Un hombre pidiendo aventón en medio de una tormenta subió a un auto fantasma en la carretera. Dentro del auto, se dio cuenta que no había nadie manejando, pero una mano misteriosa guiaba el volante para evitar accidentes. Después de bajarse aterrorizado, contó su historia en una cantina, donde otros hombres llegaron molestos reconociendo que él se había subido a su auto que estaban empujando.