1. VIGILIA CANONIZACIÓN BONIFACIA
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Canto: Así era Bonifacia (CD “Una mujer abriendo caminos nº 11)
1 Momento: HE VISTO AL QUE ME VE
Proyección: Imagen de Agar
Texto bíblico: Gn 16, 3-14
1 Lector/a: Cuando Abrán llevaba diez años residiendo en la tierra de Canaán, Saray tomó a
Agar, su esclava egipcia, y se la dio por mujer a su marido Abrán. Cuando Agar se quedó
encinta , empezó a mirar con desprecio a Saray.
Saray la maltrató de tal modo que ella huyó de su presencia. El Señor la encontró junto a una
fuente de agua en el desierto y le dijo:
Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió:
Huyo de la presencia de mi señora.
Y el Señor le dijo:
Vuelve al lado de tu Señora… Multiplicaré tu descendencia, y será tan numerosa que no se
podrá contar porque el Señor ha escuchado tu aflicción. Entonces Agar invocó al Señor, que le
había hablado, diciendo: "Tú eres el Dios que me ve", porque dijo: "¿Acaso no he visto aquí al
que me ve?".
Reflexión-Oración
2 Lector/a: Agar, como esclava y extranjera, ha perdido su capacidad de decidir sobre su
propia vida. Ha de obedecer a sus amos y guardar silencio ante sus sentimientos. Pero cuando
descubre que es capaz de engendrar un hijo, se siente superior a Sara, su señora, que es
estéril. La violencia se adueña del corazón de ambas mujeres y se pelean. El enfrentamiento
lleva a Agar a huir al desierto, al lugar de nadie, a la experiencia de abandono total y de
fracaso. Pero ahí Dios se revela con un nuevo rostro, se hace presente con su mirada, le
pregunta por su historia y la sostiene. Agar, en ese encuentro, recupera la palabra, descubre
un nuevo futuro lleno de posibilidades, un futuro no exento de esfuerzo y de lucha pero capaz
de vida y esperanza.
(Silencio. Música de fondo)
3 Lector/a: Como Agar, muchas mujeres en nuestro mundo sufren la marginación y la
injusticia, la esclavitud y el abandono. Muchas mujeres son enviadas al desierto, a la ausencia
1
2. de dignidad, de compañía y de futuro. Muchas mujeres necesitan espacios de liberación en
donde encontrarse con su propia verdad y su propia palabra. Muchas mujeres claman, desde
todos los desiertos del mundo, una mirada y una palabra que las recupere de la postración.
Proyección: PowerPoint MUJERES
4 Lector/a: Bonifacia nos acompaña aquí, en ese encuentro con el Dios que libera y dignifica a
la persona, que la escucha en su aflicción. Ella se hizo eco de la mirada compasiva de Dios y se
comprometió con un proyecto cargado de utopía, diciendo sí a crear en su pequeño taller un
espacio de dignificación y liberación para la mujer trabajadora pobre. Bonifacia creyó en el
Dios que ve en la aflicción, que busca espacios de liberación para sus hijos e hijas.
Ella supo también de la marginación y el rechazo, y también fue enviada al desierto, pero supo
responder con el perdón y el amor. Y ahora nos invita a hacer lo mismo.
Canto: Mujer del pueblo, nº 5 del CD Promesa de Dios
Plegaria compartida
EN EL REVERSO DE LA HISTORIA
(A dos coros)
Señor:
en este mundo insolidario y frío
queremos buscarte.
En los barrios marginales y zonas periféricas
queremos encontrarte.
En los que esta sociedad esconde y olvida
queremos verte.
En los que no cuentan para la cultura dominante
queremos descubrirte.
En los que carecen de lo básico y necesario
queremos acogerte.
En los que pertenecen al reverso de la historia
queremos abrazarte...
En los pobres y marginados de siempre,
en los emigrantes y parados sin horizonte,
en los drogadictos y alcohólicos sin presente,
en las mujeres maltratadas,
en los ancianos abandonados,
en los niños indefensos,
en la gente estrellada,
en todos los heridos y abandonados al borde del camino
queremos buscarte,
encontrarte,
verte,
descubrirte,
acogerte,
abrazarte.
2
3. (Silencio. Música de fondo)
Oración Final
Lector/a: Señor, que pones en nosotros tu mirada llena de amor, queremos seguir las
huellas de Bonifacia, dejar que nuestro corazón se duela con el dolor de la
marginación, el rechazo y la injusticia que viven tantos hombres y mujeres de nuestro
mundo.
Queremos aprender de Bonifacia, de su fidelidad y perdón, de sus sueños y
esperanzas. Queremos, como ella lo hizo, descubrirte a ti llamándonos desde la vida al
compromiso diario por la dignificación y liberación del mundo trabajador pobre. Amén
2 Momento: HE VISTO AL SEÑOR Y ME HA DICHO ESTO
Proyección: Imagen de Magdalena
Texto bíblico: Mt 28, 1-10
1 Lector/a: Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, fueron María
Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Jesús les salió al encuentro, diciendo: --
¡Alegraos! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y se postraron ante él. Entonces
Jesús les dijo: No temáis; id a avisar a mis hermanos y hermanas que vayan a Galilea,
y allí me verán.
Reflexión-Oración
2 Lector/a: Magdalena no podía creer que el final de su maravillosa historia con Jesús
había terminado. Junto a sus compañeras se acercó al sepulcro para ofrecer al amigo
un último gesto de amor y fidelidad. Pero la historia de Jesús no había terminado, allí
estaba junto a ellas vivo y las enviaba a invitar a sus compañeros y compañeras a
ponerse en camino.
En Galilea, Magdalena se había hecho discípula de Jesús, le había escuchado y orado
junto a él. Ahora debía de convocar de nuevo a sus compañeros y compañeras,
recordarles las palabras del maestro y señalarles el camino de vuelta a Galilea, a ese
lugar donde habían conocido a Jesús y a donde ahora debían seguirle.
(Silencio. Música de fondo)
3 Lector/a: Como Magdalena, estamos llamados a ser fuente de esperanza e impulso
para otros. Nuestras pequeñas historias cotidianas han de ser memoria de fe y
compromiso, proclamando la Buena Noticia del Reino en los lugares cotidianos y de
trabajo que siguen necesitados de utopía y justicia. Como los primeros discípulos/as de
3
4. Jesús tenemos la certeza honda de que él nos acompaña en todo lo que
emprendamos.
(Silencio. Música de fondo)
4 Lector/a: Bonifacia, como Magdalena, nos transmite un mensaje de fe en el Señor
resucitado. Portadora de la buena noticia del Reino, ella es ahora para todos nosotros y
nosotras referente de vida y de fe. Su historia nos enseña a amar gratis, a hacer de la bondad
una forma de lucha, del silencio una denuncia, de la renuncia un don.
Bonifacia es hoy paradigma de Nazaret y arcoiris para la historia de todo hombre y mujer que
quiera hacer de lo cotidiano su compromiso, de lo sencillo su bandera, encarnando su
experiencia de Dios en las pequeñas cosas de cada día desde una opción por la dignidad del ser
humano, en medio de un trabajo constructor de promesas que se hacen realidad en lo débil y
pobre de esta vida.
Canto: Mirando a Bonifacia (CD “Una mujer abriendo caminos nº 9)
Plegaria compartida
Canto: Ubi caritas (CD Laudate omnes gentes nº 6)
Ubi caritas et amor
Ubi caritas Deus ibi est.
Lector/a: Bonifacia, eres para nosotros un espejo que nos refleja la bondad de Dios.
Cuando recordamos escenas de tu vida, vemos en ellas el paso del Señor.
Ubi caritas…
Lector/a: Tu humildad ante los acontecimientos dolorosos de la vida.
Tu sencillez considerándote siempre la última de las siervas sin ninguna pretensión
tu caridad que disculpa,
tu prudencia que no juzga,
tu entrega generosa al servicio de los más necesitados,
tu opción por la mujer trabajadora,
tu atención material a las jóvenes en peligro de perderse, son signos proféticos que anticipan
el Reino.
Ubi caritas…
Lector/a: Donde hay amor hay una palabra de esperanza. Donde hay amor se abren nuevos
caminos.
4
5. Bonifacia es hoy para todos nosotros/as reflejo de tu amor, Señor. Ella nos invita a caminar a
tu lado hermanando oración y trabajo al estilo de Nazaret. Queremos ser testigos de esa
experiencia entre la gente y mensajeros/as de tu fidelidad como ella nos enseñó.
Ubi caritas…
Proyección: PowerPoint BONIFACIA
Oración Final
Lector/a: Señor, Padre nuestro, tú has llamado a Bonifacia a seguir a Jesús en el misterio de su
vida oculta en Nazaret, hermanando la oración con el trabajo, en la sencillez de la vida
cotidiana, entregando su vida a la mujer trabajadora y pobre: que su testimonio evangélico nos
ayude a configurarnos con Jesús que, con María y José, trabaja en Nazaret.
3 Momento: HACED LO QUE ÉL OS DIGA
Proyección: Imagen de María
Texto Bíblico: Lc 1, 39-55
1 Lector/a: Por aquellos días María se puso en camino a la montaña, a una ciudad de Judá;
entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo exclamó a grandes
voces: ¡Dichosa tú que has creído! porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Entonces
María dijo: Mi alma proclama la grandeza de Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva, desde ahora me llamarán dichosa todas las
generaciones, porque ha hecho en mí cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo, y su
misericordia llega de generación en generación a los que le honran. Despliega la fuerza de su
brazo desbaratando los planes de los soberbios. Derriba de sus tronos a los poderosos y hace
subir a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide sin nada.
Toma de la mano a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido
a nuestros antepasados, en favor de Abraham y Sara y su descendencia para siempre.
Reflexión-Oración
2 Lector/a: María, con el Magníficat, proclamó lo que no se esperaba de Dios. Agradecida
porque Dios se había fijado en ella para poner su tienda entre nosotros/as, proclama su
misericordia. En su encuentro singular con Él descubre su opción por los pequeños y olvidados,
su fidelidad para siempre y su irrevocable decisión por defender a quienes son despojados de
sus bienes o de su dignidad.
María nos invita a mirar a ese Dios del Magníficat, a descubrir que su poder no está en el
número ni su imperio en los guerreros; que es el Dios de los humildes, socorredor de los
5
6. pequeños, protector de los débiles, defensor de los desanimados, salvador de los
desesperados (cf. Judit 9,11).
(Silencio-música de fondo)
Plegaria compartida
Salmo: LE SEGUIAS POR EL CAMINO
Proyección: Imagen de Bonifacia
Canto: Anda buscando Jesús (CD “Una mujer abriendo caminos nº 1)
Anda buscando Jesús
Quien le ame, quien le giga.
Si nosotros no seguimos sus huellas,
¿Quién le seguirá?
Todas/os: Eres memoria de todas esas mujeres fuertes
que hicieron grande la cotidiana historia
de sus vidas sencillas,
porque llevas en tu seno la fecundidad de Sara,
en tu corazón la pasión de Rebeca,
es tuya la audacia de Débora,
y encarnas la osadía de Esther.
Lector/a: En los polvorientos caminos de Nazaret
andaban tus sueños.
El taller fue tu templo y tu morada.
El trabajo fue tu ofrenda callada
creciste al paso de los pobres
nombrando en tus intentos la esperanza.
En los polvorientos caminos de Nazaret
andaban tus sueños.
El taller fue tu templo y tu morada.
El trabajo fue tu ofrenda callada
creciste al paso de los pobres
nombrando en tus intentos la esperanza.
Canto: Anda buscando Jesús
Quien le ame, quien le giga.
Si nosotros no seguimos sus huellas,
¿Quién le seguirá?
6
7. Todas/os: María habló en ti de permanencia,
José puso en tus manos su herencia,
y caminaste despacio
por la soledad de la comprensión
encarnando la fidelidad de un Dios
que se revelaba tierno y débil
en tu mirada.
Canto: Anda buscando Jesús
Quien le ame, quien le giga.
Si nosotros no seguimos sus huellas,
¿Quién le seguirá?
Todas/os: Como la suegra de Pedro le pudiste al mal
y serviste como una de tantas.
Como Magdalena comprometiste tu historia
en el seguimiento del amigo.
Como Febe supiste ser líder
sin imponerte.
Como Priscila no pusiste limites
a los horizontes del compromiso.
Lector/a: Eres mujer de pequeños pasos,
de mirada fecunda,
de manos trabajadoras.
Junto a ti
nuestra familia se hace hoy promesa,
posibilidad nueva,
cauce por estrenar,
acontecimiento donde la Buena Noticia
se encarna y nos espera.
Hoy nuestro homenaje
se hace acción de gracias a Dios
que ha hecho posible tu vida.
Y compromiso de seguir habitando el taller
aquí y ahora
y siempre. AMÉN
Canto: Anda buscando Jesús
Quien le ame, quien le siga.
Si nosotros no seguimos sus huellas,
¿Quién le seguirá?
Proyección: Imagen en memoria de ella
Oración Final
Lector/a: Cuando acudí a vosotros, hermanas y hermanos, no me presenté con gran
elocuencia y sabiduría para anunciaros el misterio de Dios; pues entre vosotros decidí no saber
otra cosa, sino a Jesucristo, y a este crucificado. Mi mensaje y mi proclamación no se apoyaban
7
8. en palabras sabias y persuasivas, sino en la demostración del poder del Espíritu, de modo que
vuestra fe no se fundase en la sabiduría humana, sino en el poder divino. Id pues ahora y
haced lo que él os diga.
Todas/os: AMÉN
Proyección: Imagen de Bonifacia
Canto: Himno a Bonifacia (CD “Una mujer abriendo caminos nº 18) o Quiero seguirte (CD
“Una mujer abriendo caminos nº 5)
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