1. Queridos familiares, parientes y amigos. En esta ocasión, tengo el más grande honor, la enorme satisfacción y el
inmenso placer, de participar a todos ustedes, que el día de hoy, 16 de agosto de 2013, estoy cumpliendo “Treinta
Años de Servicio Ininterrumpidos”. Durante once años, me desempeñe en el área operativa de la Medicina y el
resto, diecinueve años en el área administrativa médica. Me comprometí con toda lealtad, prestando mis servicios
como Médico General, empeñando todas mis fuerzas, mi inteligencia y mis conocimientos para poder servir a mis
semejantes. Todos los días, estuve ahí, en el tiempo y en el momento, prestando mis servicios para "Cuidar la salud
de la comunidad. Atender y curar a los enfermos. Cambiar la faz del sufrimiento humano. Tratando siempre de
proporcionar bienestar y consuelo". Ante todo, “evitando daños colaterales a la salud”. El que escribe, se siente muy
satisfecho y a la vez orgulloso por el deber cumplido durante su ejercicio profesional. A lo largo y ancho de mi
carrera, he obtenido grandes satisfacciones. No niego que también decepciones y frustraciones. He compartido y
comprendido nuestras limitantes médicas. ¡Treinta años, se dicen fáciles, desde 1983 hasta 2013! Todos los días,
cada día, en mi centro de trabajo. Ninguna Falta en mi expediente laboral. No ha sido fácil para mí, teniendo que
vivir con las deficiencias de mi enfermedad, mi lenguaje pausado, realizando las exploraciones físicas con una sola
mano. Pero a pesar de los múltiples obstáculos, dificultades y contratiempos, logre la meta: “Treinta Años de
servicio Ininterrumpidos”. Por todo lo anterior y más, doy un sinfín de gracias al “Altísimo Señor” por todas las
gracias y los beneficios recibidos durante toda mi vida. A la Noble, Solidaria y Altruista Institución a la que con
orgullo sirvo, la cual me acogió durante toda mi vida laboral y profesional. ¡Agradezco infinitamente con el corazón
en la mano, a mi amado padre, por su herencia de inteligencia, fortaleza emocional, a la seguridad que me infundió,
por haberme forjado un espíritu de lucha, tenacidad, entereza y responsabilidad! A mi venerable madrecita por todo
su amor, cuidados y apoyo incondicional siempre que lo necesité. A mí querida hermana Amalia por el sostén y
cariños cuando los precisé. Y a mí amadísima esposa Lupita, por su inmenso y desinteresado amor, conserjería en
todos los niveles, por compartir diecisiete años de mi vida, con algunas vicisitudes, pérdidas, logros, satisfacciones y
¡Múltiples alegrías! Infinitas gracias a todos mis familiares, parientes y amigos por creer en mí, por sus afectos y
atenciones “Gracias por tantas Bendiciones y Satisfacciones”. Real y sincero, muy respetuosamente, participo a
ustedes. Gustavo Adolfo Viniegra Mancilla.
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