver. tú Aquilino, dime dos pronombres Aquilino : ¿Quien?¿Yo? Profesor : Muy bien, si señor, dos pronombres. Ahora tú Álvaro: dime una palabra que empiece por "jota" Álvaro: !Hoy ¡ Profesor: ¿ Hoooy? !Claro¡ No va a ser mañana Álvaro : Perdone profe, quiero decir que hoy es jueves, que empieza por "j"
  • 50. Profesor: ! Pero hombre ¡ Si hoy no es jueves. Bueno , vale. ! Eh ¡ pero Francis, ¿ que haces ? Por qué das golpes con la cabeza? ! Vas a romper el pupitre ¡ Francis : Es que no lo entiendo... Profesor: ¿Que es lo que no entiendes? Francis: Que "todo junto" se escribe separado, y "separado" se escribe junto... Profesor: Déjalo Francis: te puede explotar la cabeza. Piensa en otra cosa. Profe , profe , profe; tengo una duda.... Profesor: A ver si te la puedo ampliar, Salva,¿cuál es tu duda? Profe,"ayer" ¿se escribe con hache? Profesor: No, Salva, no ¿Y "hoy"? Profesor: "Hoy " si. Salva."hoy" sí Y ¿como puede cambiar tanto de un día para otro? Profesor: Llevándose la mano a la frente: ! Que tropa ,Señor¡ ! que tropa¡ En este momento se oyen unos golpes en la puerta-o una campana- y entra, algo "mosca",un señor, padre de uno de los alumnos, Teodoro. Padre: Perdone que interrumpa, señor profesor, pero es que tengo que averiguar si es cierto lo que me cuenta mi hijo, aquí presente... Profesor: No es una manera muy ortodoxa de entrar, pero tengo curiosidad...¿que le cuenta su hijo? Padre: Pues que usted le hace al pobre chico las preguntas más difíciles.?que de cierto en ello? Profesor: ¡ Pero hombre!,,, Nada, señor padre, nada, nada. Precisamente ahora estaba preguntando a los alumnos...¿ quiere usted comprobar las preguntas? Padre: Si, claro; a eso he venido. Profesor : Esta bien. Se dirige Teo . Vamos a ver, Teo . No te pongas nervios nerviosos y contesta: ¿cuantos son dos y dos? Teodoro: mirando a su padre. ¿ lo ves, papá?, ¡ya empieza! Profesor: ¿ Se convence usted señor padre?. Además ,tengo que comunicarle que su hijo ha copiado en un examen. Lo supe en seguida, al corregir la prueba .copió de Miguelito. Padre: ¿ Y como sabe usted que copio de ese Miguelito y no fue al revés? Profesor: Pues porque Miguelito, en la 3ª pegunta escribió: " Esta no me la se", y su hijo, en la misma pregunta, puso"Yo, tampoco.¿ Que le parece?.¿se convence usted ? Padre: ¡ Que bochorno. hijo! ¡ Qué ridículo me has hecho pasar! Le sacude un par de "soplamocos" a su hijo sin que nadie pueda evitarlo.¡ Toma "cabezudo" El profesor le calma y le reconduce a la puerta: Dos o tres compañeros consuelan y animan a Teo. entre tanto. Profesor: Vamos chicos ánimo ¡Ya pasó todo! ¡Seguimos preguntando! Vamos a ver tú Diego ¿que es un polígono? Es un señor que tiene muchas mujeres. Profesor: ¡ Asombroso! Bueno, cambiemos de materia. Veamos, Alberto: pregunta de religión: ¿Recuerdas como murió Judas? Alberto: Duda unos instantes, Luis le qyuda, poniendo una mano en la garganta, ostensiblemente. Por fin, Alberto dice.¡ Ah! ¡sí!,¡de anginas! Profesor cara de asombro: No se si reír o llorar, A ver, algo mas facil. Literatura. Dime, Pablo,¿ quien escribió El Quijote? Pablo: a punto de llorar. Yo no he sido profesor.¡yo no he sido! Abel Elomba se acerca al profesor y la dice, mirando a Pablo: No le riña, profe, Pablo nunca cuenta mentiras: ¡ Si el dice que no fue, es que no fue! Profesor: debo estar soñando. Manolo, ve a llamar al director, por favor..... Director: ¿que ocurre, don Francisco? Profesor : Casi nada: que le pregunto a Pablo " quien escribió El Quijote", y me contesta que él no ha sido. Y, encima, Abel dice que Pablo no miente, que si el dice que el no ha sido, es que que no ha sido él¿ que le parece? Director: Mire, profesor yo también conozco a Pablo, y se que no es mentiroso; si dice que no es , es que no .... Pero, no se preocupe, a este le atrapamos en seguida. Voy a llamar a la Guardia Civil, Sale a toda prisa. Llega un sargento de la Guardia Civil con cuatro guardias. Sargento: Ya está señor profesor. Le vamos a echar el guante en seguida. Todas las salidas están vigiladas .Atraparemos al que escribió El Quijote ese. Salen los cinco velozmente. En ese momento, entra un señor elegante. Es el inspector de educación, que esta de vista profesional, inspeccionando el colegio, que es lo suyo.
  • 51. Inspector: Buenos días. Soy el inspector de Educación y Ciencia, He visto salir a unos guardias, a toda prisa.¿ Que pasa? Profesor: Que estoy desesperado, señor inspector. Aquí nadie escribió El Quijote... Este alumno dice que el no ha sido, y la guardia Civil ha salido corriendo, a ver si lo atrapan,¿ que le parece?¿ que podemos hacer Inspector: Pero, hombre señor profesor, Tenga paciencia. Menos mal que he llegado yo... Se dirige a los alumnos: " El Quijote no es un esucia-paredes ni nada de eso. Es una obra muy famosa de le literatura española, escrita por un no menos famoso escritor, llamado Calderón de la Barca. Profesor. Llevándose las manos a la cabeza.¡Ay! ¿si Lope de Vega levantara la cabeza! Y cae de vergüenza el telón. Fin. EL PASTOR TURULATO Personajes Turulato Pastor Juan Pastora Emilia Pastora Rosa Ángel Diablo Escenografía Paisaje de montañas con estrellas en el cielo. Ideas para la Representación Esta pastorela ha sido representada por niños de segundo año de primaria. Si ustedes prefieren ser los actores, inventen sus trajes de pastores más o menos como se ven en los dibujos. Una canastita de pan puesta boca abajo y adornada con flores de papel resulta un bonito sombrero de pastora. Unas cintas enrolladas formando cruces en la pantorrilla da la idea de pastor o pastora. Claro que hacen falta los cuernos y la cola del diablo y las alas del ángel, recortadas en cartoncillo y con papel de china pegado como para hacer piñatas. Como pueden aparecer en escena todos los pastores que quieran, la escenografía no se verá mucho y pueden no hacerla, no importa tanto. Si les gusta mucho pintar, pues píntenla. O bien pueden representarla con los títeres de varilla (pág. 19). Tienen la ventaja de que se ven completos y pueden lucirse haciéndoles unos trajes muy bonitos y de muchos colores. Seguramente sabrán alguna canción de Navidad que los pastores cantarán en escena. Alguno de, ustedes, o varios, tocarán instrumentos o inventarán un bailecito para la obra. Por supuesto que se vale inventar más versos. Turulato llega corriendo. Turulato mira hacia adentro del teatro Salgan los pastores a mirar el cielo. Aunque es media noche brilla como fuego. Pastora Marcela desde adentro Pastor Turulato tú a mí no me engañas, sólo andas pensando en las musarañas. Turulato Ve hacia arriba Yo no los engaño. Vean un lucero de tan gran tamaño que ilumina el cielo. Salen todos los pastores a contemplar la estrella. Aparece el ángel. Ángel