El documento clasifica los materiales en tres categorías según su capacidad de conducir electricidad: conductores, aislantes y semiconductores. Los conductores como el cobre y la plata permiten el paso de corriente eléctrica, mientras que los aislantes como el aire y la porcelana ofrecen alta resistencia. Los semiconductores como el silicio tienen propiedades intermedias y pueden conducir corriente en una dirección pero no en la opuesta, lo que los hace útiles para aplicaciones electrónicas.