2. PROGRAMA PIONEER
El programa Pioneer, son un conjunto de misiones no tripuladas, que
comenzaron en el año 1958, es decir antes de la existencia de la NASA y
que fueron enviadas por la fuerza aérea y el ejército de los Estados Unidos.
Inicialmente fueron un total de once misiones, pero posteriormente se
posteriormente se lanzaron mas, las más exitosas fueron la 10 y la 11,
la 11, éstas exploraron los planetas del sistema solar exterior, además las
además las Pioneer Venus se encargaron de explorar el planeta Venus.
Venus.
Las primeras misiones pretendían conseguir la velocidad de escape
escape terrestre, que es la velocidad que necesita alcanzar un proyectil
proyectil para vencer la fuerza de gravedad de la Tierra y poder
abandonarla. Se calcula que la velocidad que se necesita alcanzar es de
es de 40320 km/h, lo que implica una enorme cantidad de energía. Cada
energía. Cada planeta o satélite tiene una velocidad de escape diferente
diferente dependiendo de su gravedad.
3. PRIMERAS MISIONES
Las primeras misiones se desarrollaron entre los años 1958 y
1960 y fueron:
Pioneer 0, Pioneer 1, Pioneer 2 y Pioneer 3, fueron
orbitadores lunares que no consiguieron llegar a la Luna y
todos fueron destruidos por problemas en el lanzamiento.
Pioneer 4, consiguió la velocidad de escape terrestre y
sobrevolar la Luna en marzo de 1959.
Pioneer P-1 y Pioneer P-3 ambas se perdieron en el
lanzamiento.
Pioneer 5, fue una sonda interplanetaria que se encargó
de cartografiar el campo magnético entre Venus y la
Tierra.
Pioneer P-30, pretendía situar una sonda en la órbita de la
Luna pero fue destruida durante el lanzamiento.
Pioneer P-31, tenía la misma misión que la Pioneer P-30 y
también fracasó.
4. MISIONES POSTERIORES
Posteriormente, el programa Pioneer fue retomado por
la NASA y se lanzaron una serie de misiones entre los
años 1965 y 1978:
Las Pioneer 6, 7, 8, 9 y E tenían la misión de realizar el
primer estudio detallado del viento solar, el campo
magnético interplanetario y los rayos cósmicos para
proporcionar datos acerca de las tormentas solares
Las Pioneer 10 y 11, fueron las más exitosas, se
dirigieron al sistema solar exterior, atravesaron por
primera vez el cinturón de asteroides y se dirigieron
hacia Júpiter, Neptuno y Plutón, tomaron numerosas
imágenes y datos acerca de éstos objetos.
Pioneer Venus, fueron dos sondas que se lanzaron por
separado, la Pioneer 12 estudió el planeta Venus desde
su órbita durante diez años. La Pioneer 13 lanzó cuatro
pequeñas sondas a través de la atmósfera de Venus
para realizar pruebas atmosféricas.
5. FIN DE LA MISIÓN – PIONEER 10
Después de 1997, la débil señal de la Pioneer 10
continuó siendo rastreada por la Red del Espacio
Profundo, como parte de un nuevo concepto en el
estudio de la tecnología de comunicaciones.
La última débil señal del Pioneer 10 fue recibida el 23
de enero de 2003, cuando estaba a doce mil millones
de kilómetros de la Tierra. El intento por contactarla
el 7 de febrero de 2003 no tuvo éxito. Un último
intento fue realizado la mañana del 4 de marzo de
2006, la última vez que la antena estaría
correctamente alineada con la Tierra, sin embargo, no
se recibió respuesta alguna del Pioneer 10. En la
actualidad la nave se dirige hacia la estrella
Aldebarán, en la constelación de Tauro, a donde
llegará dentro de 1 690 000 años.
6. PROGRAMA VOYAGER
En las últimas siete décadas, los humanos han explorado
gran parte del Sistema Solar. Hemos colocado sondas en la
superficie de Venus, hemos buscado vida en Marte, hemos
examinado las fascinantes lunas de Júpiter y Saturno y
mucho más. Pero, entre la gran multitud de naves espaciales
que han dejado su huella en el Sistema Solar, solo dos han
logrado salir de él por completo: las naves espaciales Voyager
1 y Voyager 2 de la NASA. Estos dos proyectos pioneros han
sido únicos y hoy continúan sus misiones como nuestros
emisarios más allá de la galaxia. Pero ¿dónde empezó todo y
qué hicieron?
7. PROGRAMA VOYAGER
La historia arranca en la década de 1960, cuando los científicos
se dieron cuenta por primera vez de que una alineación poco
común de los planetas permitiría una misión espacial única: el
Gran Tour. La alineación de los planetas exteriores Júpiter,
Saturno, Urano y Neptuno, a fines de la década de 1970, que
ocurría solo una vez cada 175 años, significaba que era posible
que una nave espacial pasara por encima de todos ellos sin
cambios importantes para su trayectoria, lo que permitía
explorar los cuatro planetas por el precio de un lanzamiento. Al
darse cuenta, los científicos de la NASA comenzaron a diseñar
con entusiasmo una misión que podría aprovechar esta
oportunidad al máximo.
Inicialmente, como parte del programa Mariner de la NASA, que
exploró los planetas Mercurio, Venus y Marte, este programa
progresó bajo su propio nombre: Voyager. La idea era enviar
cuatro naves espaciales, con sobrevuelos no solo de los cuatro
planetas exteriores, sino también de Plutón, que en ese momento
todavía era técnicamente un planeta (hoy está clasificado como
planeta enano). Sin embargo, un coste enorme de mil millones de
dólares llevó a reducir el programa a dos naves espaciales: las
Voyager 1 y Voyager 2.
8. COMIENZO DEL VIAJE
A pesar del nombre, la Voyager 2 fue la primera de las dos naves en
ser lanzada. El 20 de agosto de 1977, despegó sobre un cohete Titán-
Centauro, lo que dio comienzo a su largo viaje al espacio profundo. La
Voyager 1 la siguió unas dos semanas más tarde, el 5 de septiembre,
en la misma clase de cohete, pero esta vez lanzándose en una
trayectoria mucho más rápida. La 1 fue diseñada para llegar a Júpiter
y Saturno rápidamente, al primero en 1979 y al segundo en 1980,
mientras que la Voyager 2 estaba en una trayectoria más lenta que la
llevaría hasta Saturno en 1981. Sin embargo, este camino más lento
dejaba abierta la opción de que si la nave espacial permanecía en
funcionamiento, podría intentar el Gran Tour y dirigirse hacia Urano
y Neptuno.
El fin de la Voyager 1 era volar más allá de Júpiter y Saturno.
Emocionados por estas misiones, los científicos estaban listos para
obtener más datos, y la Voyager 1 se preparó a lo grande. La
ambiciosa y emocionante misión también incluiría sobrevolar la
tentadora luna de Saturno, Titán, de la que hoy sabemos que es el
único lugar, aparte de la Tierra, que tiene cuerpos líquidos en su
superficie. Muchos estaban encantados con la perspectiva de explorar
estos mundos con esta avanzada nave espacial.
9. DESCUBRIMIENTOS
VOYAGER 1
En 1978, la Voyager 1 comenzó su aproximación a Júpiter, y fue
tomando imágenes regulares a medida que se acercaba cada vez más.
Finalmente ingresó en el llamado sistema joviano en febrero de 1979.
Así descubrió un anillo delgado previamente conocido que rodeaba el
planeta. Finalmente, hizo su aproximación más cercana a Júpiter en
marzo, al situarse a solo 280 000 kilómetros del planeta, antes de
volar más allá de muchas de sus emocionantes lunas, incluido el
mundo volcánico de Ío, la helada Europa y la descomunal Ganímedes.
Los estudios de la nave espacial sobre Ío fueron particularmente
interesantes, pues reveló que esta luna era el mundo más
volcánicamente activo del Sistema Solar, incluso más que la Tierra.
En noviembre de 1979 había llegado a Saturno, donde también
cosecharía muchos descubrimientos fascinantes. Encontró cinco lunas
nuevas en el sistema y observó nuevas propiedades del fabuloso
sistema de anillos de Saturno. De particular interés fue Titán, que la
Voyager 1 descubrió que tenía una atmósfera espesa hecha de
nitrógeno como la Tierra, lo que hizo que la luna fuera de gran interés
para los científicos.
10. DESCUBRIMIENTOS
VOYAGER 1
Después de su encuentro con el sistema de Saturno, la trayectoria de
la Voyager 1 fue deliberadamente curvada por la atracción
gravitacional, lo que la arrogó fuera del sistema en una trayectoria
ascendente en relación con el resto de los planetas del Sistema Solar.
Esto le permitió comenzar un camino rápido hacia el espacio
interestelar, a una velocidad de unos 523 millones de kilómetros al
año. Mientras estaba en camino, se volvió, en 1990, para tomar una
famosa foto de la Tierra desde una distancia de seis mil millones de
kilómetros, llamada el punto azul pálido, que muestra nuestro planeta
como una diminuta luz en la grandeza del espacio, un fantástico
retrato de nuestro lugar en el universo. En última instancia, la
Voyager 1 llegaría al espacio interestelar en 2012, cuando se consideró
que había abandonado la zona de influencia de nuestro sol conocida
como heliosfera.
11. VOYAGER 2
La misión de la Voyager 2, mientras tanto, continuaba. Su
exploración de Júpiter, combinada con datos de la Voyager 1,
permitió a los científicos trazar un mapa de la superficie de sus
lunas Ganímedes y Calisto, mientras que también proporcionó
información vital sobre una enorme tormenta que había estado
asolando Júpiter durante cuatrocientos años, conocida como la
Gran Mancha Roja. Más tarde, llegaría a Saturno: obtuvo nuevas
imágenes y medidas fascinantes sobre este y sus lunas. Pero su
hazaña más impresionante estaba por llegar.
Dada la buena salud de la nave espacial, la NASA decidió
extender la misión e intentar llegar a los gigantes de hielo Urano
y Neptuno, los dos planetas más externos de nuestro sistema
solar. Ninguno de los dos había sido visitado antes por una nave
espacial, lo que hizo que la misión de la Voyager 2 fuera
absolutamente emocionante. Después de pasar Saturno, comenzó
el viaje a Urano, que llevaría cuatro años y medio. Empezó a
acercarse al planeta en noviembre de 1985, y finalmente se situó
a solo 81 500 kilómetros el 24 de enero de 1986.
12. VOYAGER 2
El evento fue más allá de lo que los científicos podrían haber
esperado. La Voyager 2 no solo envió las primeras imágenes y
mediciones de Urano en primer plano, revelando vientos rápidos
en su atmósfera y un océano de agua hirviendo debajo de sus
nubes, sino que también encontró diez lunas y dos anillos nuevos
en el sistema. Proporcionó impresionantes imágenes de estos
satélites, y envió fascinantes retratos de estos mundos
alienígenas que nunca antes habían sido vistos por el ojo
humano.
Después de eso, fue hacia Neptuno, a donde llegó el 25 de agosto
de 1989. Una vez más, este planeta nunca antes había sido visto
de cerca por los terrícolas. La Voyager 2 no solo descubrió nuevas
lunas y nuevos anillos, seis y cuatro, respectivamente, sino que
también descubrió que el planeta tenía vientos de 1100 km/h e
incluso algunas características intrigantes de tormentas gigantes
en su atmósfera, como la Gran Mancha Oscura. También devolvió
imágenes de Tritón, una gran luna que orbita a Neptuno y que
algunos ahora piensan que era un planeta enano capturado
desde alguna otra parte del Sistema Solar.
13. NAVES VOYAGER
Ambas naves espaciales todavía están operativas y
se encuentran a más de 18 000 millones (Voyager 2)
y 22 000 millones (Voyager 1) de kilómetros de la
Tierra, pero su potencia decreciente ha dejado
entender que solo algunos de sus instrumentos
siguen funcionando. Sin embargo, todavía están
enviando información a la Tierra y se espera que
continúen haciéndolo hasta 2025.
Hay pocas dudas de que las Voyager 1 y 2 siguen
siendo dos de las naves espaciales más increíbles
diseñadas y lanzadas en la historia. Su
extraordinario viaje por el Sistema Solar exterior nos
ofrece tesoros incalculables, mostrándonos los
planetas exteriores como nunca antes. Sus viajes
pueden estar llegando a su fin, pero siguen siendo un
brillante ejemplo de ingeniería y un legado duradero
de la humanidad que viajará muy lejos en la galaxia.
14. CONCLUSIÓN
Los programas espaciales Pioneer y Voyager encarnan la búsqueda humana de comprensión
cósmica. Más allá de sus logros tecnológicos, estas misiones inspiran reflexiones filosóficas
sobre nuestra curiosidad innata, la conexión con lo desconocido y la fugacidad de nuestra
existencia en el vasto universo. Las sondas, al transportar mensajes humanos más allá de
nuestro sistema solar, plantean interrogantes sobre nuestro propósito, la posibilidad de vida
extraterrestre y la naturaleza efímera de nuestra presencia en el cosmos. Estas exploraciones
nos desafían a considerar nuestro lugar en el universo y la eterna búsqueda de conocimiento
que trasciende las limitaciones temporales.