Usted y yo debemos pertenecer a una minoría que piensa que existe el pecado. Sí, no se sorprenda. La gran mayoría de personas piensa que el pecado es un concepto obsoleto, que no puede sobrevivir en esta era de libertad.
Para las personas en general, los pecadores deben ser los homicidas múltiples, los violadores o los terroristas… pero no ellos. Vivimos en una época en que nada parece ser malo en sí mismo, todo está permitido… Si usted se opone, como yo, al matrimonio entre personas del mismo sexo, usted será catalogado a la altura de los dinosaurios (dicen, supuestamente por lo poco evolucionados que eran… no tienen ni idea). Bueno, si usted piensa que las personas deberían llegar célibes al matrimonio… ya pensarán que le falta algún tornillo.
Si estas personas no están interesadas en el pecado es muy poco probable que lo estén en el origen del pecado. Pero… ¿estaré siendo muy pesimista? Tal vez no, pero sé que el Señor está buscando a personas que ven el mal de este mundo y elevan silenciosamente sus rostros al cielo buscando una respuesta al desarrollo acelerado de la maldad. Para usted que desea alcanzar a estas personas, presentamos el origen del mal, para que ayude a aquellas personas a entender que el mal es un intruso y que Dios finalmente lo extirpará, que Él ya tiene el remedio definitivo.
Un estudio de la Trinidad y en especial de la Tercera Persona de la Divinidad, el Espíritu Santo aparentemente supondría para los cristianos en general una oportunidad de coincidencias teológicas con escasas diferencias. La realidad, como ya hemos tratado en otros estudios vinculados a la Deidad, es que hay grandes diferencias en la forma que se percibe la Trinidad en general, y en especial la naturaleza y obra del Espíritu Santo.
Desde quienes atribuyen al Espíritu Santo la condición de Dios, en perfecta equivalencia con el Padre y el Hijo, hasta quienes lo consideran una cosa, una energía, pasando por aquellos que consideran al Espíritu Santo solamente una manifestación de las propias Personas del Padre y el Hijo, las posturas teológicas son defendidas a veces en base a presuposiciones o a posiciones históricas, sin basarse en lo que la Revelación realmente muestra.
Cuesta además aceptar, que entre quienes alguna vez confesaron el mensaje adventista se levanten hoy en contra de este mensaje para negar la divinidad del Espíritu Santo. He estado, dolorosamente, cerca de algunos casos de líderes que han abandonado la iglesia por una incomprensión del lugar que ocupa la Tercera Persona y su importancia en la teología cristiana.
Este tratado se enfocará en presentar lo que la Palabra de Dios señala acerca del Espíritu Santo en relación con la doctrina de la Trinidad y tomando en cuenta lo ya cubierto en el tratado de “La Divinidad”.
Tengo la impresión que tal vez esta sea la época en la que menos se ora. Considero que antes, aún entre las personas menos religiosas la oración era algo que se hacía al menos como parte de cierta rutina u obligación. Los padres solían orar con sus hijos cuando estos iban a dormir, les iban enseñando y luego, cuando aprendían, les recordaban que oraran antes de dormir.
Asimismo, antes la gente no comenzaba a comer sin pedir la bendición sobre los alimentos. Yo todavía recuerdo cuando en Navidad nuestras abuelas nos hacían hacer una oración un poco antes de las 12 de la noche, antes de traer reverentemente la imagen del niño Jesús para ponerla en el pesebre del nacimiento (lo que le llaman el belén en España y otros lugares). Hoy la Navidad parece más una fiesta secular que otra cosa, donde la gente más piensa en una fiesta con baile, diversión y bebida que en otra cosa… pero no quiero desviarme.
Pregúntele ahora a un joven si ora regularmente y seguro se llevará como respuesta una sonrisa socarrona, cuando menos… Si a esto añadimos que lo que las personas hacen realmente es rezar y no orar, pues… vaya, completamos la deprimente imagen de un mundo sin oración.
Claro, me gustaría decir que esto es lo que ocurre en el mundo, en aquellos que no conocen al Señor, pero la realidad es que esta situación ha invadido la iglesia y la oración ha perdido su lugar en este mundo apurado donde todos corremos… la mayoría hacia la destrucción, sin saberlo. Como decía, aún entre los profesos cristianos los momentos dedicados a la oración y la meditación en las cosas espirituales están condicionados cada vez más por el “escaso” tiempo que tenemos, tiempo que se dedica mucho más a la televisión, al ocio, o cualquier otra cosa menos comunicarse con Dios.
Creo entender que se ha perdido también el propósito de la oración y nos hemos vuelto un poco mecánicos en esto también…
Vivimos en un tiempo en que casi nada se considera pecado. Los hombres han ido “liberando” su mente de los conceptos morales de tal manera que hay muy pocas cosas que hoy se consideran, digamos, inadecuadas para esta sociedad. Aún crímenes como el aborto son aceptados bajo la lógica que “cada mujer es dueña de su cuerpo”. La infidelidad de ambos lados es aceptada con dichos como “el amor se acaba” y la convivencia se sustenta con palabras como que “el amor es más importante que un papel”, mientras que compartir la pareja con otros demuestra “madurez”. La eutanasia es aceptada como un mal menor, es decir algo que puede ser hecho en beneficio de otros “por amor”, segando las vidas que sólo corresponde a Dios tomarlas.
Si usted pregunta a un gran número de individuos en las calles, a cada uno si es un pecador, lo más probable es que la gran mayoría le diga que no. Sería aún más grave entre las mujeres por el contenido que la sociedad le da al concepto “pecadora”. Es que ahora pensamos (digo, la mayoría de las personas) que un pecador es algo así como un asesino en serie, o un violador de niños, un pedófilo o cosas por el estilo. Pensamos que mentir está bien si la causa es “buena”. Aquellos que destruyen su cuerpo con el alcohol son considerados personas felices (¿ha visto los últimos comerciales sobre bebidas alcohólicas?) y su ejemplo es destacado como algo digno de imitarse. Hay pocas voces que se opongan a este comercio que ha destruido tantas vidas…
He escuchado a cristianos abogar por la pena de muerte frente a la marea de inmoralidad y violencia que parece arrasar con los últimos bastiones de pureza y decencia que quedan en nuestro mundo. No es correcto corregir el pecado, proponiendo el pecado. No tenemos como hombres el derecho de penalizar a alguien tomando su vida. Esto corresponde solamente a Dios. Por más indignación que algunas de estas acciones provoquen debemos mantener delante de todos el pensamiento que no podemos por eso violar la Ley de Dios.
Por otro lado, muchas veces esta marea creciente de pecado y de cinismo con respecto a este, parece enmudecernos y no planteamos la fealdad del pecado frente a los otros. Sentimos temor de ser considerados fanáticos o cucufatos, nos resistimos a enfrentar la burla y callamos…
Tenemos la obligación delante de Dios de denunciar con amor el pecado y sostener que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, cosa que debemos imitar. Tenemos el deber moral de reprender con amor a los que fallan, no porque seamos mejores o que no caigamos en lo mismo sino para ayudarnos unos a otros a comprender cuanto ha deformado el pecado nuestra capacidad de diferenciar el bien del mal.
Contrariamente a lo que el lector ocasional podría pensar, Dios el Padre es la Persona de la Divinidad que la revelación trata con menos amplitud. Tenemos evidentemente más información acerca de las características del Hijo e inclusive del Espíritu Santo como veremos en su oportunidad. Me refiero a la evidencia bíblica, que en realidad es la única que para este importante asunto resulta valorable para un estudio bíblico. Evidentemente, mucho se ha escrito sobre el Padre y el lugar que ocupa en la Trinidad, pero muy pocas veces se han sustentado estos escritos en lo que sostiene la Palabra de Dios. Hemos estudiado mucho de esto en el tratado “La Divinidad”, así como las características comunes a las 3 Personas de la Deidad.
Sin embargo, a pesar que la cantidad de información bíblica es relativamente escasa (en comparación a las otras Personas de la Divinidad, lo que transmiten estos pocos versículos es un tesoro sobre el cual podrían escribirse un sinnúmero de tratados de diversa profundidad.
Uno de los aspectos más resaltantes, que desde casi el inicio de la era cristiana ha creado controversia es la relación Padre-Hijo, así como la de ambos con el Espíritu Santo. Intentaremos en este tratado determinar lo que la Santa Biblia dice acerca de Dios el Padre y nos ocuparemos de las relaciones con las otras Personas de la Divinidad en los tratados siguientes.
Durante el estudio de la Divinidad, en especial cuando tratamos de Dios el Hijo (que también tiene una importante relación con el tema de Dios el Padre) dejamos para un estudio posterior analizar algunos personajes que aparecen asociados con las teofanías como el Arcángel Miguel, el Angel del Pacto y sobre todo el Ángel de Jehová.
Tratar este punto es de suma importancia para entender la forma en que las Tres Personas de la Deidad participan en el plan de salvación, así como para identificar con mayor precisión quién de Ellos es Jehová, el Dios que se manifiesta visiblemente en el Antiguo Testamento.
Analizar estos conceptos permitirá eliminar algunos errores teológicos que nos han llegado desde fuera, a muchos de nosotros por nuestra extracción inicial católica, y en otros casos por las múltiples asociaciones indebidas que se hace cuando se analiza al Dios del Antiguo Testamento.
Expondremos también con la mayor claridad posible el concepto de qué es un Arcángel y su relación con una mayor comprensión del rol de la Segunda Persona de la Divinidad.
Así como la profecía de las siete iglesias señala el devenir de la iglesia remanente, los siete sellos presentan los aspectos exteriores a la iglesia que influyeron sobre su marcha, desde el tiempo de la iglesia apostólica a nuestros días, y hasta la segunda venida del Señor. Dios, también en este asunto, no nos ha dejado en tinieblas con respecto a lo que vendrá; por el contrario, nos ha mostrado lo que ocurrirá en el tiempo y dejará al descubierto al poder satánico en su lucha con la iglesia de Dios.
Esto es una prueba más del interés y amor de Dios por la iglesia, pues quien va descubriendo cada sello para nosotros no es otro que el Hijo de Dios (razón por la que se nos muestra una amplia y compleja visión sobre acontecimientos ocurridos en el trono de Dios), mostrando que mantiene el control sobre este mundo, que, aunque parezca un caballo desbocado corriendo hacia su propia destrucción, solamente se le permite avanzar hasta donde la Providencia así lo ha determinado. Esa es nuestra confianza, allí radica nuestra fe. Esta visión del trono de Dios también nos ayuda a comprender la importancia que el supremo sacrificio de Cristo en la cruz, así como entender el impacto que su triunfo en la cruz ha tenido sobre otras inteligencias celestiales y universales.
El tratado intenta vincular las profecías de las siete iglesias y la de los siete sellos y alcanzar una comprensión mayor sobre el devenir de la historia, pero solamente para comprender que si la profecía se cumplió en el pasado significa que también se cumplirá en el futuro, porque la boca de Jehová así lo ha hablado.
La teoría de la evolución parece haber triunfado. El público en general que ignora que es una teoría (es decir algo que no ha sido probado por el método científico) la da por real, soportada por la ciencia y sostenida por las mentes científicas (aparentemente) más brillantes.
El concepto creacionista, además de ser sostenido por una minoría, muy respetable, pero minoría al fin, es considerado un modelo basado solamente en el fundamentalismo religioso, un modelo que no puede considerarse seriamente desde el punto de vista científico. Esto es evidentemente incorrecto, ya que existen muy respetados científicos creacionistas (entre ellos algunos adventistas) que pueden sustentar sus opiniones sobre argumentos también científicos, sin abandonar sus posiciones de fe. En adición, algunos aparentes creacionistas han dado su brazo a torcer y esbozan teorías tratando de conciliar los millones de años de la teoría evolucionista de los orígenes y el relato bíblico de la creación. Flaco favor le hacen al relato sagrado.
El relato de la creación es considerado por la mayoría de las religiones cristianas, incluyendo la iglesia romana, como una fábula con un trasfondo espiritual, llegando el papa Juan Pablo II a declarar formalmente (ex cathedra, es decir haciendo uso de su supuesta infalibilidad) que la iglesia acepta que el hombre desciende del mono. Entre las iglesias evangélicas las concesiones a la ciencia evolucionista cada vez aleja más a las iglesias de un concepto creacionista de los orígenes, aunque es justo decir que la feligresía de estas denominaciones no parece aceptar dichas concesiones, al menos en su gran mayoría.
Surgen además teorías sobre que en realidad han sido los Ovnis los que trajeron a la tierra a “nuestros primeros padres alienígenas” y estas teorías absurdas tienen más crédito que la Santa Palabra de Dios. Existe inclusive alguna iglesia “cristiana” que espera la segunda venida de Cristo en algún platillo volador o similar.
Intentamos presentar en este tratado, un estudio sobre el sustento de la posición creacionista que la Iglesia Adventista del Séptimo Día sostiene y predica. No intento redactar un tratado científico pues no me siento en capacidad de ello, pero sí presentar algunos argumentos científicos que me parecen proveer un sustento razonable a nuestra posición creacionista. Espero que los argumentos teológicos presentados aquí le ayuden a defender una posición bíblica y los argumentos científicos a responder satisfactoriamente a algunos de los supuestos de la ciencia evolucionista.
Un estudio de la Trinidad y en especial de la Tercera Persona de la Divinidad, el Espíritu Santo aparentemente supondría para los cristianos en general una oportunidad de coincidencias teológicas con escasas diferencias. La realidad, como ya hemos tratado en otros estudios vinculados a la Deidad, es que hay grandes diferencias en la forma que se percibe la Trinidad en general, y en especial la naturaleza y obra del Espíritu Santo.
Desde quienes atribuyen al Espíritu Santo la condición de Dios, en perfecta equivalencia con el Padre y el Hijo, hasta quienes lo consideran una cosa, una energía, pasando por aquellos que consideran al Espíritu Santo solamente una manifestación de las propias Personas del Padre y el Hijo, las posturas teológicas son defendidas a veces en base a presuposiciones o a posiciones históricas, sin basarse en lo que la Revelación realmente muestra.
Cuesta además aceptar, que entre quienes alguna vez confesaron el mensaje adventista se levanten hoy en contra de este mensaje para negar la divinidad del Espíritu Santo. He estado, dolorosamente, cerca de algunos casos de líderes que han abandonado la iglesia por una incomprensión del lugar que ocupa la Tercera Persona y su importancia en la teología cristiana.
Este tratado se enfocará en presentar lo que la Palabra de Dios señala acerca del Espíritu Santo en relación con la doctrina de la Trinidad y tomando en cuenta lo ya cubierto en el tratado de “La Divinidad”.
Tengo la impresión que tal vez esta sea la época en la que menos se ora. Considero que antes, aún entre las personas menos religiosas la oración era algo que se hacía al menos como parte de cierta rutina u obligación. Los padres solían orar con sus hijos cuando estos iban a dormir, les iban enseñando y luego, cuando aprendían, les recordaban que oraran antes de dormir.
Asimismo, antes la gente no comenzaba a comer sin pedir la bendición sobre los alimentos. Yo todavía recuerdo cuando en Navidad nuestras abuelas nos hacían hacer una oración un poco antes de las 12 de la noche, antes de traer reverentemente la imagen del niño Jesús para ponerla en el pesebre del nacimiento (lo que le llaman el belén en España y otros lugares). Hoy la Navidad parece más una fiesta secular que otra cosa, donde la gente más piensa en una fiesta con baile, diversión y bebida que en otra cosa… pero no quiero desviarme.
Pregúntele ahora a un joven si ora regularmente y seguro se llevará como respuesta una sonrisa socarrona, cuando menos… Si a esto añadimos que lo que las personas hacen realmente es rezar y no orar, pues… vaya, completamos la deprimente imagen de un mundo sin oración.
Claro, me gustaría decir que esto es lo que ocurre en el mundo, en aquellos que no conocen al Señor, pero la realidad es que esta situación ha invadido la iglesia y la oración ha perdido su lugar en este mundo apurado donde todos corremos… la mayoría hacia la destrucción, sin saberlo. Como decía, aún entre los profesos cristianos los momentos dedicados a la oración y la meditación en las cosas espirituales están condicionados cada vez más por el “escaso” tiempo que tenemos, tiempo que se dedica mucho más a la televisión, al ocio, o cualquier otra cosa menos comunicarse con Dios.
Creo entender que se ha perdido también el propósito de la oración y nos hemos vuelto un poco mecánicos en esto también…
Vivimos en un tiempo en que casi nada se considera pecado. Los hombres han ido “liberando” su mente de los conceptos morales de tal manera que hay muy pocas cosas que hoy se consideran, digamos, inadecuadas para esta sociedad. Aún crímenes como el aborto son aceptados bajo la lógica que “cada mujer es dueña de su cuerpo”. La infidelidad de ambos lados es aceptada con dichos como “el amor se acaba” y la convivencia se sustenta con palabras como que “el amor es más importante que un papel”, mientras que compartir la pareja con otros demuestra “madurez”. La eutanasia es aceptada como un mal menor, es decir algo que puede ser hecho en beneficio de otros “por amor”, segando las vidas que sólo corresponde a Dios tomarlas.
Si usted pregunta a un gran número de individuos en las calles, a cada uno si es un pecador, lo más probable es que la gran mayoría le diga que no. Sería aún más grave entre las mujeres por el contenido que la sociedad le da al concepto “pecadora”. Es que ahora pensamos (digo, la mayoría de las personas) que un pecador es algo así como un asesino en serie, o un violador de niños, un pedófilo o cosas por el estilo. Pensamos que mentir está bien si la causa es “buena”. Aquellos que destruyen su cuerpo con el alcohol son considerados personas felices (¿ha visto los últimos comerciales sobre bebidas alcohólicas?) y su ejemplo es destacado como algo digno de imitarse. Hay pocas voces que se opongan a este comercio que ha destruido tantas vidas…
He escuchado a cristianos abogar por la pena de muerte frente a la marea de inmoralidad y violencia que parece arrasar con los últimos bastiones de pureza y decencia que quedan en nuestro mundo. No es correcto corregir el pecado, proponiendo el pecado. No tenemos como hombres el derecho de penalizar a alguien tomando su vida. Esto corresponde solamente a Dios. Por más indignación que algunas de estas acciones provoquen debemos mantener delante de todos el pensamiento que no podemos por eso violar la Ley de Dios.
Por otro lado, muchas veces esta marea creciente de pecado y de cinismo con respecto a este, parece enmudecernos y no planteamos la fealdad del pecado frente a los otros. Sentimos temor de ser considerados fanáticos o cucufatos, nos resistimos a enfrentar la burla y callamos…
Tenemos la obligación delante de Dios de denunciar con amor el pecado y sostener que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, cosa que debemos imitar. Tenemos el deber moral de reprender con amor a los que fallan, no porque seamos mejores o que no caigamos en lo mismo sino para ayudarnos unos a otros a comprender cuanto ha deformado el pecado nuestra capacidad de diferenciar el bien del mal.
Contrariamente a lo que el lector ocasional podría pensar, Dios el Padre es la Persona de la Divinidad que la revelación trata con menos amplitud. Tenemos evidentemente más información acerca de las características del Hijo e inclusive del Espíritu Santo como veremos en su oportunidad. Me refiero a la evidencia bíblica, que en realidad es la única que para este importante asunto resulta valorable para un estudio bíblico. Evidentemente, mucho se ha escrito sobre el Padre y el lugar que ocupa en la Trinidad, pero muy pocas veces se han sustentado estos escritos en lo que sostiene la Palabra de Dios. Hemos estudiado mucho de esto en el tratado “La Divinidad”, así como las características comunes a las 3 Personas de la Deidad.
Sin embargo, a pesar que la cantidad de información bíblica es relativamente escasa (en comparación a las otras Personas de la Divinidad, lo que transmiten estos pocos versículos es un tesoro sobre el cual podrían escribirse un sinnúmero de tratados de diversa profundidad.
Uno de los aspectos más resaltantes, que desde casi el inicio de la era cristiana ha creado controversia es la relación Padre-Hijo, así como la de ambos con el Espíritu Santo. Intentaremos en este tratado determinar lo que la Santa Biblia dice acerca de Dios el Padre y nos ocuparemos de las relaciones con las otras Personas de la Divinidad en los tratados siguientes.
Durante el estudio de la Divinidad, en especial cuando tratamos de Dios el Hijo (que también tiene una importante relación con el tema de Dios el Padre) dejamos para un estudio posterior analizar algunos personajes que aparecen asociados con las teofanías como el Arcángel Miguel, el Angel del Pacto y sobre todo el Ángel de Jehová.
Tratar este punto es de suma importancia para entender la forma en que las Tres Personas de la Deidad participan en el plan de salvación, así como para identificar con mayor precisión quién de Ellos es Jehová, el Dios que se manifiesta visiblemente en el Antiguo Testamento.
Analizar estos conceptos permitirá eliminar algunos errores teológicos que nos han llegado desde fuera, a muchos de nosotros por nuestra extracción inicial católica, y en otros casos por las múltiples asociaciones indebidas que se hace cuando se analiza al Dios del Antiguo Testamento.
Expondremos también con la mayor claridad posible el concepto de qué es un Arcángel y su relación con una mayor comprensión del rol de la Segunda Persona de la Divinidad.
Así como la profecía de las siete iglesias señala el devenir de la iglesia remanente, los siete sellos presentan los aspectos exteriores a la iglesia que influyeron sobre su marcha, desde el tiempo de la iglesia apostólica a nuestros días, y hasta la segunda venida del Señor. Dios, también en este asunto, no nos ha dejado en tinieblas con respecto a lo que vendrá; por el contrario, nos ha mostrado lo que ocurrirá en el tiempo y dejará al descubierto al poder satánico en su lucha con la iglesia de Dios.
Esto es una prueba más del interés y amor de Dios por la iglesia, pues quien va descubriendo cada sello para nosotros no es otro que el Hijo de Dios (razón por la que se nos muestra una amplia y compleja visión sobre acontecimientos ocurridos en el trono de Dios), mostrando que mantiene el control sobre este mundo, que, aunque parezca un caballo desbocado corriendo hacia su propia destrucción, solamente se le permite avanzar hasta donde la Providencia así lo ha determinado. Esa es nuestra confianza, allí radica nuestra fe. Esta visión del trono de Dios también nos ayuda a comprender la importancia que el supremo sacrificio de Cristo en la cruz, así como entender el impacto que su triunfo en la cruz ha tenido sobre otras inteligencias celestiales y universales.
El tratado intenta vincular las profecías de las siete iglesias y la de los siete sellos y alcanzar una comprensión mayor sobre el devenir de la historia, pero solamente para comprender que si la profecía se cumplió en el pasado significa que también se cumplirá en el futuro, porque la boca de Jehová así lo ha hablado.
La teoría de la evolución parece haber triunfado. El público en general que ignora que es una teoría (es decir algo que no ha sido probado por el método científico) la da por real, soportada por la ciencia y sostenida por las mentes científicas (aparentemente) más brillantes.
El concepto creacionista, además de ser sostenido por una minoría, muy respetable, pero minoría al fin, es considerado un modelo basado solamente en el fundamentalismo religioso, un modelo que no puede considerarse seriamente desde el punto de vista científico. Esto es evidentemente incorrecto, ya que existen muy respetados científicos creacionistas (entre ellos algunos adventistas) que pueden sustentar sus opiniones sobre argumentos también científicos, sin abandonar sus posiciones de fe. En adición, algunos aparentes creacionistas han dado su brazo a torcer y esbozan teorías tratando de conciliar los millones de años de la teoría evolucionista de los orígenes y el relato bíblico de la creación. Flaco favor le hacen al relato sagrado.
El relato de la creación es considerado por la mayoría de las religiones cristianas, incluyendo la iglesia romana, como una fábula con un trasfondo espiritual, llegando el papa Juan Pablo II a declarar formalmente (ex cathedra, es decir haciendo uso de su supuesta infalibilidad) que la iglesia acepta que el hombre desciende del mono. Entre las iglesias evangélicas las concesiones a la ciencia evolucionista cada vez aleja más a las iglesias de un concepto creacionista de los orígenes, aunque es justo decir que la feligresía de estas denominaciones no parece aceptar dichas concesiones, al menos en su gran mayoría.
Surgen además teorías sobre que en realidad han sido los Ovnis los que trajeron a la tierra a “nuestros primeros padres alienígenas” y estas teorías absurdas tienen más crédito que la Santa Palabra de Dios. Existe inclusive alguna iglesia “cristiana” que espera la segunda venida de Cristo en algún platillo volador o similar.
Intentamos presentar en este tratado, un estudio sobre el sustento de la posición creacionista que la Iglesia Adventista del Séptimo Día sostiene y predica. No intento redactar un tratado científico pues no me siento en capacidad de ello, pero sí presentar algunos argumentos científicos que me parecen proveer un sustento razonable a nuestra posición creacionista. Espero que los argumentos teológicos presentados aquí le ayuden a defender una posición bíblica y los argumentos científicos a responder satisfactoriamente a algunos de los supuestos de la ciencia evolucionista.
En el intento de estudiar a Dios el Hijo, podemos encontrarnos con una gran variedad de posiciones teológicas, algunas muy próximas a la que aquí presentaremos y otras muy distantes.
El origen de estas posiciones se encuentra en el antiguo antitrinitarismo que estudiamos en el tratado sobre la Divinidad y de que tan arriana sea la posición que algunos han adoptado. Existen algunas iglesias que sostienen que Jesús es un dios menor, otras que añaden a esto que Jesús es hermano de Satanás (sí aunque usted no lo crea), mientras que otras parecen sostener la idea que Jesús es Dios, pero señalan que tiene un origen y que el Padre lo engendró en algún distante punto en el pasado casi eterno, u otros que Jesús es engendrado permanentemente o en forma continua, como lo indica la teología católica.
No voy a repetir los temas que traté en el estudio sobre la Divinidad, sino que nos concentraremos en presentar la divinidad de Cristo a la luz de las Sagradas Escrituras, con el apoyo del Espíritu de Profecía.
Amor debe ser una de las palabras más usadas en nuestro tiempo. Sin embargo, tal vez sea también una de las palabras menos comprendidas o una de las más distorsionadas.
Normalmente se habla del amor como un sentimiento o una emoción, algo no necesariamente asociado a la porción racional de la mente. El amor es confundido con el sexo y la gente generalmente asocia el amor con la pasión, con un sentimiento que nubla la razón.
Recuerdo que una vez (hace ya algunos años) que entrevistaban a una célebre compositora peruana a la que hicieron la pregunta de qué era un falso amor. Ella pensó unos pocos instantes y dijo “un falso amor no es amor”. No puedo estar más de acuerdo con ella. Se asocia el amor con palabras que lo niegan absolutamente. Alguna vez escuché a alguien que hablaba de un “amor enfermizo”… oiga, llámele obsesión pero no le llame amor.
Por eso sostenía que el término a pesar de ser uno de los más usados ha perdido casi totalmente su sentido real para la gran mayoría de las personas. Se “autoriza” el matrimonio homosexual porque dicen que “tienen derecho a amar y ser amados”. Es decir… las inclinaciones que causan el desagrado de Dios son santificadas porque supuestamente existe amor.
Algunas personas esgrimen el amor como razón para matar (a través de la llamada eutanasia) a sus parientes enfermos que no tienen posibilidad de recuperación. ¿Es este el amor del que hablan las Sagradas Escrituras?
También se habla de “merecimientos” para ser amado, es decir, sostienen que algunas personas merecen ser amadas y otras no. ¿Debo amar solamente a las personas que me agradan?
Un estudio profundo sobre la Iglesia, su propósito, llamada el cuerpo de Cristo, baluarte de la verdad, a la que el Señor le otorga su cuidado preferente.
La existencia de la maldad se cuestiona hoy, pues la gente en general no asigna a los diferentes actos la categoría de buenos o malos. Muchas de aquellas cosas que antes se tenían por pecados ahora se consideran opciones perfectamente válidas y no reñidas con la moral o la ética. Hoy día las personas esgrimen su derecho a matar a sus hijos antes de que nazcan y no consideran este acto como una maldad (que lo es y de la peor catadura) sino que lo defienden como parte de su supuesta libertad, de administrar su propio cuerpo, dicen. Otros esgrimen que tienen el derecho a una muerte digna y proclaman la eutanasia como una opción éticamente correcta o el derecho de una persona a cometer suicidio mediante la muerte asistida. No necesito mencionar la manera en que el tema de la sexualidad ha degenerado a una velocidad alarmante y que ya nada se considera incorrecto.
De la misma manera, el mal no se personifica ya con Satanás o los demonios, y muchos se burlan de su existencia y juegan peligrosamente con los linderos entre este mundo y el de las tinieblas. Esto ocurre tanto con personas religiosas como con aquellos que no tienen demasiado interés en las cosas espirituales. Hemos tratado ya en el estudio acerca del origen del pecado sobre la existencia de los demonios y su rebelión contra el gobierno de Dios (cuando eran ángeles). No me extenderé sobre este asunto, sino que invito al lector a consultar ese tratado para entender el origen del mal y de los ángeles caídos o demonios.
Nos centraremos ahora en una de las manifestaciones más importantes del mundo de las tinieblas: el espiritismo. Esta práctica que algunos han considerado parte de una discutible ciencia es una de las señales más importantes de los últimos tiempos. La base de esta práctica abominable se basa en la idea que el alma posee inmortalidad, cosa opuesta a la verdad bíblica, como lo hemos presentado en el tratado sobre la muerte.
La Santa Biblia declara que la iglesia remanente se distinguirá por dos características: porque guarda los mandamientos de Dios y por la presencia del don de profecía en medio de ella. Muchas personas sinceras que desean encontrar la verdad se aturden frente a la gran cantidad de iglesias cristianas que existen y no saben de qué manera encontrar la iglesia verdadera.
Estudiar el don de profecía no solamente desde la perspectiva de cómo funcionó en los tiempos bíblicos, sino cómo nos ha sido ofrecido que funcionará en los tiempos postcanónicos es clave para encontrar la verdad, en especial la verdad para este tiempo, la verdad presente.
Nos ha tocado vivir en una época donde una gran proporción de las personas sostiene creer en Dios. Son relativamente pocos (aunque a veces muy influyentes) los que no creen en la existencia de un Ser Supremo. El problema empieza a generarse cuando cada uno de nosotros empieza a sostener su propia opinión sobre lo que es Dios o sobre lo que no es.
Además de las evidentes discrepancias que encontraríamos (o esperaríamos encontrar) entre cristianos y musulmanes, budistas o shintoistas (por mencionar sólo algunas de las religiones), también nos sorprendemos de encontrar grandes diferencias entre las iglesias cristianas, que supuestamente comparten el mismo Libro Sagrado, que todos consideran (con algunas diferencias también) la revelación de Dios.
Por si fuera poco, existe dentro del ambiente netamente adventista una minoría con una opinión marcadamente diferente sobre la Divinidad que nos obliga a estudiar profundamente este tema y encontrar el sustento a nuestra posición, la posición oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Quiero adelantar también que aquí solamente trataré el tema de la Trinidad, ya que espero presentar con mayor amplitud lo referente a cada una de las Personas de la Divinidad en tratados separados. Le ruego tenga a bien leerlos todos para obtener una comprensión más precisa de este tema tan, pero tan apasionante. Reconozco anticipadamente que es un tema donde nuestra mente apenas puede extenderse hasta lo que Dios ha revelado de sí mismo, y aún esa revelación resulta demasiado grande para nuestras mentes mortales.
Con profunda reverencia intentaremos entender a Dios…
Uno de los grandes misterios del cristianismo es la encarnación. Además de la evidente connotación que tiene el hecho que Dios se haga hombre, la importancia salvífica de la encarnación debería ser un tema que demande un amplio estudio.
Si nos enfocamos netamente en el proceso de encarnación del Dios inconmensurable en la pequeña criatura de Belén, las preguntas surgen en nuestras mentes como un torrente que necesita ser encauzado. La forma en que las naturalezas divina y humana estaban “organizadas” en Cristo requiere de agudizar los sentidos y dedicar nuestros mejores recursos intelectuales para tratar de entender este asunto, hasta la medida en la que ha sido revelado.
Una cosa es absolutamente segura, Jesús fue simultáneamente hombre (sin ventajas sobre nosotros para enfrentar la tentación) y al mismo tiempo Dios. Por otro lado, el hecho maravilloso que Cristo mantendrá nuestra naturaleza humana por la eternidad, como una garantía para la humanidad que Dios cumplirá su promesa es uno de los temas complementarios que requieren también ser estudiados. No podemos dejar de mencionar el riesgo que asumió la Divinidad al decidir, desde la eternidad, el plan de salvar al hombre… arriesgándolo todo.
En un mundo donde el sacrificio personal en beneficio de otros es cada vez menos frecuente y tampoco comprendido, presentar el sacrificio máximo que Dios hizo al colocar a su Hijo en este mundo, para que luego enfrentara la muerte vicaria, debería llenar los corazones de los hombres de eterna gratitud. Espero que este estudio pueda contribuir a ello.
Una de las más importantes y relevantes doctrinas para nuestro tiempo es aquella que trata de la Segunda Venida de Cristo. Este acontecimiento es mencionado más de mil veces en las Sagradas Escrituras y constituye uno de los aspectos centrales de lo que llamaríamos la verdad presente.
Decía esto, pues el tiempo en el que este acontecimiento, único en la vida del planeta, ocurra está muy cerca, como uno puede comprobarlo por las señales que Dios dejó para nosotros en Su Libro. Aunque las señales que precederán este acontecimiento las trataremos en el siguiente estudio, es bueno resaltar la importancia que este tiene para quienes vivimos en los últimos tiempos. Es importante además porque este acontecimiento está vinculado indivisiblemente con el cierre de la puerta de la gracia, pues el Señor vendrá a recoger a los suyos y la oportunidad de salvación habrá entonces concluido.
Este acontecimiento decíamos, clave para el planeta, pues somos protagonistas de un conflicto ancestral entre el bien y el mal, también será clave para el universo que se acercará a la erradicación total del mal y la restauración de un cosmos perfecto.
Cabría suponer, por la importancia del evento, que el mundo esté a la expectativa de su ocurrencia y que los diarios y revistas, así como al televisión y las redes sociales estuvieran saturadas de un llamado a la preparación mundial para encontrarse con su Dios. Pero, al igual que cuando Jesús vino por primera vez, aquellos que le esperan serán pocos y muchos además se burlarán de su esperanza… El mundo se adelanta a su destrucción final y los mensajeros debemos elevar nuestras voces para que muchos más se unan al remanente que espera la Salvador. Los afanes de este mundo, el hedonismo, el afán de las riquezas y aún los deportes copan la atención de las masas sin preparación y las hacen permanecer en la oscuridad sobre lo que vendrá.
Un estudio profundo de una secuencia profética que permite comprender la historia de la iglesia y el cuidado de Dios, desde los tiempos apostólicos hasta la segunda venida de Jesús.
Por lo general la cristiandad reconoce la existencia de un día de reposo o día de adoración. A pesar de esta evidente, pero también aparente coincidencia, las diferentes confesiones religiosas cristianas no se ponen de acuerdo en dos conceptos fundamentales:
a. El día dedicado al reposo
b. Las implicancias de lo que significa guardar el día
En ambos conceptos las doctrinas y prácticas muestran una muy marcada diferencia, aún entre aquellas que coinciden en el día o tienen similares ideas sobre cómo guardarlo. En todos los casos, sin embargo, las diferencias se han generado al aceptar como verdaderas las opiniones de los hombres en lugar de lo que la Palabra de Dios sostiene inequívocamente.
Existe, por supuesto, aún dentro de estas confesiones cristianas una gran proporción de su feligresía que entiende muy poco acerca de la importancia del día de reposo, y que por lo tanto, el nivel de seguimiento de estos conceptos teológicos, aunque dispar, es también escaso.
Este tratado intenta presentar por un lado la importancia del día sábado como parte de la Ley de Dios, sino además la relación entre el sábado y la adoración, tema que será motivo de otro tratado.
La muerte nos parece, a la mayoría de los seres humanos, un enemigo invencible. Intentamos convencernos a nosotros mismos que hay algo natural en la muerte, que es algo que debemos esperar y que no nos queda más remedio que enfrentarla (más vale tarde que temprano, pensamos). Para muchos este enemigo parece mofarse de nuestros sueños y muchas veces arranca de raíz nuestras más preciadas esperanzas. La muerte retira de nuestros brazos a nuestros seres amados y genera en nuestras mentes desconcierto, pues a veces no estamos preparados para enfrentar la vida sin quien nos ha sido arrebatado por este enemigo.
Si así fuera la vida, solamente estos cortos años en la tierra, parecería que el azar se burla de nuestros anhelos de felicidad y se goza en despedazar nuestros sueños. Para el cristiano, que cree en la vida eterna y que sabe que los suyos le serán devueltos, si fueron fieles, cuando el Señor venga por segunda vez, la perspectiva de la muerte adquiere otro significado. Es seguro que habrá dolor, pero también esperanza…
La mitología de los pueblos antiguos hablaba de un lugar del que no hay retorno, y para muchos estos sigue siendo un modo de pensar. Aunque la mayoría de los cristianos cree en que la vida es más que estos pocos años que pasamos en la tierra, también la mayoría de ellos cree que los que han muerto sigue viviendo en entidades descarnadas. El concepto de la resurrección no es entendido por muchos que sin embargo creen en Jesús como el Salvador del mundo. También ocurría algo semejante en el tiempo de Jesús.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término vicario o vicaria de la siguiente manera: Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. Por lo tanto, la muerte vicaria sería una muerte en sustitución por otro, pero que provocaría los mismos resultados en aquel sujeto a quien sustituye. Dicho esto, comentaremos algo sobre los aspectos teológicos de este asunto.
Algunos conceptos de la teología cristiana resultan, por sí mismos, suficientemente lógicos, aún para las mentes más liberales. Algunos de los mandamientos, es especial aquellos que tratan con delitos como matar o hurtar están en todas legislaciones en todo tipo de sociedades. Conceptos como la bondad, la misericordia y otras virtudes son comúnmente aceptadas (como algo positivo), aunque no todas, ni por todos.
Sin embargo, el concepto de la muerte vicaria de Cristo en la cruz no parece del todo lógico. Suponer que la muerte de un hombre, en una de las ejecuciones consideradas como entre las más terribles, la cruz, hace unos dos mil años me libra a mí, un hombre del siglo XXI (aunque nací el siglo pasado… que raro suena decirlo), de la condenación de mi pecado es sorprendente. No parece resistir el análisis científico.
La muerte vicaria o sustitutiva es uno de los misterios más apasionantes de las Sagradas Escrituras. Es apasionante por la importancia para su vida y la mía, lo es porque es el gozne de un conflicto de los siglos entre el bien y el mal, y porque el amor manifestado en este sacrificio supera todo entendimiento y nos hace postrarnos de rodillas y dar gloria a Dios por su misericordia para con nuestra raza.
Debo señalar además que para entender este concepto no se requiere una inteligencia superior, sino que es algo que debe ser aceptado por fe. Se percibe mejor su naturaleza cuando se usa el corazón por encima de la razón (dije por encima, no sin la razón…).
Hace un tiempo leía un libro sobre gestión de recursos humanos de un autor muy destacado en este campo. En una porción del libro él hablaba sobre la inherente bondad del ser humano, su deseo de superación personal así como su anhelo de reconocimiento en el empleo. Con el afán evidente de estimular a las personas que ocupan las posiciones de jefatura de tratar mejor a sus empleados el planteaba este raciocinio para intentar indicar que son más los buenos que los malos trabajadores. En general puedo estar de acuerdo con su loable objetivo, pero no con su premisa que las personas son naturalmente buenas. Puedo entender la diferencia entre un buen trabajador (produce buenos resultados, tiene buenas ideas y utiliza bien sus habilidades) y una buena persona, dos cosas muy diferentes. Me he cruzado con excelentes trabajadores en las empresas en las que he trabajado o a las que he asesorado, pero no me he cruzado con la misma proporción de buenas personas.
Claro, el asunto puede estar relacionado con qué se entiende por ser buena persona. Recuerdo a un colega al que yo le hablaba hace muchos años acerca de la verdad. Me escuchaba, pero invariablemente terminaba diciendo algo parecido a qué él se consideraba una buena persona, pues no hacía daño a nadie. Unos pocos años después abandonó a su esposa y sus hijos pequeños para irse con una compañera de trabajo. Sí que hizo daño… y a muchos. Pero era un excelente trabajador… brillante dirían muchos, entre los que me incluyo.
El hombre promedio (también las mujeres) se considera a sí mismo bueno, cosa que la Santa Biblia contradice en múltiples ocasiones. Esto lleva a las personas a suponer que en realidad tienen poco de que arrepentirse (algunos dicen que no se arrepienten de nada… y la gente los aplaude) y que su carácter no requiere de ninguna mejora específica. Otros suelen decir que la gente los debe aceptar porque así son pues…
La Biblia en cambio me dice vez tras vez que debo convertirme para no perecer. ¿Será que tiene razón?
En el intento de estudiar a Dios el Hijo, podemos encontrarnos con una gran variedad de posiciones teológicas, algunas muy próximas a la que aquí presentaremos y otras muy distantes.
El origen de estas posiciones se encuentra en el antiguo antitrinitarismo que estudiamos en el tratado sobre la Divinidad y de que tan arriana sea la posición que algunos han adoptado. Existen algunas iglesias que sostienen que Jesús es un dios menor, otras que añaden a esto que Jesús es hermano de Satanás (sí aunque usted no lo crea), mientras que otras parecen sostener la idea que Jesús es Dios, pero señalan que tiene un origen y que el Padre lo engendró en algún distante punto en el pasado casi eterno, u otros que Jesús es engendrado permanentemente o en forma continua, como lo indica la teología católica.
No voy a repetir los temas que traté en el estudio sobre la Divinidad, sino que nos concentraremos en presentar la divinidad de Cristo a la luz de las Sagradas Escrituras, con el apoyo del Espíritu de Profecía.
Amor debe ser una de las palabras más usadas en nuestro tiempo. Sin embargo, tal vez sea también una de las palabras menos comprendidas o una de las más distorsionadas.
Normalmente se habla del amor como un sentimiento o una emoción, algo no necesariamente asociado a la porción racional de la mente. El amor es confundido con el sexo y la gente generalmente asocia el amor con la pasión, con un sentimiento que nubla la razón.
Recuerdo que una vez (hace ya algunos años) que entrevistaban a una célebre compositora peruana a la que hicieron la pregunta de qué era un falso amor. Ella pensó unos pocos instantes y dijo “un falso amor no es amor”. No puedo estar más de acuerdo con ella. Se asocia el amor con palabras que lo niegan absolutamente. Alguna vez escuché a alguien que hablaba de un “amor enfermizo”… oiga, llámele obsesión pero no le llame amor.
Por eso sostenía que el término a pesar de ser uno de los más usados ha perdido casi totalmente su sentido real para la gran mayoría de las personas. Se “autoriza” el matrimonio homosexual porque dicen que “tienen derecho a amar y ser amados”. Es decir… las inclinaciones que causan el desagrado de Dios son santificadas porque supuestamente existe amor.
Algunas personas esgrimen el amor como razón para matar (a través de la llamada eutanasia) a sus parientes enfermos que no tienen posibilidad de recuperación. ¿Es este el amor del que hablan las Sagradas Escrituras?
También se habla de “merecimientos” para ser amado, es decir, sostienen que algunas personas merecen ser amadas y otras no. ¿Debo amar solamente a las personas que me agradan?
Un estudio profundo sobre la Iglesia, su propósito, llamada el cuerpo de Cristo, baluarte de la verdad, a la que el Señor le otorga su cuidado preferente.
La existencia de la maldad se cuestiona hoy, pues la gente en general no asigna a los diferentes actos la categoría de buenos o malos. Muchas de aquellas cosas que antes se tenían por pecados ahora se consideran opciones perfectamente válidas y no reñidas con la moral o la ética. Hoy día las personas esgrimen su derecho a matar a sus hijos antes de que nazcan y no consideran este acto como una maldad (que lo es y de la peor catadura) sino que lo defienden como parte de su supuesta libertad, de administrar su propio cuerpo, dicen. Otros esgrimen que tienen el derecho a una muerte digna y proclaman la eutanasia como una opción éticamente correcta o el derecho de una persona a cometer suicidio mediante la muerte asistida. No necesito mencionar la manera en que el tema de la sexualidad ha degenerado a una velocidad alarmante y que ya nada se considera incorrecto.
De la misma manera, el mal no se personifica ya con Satanás o los demonios, y muchos se burlan de su existencia y juegan peligrosamente con los linderos entre este mundo y el de las tinieblas. Esto ocurre tanto con personas religiosas como con aquellos que no tienen demasiado interés en las cosas espirituales. Hemos tratado ya en el estudio acerca del origen del pecado sobre la existencia de los demonios y su rebelión contra el gobierno de Dios (cuando eran ángeles). No me extenderé sobre este asunto, sino que invito al lector a consultar ese tratado para entender el origen del mal y de los ángeles caídos o demonios.
Nos centraremos ahora en una de las manifestaciones más importantes del mundo de las tinieblas: el espiritismo. Esta práctica que algunos han considerado parte de una discutible ciencia es una de las señales más importantes de los últimos tiempos. La base de esta práctica abominable se basa en la idea que el alma posee inmortalidad, cosa opuesta a la verdad bíblica, como lo hemos presentado en el tratado sobre la muerte.
La Santa Biblia declara que la iglesia remanente se distinguirá por dos características: porque guarda los mandamientos de Dios y por la presencia del don de profecía en medio de ella. Muchas personas sinceras que desean encontrar la verdad se aturden frente a la gran cantidad de iglesias cristianas que existen y no saben de qué manera encontrar la iglesia verdadera.
Estudiar el don de profecía no solamente desde la perspectiva de cómo funcionó en los tiempos bíblicos, sino cómo nos ha sido ofrecido que funcionará en los tiempos postcanónicos es clave para encontrar la verdad, en especial la verdad para este tiempo, la verdad presente.
Nos ha tocado vivir en una época donde una gran proporción de las personas sostiene creer en Dios. Son relativamente pocos (aunque a veces muy influyentes) los que no creen en la existencia de un Ser Supremo. El problema empieza a generarse cuando cada uno de nosotros empieza a sostener su propia opinión sobre lo que es Dios o sobre lo que no es.
Además de las evidentes discrepancias que encontraríamos (o esperaríamos encontrar) entre cristianos y musulmanes, budistas o shintoistas (por mencionar sólo algunas de las religiones), también nos sorprendemos de encontrar grandes diferencias entre las iglesias cristianas, que supuestamente comparten el mismo Libro Sagrado, que todos consideran (con algunas diferencias también) la revelación de Dios.
Por si fuera poco, existe dentro del ambiente netamente adventista una minoría con una opinión marcadamente diferente sobre la Divinidad que nos obliga a estudiar profundamente este tema y encontrar el sustento a nuestra posición, la posición oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Quiero adelantar también que aquí solamente trataré el tema de la Trinidad, ya que espero presentar con mayor amplitud lo referente a cada una de las Personas de la Divinidad en tratados separados. Le ruego tenga a bien leerlos todos para obtener una comprensión más precisa de este tema tan, pero tan apasionante. Reconozco anticipadamente que es un tema donde nuestra mente apenas puede extenderse hasta lo que Dios ha revelado de sí mismo, y aún esa revelación resulta demasiado grande para nuestras mentes mortales.
Con profunda reverencia intentaremos entender a Dios…
Uno de los grandes misterios del cristianismo es la encarnación. Además de la evidente connotación que tiene el hecho que Dios se haga hombre, la importancia salvífica de la encarnación debería ser un tema que demande un amplio estudio.
Si nos enfocamos netamente en el proceso de encarnación del Dios inconmensurable en la pequeña criatura de Belén, las preguntas surgen en nuestras mentes como un torrente que necesita ser encauzado. La forma en que las naturalezas divina y humana estaban “organizadas” en Cristo requiere de agudizar los sentidos y dedicar nuestros mejores recursos intelectuales para tratar de entender este asunto, hasta la medida en la que ha sido revelado.
Una cosa es absolutamente segura, Jesús fue simultáneamente hombre (sin ventajas sobre nosotros para enfrentar la tentación) y al mismo tiempo Dios. Por otro lado, el hecho maravilloso que Cristo mantendrá nuestra naturaleza humana por la eternidad, como una garantía para la humanidad que Dios cumplirá su promesa es uno de los temas complementarios que requieren también ser estudiados. No podemos dejar de mencionar el riesgo que asumió la Divinidad al decidir, desde la eternidad, el plan de salvar al hombre… arriesgándolo todo.
En un mundo donde el sacrificio personal en beneficio de otros es cada vez menos frecuente y tampoco comprendido, presentar el sacrificio máximo que Dios hizo al colocar a su Hijo en este mundo, para que luego enfrentara la muerte vicaria, debería llenar los corazones de los hombres de eterna gratitud. Espero que este estudio pueda contribuir a ello.
Una de las más importantes y relevantes doctrinas para nuestro tiempo es aquella que trata de la Segunda Venida de Cristo. Este acontecimiento es mencionado más de mil veces en las Sagradas Escrituras y constituye uno de los aspectos centrales de lo que llamaríamos la verdad presente.
Decía esto, pues el tiempo en el que este acontecimiento, único en la vida del planeta, ocurra está muy cerca, como uno puede comprobarlo por las señales que Dios dejó para nosotros en Su Libro. Aunque las señales que precederán este acontecimiento las trataremos en el siguiente estudio, es bueno resaltar la importancia que este tiene para quienes vivimos en los últimos tiempos. Es importante además porque este acontecimiento está vinculado indivisiblemente con el cierre de la puerta de la gracia, pues el Señor vendrá a recoger a los suyos y la oportunidad de salvación habrá entonces concluido.
Este acontecimiento decíamos, clave para el planeta, pues somos protagonistas de un conflicto ancestral entre el bien y el mal, también será clave para el universo que se acercará a la erradicación total del mal y la restauración de un cosmos perfecto.
Cabría suponer, por la importancia del evento, que el mundo esté a la expectativa de su ocurrencia y que los diarios y revistas, así como al televisión y las redes sociales estuvieran saturadas de un llamado a la preparación mundial para encontrarse con su Dios. Pero, al igual que cuando Jesús vino por primera vez, aquellos que le esperan serán pocos y muchos además se burlarán de su esperanza… El mundo se adelanta a su destrucción final y los mensajeros debemos elevar nuestras voces para que muchos más se unan al remanente que espera la Salvador. Los afanes de este mundo, el hedonismo, el afán de las riquezas y aún los deportes copan la atención de las masas sin preparación y las hacen permanecer en la oscuridad sobre lo que vendrá.
Un estudio profundo de una secuencia profética que permite comprender la historia de la iglesia y el cuidado de Dios, desde los tiempos apostólicos hasta la segunda venida de Jesús.
Por lo general la cristiandad reconoce la existencia de un día de reposo o día de adoración. A pesar de esta evidente, pero también aparente coincidencia, las diferentes confesiones religiosas cristianas no se ponen de acuerdo en dos conceptos fundamentales:
a. El día dedicado al reposo
b. Las implicancias de lo que significa guardar el día
En ambos conceptos las doctrinas y prácticas muestran una muy marcada diferencia, aún entre aquellas que coinciden en el día o tienen similares ideas sobre cómo guardarlo. En todos los casos, sin embargo, las diferencias se han generado al aceptar como verdaderas las opiniones de los hombres en lugar de lo que la Palabra de Dios sostiene inequívocamente.
Existe, por supuesto, aún dentro de estas confesiones cristianas una gran proporción de su feligresía que entiende muy poco acerca de la importancia del día de reposo, y que por lo tanto, el nivel de seguimiento de estos conceptos teológicos, aunque dispar, es también escaso.
Este tratado intenta presentar por un lado la importancia del día sábado como parte de la Ley de Dios, sino además la relación entre el sábado y la adoración, tema que será motivo de otro tratado.
La muerte nos parece, a la mayoría de los seres humanos, un enemigo invencible. Intentamos convencernos a nosotros mismos que hay algo natural en la muerte, que es algo que debemos esperar y que no nos queda más remedio que enfrentarla (más vale tarde que temprano, pensamos). Para muchos este enemigo parece mofarse de nuestros sueños y muchas veces arranca de raíz nuestras más preciadas esperanzas. La muerte retira de nuestros brazos a nuestros seres amados y genera en nuestras mentes desconcierto, pues a veces no estamos preparados para enfrentar la vida sin quien nos ha sido arrebatado por este enemigo.
Si así fuera la vida, solamente estos cortos años en la tierra, parecería que el azar se burla de nuestros anhelos de felicidad y se goza en despedazar nuestros sueños. Para el cristiano, que cree en la vida eterna y que sabe que los suyos le serán devueltos, si fueron fieles, cuando el Señor venga por segunda vez, la perspectiva de la muerte adquiere otro significado. Es seguro que habrá dolor, pero también esperanza…
La mitología de los pueblos antiguos hablaba de un lugar del que no hay retorno, y para muchos estos sigue siendo un modo de pensar. Aunque la mayoría de los cristianos cree en que la vida es más que estos pocos años que pasamos en la tierra, también la mayoría de ellos cree que los que han muerto sigue viviendo en entidades descarnadas. El concepto de la resurrección no es entendido por muchos que sin embargo creen en Jesús como el Salvador del mundo. También ocurría algo semejante en el tiempo de Jesús.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término vicario o vicaria de la siguiente manera: Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. Por lo tanto, la muerte vicaria sería una muerte en sustitución por otro, pero que provocaría los mismos resultados en aquel sujeto a quien sustituye. Dicho esto, comentaremos algo sobre los aspectos teológicos de este asunto.
Algunos conceptos de la teología cristiana resultan, por sí mismos, suficientemente lógicos, aún para las mentes más liberales. Algunos de los mandamientos, es especial aquellos que tratan con delitos como matar o hurtar están en todas legislaciones en todo tipo de sociedades. Conceptos como la bondad, la misericordia y otras virtudes son comúnmente aceptadas (como algo positivo), aunque no todas, ni por todos.
Sin embargo, el concepto de la muerte vicaria de Cristo en la cruz no parece del todo lógico. Suponer que la muerte de un hombre, en una de las ejecuciones consideradas como entre las más terribles, la cruz, hace unos dos mil años me libra a mí, un hombre del siglo XXI (aunque nací el siglo pasado… que raro suena decirlo), de la condenación de mi pecado es sorprendente. No parece resistir el análisis científico.
La muerte vicaria o sustitutiva es uno de los misterios más apasionantes de las Sagradas Escrituras. Es apasionante por la importancia para su vida y la mía, lo es porque es el gozne de un conflicto de los siglos entre el bien y el mal, y porque el amor manifestado en este sacrificio supera todo entendimiento y nos hace postrarnos de rodillas y dar gloria a Dios por su misericordia para con nuestra raza.
Debo señalar además que para entender este concepto no se requiere una inteligencia superior, sino que es algo que debe ser aceptado por fe. Se percibe mejor su naturaleza cuando se usa el corazón por encima de la razón (dije por encima, no sin la razón…).
Hace un tiempo leía un libro sobre gestión de recursos humanos de un autor muy destacado en este campo. En una porción del libro él hablaba sobre la inherente bondad del ser humano, su deseo de superación personal así como su anhelo de reconocimiento en el empleo. Con el afán evidente de estimular a las personas que ocupan las posiciones de jefatura de tratar mejor a sus empleados el planteaba este raciocinio para intentar indicar que son más los buenos que los malos trabajadores. En general puedo estar de acuerdo con su loable objetivo, pero no con su premisa que las personas son naturalmente buenas. Puedo entender la diferencia entre un buen trabajador (produce buenos resultados, tiene buenas ideas y utiliza bien sus habilidades) y una buena persona, dos cosas muy diferentes. Me he cruzado con excelentes trabajadores en las empresas en las que he trabajado o a las que he asesorado, pero no me he cruzado con la misma proporción de buenas personas.
Claro, el asunto puede estar relacionado con qué se entiende por ser buena persona. Recuerdo a un colega al que yo le hablaba hace muchos años acerca de la verdad. Me escuchaba, pero invariablemente terminaba diciendo algo parecido a qué él se consideraba una buena persona, pues no hacía daño a nadie. Unos pocos años después abandonó a su esposa y sus hijos pequeños para irse con una compañera de trabajo. Sí que hizo daño… y a muchos. Pero era un excelente trabajador… brillante dirían muchos, entre los que me incluyo.
El hombre promedio (también las mujeres) se considera a sí mismo bueno, cosa que la Santa Biblia contradice en múltiples ocasiones. Esto lleva a las personas a suponer que en realidad tienen poco de que arrepentirse (algunos dicen que no se arrepienten de nada… y la gente los aplaude) y que su carácter no requiere de ninguna mejora específica. Otros suelen decir que la gente los debe aceptar porque así son pues…
La Biblia en cambio me dice vez tras vez que debo convertirme para no perecer. ¿Será que tiene razón?
El tema global de este estudio biblico es "Hagamos Fiesta" contiene una guia para el facilitador y manual del acampante. El pasaje estudiado es Lucas 15 .
CONF. GÉNESIS 3:14-24. (GN. No. 3B). LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO DE ADÁN Y E...CPV
CONFERENCIA EN POWER POINT SOBRE GÉNESIS 3:14-24 QUE TRATA SOBRE LA CONSECUENCIA DEL PECADO DE ADÁN Y EVA, ASÍ COMO LA SOLUCIÓN DE DIOS A LA DESOBEDIENCIA DE NUESTROS PRIMEROS PADRES, TAMBIÉN SE ANEXA UN CRUCIGRAMA SOBRE LA MISMA LECCIÓN
En tres tratados precedentes hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel, el sueño de Daniel que ve a 4 terribles bestias surgiendo de un mar agitado y la visión del carnero y el macho cabrío que fue presentada a Daniel. Estos mensajes dados por Dios, al rey y al profeta, tenían como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios queda evidenciado al estudiar estas profecías desde un punto de la historia que nos permite comprobar su matemático cumplimiento. Lo que para nosotros hoy es historia comprobada, para el profeta era una luz que alumbraba el devenir de los acontecimientos anticipando lo que ocurriría durante unos 25 siglos. No sorprende, por lo tanto, la perplejidad del rey y del profeta al recibir de Dios los propósitos para naciones que, en algún caso, no habían aún surgido como aparentes líderes de la lucha por el poder.
Revisaremos ahora estas profecías desde la perspectiva de demostrar qué poder se esconde detrás de la mezcla de hierro y barro de la estatua de Nabucodonosor o bajo el símbolo de un cuerno pequeño, pero grandilocuente. Este es un estudio duro de asimilar para quienes hemos nacido espiritualmente dentro del cristianismo nominal, por lo que suplico la gracia del lector de no anticipar conclusiones en contra de este estudio sin haber analizado las pruebas de identificación de este poder. Los psicólogos sostienen que para evitar que un paradigma (una forma aceptada de la realidad) me impida ver algo diferente o contrario, debo suspender el juicio, que es uno de los mecanismos de la mente. Por favor, hágalo… lo tuve que hacer hace más de 40 años cuando estudié este tema por primera vez. Por las características de este estudio repetiremos algo del material base de los tratados mencionados para facilitar su comprensión.
Una sociedad no puede vivir sin leyes, leyes que protejan al más débil frente a la prepotencia del más fuerte. Leyes que ayuden a regular la vida de los ciudadanos y que establezcan los límites para el derecho de unos de manera que no invadan los derechos de los demás. Las leyes además establecen los deberes de los ciudadanos, que deben entender que el cumplimiento de los deberes va por delante que la exigencia de los derechos.
El observador de la naturaleza puede percibir claramente la existencia de leyes que los científicos a lo largo de los años han ido descubriendo. Desde la facilidad de comprender la ley de la gravedad hasta la complejidad de hacerlo con las leyes de la herencia, el genoma humano y muchas otras más, podemos extraer que la conclusión que la naturaleza se rige por leyes es evidente.
Es interesante notar que quienes aceptan de buena gana las leyes de la circulación de automóviles en la carretera o la ciudad, con sus regulaciones y prohibiciones (semáforos, límites de velocidad, sentido de circulación) piensen que no deben existir leyes morales para que nuestra sociedad funcione bien y que cada cual puede hacer a este respecto lo que le parece.
Como alguna vez he mencionado en otro tratado, vivimos en una época donde la gente mayoritariamente cree en lo espiritual, pero al mismo tiempo no es religiosa. Parece un contrasentido… pero no lo es. Esta espiritualidad que flota en el ambiente no se basa tampoco en el sólido fundamento de la Palabra de Dios sino en fuentes espiritualistas. La gente cree en auras, en curaciones por colores u olores, baños de florecimiento, centros energéticos y piedras que acumulan poder, creen que deben mantener una relación con el cosmos, la madre tierra como si estos fueran seres vivos… en fin, muchos conceptos contradictorios entre sí, pero aceptados como un todo, sin atisbo de uso de la lógica.
Esta distorsión, aplicada a los ángeles también es tremenda; aunque se han escrito infinidad de libros sobre el tema el concepto bíblico de estos seres espirituales no aparece correctamente presentado. Distorsiones sobre el origen, naturaleza, rectitud, sexo y sexualidad de los ángeles son comunes en la literatura secular y la gente que no basa su sabiduría en un “así dice Jehová” no puede tener sino confusión sobre el tema.
El mundo parece funcionar como si cada día trajese asegurado, para cada persona, que el día de mañana seguirá siendo más o menos como el de hoy, con las diferencias propias de las actividades programadas. Muy pocas personas piensan que el mañana podría no existir para ellos y que lo que están haciendo o dejando de hacer hoy puede marcar su destino eterno. Existimos en un mundo que vive aceleradamente y que busca el placer desenfrenadamente y que no toma en cuenta su destino futuro… y parece que tampoco le interesa. No sé cuántos tendrían esa actitud si supieran que su caso está en un juicio para el que no se han preparado, y que además supieran por anticipado, como por lo general sabe el culpable que va a un juicio, que será condenado. Pero en realidad es lo que está ocurriendo.
Como hemos estudiado en un tratado precedente nos hallamos en medio del desarrollo del juicio investigador, que precede a la segunda venida de Cristo, que pondrá fin al mundo que hoy conocemos, para recuperar lo que perdimos en el Edén, la vida eterna y la felicidad que esto conlleva. En paralelo con este evento celestial se realiza el sellamiento de los hijos de Dios. Ya mencionamos que como cristianos no debemos tener temor al juicio si nuestra vida está escondida en Cristo Jesús y estamos viviendo conforme a lo que es Señor espera de nosotros. Pero algunos tenemos temor de los acontecimientos finales, aquellos que ocurrirán cerca del fin del tiempo de gracia (antes y después) pues nos vemos sin la suficiente preparación espiritual o por que la edad ha menguado nuestras fuerzas físicas como para resistir el tiempo de prueba.
En este tratado nos preocuparemos de alejar un poco nuestros temores, que parecen naturales, frente a estos acontecimientos pero sobre todo exhortarnos a desarrollar la musculatura espiritual (por decirlo de alguna manera) para estar preparado para ese momento y para disfrutar del gozo que significará estar entre los sellados para vida eterna. Por la naturaleza del tema y la relación con otros tratados será necesaria alguna repetición en las citas que presentaremos.
Hemos tratado en el estudio anterior el juicio investigador y su importancia para cada uno de nosotros, así como para la vindicación de Dios frente al universo no caído. Dios ha sido atacado durante milenios por el enemigo de nuestras almas por tratar al pecador arrepentido con excesiva benevolencia, mostrando esto como una debilidad de su justicia. Dios debía demostrar que puede ser “el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” “a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”. El juicio debe demostrar ante los seres no caídos de un universo perfecto que Dios puede ser justo y salvar a los pecadores arrepentidos que han confiado en la salvación que se alcanza mediante la fe en la sangre de Cristo Jesús.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3: 21-26
Aunque se han mencionado tangencialmente los registros celestiales en los que se basa el juicio en sus diferentes etapas intentaremos definir qué “libros fueron abiertos” cuando “el Juez se sentó“ y se inició el juicio en los cielos, así como lo que ellos contienen y cómo el juicio alterará el contenido final de ellos. Aunque esto último puede haber quedado sugerido al estudiar el juicio investigador, haremos algunas precisiones sobre este aspecto, incluyendo con lo que ocurrirá con ellos durante el milenio y los momentos finales del pecado en el universo (un par de temas que trataremos en detalle en el estudio del milenio).
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Daniel 7: 10
Si cualquiera de nosotros estuviera siendo juzgado por la justicia ordinaria estaría preocupado por los potenciales resultados. Tal vez estaría un poco menos preocupado si tuviera a un buen abogado que lo defienda, y un poco menos si supiera además que el juez es intachable y que siempre juzga con justicia. Claro que esto último ocurre en el caso que el juzgado, o sea cualquiera de nosotros, fuera inocente. El problema empezaría a agrandarse si el que está siendo juzgado supiera que ha violado la ley, y que además entendiera que la pena por violarla es la muerte. Entonces la preocupación podría tornarse en desesperación, para luego probablemente aceptar que su destino es la muerte, y que no hay esperanza para él, o sea para nosotros.
En este tratado hablaremos sobre un acontecimiento que se lleva a cabo, en este momento, mientras usted lee estás páginas, en un tribunal en los cielos, donde el Juez no puede equivocarse, pues su rectitud es reconocida por el universo entero y que además sabe que usted y yo hemos violado la ley y que el pago de nuestro delito es la muerte. En este juicio usted y yo, y toda la humanidad con nosotros, deberíamos ser condenados, sin duda alguna. Pero el Abogado, que felizmente para usted y para mí es tan bueno, pero tan bueno, que tiene un argumento para salvarnos, un argumento que tiene escrito en nuestra carpeta personal, una argumento escrito con su propia sangre. Lo que sorprenderá a muchos es conocer que mucha gente, la enorme gran mayoría, no cree que necesite a este Abogado, es más cree que puede pasar indemne el juicio sin Él, o que por último no le importa si hay un Juez o un juicio y no está consecuentemente preparado para enfrentarlo.
Esta, mi querido amigo, es la triste realidad de una humanidad donde cada día unas 175.000 mueren y su destino, en el juicio, queda sellado para siempre y probablemente no le dieron importancia al juicio que, en base al registro de sus vidas, sin su presencia, marcará su destino eterno. No deje que esto suceda a usted y a los suyos. Busque al Abogado, que no puede perder ningún caso, para que lo represente… antes que el registro de su vida se cierre.
Estudiaremos en este tratado acerca del juicio investigador en base a lo que las Sagradas Escrituras enseñan acerca de su propósito y de cómo puede usted encargar su caso al Abogado… no hay nada que temer… si tiene ya a este Abogado en su favor. Una cosa más… por razones metodológicas, y para mejorar la comprensión del tema, le recomendaría que haya leído ya el tratado sobre las 70 semanas.
Un estudio profundo sobre la naturaleza del poder que desafía y se enfrenta abiertamente a Dios y que será vencido cuando Jesús vuelva por segunda vez para salvar a su pueblo.
La Palabra de Dios no nos ha dejado en la oscuridad con respecto a los tiempos finales de este mundo. La profecía bíblica ha trazado con suficiente certeza, para el estudioso que depende de la iluminación del Espíritu Santo de Dios, los acontecimientos finales y el devenir de la iglesia remanente y su confrontación con el “hombre de pecado”. Comprender la profecía implica, como ya hemos mencionado en otros tratados de este tipo, encontrar en la historia el sustento para interpretar los símbolos de los sueños y visiones que Dios ha dado a sus mensajeros.
Hemos estudiado ya algunas profecías, en particular aquellas que aparecen en los capítulos 2, 7 y 8 de Daniel. Ellas presentan, con algunas variantes, al poder que se opone al cielo y que será finalmente vencido cuando nuestro Señor Jesús venga por segunda vez para rescatar a su pueblo. Este poder es un enemigo vencido, pues si algo nos dice la historia es que lo que Dios ha predicho se cumplirá. Es posible que algunos de los temas que tratemos aquí sean muy duros para personas que recién conozcan la verdad, pero es nuestra obligación hacerlo.
Pero aún con el triunfo de la iglesia asegurado, es nuestro lugar entre los redimidos el que debe ser consolidado. Tenemos que conocer el futuro para que estemos preparados para afrontarlo, confiando en el Señor, con certeza en lo que creemos, con disposición de presentarlo a otros que aún están en tinieblas, pero sobre todo teniendo confianza en quién hemos creído. El enemigo es poderoso, pero no tanto como mi Salvador y el suyo.
Acompáñeme a analizar cómo la Biblia presenta el camino que ha recorrido ya la iglesia remanente hasta el tiempo del fin, y lo que nos queda recorrer hasta el fin del tiempo. Explorar esto nos llenará de confianza en Dios que nunca falla y que ha prometido que estará con nosotros hasta el final de los tiempos, por más difíciles que estos sean y por más formidables que sean los enemigos que enfrentemos.
Un estudio profundo sobre los principios cristianos de vida que la Palabra de Dios enseña que debemos poner en práctica como parte de la obediencia debida a Dios.
Un estudio profundo sobre una de las más importantes instituciones creadas por Dios en el Edén, y que recibe los arteros ataques de una sociedad cada vez más alejada de Dios.
Un estudio profundo sobre la mayordomía de los tesoros, esto es, la responsabilidad ante Dios de los miembros de iglesia de sostener al ministerio y a la iglesia con sus recursos económicos.
Un estudio profundo sobre la forma en la que Jesús enseñó a su Iglesia a preservar tanto el compromiso personal de los fieles con Dios como la imagen del Cuerpo de Cristo.
Un estudio profundo sobre la forma en la que Jesús diseñó la estructura organizacional de su iglesia para que esta pudiera cumplir eficientemente su sagrada misión.
Hemos mencionado en algún tratado anterior que la profecía no es doctrina, pues mientras que Pablo entendió a plenitud la doctrina de la justificación por la fe, seguramente no podía entender con la misma profundidad los acontecimientos del futuro que permitirían que fuese retirado “el que todavía impide”. La profecía requiere para su interpretación, excepto que seamos el propio profeta, del transcurrir del tiempo que permitió, por ejemplo, ver la secuencia del gran terremoto, el día oscuro, la luna roja como sangre y la caída de las estrellas que anunciaba el sexto sello.
Tal vez por eso algunos encuentran difícil aceptar la que ha sido la interpretación histórica del adventismo en relación con las siete trompetas y buscan en el futurismo el cumplimiento de acontecimientos que en nuestra opinión ya ocurrieron. A veces la soberbia de suponer que nuestro modo de pensar es el mejor, y que parece no ser inteligente decirles a otros que tienen razón, también contribuye a estas diferentes opiniones de nuestros más preclaros teólogos.
Pensamos que las trompetas anuncian al pueblo de Dios los acontecimientos que llevarían a retirar al “que impide todavía” (en ese tiempo) que el misterio de iniquidad adquiera su poder y luego muestra el castigo de Dios mediante la guerra a la que llaman las trompetas de una Europa que había dejado a un lado la verdad. Acompáñenos a analizar esta profecía que sigue enviando la señal clara que, si Dios controló los acontecimientos pasados, también lo hará con los futuros, que son los que más nos atañen. Comprender la profecía demandará un poco más de entendimiento sobre la historia que rodea a estos acontecimientos. Esto explica la extensión de este tratado y la dimensión de las citas de sustento histórico de las razones para identificar a cada una de las trompetas. Espero que a usted le guste la historia como a mí, si no es así, le ruego indulgencia.
Un estudio profundo sobre el objetivo central de la Iglesia: colaborar en la salvación de género humano, no solamente en el Nuevo Testamento sino desde el inicio del plan de salvación en este mundo, y cómo enfrentar los retos actuales.
Love must be one of the most used words of our time. However, it is perhaps also one of the least understood or one of the most distorted words.
Love is usually spoken of as a feeling or an emotion, something not necessarily associated with the rational portion of the mind. Love is confused with sex and people generally associate love with passion, with a feeling that clouds reason.
I remember once (some years ago) when a famous Peruvian composer was being interviewed and asked the question of what a false love was. She thought for a few moments and said "a false love is not love". I could not agree with her more. Love is associated with words that absolutely deny it. I once heard someone talk about an "unhealthy love" ...hey, call it an obsession but don't call it love.
That is why I argued that the term, despite being one of the most widely used, has almost completely lost its real meaning for the vast majority of people. Homosexual marriage is "authorized" because they say that "they have the right to love and be loved". That is to say... inclinations that cause God's displeasure are sanctified because supposedly there is love.
Some people use love as a reason to kill (through so-called euthanasia) their sick relatives who have no chance of recovery. Is this the love of which the Holy Scriptures speak?
They also speak of "deserving" to be loved, i.e., they argue that some people deserve to be loved and others do not. Should I love only the people I like?
During the study of the Divinity, especially when we deal with God the Son (which also has an important relationship with the subject of God the Father) we leave for a later study to analyze some characters that appear associated with theophanies such as the Archangel Michael, the Angel of the Covenant and, above all, the Angel of Jehovah.
Addressing this point is of utmost importance to understand how the Three Persons of the Godhead participate in the plan of salvation, as well as to identify with greater precision which of them is Jehovah, the God who is visibly manifested in the Old Testament.
Analyzing these concepts will allow us to eliminate some theological errors that have come to many of us from outside, because of our initial Catholic background, and in other cases because of the many improper associations that are made when analyzing the God of the Old Testament.
We will also explain as clearly as possible the concept of what an archangel is and also its relationship with a greater understanding of the role of the Second Person of the Divinity. During the study of the Divinity, especially when we deal with God the Son (which also has an important relationship with the subject of God the Father) we leave for a later study to analyze some characters that appear associated with theophanies such as the Archangel Michael, the Angel of the Covenant and above all the Angel of Jehovah.
Un estudio cronológico de los profetas desde el inicio de la monarquía de Israel hasta antes de la era cristiana, en el contexto histórico de las naciones del mundo antiguo.
Guia de las cartas del tarot de el extraño mundo de jack.
Arcanos mayores y arcanos menores.
Primera guía cien porciento en español!
Con 5 tiradas para comenzar predicciones.
Aprende y utiliza este mazo para divertirte.
A. ¿Qué es la soledad?
• En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que más se utiliza para “solitario” es shamem, que significa “desolado”.
• En el Nuevo Testamento la palabra griega eremos significa “lugares desiertos”.
• La soledad es el estado emocional de tristeza causado por sentirse solo, aislado o alejado de los demás.
• Una persona puede sentir la falta de cercanía con otros aún cuando estén en su presencia.
• David exclamó al Señor en tiempo de soledad:
“Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido”.
(Salmos 25:16)
B. ¿Qué significa estar solo?
• En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce solo es badad, que significa “estar con uno mismo”.
• En el Nuevo Testamento, la palabra griega monos denota “sin compañía, solo, solitario”.
• Estar solo es la condición de estar sin compañía, separado de otros.
• Con frecuencia, Jesús buscó estar a solas. Se apartaba de los demás para poder tener comunión con el Padre.
“Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.
(Mateo 14:23)
C. ¿Cuál es la diferencia entre estar a solas y sentir soledad?
• La soledad se refiere al estado emocional (por sentirse rechazado y desolado).
• Estar a solas se refiere al estado físico (el estado de estar separado de los demás).
• La soledad generalmente es una experiencia negativa (que va acompañada de un sentimiento de desesperanza).
• Estar a solas puede ser una experiencia positiva (convirtiéndola en un momento de creatividad y comunión con el Señor).
D. Ejemplos bíblicos de soledad
DAVID EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR EL RECHAZO.
“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”.
(Salmos 142:4)
JOB EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR SUS AMIGOS DESLEALES.
“El atribulado es consolado por su compañero; aun aquel que abandona el temor del Omnipotente. Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; pasan como corrientes impetuosas”.
(Job 6:14–15)
ELÍAS EXPERIMENTÓ SOLEDAD PORQUE TEMIÓ LA IRA DE DIOS.
“Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”.
(1 Reyes 19:3–4)
E. Ejemplos bíblicos de estar solo
PABLO ESTUVO SOLO CUANDO SUS AMIGOS LO ABANDONARON.
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león”.
(2 Timoteo 4:16–17)
JOB ESTUVO SOLO CUANDO
La Resiliencia como capacidad otorgada por Dios, para levantarse cada día.DanielGrandasHerreo1
Tema importante para ayudar a quienes han perdido las ganas de vivir, creyendo que todo el mundo está en su contra. La lectura de la biblia nos ayuda a encontrar ese camino correcto, dado que no esconde las situaciones adversas por las que pasaron los personajes que hoy a través de la historia cristiana conocemos como héroes de la fe. Al leer este documento, no solo estarás sentado observando como otros se levantan, sino que además, podrás levantarte y avanzar hacia adelante.
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
08 El origen del pecado 15.03.30
1. Un estudio profundo sobre el origen del mal y del
pecado hasta su destrucción final y la esperada
restauración de nuestro mundo.
Federico Salvador Wadsworth
2. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 2 de 23
0. Contenido
0. Contenido ................................................................................................................................... 2
1. Introducción General ................................................................................................................... 3
2. Estructura del Tratado Teológico ................................................................................................. 3
3. Mapa General de Tratados .......................................................................................................... 5
4. Mapa del Tratado ........................................................................................................................ 6
5. Propósito del Tratado .................................................................................................................. 7
6. Desarrollo del tema ..................................................................................................................... 7
6.1. Introducción...................................................................................................................... 7
6.2. Infectando nuestro mundo................................................................................................. 7
6.3. Origen cósmico del mal....................................................................................................13
6.4. El mal confinado..............................................................................................................16
6.5. La solución final...............................................................................................................20
6.6. Conclusiones...................................................................................................................22
3. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 3 de 23
1. Introducción General
La búsqueda del conocimiento de Dios y su propósito para el hombre constituye la más apasionante de las
aventuras que la mente humana pueda proponerse. El reto de encontrar en el libro sagrado aquel hilo de oro del
plan de salvación recompensará al estudioso, que podrá comprender la majestuosidad del esfuerzo de Aquél que
“no escatimó ni a su propio hijo” (Romanos 8: 32).
El conjunto de tratados sobre temas bíblicos, del que usted tiene en sus manos uno de los estudios, ha sido
preparado para proveer al miembro laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día del conocimiento requerido para
enseñar a otros acerca de cómo crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2
Pedro 3: 18) así como para “presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón
de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3: 15).
El autor es miembro regular de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1977, anciano de iglesia desde
1979, esposo, padre y abuelo, con el gozo de tener a toda su familia en “la fe que ha sido una vez dada a los
santos” (Judas 1: 3) y que además suscribe totalmente las 28 doctrinas oficiales de la misma.
Reitero que estos tratados han sido preparados para el
miembro de Iglesia, por lo que deberá graduar la dosis de
conocimiento que deba transmitir a aquellos que se encuentren
interesados en conocer a Jesús, a quien el profeta llama el “Deseado
de todas las gentes” (Hageo 2: 7).
Por eso, al mismo tiempo, hemos querido también incluir
material complementario al estudio bíblico que esperamos le permita
ampliar sus actuales conocimientos, así como estar preparado para
profundizar en “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles” (1
Pedro 1: 12). Su habilidad para introducir estos subtemas en armonía
con los conceptos centrales es clave para favorecer la transferencia
del conocimiento que usted y yo nos proponemos.
Dado que el conocimiento de nuestro Dios y sus propósitos
estarán, por la obra y gracia del Espíritu Santo, siempre en pleno
desarrollo, podrá encontrarse regularmente con actualizaciones de
cada tratado (vea la fecha aa.mm.dd que acompaña al nombre del
archivo). Estas actualizaciones, por supuesto, también corregirán
algunas de las fallas humanas que puedan haber pasado inadvertidas
para el autor. Por otro lado, su bien intencionado propósito de
ayudarnos a mejorar estos temas será siempre bienvenido.
2. Estructura del Tratado Teológico
Al inicio de cada tratado le presentaremos la estructura general del conjunto de estos utilizando un diagrama
de bloques numerado, llamado Mapa General de Tratados. Este gráfico (que aparece en la subsiguiente página)
le permitirá ver dónde encaja el tratado que tiene en sus manos en relación con los otros temas. Para facilitar su
ubicación además de la numeración, este estará marcado en color diferente de los demás. Coleccione los temas,
actualícelos y ordénelos en esta secuencia si le parece útil a su propio desarrollo del conocimiento.
Los números en cada bloque establecen simultáneamente el orden de creación de estos tratados y la
dependencia lógica también entre ellos. Los bloques del número 70 en adelante representan, a su vez, un conjunto
de tratados especiales. Los he agrupado en 6 grandes temas:
a. Religiones comparadas Serie 70.nn
b. Cronologías Serie 75.nn
c. Armonías de los Evangelios Serie 80.nn
d. Genealogías Serie 85.nn
e. Biografías bíblicas Serie 90.nn
f. Historia Serie 95.nn
La lectura de estos temas le dará el marco referencial para entender los tratados más temáticos. Estos otros
temas tienen su propia estructura que guardará relación con la aquí mencionada.
Luego del diagrama del conjunto, encontrará usted un diagrama de bloques del estudio propiamente dicho,
llamado Mapa del Tratado, donde podrá notar lo siguiente:
a. Cada bloque del diagrama indica el versículo o versículos de referencia en la parte inferior y una
breve frase que corresponde con la lógica de su inclusión en el tema.
4. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 4 de 23
b. Notará que hay algunos bloques, con versículos de color diferente, que hacen referencia a parábolas
que ayudan a entender el tema central.
c. Otros bloques, que no contienen versículos, exponen asuntos que podría usted tocar cuando
presente el estudio; asuntos que poseen un trasfondo histórico, geográfico, científico, técnico, entre
otros. Usted encontrará en este estudio alguna información que le ayudará a exponer sobre estos
conceptos.
d. Estos dos tipos de bloques no necesariamente están incluidos en todos los estudios.
e. Las flechas indican la secuencia lógica en la que el autor piensa que estos temas deben ser
presentados. La secuencia está establecida de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Sin embargo,
su propia iniciativa y conocimiento de las necesidades de sus oyentes le pueden marcar una ruta
diferente. Déjese guiar en oración por Aquél que no puede errar.
Al finalizar esta fase gráfica usted encontrará el estudio en detalle, que seguirá hasta donde sea posible, la
estructura del diagrama de bloques. Algunos materiales complementarios al estudio se incluirán al final. Le
recomiendo que los lea con anticipación para encontrar el momento exacto para incluirlos en su exposición.
Hasta donde me ha sido posible he presentado la fuente de algunos de estos temas para que pueda
extender su comprensión revisándolos. No pretendo conocer todo lo que estas fuentes tratan sobre el tema, por lo
que lo aliento a profundizar y comentarme cómo mejorar este contenido. He incluido algunas imágenes halladas
en Internet para hacer más amena su lectura, espero le agraden.
La fase escrita del estudio contendrá:
a. Acápites por los subtemas principales.
b. Citas Bíblicas (en color rojo).
c. Citas del Espíritu de Profecía (en color verde).
d. Citas de libros o artículos de diversos autores, destinadas a ampliar su conocimiento sobre el tema
(en color azul).
e. Comentarios de las citas mencionadas; en algunos casos estos se presentarán antes de la cita,
como anticipando la declaración, mientras que en otras se ubicarán después como confirmación del
concepto que se sostiene (en color negro).
f. Mapas, cronogramas, genealogías y otros diagramas cuando corresponda a la exposición del tema.
g. Material complementario agrupado en un acápite que ayuda a comprender algunos de los aspectos
que podrían surgir al tratar el tema central con otras personas. No todos los temas contienen
necesariamente este material.
Cuando no se indique lo contrario las citas de la Santa Biblia corresponden a la versión Reina-Valera 1960,
mi favorita. Alguna vez incluiré otras versiones para comparar o ampliar la comprensión de un texto.
Cuando usted desarrolle un estudio bíblico sobre este tema con personas que no pertenecen a la Iglesia le
recomiendo que use la sección correspondiente al estudio (con los versos incluidos en el diagrama de bloques) sin
presentar las declaraciones del Espíritu de Profecía. Comente los materiales complementarios conforme surjan en
la exposición, así como en la fase de preguntas y respuestas.
He preparado también un archivo que incluye todos los diagramas de bloques de los tratados de manera
que le sirvan de ayuda memoria cuando presente el tema. También he creado un archivo con una copia de todos
los contenidos de los tratados de manera que pueda revisarlos sin abrir cada uno de los documentos, en caso esté
buscando un subtema específico.
Permítame, como hasta ahora, que durante el estudio me dirija a usted en forma personal. Creo que así es
como nuestro Salvador hablaba con aquellos a quienes amaba y deseaba salvar. Seguramente usted hará lo
propio con aquellos que le escuchen con este propósito.
Este es un material gratuito que seguramente ha llegado hasta usted por alguien que lo aprecia y desea
que conozca aún más a Jesús y su maravilloso plan de salvación. Difúndalo de la misma manera, ya que “de gracia
recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10: 8).
5. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 5 de 23
3. Mapa General de Tratados
02
La Divinidad
03
El Padre
04
El Hijo
05
El Espíritu
Santo
01
La Santa Biblia
15
La Encarnación
13
El Ángel
de Jehová
06
La Ley
de Dios
07
El Sábado
09
El Pecado
08
El origen
del pecado
10
La Muerte
34
La Redención
36
Justificación
por la fe
37
Santificación
35
La Conversión
12
La Oración
38
El Bautismo
39
La Iglesia
44
Diezmo &
Ofrendas
26
Los Ángeles
17
La Resurrección
14
El Amor
11
La creación
20
El diluvio
18
La Segunda
Venida
19
Señales de la
Segunda Venida
32
El Don de
Profecía
27
Espiritismo
28
Posesión
demoníaca
21
El Santuario
Celestial
23
La ley
ceremonial
45
El matrimonio
47
La estatua de
Nabucodonosor
48
Las 4 Bestias
43
Disciplina
Eclesiástica
53
El cuerno
pequeño
57
El juicio
investigador
56
Las 70
semanas
58
Los libros
del cielo
30
Los dones
espirituales
31
El don de
lenguas
49
El carnero y el
macho cabrío
59
El sellamiento
62
El milenio
55
El Anticristo
33
Profecías
mesiánicas
60
La Apostasía
final
63
La tierra
nueva
46
Estilo Cristiano
de Vida
54
Los 1260 años
42
Organización
Eclesiástica
50
Las 7 iglesias
51
Los 7 sellos
52
Las 7 trompetas
22
Nuestro Sumo
Sacerdote
61
El Tiempo
de Angustia
40
La Gran
Comisión
29
Los libros
apócrifos
16
Muerte
Vicaria
75
Cronología
85
Genealogía
80
Armonía de los
Evangelios
41
Historia
de la IASD
70
Religiones
Comparadas
90
Biografías
Bíblicas
24
La Adoración
25
La Cena
del Señor
95
Historia
6. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 6 de 23
4. Mapa del Tratado
La serpiente
tentó a Eva
Gén 3: 1
La cadena del
pecado
Gén 3: 6
El árbol
prohibido
Gén 2: 16, 17
Uno de los dos
árboles
singulares
Gén 2: 9
Anhelo de ser
como Dios
Isa 14: 12-14
La maldad
aparece
sin razón
Eze 28: 13-15
Echado del
monte de Dios
Eze 28: 16, 17
Será destruido al
final con el mal
Isa 14: 19, 20
Destruido por su
propia maldad
Eze 28: 18, 19
El diablo peca
desde
el principio
1 Jua 3: 8
Batalla en
el cielo
Apo 12: 7-9
¿Cuándo es
ahora?
Apo 12: 10
Luego de
la cruz
Apo 12: 11
Con acceso a
otros mundos
Job 1: 6, 7
Concentrando a
sus fuerzas para
la lucha final
Apo 12: 4
Restringido
a la tierra
Apo 12: 12
Prisionero con
sus ángeles
Jud 1: 6
En espera del
juicio
2 Ped 2: 4
La maldad no
volverá a existir
Nah 1: 9
Destruida la raíz
y las ramas
Mal 4: 1-3
La muerte
como
consecuencia
Gén 3:19
La paga
del pecado
Rom 6: 23
Ministros
disfrazados
2 Cor 11: 13-15
La cizaña
y el trigo
Mat 13: 24-30
Con potestad
sobre el mundo
Luc 4: 5, 6
La serpiente
maldita
Gén 3:14
La primera
mentira
Gén 3: 2-5
Las
consecuencias
del pecado
Gén 3: 7-18
7. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 7 de 23
5. Propósito del Tratado
El propósito del tratado es el siguiente:
a. Tratar el origen del mal y el pecado.
b. Presentar cómo llegó el mal a nuestro mundo.
c. Explicar la complejidad del conflicto cósmico.
d. Mostrar el destino final del mal.
6. Desarrollo del tema
6.1. Introducción
Usted y yo debemos pertenecer a una minoría que piensa que existe el pecado. Sí, no se sorprenda.
La gran mayoría de personas piensa que el pecado es un concepto obsoleto, que no puede sobrevivir en
esta era de libertad.
Para las personas en general, los pecadores deben ser los homicidas múltiples, los violadores o los
terroristas… pero no ellos. Vivimos en una época en que nada parece ser malo en sí mismo, todo está
permitido… Si usted se opone, como yo, al matrimonio entre personas del mismo sexo, usted será
catalogado a la altura de los dinosaurios (dicen, supuestamente por lo poco evolucionados que eran… no
tienen ni idea). Bueno, si usted piensa que las personas deberían llegar célibes al matrimonio… ya pensarán
que le falta algún tornillo.
Si estas personas no están interesadas en el pecado es muy poco probable que lo estén en el origen
del pecado. Pero… ¿estaré siendo muy pesimista? Tal vez no, pero sé que el Señor está buscando a
personas que ven el mal de este mundo y elevan silenciosamente sus rostros al cielo buscando una
respuesta al desarrollo acelerado de la maldad. Para usted que desea alcanzar a estas personas,
presentamos el origen del mal, para que ayude a aquellas personas a entender que el mal es un intruso y
que Dios finalmente lo extirpará, que Él ya tiene el remedio definitivo.
6.2. Infectando nuestro mundo
El pecado, decía, es un intruso en nuestro mundo, y como todo intruso será al final eliminado,
excluido de donde ha entrado sin ser invitado. El responsable del origen del pecado es el diablo, Satanás,
el otrora querubín cubridor. Él es el quien inició el pecado en el cielo, pero Jesús ha hecho todo lo necesario
“para deshacer las obras del diablo”.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto
apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1 Juan 3: 8
El pecado penetró a nuestro mundo por
la caída de nuestros primeros padres. La
narración sagrada nos cuenta que Satanás
utilizó a la serpiente para engañar a Eva. Ella
se encontraba cerca del árbol de la ciencia del
bien y del mal.
Pero la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo que
Jehová Dios había hecho; la cual dijo a
la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No
comáis de todo árbol del huerto?
Génesis 3: 1
Dios había dado al hombre la potestad
de comer de todos los árboles del huerto,
solamente se había reservado uno, el árbol de
la ciencia (conocimiento) del bien y del mal.
Sabía el hombre, por la propia boca de
Dios que la transgresión se pagaría con la
muerte. No tengo dudas que cuando Dios
presentó esto al hombre, este habrá
preguntado qué cosa era morir. En un mundo donde el pecado no había entrado, solamente existía la vida
8. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 8 de 23
y la plenitud. La muerte aún no había hecho su ingreso penoso a este mundo. Dios le explicó a la primera
pareja lo que esto representaba y les alertó de la presencia del enemigo.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás.
Génesis 2: 16, 17
Tristemente, el hombre
debería conocer la muerte no en
forma intelectual únicamente; su
pecado le llevaría a transitar el
camino de enfermedad, el
envejecimiento y la muerte, pero
antes el del asesinato, de la
violencia, de la maldad, de la
injusticia, del dolor…
Algunas huellas del mal
ahora nos parecen naturales; pero
para nuestros primeros padres la
caída de las hojas, la muerte de los
animales, la putrefacción y descomposición de los otrora seres vivos debe haberles acongojado
grandemente. Su dolor habrá llegado a niveles difíciles de soportar cuando tuvieron entre sus manos el
cuerpo exánime de uno de sus hijos, asesinado por el mayor de ellos. También cuando fueron comprobando
la progresiva (y aparentemente indetenible) decadencia moral en la que se sumía la mayor parte de su
descendencia.
Lamentablemente, como señalamos, el hombre por decisión propia iba a tener conocimiento práctico
del mal y de sus terribles consecuencias.
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer;
también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Génesis 2: 9
Dios instruyó a nuestros primeros padres acerca del árbol del conocimiento, y fueron
completamente enterados de la caída de Satanás y del peligro de escuchar sus insinuaciones. No
les quitó la posibilidad de comer del fruto prohibido. Los hizo agentes morales libres para creer en
su palabra y obedecer sus mandamientos, o a creer al tentador, desobedecer y morir.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 36
Algunas personas no comprenden como seres perfectos como Adán o Eva pudieron pecar. Asocian
la perfección a la impecabilidad y les resulta difícil entender la caída. Justamente la perfección de nuestros
primeros padres incluía su capacidad de elegir libremente, elegir entre el bien y el mal. Eran entidades
libres, no robots que obedecen señales sin pensar o valorar. El hombre fue creado para ser un agente libre
y decidir si quería o no amar y honrar a su Creador. Así han sido y serán todas las criaturas de Dios.
La perfección de nuestros primeros padres incluía entonces el libre albedrío, la capacidad de decidir
voluntariamente por el bien o el mal. No necesitaban conocer el mal para evitarlo, estaban en plena
capacidad de reconocerlo. He escuchado a personas que sostienen que debemos dejar que los niños y
jóvenes experimenten el mal para que conozcan sus consecuencias. Es una idea implantada en las mentes
por el enemigo de Dios. Dios enseñó a Adán y Eva lo que era el bien y cómo evitar el mal, no los sometió
a un desarrollo de prueba y error como algunos argumentan.
El ejercicio continuo del mal que ha caracterizado a la humanidad durante estos aproximadamente
6.000 años, desde la caída, nos ha colocado a nosotros en condición aún más difícil que la que afrontaron
los padres de nuestra raza. Hoy nuestras tendencias heredadas al mal, durante tantos años, hacen que la
obra del Espíritu Santo sea aún más necesaria para capacitarnos para vencer el mal y para desarrollar
caracteres a la semejanza de Dios.
Volviendo a la situación anterior. Se me ocurre pensar que algunas personas también podrían
cuestionar cómo Eva se acercó a la serpiente si normalmente las personas, y en especial las mujeres,
normalmente les temen y las encuentran repulsivas.
Bueno, lo primero es que la escena ocurre en el ambiente edénico, donde los animales no eran,
como hoy, un peligro y estaban sometidos al hombre. Lo segundo es que la serpiente no era como nosotros
la vemos hoy, era un animal hermoso y atractivo. Quiero que note que cuando Dios maldice a la serpiente,
luego de la caída de Adán y Eva, le dice que se arrastrará, lo que indica que antes de la caída no se
9. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 9 de 23
arrastraba. La maldición de Dios transformó a la serpiente para que sea un recordativo de la caída de
nuestros primeros padres. Comentaré alguna vez con usted con más detalle, que a la serpiente no le será
repuesta su anterior hermosura en la tierra nueva. Seguirá siendo una señal.
Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias
y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu
vida.
Génesis 3: 14
La serpiente era un hermoso animal con alas, y al volar por los aires tenía un brillante aspecto,
como de oro bruñido. No andaba por el suelo, sino que iba de un lado para otro por los aires y comía
frutas, lo mismo que el hombre. Satanás se infundió en la serpiente, y posándose en el árbol del
conocimiento comenzó tranquilamente a comer del fruto.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 31
Yo puedo imaginar la escena, un bello animal, atrayente a los ojos, seguramente brillando al sol,
comiendo el fruto prohibido y ¡maravilla! hablando a la mujer. El pecado siempre ha mostrado su lado
seductor hacia las personas, ocultando su deformidad bajo la aparente belleza de lo prohibido… Eva trabó
conversación con el enemigo disfrazado. Primera recomendación: nunca deberíamos colocarnos, en forma
innecesaria, en situaciones en las que podamos ser tentados. Eva se aproximó a ese lugar sola… se puso
en peligro innecesariamente.
Un concepto extra: la Biblia no sostiene cuál era el fruto prohibido. Normalmente se habla de la
manzana pero no hay forma de saber qué fruto era. Yo pienso que ese árbol (en lo referente al tipo de fruto)
era uno entre muchos, solamente que tenía el sello de la prohibición de Dios… Algunos de nosotros no
entendemos por qué un árbol es distinto de otro, o por qué un día es diferente de otro. La respuesta es
sencilla: porque Dios así lo ha señalado.
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que
no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Génesis 3: 2-5
Sin darse cuenta se había
apartado Eva de su esposo al practicar
sus tareas, y al notar que la serpiente
estaba comiendo de la fruta prohibida
receló la posibilidad de un peligro, pero
se creyó segura aunque no había
permanecido cerca de su esposo. Creyó
tener sabiduría para reconocer el mal si
se acercara y fuerza para arrostrarlo. El
ángel le había amonestado que no lo
hiciera. No tardó Eva en contemplar con
curiosidad mezclada de admiración el
fruto del árbol prohibido. Vio que era muy
apetecible, y se preguntaba por qué les
había prohibido Dios comerlo. Aquella
era la ocasión favorable para Satanás,
quien se dirigió a Eva, y como si le
adivinara el pensamiento, exclamó:
“¿con que Dios os ha dicho: No comáis
de todo árbol del huerto?”. Así habló
Satanás con halagadoras palabras y
armoniosa voz a la asombrada Eva,
quien se había sorprendido al oír hablar
a una serpiente. Alabó la hermosura y el
donaire de Eva, en cuyos oídos sonaron
agradablemente aquellas lisonjas. Pero
estaba admirada, porque sabía que Dios
no le había otorgado a la serpiente el don
de la palabra.
Se avivó con ello la curiosidad de
Eva. En vez de huir de aquel paraje, se detuvo a oír como hablaba una serpiente, sin ocurrírsele que
bien podría ser aquel enemigo caído quien se valía de la serpiente como de un medio de
comunicación. Quien hablaba era Satanás, no la serpiente. Eva quedó seducida, lisonjeada e
10. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 10 de 23
infatuada. Si se le hubiera aparecido un imponente personaje en figura semejante a la de los ángeles
y parecido a ella, seguramente se hubiera puesto en guardia.
Pero aquella extraña voz debiera haberla movido a irse en seguida al lado de Adán para
preguntarle quien podría ser el ser que tan desenvueltamente le hablaba. Sin embargo, entró en
conversación con la serpiente, respondiendo así a su insinuación: “Del fruto de todo árbol del huerto
comemos; mas del fruto del árbol que está en medio del huerto, dijo Dios: no comeréis de él ni le
tocaréis, porque no muráis.” La serpiente respondió: “No moriréis; mas sabe Dios que el día que
comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal.”
Génesis 3: 2-5.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 31, 32
Segunda recomendación: No dialogue con el mal, no le dé vueltas en la cabeza… rechácelo o
terminará anidando en su mente. Tercera recomendación: No racionalice… no busque una perspectiva
desde la cual el mal se vea “menos malo”. Crea en lo que Dios ha revelado.
El engaño fue tremendo, pero Eva pudo haberlo resistido en cualquiera de los siguientes casos:
a. Si hubiera estado con Adán, juntos hubieran tenido mayor posibilidad de descubrir la
estratagema del enemigo.
b. Si no se hubiera acercado al árbol. No había necesidad que estuviera por allí. La curiosidad
por lo prohibido ha hecho resbalar a muchos.
c. Si hubiese tenido en cuenta la advertencia de Dios que había un enemigo suelto que
cuestionaría lo que Él les había dicho. La señal debió ser que la serpiente afirmaba lo
contrario en cuanto al peligro de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Siempre
recomiendo a mis hermanos que no debemos beber de las fuentes del mal (lectura de libros
que se oponen a la verdad) pues solamente añadirán confusión a nuestras mentes.
d. Si hubiera resistido a la lisonja, sin bajar la guardia, pero cedió como muchos lo hacemos hoy
en día frente a la misma situación.
e. Si no hubiera confiado en su sabiduría, hubiera buscado a su esposo y ambos el consejo de
Dios.
La primera mentira: “No moriréis” se sigue hoy repitiendo en casi todos los púlpitos de la cristiandad.
La gran mentira de la inmortalidad del alma ha cundido tanto que hoy millones le creen al enemigo de Dios
y no a nuestro Supremo Hacedor. Mientras la Palabra de Dios sostiene que “la paga del pecado es la
muerte” los ministros de las diferentes confesiones cristianas proclaman que la muerte no existe. No es el
eco de la voz de Dios, sino de su ya derrotado adversario.
Dios ha declarado sin lugar a dudas sobre la naturaleza del hombre, sobre la muerte, pero millones
siguen creyendo al archiengañador y son infatuados por los milagros mentirosos del espiritismo. Donde
Dios dice “moriréis” el enemigo dice “no moriréis” y el mundo cristiano rinde pleitesía al engañador y dice
que los muertos viven, que la muerte es vida… es decir, seguimos escuchando al engañador y no a Dios.
Satanás quería inculcar la idea de que si Adán y Eva comían del árbol prohibido, recibirían
un conocimiento más noble y superior al adquirido hasta entonces. Tal ha sido la obra realizada por
Satanás con gran éxito desde su caída: inducir a los hombres a
escrutar los secretos del Altísimo, sin satisfacerse con lo que
Dios ha revelado ni obedecer fielmente lo que ha prescrito. El
plan de Satanás es inducir a los hombres a desobedecer los
mandamientos de Dios y hacerles creer después que entran en
un maravilloso campo de conocimiento. Pero ello es pura
suposición y miserable engaño. Al no comprender lo que Dios
ha revelado, los hombres menosprecian sus explícitos
mandamientos, aspiran a una sabiduría independiente de Dios
y se esfuerzan por descifrar lo que le plugo a Dios substraer de
los conocimientos de los mortales. Se ensoberbecen con sus
ideas de progreso y se cargan de su vana filosofía, pero en
cuanto a su verdadero conocimiento, van a tientas en las
tinieblas de media noche. Siempre están estudiando, sin poder
llegar nunca a conocer la verdad.
Ellen G. White,
Testimonios Selectos, Tomo II, 32, 33
Una vez que la mujer aceptó el mensaje, se auto
convenció que hacía lo correcto y se convirtió en agente de
Satanás para la caída de su esposo. Codició la sabiduría, creyó
además que Dios le había mentido, que quería privarlos de algo
bueno, un árbol que había logrado que una bestia, como la
11. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 11 de 23
serpiente, pudiera hablar. El pecado siempre se mostrará con consecuencias positivas, haciéndonos creer
que seremos más felices viviendo en él que obedeciendo a Dios. Cuando usted y yo estamos en pecado
también nos convertimos en agentes para la caída de otros.
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella.
Génesis 3: 6
El tentador aseguró a Eva que tan pronto como probara la fruta, recibiría un nuevo y superior
conocimiento que la igualaría a Dios. Además le llamó la atención hacia lo que él mismo hacía.
Comía libremente del árbol, cuyo fruto no sólo no era nocivo sino por el contrario delicioso y
placentero. Le dijo que Dios les había prohibido comerlo y aún tocarlo a causa de sus maravillosas
propiedades para infundir sabiduría y poder. Añadió que si él había alcanzado el don de la palabra,
era por haber comido del fruto del árbol prohibido, e insinuó que Dios no llevaría adelante su
amenaza, pues sólo la había hecho con objeto de intimidarlos para privarlos de tan alto bien.
Asimismo les dijo que no podrían morir, pues ¿no habían comido acaso del árbol que perpetuaba la
inmortalidad? Terminó diciendo que Dios los estaba engañando para que no alcanzaran una mayor
felicidad y más excelsa dicha. El tentador arrancó la fruta del árbol y se la ofreció a Eva, quien la
tomó. ¿Ves? -Dijo el tentador,- se os prohibió hasta tocar la fruta porque no murierais.- Y añadió que
no tendría mayor sentimiento de mal y muerte por comer del fruto que por tocarlo. Eva se sintió muy
alentada porque no experimentaba las inmediatas manifestaciones del desagrado de Dios, y creyó
que el tentador hablaba prudente y verídicamente. Comió del fruto y le supo a deleite, pues tenía un
sabor exquisito, y le pareció sentir en todo su ser los maravillosos efectos del fruto.
Después, con su propia mano arrancó el fruto del árbol y volvió a comer, figurándose que
sentía el vivificador poder de una nueva y elevada existencia como resultado de la influencia
excitante del fruto prohibido. Dominada por un extraño e insólito frenesí, fuese en busca de su
esposo con las manos llenas del fruto prohibido. Le refirió el razonado discurso de la serpiente, y
quiso llevarle en seguida al árbol del conocimiento, diciéndole que ella había comido del fruto, y en
vez de sentir indicios de muerte había experimentado una placentera y deleitosa influencia. Tan
pronto como Eva hubo desobedecido, se convirtió en un poderoso medio para ocasionar la caída de
su esposo.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 33, 34
Adán se dio cuenta pronto que Eva había sido engañada. Su amor por ella le llevó a compartir su
suerte. No es una demostración de amor compartir con otro el pecado. Amonestar y corregir es mejor que
compartir la caída. No sé exactamente qué hubiera pasado si Adán no hubiera comido el fruto. Ese
conocimiento no nos ha sido revelado en forma precisa, por lo menos hasta donde he estudiado, pero hoy
nosotros no debemos unirnos por amor a otro a la rebelión contra Dios. Luchemos por rescatar al que cae.
Esa sí es una demostración de amor.
Vi que el semblante de Adán se cubría de tristeza. Quedó espantado y atónito. Parecía que
batallaban encontrados afectos en su ánimo. Le dijo a Eva que tenía la seguridad de que todo aquello
era obra del enemigo contra el cual se los había amonestado, y que siendo así, ella moriría.
Respondió Eva que no sentía la menor molestia, sino más bien una placentera sensación, por lo que
le invitó a que también comiese.
Comprendía muy bien Adán que su compañera había quebrantado la única prohibición que
les fuera impuesta en prueba de su amor y fidelidad. Arguyó Eva que la serpiente había dicho que
no morirían, y así debía ser la verdad, por cuanto no notaba ninguna señal del desagrado de Dios,
sino una placentera influencia como la que a su parecer sentían los ángeles. Adán se lamentó de
que Eva se hubiese separado de su lado; pero ya estaba hecho el mal y no tenía más remedio que
perder la compañera a quien tanto había amado. ¿Cómo podría soportar esta pérdida? Amaba
vehementemente a Eva, y en extremo desalentado resolvió a compartir su suerte. Razonó que Eva
era parte de sí mismo, y que si ella había de morir, él moriría con ella, porque no le era posible
soportar el pensamiento de la separación. No tuvo la necesaria fe en su misericordioso y benévolo
creador. No pensó que si Dios lo había formado del polvo de la tierra dándole un hermoso cuerpo
viviente, y había creado a Eva para que fuese su compañera, podría subsanar la falta de ella. Con
todo, ¿No podrían ser verídicas las palabras de aquella sabia serpiente? Eva estaba delante de él,
tan hermosa y en apariencia tan inocente como antes de aquel acto de desobediencia. El fruto que
había comido parecía haber intensificado su amor hacia él, pues le mostraba más cariño que antes
de la desobediencia y no veía en ella señal alguna de muerte. Le había hablado de la dichosa
influencia del fruto, de su ardiente amor por él, así que resolvió arrostrar las consecuencias. Tomó
el fruto, lo comió ávidamente, y como Eva, no experimentó inmediatamente sus perniciosos efectos.
Eva se había creído capaz de discernir entre lo justo y lo injusto. La lisonjera esperanza de
alcanzar un superior estado de conocimiento la había inducido a ver en la serpiente una amiga
12. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 12 de 23
especial muy interesada en su bienestar. Si hubiese ido en busca de su esposo y hubiesen referido
ambos a sus Hacedor las palabras de la serpiente, se hubieran librado al punto de su astuta
tentación. El Señor no quería que investigaran acerca del fruto del árbol del conocimiento, porque
con ello se expondrían a Satanás enmascarado. Sabían que estarían perfectamente seguros si no
tocaban ese fruto.
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 34-36
La consecuencia del pecado no se hizo
esperar. Al perder su inocencia se dieron
cuenta de su desnudez y que se habían alejado
de la obediencia que debían a Dios. Su amor y
respeto por Dios se trocó en miedo y se
ocultaron. Como ha ocurrido con nosotros, Dios
salió a la búsqueda de los pecadores. En
nuestra condición de pecado no somos
nosotros los que buscamos a Dios.
Entonces fueron abiertos los ojos
de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de
higuera, y se hicieron delantales. Y
oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto, al aire del día; y el
hombre y su mujer se escondieron de la
presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto. Mas Jehová Dios
llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás
tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto,
y tuve miedo, porque estaba desnudo; y
me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te
enseñó que estabas desnudo? ¿Has
comido del árbol de que yo te mandé no
comieses? Y el hombre respondió: La
mujer que me diste por compañera me
dio del árbol, y yo comí. Entonces
Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo
que has hecho? Y dijo la mujer: La
serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita
serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré
en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu
marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas
del campo.
Génesis 3: 7-18
Cuando fueron hallados en falta empezaron a culparse unos a otros, el hombre a la mujer y al mujer
a la serpiente, pero en el fondo ambos culpaban a Dios. Cuando estamos atrapados por el pecado la culpa
es siempre de otro, nunca nuestra… debemos empezar por asumir nuestra culpa si queremos ser
perdonados. Dios les presentó la nueva situación en la que ellos se habían colocado al pecar. El mundo no
sería más como ellos lo conocían. ¡Maravilloso Dios! que en ese momento de gran desconcierto les
prometió un Salvador, la simiente que vencería el mal, que aplastaría simbólicamente la cabeza de la
serpiente.
Pero la gran consecuencia del pecado sería la muerte, este enemigo se apoderaría de este mundo
y nos perseguiría hasta el fin de los tiempos, hasta cuando Dios venga para restaurar el Edén perdido,
cuando desaparecerá para siempre el mal.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Génesis 3: 19
En base a este versículo algunos razonan que el trabajo es parte de la maldición. Recordemos que
Dios había puesto al hombre en el huerto para que lo labrara y cuidase. Supongo que esta tarea en un
mundo sin pecado y sin muerte sería muy distinta (técnicamente hablando). Lo que sí cambió es la
capacidad del hombre para enfrentar el trabajo ya que se cansaría y agotaría, con los años los músculos
13. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 13 de 23
serían menos capaces de mantener una tarea fuerte y cada vez más extenuante. Por otro lado, la maldición
también alcanzaría a la tierra que no sería tan pródiga para brindar sus apreciados frutos. El trabajo, que
existía antes de la caída, dignifica al hombre y la vida diligente es un escudo contra el mal, lo que no ocurre
igual con la vida de ocio (en extremo, se entiende).
Eso sí, como Dios lo había afirmado, comer del fruto prohibido nos iba a traer la muerte. El hombre
habría de recibir la recompensa del pecado. Gracias Dios porque este versículo además provee la solución
“la dádiva de Dios” que es la “vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.
Romanos 6: 23
6.3. Origen cósmico del mal
El mal había penetrado a nuestro mundo, pero este no había sido su origen. Quisiera empezar
mencionando algo que siempre me ha parecido muy importante. El mal como tal no tiene explicación en un
universo perfecto. Si intentamos explicar las razones o causas de la existencia del mal tendríamos que
aceptar que el mal surgió como consecuencia de una condición preexistente, lo que colocaría en Dios la
responsabilidad de su existencia. El mal es un intruso, sin explicación.
Para muchos el origen del pecado y el porqué de
su existencia es causa de gran perplejidad. Ven la obra
del mal con sus terribles resultados de dolor y desolación,
y se preguntan cómo puede existir todo eso bajo la
soberanía de Aquel cuya sabiduría, poder y amor son
infinitos. Es esto un misterio que no pueden explicarse. Y
su incertidumbre y sus dudas los dejan ciegos ante las
verdades plenamente reveladas en la Palabra de Dios y
esenciales para la salvación. Hay quienes en sus
investigaciones acerca de la existencia del pecado, tratan
de inquirir lo que Dios nunca reveló; de aquí que no
encuentren solución a sus dificultades; y los que son
dominados por una disposición a la duda y a la cavilación
lo aducen como disculpa para rechazar las palabras de
la Santa Escritura. Otros, sin embargo, no se pueden dar
cuenta satisfactoria del gran problema del mal, debido a
la circunstancia de que la tradición y las falsas
interpretaciones han obscurecido las enseñanzas de la
Biblia referentes al carácter de Dios, la naturaleza de su
gobierno y los principios de su actitud hacia el pecado.
Es imposible explicar el origen del pecado y dar
razón de su existencia. Sin embargo, se puede
comprender suficientemente lo que atañe al origen y a la
disposición final del pecado, para hacer enteramente
manifiesta la justicia y benevolencia de Dios en su modo de proceder contra todo mal. Nada se
enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada
responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que no hubo retención arbitraria de la
gracia de Dios, ni error alguno en el gobierno divino que dieran lugar a la rebelión. El pecado es un
intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo
equivaldría a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa en su favor o señalar la causa de
su existencia, dejaría de ser pecado. La única definición del pecado es la que da la Palabra de Dios:
“El pecado es transgresión de la ley;” es la manifestación exterior de un principio en pugna con la
gran ley de amor que es el fundamento del gobierno divino.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 546, 547
Podemos sí, identificar la aparición del mal en el universo, en la criatura más encumbrada de cuantas
Dios había creado. El más exaltado de los ángeles, el querubín cubridor, tendría el triste honor de ser aquél
en que el inexplicable mal se originara.
Como creatura este ángel poseía igual que todos sus semejantes el mismo libre albedrío que Dios
ha concedido a sus criaturas, como al hombre. Por lo tanto, este ser tenía la opción de elegir amar y
reverenciar a Dios, hacer su voluntad o negarse a todas estas cosas. Esto hace al universo perfecto, pues
cada ser tiene el derecho de aceptar o rechazar a su Hacedor.
El pecado nació en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios y el
más exaltado en honor y en gloria entre los habitantes del cielo. Antes de su caída, Lucifer era el
14. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 14 de 23
primero de los querubines que cubrían el propiciatorio santo y sin mácula.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 547
No había lugar en el cielo, un puesto más elevado entre los seres creados que el que ostentaba este
ángel majestuoso antes de su caída. Pero a este ángel no le pareció suficiente, deseó el lugar de Dios,
anheló no su carácter sino su posición y dominio. Deseo situarse por encima de Dios… ¡Cuantos no
entienden su exaltada posición como una oportunidad para servir y desean más bien la “gloria” de ser
servido!
Esta posición Lucero la poseyó por los eones casi sin fin… había vivido una larguísima existencia
en la que su relación con Dios fue perfecta, hasta que acunó la maldad en su corazón. Es terrible decirlo…
Yo encuentro tristeza en la voz de Dios cuando habla a través del profeta Isaías sobre la caída de Lucero.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que
debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas
de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las
alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Isaías 14: 12-14
El orgullo de su propia gloria le hizo desear la supremacía. Lucifer no apreció como don de
su Creador los altos honores que Dios le había conferido, y no sintió gratitud alguna. Se glorificaba
de su belleza y elevación, y aspiraba a ser igual a Dios. Era amado y reverenciado por la hueste
celestial. Los ángeles se deleitaban en ejecutar sus órdenes, y estaba revestido de sabiduría y gloria
sobre todos ellos. Sin embargo, el Hijo de Dios era el Soberano reconocido del cielo, y gozaba de la
misma autoridad y poder que el Padre. Cristo tomaba parte en todos los consejos de Dios, mientras
que a Lucifer no le era permitido entrar así en los designios divinos. Y este ángel poderoso se
preguntaba por qué había de tener Cristo la supremacía y recibir más honra que él mismo.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 549
Su deseo de exaltación personal le perdió. Era el más honrado por los ángeles pero no se dio cuenta
que debía todo eso a su Creador. Ocurre a muchos que no dan gloria al Dador de los dones y pretenden la
alabanza y gloria para ellos mismos. La descripción de esta maravilla de ser que Dios creó es fantástica.
Vea el verso siguiente.
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de
cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores
de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín
grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de
fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se
halló en ti maldad.
Ezequiel 28: 13-15
Perciba que la Biblia dice que era perfecto hasta que se halló en él maldad. Dios nos ha creado a
todos como seres libres, con libre albedrío, libres (perdone la redundancia) para elegir amarle o no. Libres
para decidir obedecerle y hacer el bien o no. Lucero tenía esta misma prerrogativa, pero decidió por el mal.
Al final de todo, la salvación depende de una decisión
personal y para nosotros seres caídos de una vida de
esfuerzo para luchar con el auxilio de Dios contra nuestras
malas inclinaciones con el poder del Espíritu Santo.
En su gran misericordia, Dios soportó por
largo tiempo a Lucifer. Este no fue expulsado
inmediatamente de su elevado puesto, cuando se
dejó arrastrar por primera vez por el espíritu de
descontento, ni tampoco cuando empezó a
presentar sus falsos asertos a los ángeles leales.
Fue retenido aún por mucho tiempo en el cielo.
Varias y repetidas veces se le ofreció el perdón con
tal de que se arrepintiese y se sometiese. Para
convencerle de su error se hicieron esfuerzos de que
sólo el amor y la sabiduría infinitos eran capaces.
Hasta entonces no se había conocido el espíritu de
descontento en el cielo. El mismo Lucifer no veía en
un principio hasta dónde le llevaría este espíritu; no
comprendía la verdadera naturaleza de sus
sentimientos. Pero cuando se demostró que su
descontento no tenía motivo, Lucifer se convenció
de que no tenía razón, que lo que Dios pedía era
15. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 15 de 23
justo, y que debía reconocerlo ante todo el cielo. De haberlo hecho así, se habría salvado a sí mismo
y a muchos ángeles. En ese entonces no había él negado aún toda obediencia a Dios. Aunque había
abandonado su puesto de querubín cubridor, habría sido no obstante restablecido en su oficio si,
reconociendo la sabiduría del Creador, hubiese estado dispuesto a volver a Dios y si se hubiese
contentado con ocupar el lugar que le correspondía en el plan de Dios. Pero el orgullo le impidió
someterse. Se empeñó en defender su proceder insistiendo en que no necesitaba arrepentirse, y se
entregó de lleno al gran conflicto con su Hacedor.
Desde entonces dedicó todo el poder de su gran inteligencia a la tarea de engañar, para
asegurarse la simpatía de los ángeles que habían estado bajo sus órdenes. Hasta el hecho de que
Cristo le había prevenido y aconsejado fue desnaturalizado para servir a sus pérfidos designios. A
los que estaban más estrechamente ligados a él por el amor y la confianza, Satanás les hizo creer
que había sido mal juzgado, que no se había respetado su posición y que se le quería coartar la
libertad. Después de haber así desnaturalizado las palabras de Cristo, pasó a prevaricar y a mentir
descaradamente, acusando al Hijo de Dios de querer humillarlo ante los habitantes del cielo. Además
trató de crear una situación falsa entre sí mismo y los ángeles aún leales. Todos aquellos a quienes
no pudo sobornar y atraer completamente a su lado, los acusó de indiferencia respecto a los
intereses de los seres celestiales. Acusó a los que permanecían fieles a Dios, de aquello mismo que
estaba haciendo.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 549-551
Este ángel una vez caído se convirtió en enemigo de Dios, en su adversario, y contaminó la buena
semilla que Dios había sembrado en todos los seres celestiales y luego en nuestro mundo. Jesús presentó
la parábola de la cizaña y el trigo para ejemplificar la obra del enemigo de nuestras almas.
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró
cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la
cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los
siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al
arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro
hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla
en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Mateo 13: 24-30
Quisiera que advierta que en los siguientes versículos se detalla el inicio de la caída de Lucero. Fue
echado del monte de Dios, de su posición de querubín cubridor (compare con los querubines del
propiciatorio que cubrían el arca del pacto, en medio de los cuales se manifestaba la presencia de Dios en
el santuario terrenal) y antes de la creación del hombre y la caída de nuestros primeros padres fue arrojado
del cielo, aunque tenía acceso a todos los lugares del universo. Volveré sobre esto después.
A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que
yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se
enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo
te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
Ezequiel 28: 16, 17
Aun cuando quedó resuelto que
Satanás no podría permanecer por más
tiempo en el cielo, la Sabiduría Infinita
no le destruyó. En vista de que sólo un
servicio de amor puede ser aceptable a
Dios, la sumisión de sus criaturas debe
proceder de una convicción de su
justicia y benevolencia. Los habitantes
del cielo y de los demás mundos, no
estando preparados para comprender
la naturaleza ni las consecuencias del
pecado, no podrían haber reconocido la
justicia y misericordia de Dios en la
destrucción de Satanás. De haber sido
éste aniquilado inmediatamente,
aquéllos habrían servido a Dios por
miedo más bien que por amor. La
influencia del seductor no habría
quedado destruida del todo, ni el
espíritu de rebelión habría sido extirpado por completo. Para bien del universo entero a través de las
16. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 16 de 23
edades sin fin, era preciso dejar que el mal llegase a su madurez, y que Satanás desarrollase más
completamente sus principios, a fin de que todos los seres creados reconociesen el verdadero
carácter de los cargos que arrojara él contra el gobierno divino y a fin de que quedaran para siempre
incontrovertibles la justicia y la misericordia de Dios, así como el carácter inmutable de su ley.
La rebeldía de Satanás, cual testimonio perpetuo de la naturaleza y de los resultados terribles
del pecado, debía servir de lección al universo en todo el curso de las edades futuras. La obra del
gobierno de Satanás, sus efectos sobre los hombres y los ángeles, harían patentes los resultados
del desprecio de la autoridad divina. Demostrarían que de la existencia del gobierno de Dios y de su
ley depende el bienestar de todas las criaturas que él ha formado. De este modo la historia del
terrible experimento de la rebeldía, sería para todos los seres santos una salvaguardia eterna
destinada a precaverlos contra todo engaño respecto a la índole de la transgresión, y a guardarlos
de cometer pecado y de sufrir el castigo consiguiente.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 552, 553
Aunque sea duro aceptarlo nuestro mundo es una mancha en un universo perfecto. El mal ha
infectado nuestro planeta, pero el antídoto, la solución perfecta ya ha sido preparado y pronto el mal será
extirpado para siempre y quedará un universo luminoso e impoluto. Es duro también aceptar que seamos
partícipes involuntarios en este conflicto de los siglos… pero me alegra saber que nuestra lucha permitirá
que el universo quede “vacunado” contra el mal para siempre.
6.4. El mal confinado
A pesar de haber sido expulsado, con los ángeles rebeldes del cielo, Satanás no estaba totalmente
prohibido de ir al cielo. Por eso aparece en el libro de Job (alrededor de 2.000 AC, contemporáneo de
Abraham) como presentándose ante Jehová junto con otros hijos de Dios. Satanás que era entonces el
príncipe (por usurpación) de este mundo, colocado bajo su dominio por la caída de nuestros primeros
padres, tenía aún acceso al cielo (como representante de la tierra) y a otros mundos.
Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino
también Satán. Y dijo Jehová á Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: De
rodear la tierra, y de andar por ella.
Job 1: 6, 7
Cuando Satanás tienta a Jesús, luego de sus 40 días de ayuno en el desierto, menciona que posee
potestad sobre nuestra raza caída y sobre este mundo. Este “derecho” que ejerce Satanás es por
usurpación, porque Dios es el dueño del universo, por creación y es además el legítimo soberano de nuestro
mundo por redención.
Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento de tiempo todos los reinos de
la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es
entregada, y a quien quiero la doy:
Lucas 4: 5, 6
Adán había sido rey de los seres
inferiores, y mientras permaneció fiel a Dios,
toda la naturaleza reconoció su gobierno, pero
cuando pecó, perdió su derecho al dominio. El
espíritu de rebelión, al cual él mismo había
dado entrada, se extendió a toda la creación
animal. De ese modo, no sólo la vida del
hombre, sino la naturaleza de las bestias, los
árboles del bosque, el pasto del campo, hasta
el aire que respiraba, hablaban de la triste
lección del conocimiento del mal. No sólo el
hombre, sino también la tierra habían caído
por el Pecado bajo el dominio del maligno…
Al ser creado, Adán recibió el señorío de la
tierra. Pero al ceder a la tentación, cayó bajo
el poder de Satanás. Y “el que es de alguno
vencido, es sujeto a la servidumbre del que lo
venció” (2 Pedro 2: 19). Cuando el hombre cayó bajo el cautiverio de Satanás, el dominio que antes
ejercía pasó a manos de su conquistador. De esa manera Satanás llegó a ser “el dios de este siglo”
(2 Corintios 4: 4). Él había usurpado el dominio que originalmente fue otorgado a Adán.
Ellen G. White, La maravillosa gracia, 41
Esta libertad (de presentarse en el cielo e ir a otros mundos) de la que gozaba el enemigo de Dios
estaba a punto (hablando en tiempos en escala divina, para nosotros y el universo fueron como 4.000 años)
17. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 17 de 23
de quedar restringida. Un acontecimiento esperado por el cielo estaba por ocurrir. El Hijo de Dios se
encarnaba en el niño de Belén y Satanás congregaba todas sus huestes para enfrentarle. Cuando habla de
este momento Juan indica que Satanás trajo a la tierra a todas sus huestes, un tercio de todos los ángeles,
los que se habían unido a su rebeldía contra Dios. Los concentró aquí para luchar la última y decisiva
batalla, cuya culminación sería la muerte del Inmaculado Hijo de Dios en el Calvario.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón
se paró delante de la mujer que estaba para parir, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese parido.
Apocalipsis 12: 4
Permítame extenderme aquí sobre un importante asunto que escapa un poco del tema que estamos
tocando. Estos 4.000 años que he mencionado fueron un conflicto continuo donde Satanás trató de destruir
a la simiente santa, aquellos que serán los antepasados de Jesús. Cuando Jesús se encarnó, Satanás trató
de matarlo cuando era niño, también antes de que llegara a la cruz, pero luego no quería que llegara a la
cruz, pues sabía que allí sería vencido. Alguna vez trataremos de esto…
El Comandante del cielo fue asaltado por el tentador... Desde la época en que era un
indefenso niño en Belén, cuando los instrumentos del infierno trataron de destruirlo en su infancia
por medio de los celos de Herodes, hasta la cruz del Calvario, fue continuamente asediado por el
maligno. Los concilios de Satanás habían decidido que éste venciera. Ningún ser humano llegado a
este mundo había escapado del poder del engañador. Todas las fuerzas de la confederación del mal
fueron lanzadas en su persecución. Satanás sabía que debía vencer o ser derrotado. El éxito o el
fracaso implicaban demasiado para que él abandonara la obra a alguno de los agentes del mal. El
príncipe del mal mismo debía dirigir personalmente la batalla…
La vida de Cristo fue una guerra perpetua contra los instrumentos satánicos. Satanás reunió
todas las fuerzas de la apostasía contra el Hijo de Dios. El conflicto aumentó en fiereza y malignidad
a medida que la presa se le escapaba de las manos una y otra vez.
Ellen G. White, La maravillosa gracia, 162
Más adelante Juan, en este mismo capítulo del
libro de Apocalipsis, señala que los cielos (el universo y la
morada de Dios) pueden alegrarse porque el enemigo ha
quedado confinado a la tierra.
Ya no puede ir a tentar a los ángeles o incomodar
a los seres caídos de otros mundos. Ha quedado
restringido por este acontecimiento a la tierra. Ahora
nuestro planeta es la capital de la rebelión y la prisión de
los rebeldes también. Satanás y sus ángeles están desde
ese momento solamente aquí en nuestro planeta. Pero
¿cuándo ocurrió esto? Lo veremos un poco más adelante.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis
en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!
porque el diablo ha descendido a vosotros,
teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco
tiempo.
Apocalipsis 12: 12
Los ángeles malos, con Satanás a la cabeza, han
quedado restringidos a este mundo, atrapados en él. No
pueden ya ir a otros mundos, ni pueden acceder al cielo
que perdieron al unirse a la rebelión. Judas dice que están
“en prisiones eternas hasta el juicio del gran día”, cuando
Dios deba pronunciar el juicio de destrucción final. Este
mundo constituye para estos ángeles condenados su
prisión eterna, hasta que este sistema de cosas acabe.
Quisiera que note el significado que se otorga a las palabras “prisiones eternas”, es una eternidad que dura
hasta el “juicio del gran día”; es decir: hasta que se acabe, hasta que ese día llegue.
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado
debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:
Judas 1: 6
Hasta cuando llegue el momento de la ejecución del juicio de Dios para estos ángeles, ellos estarán
confinados en este “infierno con cadenas de oscuridad” como llama Pedro a este mundo. Quisiera que
sepa, si no lo sabe ya, que la palabra aquí traducida como infierno (tártaros) se refiere al sepulcro de los
18. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 18 de 23
impíos. En ningún caso se refiere a un lugar de tormentos eternos que se constituya además en el reino de
Satanás y sus huestes demoníacas. Este último es un concepto que no tiene nada de sustento bíblico como
veremos.
Porque si Dios no perdonó a los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos
despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio;
2 Pedro 2: 4
Queda por explicar esta batalla celeste que culminó con la expulsión definitiva de Satanás y sus
ángeles y su confinamiento en la tierra. Leamos la narración que hace Juan de este tremendo conflicto. Le
anticipo que muchas veces se cita incorrectamente estos versículos como habiendo ocurrido en el pasado
remoto de la tierra. Eliminaremos este error en las siguientes líneas.
Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y
lidiaba el dragón y sus ángeles. Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo. Y fue
lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña
a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Apocalipsis 12: 7-9
Miguel, que es Cristo, el príncipe de los ejércitos angélicos se enfrenta al “gran dragón” al que se
identifica como “la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás”. Si se le llama la “serpiente antigua”
es porque el evento ocurre luego de la caída de nuestros primeros padres en el Edén. No es, como algunos
suponen, que esta batalla se libró antes.
Algunos han llegado a pensar que como Dios
expulsó a Satanás y sus ángeles a la tierra esto provocó
la caída de Adán y Eva. No hay forma de sostener esta
afirmación cuando uno lee analizando bien estos versos
claves. Además el verso siguiente nos dice que este
Satanás, que significa adversario, es el “acusador de
nuestros hermanos” que “ha sido arrojado, el cual los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche” lo que
implica también que este evento ocurrió luego del
episodio del Edén. Pero dado que Satanás podía
presentarse en el cielo en tiempos de Job (recuerde que
es alrededor del 2.000 AC), como ya lo hemos
señalado, evidentemente esta batalla debe haberse
dado después de esta fecha.
Pero también, si Satanás congregó a sus
ángeles en la tierra cuando Cristo iba a nacer, es
evidente que estos estaban en otro lugar antes y por lo
tanto no estaban confinados aún a la tierra.
Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora
ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro
Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de
nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche.
Apocalipsis 12: 10
Pero el siguiente versículo termina por aclarar
cuándo debió ocurrir esto. Se dice que estos acusados
le han vencido (a Satanás) “por la sangre del Cordero” cosa que no era posible sino después de la muerte
de Jesús en la cruz.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han
amado sus vidas hasta la muerte.
Apocalipsis 12: 11
Por lo tanto, esta batalla debió realizarse luego de la muerte de Jesús en la cruz, luego de su
resurrección, donde habiendo culminado el conflicto Jesús echó definitivamente a Satanás y lo confinó,
junto con sus ángeles, en este, el único punto oscuro del universo, el centro de la rebelión: la tierra.
Juan presenta ahora brevemente la historia del gran conflicto que hubo en el cielo entre
Satanás y Cristo, desde su origen hasta el momento en que Cristo triunfó en la cruz (Apocalipsis
12: 7-9 cf. Colosenses 2: 14, 15), cuando Satanás fue arrojado definitivamente del cielo a la tierra
(Apocalipsis 12: 10-12), y el desarrollo de ese conflicto en la tierra hasta el tiempo del fin
19. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 19 de 23
(Apocalipsis 12: 13-16…). Esta breve reseña queda como trasfondo de la extensa descripción del
desarrollo del conflicto durante el tiempo del fin, por medio del cual esa lucha finalmente termina con
éxito (Apocalipsis 12: 17- 20: 15).
Comentario Bíblico Adventista, Tomo VII, Apocalipsis 12: 7
Encontré una cita interesante de un amplio artículo de uno de mis escritores favoritos. Me parece
interesante su razonamiento en cuanto a cómo se libra una batalla entre los seres celestiales, pero por
encima de esto me agrada la lógica sobre por qué era necesario que el mal persistiera, hasta que pueda
probarse como inconveniente para el universo. Se la comparto.
¿Cómo pelearon en esa etapa
inicial en el cielo los ángeles, y qué armas
utilizaron? Se nos dice que Satanás y sus
huestes angelicales fueron expulsados del
cielo (Apocalipsis 12: 8). ¿Cómo los
expulsaron? ¿Fue una pelea cuerpo a
cuerpo? ¿Usaron poderes magnéticos?
¿Fue una guerra de galaxias? No lo
sabemos. Lo que sí sabemos es que la
batalla comenzó al nivel de la mente.
Lucifer inexplicablemente ambicionó el
trono de Dios, y buscó apoyo en los
ángeles procurando influir en sus
pensamientos. “La influencia de la mente
sobre la mente, un poder tan fuerte para lo
bueno cuando está santificada, es
igualmente fuerte para el mal en las manos
de los que se oponen a Dios. Este poder
Satanás lo usó en su obra de inculcar el mal en la mente de los ángeles” (Mente, Carácter y
Personalidad, Tomo I, 23).
Pero, ¿cómo faculta Dios a sus ángeles para poner en retirada las huestes invisibles de
maldad, de tal manera que éstas les obedezcan aún de mala gana? Sabemos que eso ocurre, pero
no se nos han rebelado los detalles acerca del cómo. También sabemos que ni el diablo ni sus
ángeles murieron en la guerra inicial del cielo. No hubo bajas como las que se dan en las guerras
humanas. Tanto los ángeles del bien como los del mal continuaron existiendo, y existen hasta hoy.
“Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal
llegase a su madurez” (El Conflicto de los Siglos, 553; véase Salmos 92: 7). “Era el propósito de
Dios colocar las cosas sobre una eterna base de seguridad, y en los concilios del cielo fue decidido
que se le debía dar a Satanás tiempo para que desarrollara los principios que constituían el
fundamento de su sistema de gobierno” (El Deseado de todas las Gentes, 707). Entonces se
volverá “objeto de execración universal” (El Conflicto de los Siglos, 728), y la necesidad de su
extinción será plenamente comprendida. “Su propia obra debía condenarle” (El Conflicto de los
Siglos, 552).
Alberto R. Treiyer, Perspectiva Bíblica de la Guerra, 2
Me agrada también mucho este comentario sobre la diferente situación de los ángeles y los hombres
en la caída, así como la diferencia entre rebelarse y ser engañado. Pero gracias doy a Dios porque Él estuvo
dispuesto a salvarnos.
“Pero aunque pecador, el hombre estaba en una situación diferente de la de Satanás. Lucifer
había pecado en el cielo en la luz de la gloria de Dios. A él como a ningún otro ser creado había sido
dada una revelación del amor de Dios. Comprendiendo el carácter de Dios y conociendo su bondad,
Satanás decidió seguir su propia voluntad egoísta e independiente. Su elección fue final. No había
ya nada que Dios pudiese hacer para salvarle. Pero el hombre fue engañado; su mente fue
entenebrecida por el sofisma de Satanás. No conocía la altura y la profundidad del amor de Dios.
Para él había esperanza en el conocimiento del amor de Dios. Contemplando su carácter, podía ser
atraído de vuelta a Dios” (El Deseado de todas las Gentes, 710).
Lo que Satanás no sabía, ni podía imaginarse, era hasta qué punto podía llegar la grandeza
del amor de Dios y su sabiduría combinadas, al idear un plan de redención tal que no atentase contra
su carácter justo, y que le permitiese al mismo tiempo revelar su amor a un grado que jamás hubiera
podido ningún ser creado sospechar. “El problema de cómo Dios podía ser justo y aún justificar a
los pecadores, desconcertaba a toda inteligencia infinita”. “El poder de un ángel no podía hacer
expiación por nuestros pecados. La naturaleza angélica unida a la humana no podía ser tan costosa
y elevada como la ley de Dios. Únicamente el Hijo de Dios podía presentar un sacrificio aceptable.
Dios mismo se hizo hombre, y soportó toda la ira que el pecado había provocado”. “Sólo una persona
20. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 20 de 23
divina podía mediar entre Dios y el hombre”. (Youth Instructor, Agosto 31, 1987, 8). “Únicamente
mediante los méritos de Aquel que era igual con Dios podía restaurarse la raza caída”. (The
Messenger, Abril 26, 1893, 5).
Tengamos en cuenta que “la perfección angélica fracasó en el cielo. La perfección humana
fracasó en el Edén, el paraíso de felicidad”. En un contexto tal no es difícil ver que “todo aquel que
desee seguridad ya sea en la tierra como en el cielo, debe mirar al Cordero de Dios” (The Signs of
the Times, Diciembre 30, 1889, 4, véase Colosenses 1: 20). Cuando se anunció la redención de
la humanidad, “los ángeles se postraron a los pies de su Comandante y se ofrecieron para llegar a
ser un sacrificio por el hombre” (Patriarcas y Profetas, 64). Aún “Adán y Eva” “rogaron que se les
permitiera morir o que sus descendientes experimentaran el castigo de su transgresión, antes que
el amado Hijo de Dios hiciera un sacrificio tan grande” (La Verdad acerca de los Angeles, 64). Pero
se les informó que “la vida de un ángel no podía pagar la deuda; sólo Aquel que creó al hombre tenía
poder para redimirlo” (Patriarcas y Profetas, 64). “Ningún hombre o ángel del cielo podría haber
pagado la penalidad del pecado. Jesús era el único que podía salvar la rebelión del hombre. En él,
la divinidad y la humanidad se combinaron, y esto fue lo que dio eficiencia a la ofrenda de la cruz del
Calvario” (Mensajes Selectos Tomo I, 322).
Alberto R. Treiyer, Perspectiva Bíblica de la Guerra, 4
Me conmueve en esta cita saber que nuestros primeros padres preferían la muerte (y la consecuente
desaparición de nuestra raza) a que el Hijo de Dios tuviera que sufrir la penalidad en lugar de ellos. Me
alegra saber que sus sentidos no habían sido todavía embotados por el pecado de modo que no percibieran
la majestad del sacrificio ofrecido por la Majestad del cielo, como sí lamentablemente ocurre hoy.
Luego de la batalla, Satanás sabe que es un enemigo vencido, pero no se ha dado como tal. Desea
la ruina de todos los hombres y busca por todos los medios de confundirnos y arrastrarnos a la perdición.
Por otro lado, las imágenes que lo presentan como una bestia peluda, astada, con alas de murciélago y
pezuñas de cabra han ayudado a quienes niegan la existencia del mal o la existencia del enemigo, a quien
consideran solamente una personificación del mal.
Satanás, por el contrario, es aún un ángel hermoso, aunque haya perdido parte de esta belleza
durante estos milenios de rebelión. Aún puede aparecerse como un angélico ser luminoso y lo intentará.
Asimismo sus ministros, parecerán ser ministros de Cristo, pero servirán a su amo y señor, el príncipe de
las tinieblas.
Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de
Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz. Así que, no es
mucho si también sus ministros se transfiguran como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a
sus obras.
2 Corintios 11: 13-15
Satanás se regocija cuando se lo considera como un
mito. Cuando es objeto de burlas y representado por alguna
ilustración infantil, o como algún animal, ello le conviene
perfectamente. Como se le cree tan inferior, las mentes
humanas están completamente desprevenidas ante sus
planes sabiamente trazados, y él tiene casi siempre éxito. Si
su poder y sutileza fuesen comprendidos, muchos estarían
preparados para resistirle victoriosamente.
Todos debieran entender que Satanás fue una vez un
ángel muy exaltado. Su rebelión hizo que fuera echado del
cielo, pero no destruyó sus facultades ni hizo de él una bestia.
Desde su caída volvió su poderosa fuerza contra el gobierno
del cielo. Se ha estado volviendo más astuto, y ha aprendido
de qué manera puede triunfar más completamente al
presentar sus tentaciones a los hijos de los hombres.
Ellen G. White,
Joyas de los Testimonios, Tomo I, 118
6.5. La solución final
Al ver cómo campea el mal en nuestro mundo, a veces desesperamos y clamamos a Dios, pidiendo
que este sistema de cosas termine. Dios lo ha señalado así, aunque debemos ser pacientes hasta que esto
ocurra. Hablando a Lucero le dice lo siguiente:
Pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos
pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. No
21. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 21 de 23
serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será
nombrada para siempre la descendencia de los malignos.
Isaías 14: 19, 20
Satanás, el poderoso ángel rebelde, tendrá su fin fuera de una sepultura digna, porque él destruyó
la tierra y a su pueblo (sus seguidores). Me alegra saber que el mal tendrá fin y que no “será nombrada
para siempre la descendencia de los malignos”. Porque no es que Dios destruya a los malos; al alejarse
del Dios de la Vida se colocaron a merced de la muerte. Son sus propias acciones las que les acarrearán
la muerte. Jesús dijo que nos negamos a ir a Él para que tengamos vida…
Dios ejemplifica esto al decirle a Satanás que sacará “fuego de en medio de ti” el cuál le consumirá.
La muerte es una consecuencia de la vida del pecador, el fuego destructor es auto infligido al no haberse
decidido por la vida.
Por otro lado, no es que Satanás será el príncipe de un infierno de fuego (un reino del dolor, de la
rebelión, del sufrimiento, de la desesperación… mil veces no) que exista para siempre, la Biblia le dice al
enemigo que “para siempre dejarás de ser”. Dejar de ser, no ser, la inexistencia. Esto es, por consideración
a los seres caídos, por misericordia de Dios, dejarán de ser para siempre.
Con la multitud de tus
maldades y con la iniquidad de tus
contrataciones profanaste tu
santuario; yo, pues, saqué fuego de
en medio de ti, el cual te consumió, y
te puse en ceniza sobre la tierra a los
ojos de todos los que te miran. Todos
los que te conocieron de entre los
pueblos se maravillarán sobre ti;
espanto serás, y para siempre
dejarás de ser.
Ezequiel 28: 18, 19
El día que Dios desarraigue el mal no
lo hará concentrándolo en un infierno eterno,
sino que el mal será totalmente eliminado
del universo. Los redimidos podrán
comprobar esto cuando puedan ver el
terrible fin de la rebelión. Dios no puede
perpetuar el mal. Debe darle fin.
Porque he aquí, viene el día
ardiente como un horno, y todos los
soberbios y todos los que hacen
maldad serán estopa; aquel día que
vendrá los abrasará, ha dicho Jehová
de los ejércitos, y no les dejará ni raíz
ni rama. Mas a vosotros los que
teméis mi nombre, nacerá el Sol de
justicia, y en sus alas traerá
salvación; y saldréis, y saltaréis
como becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de
vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Malaquías 4: 1-3
Cuando era niño (estudiaba en un colegio católico) me asustaba el concepto de un infierno eterno;
me parecía terrible servir a un Dios que condenaría a sus criaturas a un tormento eterno como consecuencia
de unos pocos años vividos en pecado. Nos mostraban en aquel entonces las famosas filminas (algo así
como el pleistoceno de las presentaciones en PowerPoint) donde aparecían terribles escenas del supuesto
infierno y los demonios torturando a los infelices que podríamos llegar allí.
Me parecía espantoso entonces pensar (claro, que hoy también me parecería lo mismo, si no
conociera la verdad) que Dios pudiera deleitarse (o al menos mantenerse tranquilo) con el sufrimiento eterno
de sus criaturas. Además estas pobres criaturas estarían permanentemente en su desesperación
aumentando su carga de pecado con sus maldiciones y blasfemias. Por otro lado, el mal sería perennizado
aumentando a niveles infinitamente mayores conforme el tiempo infinito transcurriera.
La permanencia del mal por la eternidad me parece absolutamente contraria al propósito natural de
Dios que es la felicidad de sus criaturas. Encuentro mucho más entendible que Dios le quite la vida a los
22. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 22 de 23
que no la desean, a quienes se oponen a su gobierno de amor. Que el mal desaparezca y retornemos a un
universo perfecto cual era la voluntad del Hacedor. También me sosiega el saber que el mal nunca volverá
a levantar su deforme cabeza en este universo perfecto que Dios restaurará.
¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus
enemigos.
Nahúm 1: 9
6.6. Conclusiones
Me gustaría ordenar la progresión del mal desde su origen para que queden un poco más claros los
conceptos que hemos estado presentando. A la par de poner en orden los acontecimientos desde la
aparición del mal hasta su extinción definitiva aprovecharemos para aclarar algunos aspectos más con la
ayuda del Espíritu de Profecía.
Satanás inicia su rebelión al no ser consultado en la creación del hombre, pero retiene su
condición de querubín cubridor aunque abandona su puesto.
Especialmente iba su Hijo a obrar conjuntamente con él en la proyectada creación de la tierra
y de todos los seres vivientes que habían de poblarla. Su Hijo ejecutaría su voluntad y sus designios,
pero no haría nada por sí mismo. La voluntad del Padre se cumpliría en el Hijo.
Lucifer sentía envidia y celos de
Jesucristo. Sin embargo, cuando todos los
ángeles se inclinaban ante Jesús
reconociendo su supremacía, autoridad
superior y gobierno justiciero, también se
inclinaba Lucifer con ellos; pero su corazón
estaba lleno de envidia y odio. Dios había
llamado a Cristo para que tomara parte en
sus consejos respecto a sus planes,
mientras que Lucifer nada sabía de ellos. No
comprendía ni le era permitido enterarse de
los propósitos de Dios. Pero a Cristo se le
reconocía por soberano del cielo, con poder
y autoridad iguales a las del mismo Dios.
Lucifer se figuraba gozar de predilección
entre todos los ángeles. Había sido
sumamente exaltado; pero esto no despertó
en él sentimiento de gratitud y alabanza a su
Creador. Tenía una misión especial que cumplir. Había estado cerca del Creador, y sobre él habían
resplandecido de un modo especial los incesantes rayos de la gloriosa luz que rodeaba al Dios
eterno. Recordaba que los ángeles habían obedecido sus mandatos con gozo. ¿No eran sus
vestiduras hermosas y refulgentes? ¿Por qué debía honrarse a Cristo más que a él?
Ellen G. White, Testimonios Selectos, Tomo II, 14, 15
Satanás extiende su rebelión a los ángeles y es retirado de su posición como querubín cubridor.
Dios podría haber destruido a Satanás y a los que simpatizaban con él tan fácilmente como
nosotros podemos arrojar una piedrecita al suelo; pero no lo hizo. La rebelión no se había de vencer
por la fuerza. Sólo el gobierno satánico recurre al poder compulsorio. Los principios del Señor no
son de este orden. Su autoridad descansa en la bondad, la misericordia y el amor; y la presentación
de estos principios es el medio que quiere emplear. El gobierno de Dios es moral, y la verdad y el
amor han de ser la fuerza que lo haga prevalecer.
Era el propósito de Dios colocar las cosas sobre una eterna base de seguridad, y en los
concilios del cielo fue decidido que se le debía dar a Satanás tiempo para que desarrollara los
principios que constituían el fundamento de su sistema de gobierno. Él había aseverado que eran
superiores a los principios de Dios. Se dio tiempo al desarrollo de los principios de Satanás, a fin de
que pudiesen ser vistos por el universo celestial.
Satanás indujo a los hombres a pecar, y el plan de la redención fue puesto en práctica.
Durante cuatro mil años Cristo estuvo obrando para elevar al hombre, y Satanás para arruinarlo y
degradarlo. Y el universo celestial lo contempló todo.
Ellen G. White, El Deseado de todas las Gentes, 706, 707
Satanás es expulsado del cielo con sus ángeles, ya no pueden ocupar sus antiguas
obligaciones allí, pero mantienen acceso a los mundos creados, entre ellos la tierra.
23. El origen del pecado Federico Salvador Wadsworth Página 23 de 23
Nuestros primeros padres se unen, sin pretenderlo es cierto, a la rebelión.
Satanás es por usurpación el príncipe de este mundo. Ha vencido al hombre y le ha
arrebatado sus derechos sobre este mundo. Se presenta en tiempos de Job
(aproximadamente 2.000 AC) delante de Jehová en el cielo.
Satanás atrae a todos sus ángeles a la tierra para enfrentar a Cristo cuando el Dios el Hijo
se encarna (unos 4.000 años después de la caída de nuestros primeros padres).
Cristo muere en la cruz y luego de su resurrección asciende triunfante a los cielos.
Cristo y sus ángeles expulsan a Satanás y los suyos de los cielos y estos quedan confinados
a la tierra hasta el juicio ejecutivo.
Cuando este juicio se ejecuta, luego del milenio, Satanás y sus ángeles son destruidos, junto
con todos los impíos y la naturaleza inmaculada del universo es restaurada.
Hay algunos detalles que se irán añadiendo conforme tratemos otros temas. Presentarlos en estos
momentos podría resultar algo confuso.
Dios le bendiga.