Bartimeo era un ciego que se sentaba junto al camino. Cuando escuchó que Jesús pasaba, gritó pidiendo misericordia. Jesús le preguntó qué podía hacer por él, y Bartimeo respondió que quería recuperar la vista. Jesús lo sanó, y Bartimeo alabó a Dios por haber recuperado la vista gracias a la compasión y el poder de Jesús.