El documento resume la anunciación del ángel Gabriel a María, en la que le informa que concebirá y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. Aunque se turba por la noticia, María responde "Aquí está la sierva del Señor, que me suceda según dices".
1. Ésta es la vocación de toda persona creyente:
ser la «Madre» de Jesús por la fe:
recibirlo, encarnarlo y ofrecerlo a los demás.
«Mi madre y mis hermanos son quienes escuchan
la Palabra de Dios y la ponen en practica».
Lucas 8, 21
LLuuccaass 11,, 2266--3388
IIVV ddoommiinnggoo AAddvviieennttoo ––BB--
2211 ddiicciieemmbbrree 22000088
2. 2266 AAll sseexxttoo mmeess,, eennvviióó DDiiooss aall áánnggeell GGaabbrriieell aa uunnaa cciiuuddaadd ddee GGaalliilleeaa
llllaammaaddaa NNaazzaarreett,, 2277 aa uunnaa jjoovveenn pprroommeettiiddaa aa uunn hhoommbbrree llllaammaaddoo
JJoosséé,, ddee llaa eessttiirrppee ddee DDaavviidd;; eell nnoommbbrree ddee llaa jjoovveenn eerraa MMaarrííaa..
Nazaret
El anuncio de Jesús no tiene lugar en el ambiente solemne del templo,
como el anuncio de Juan Bautista, sino en un pequeño lugar de Galilea,
región considerada en Israel de personas ignorantes e impuras, con
quienes no había que relacionarse.
Nazaret no es nombrado en el Antiguo Testamento ni una sola vez, no
está unido a ninguna promesa mesiánica. El plan de Dios llega desde un
lugar humilde fuera de las grandes instituciones religiosas. Es el estilo
de Dios que se revela en Jesús.
3. 2288 EEll áánnggeell eennttrróó ddoonnddee eessttaabbaa MMaarrííaa yy llee ddiijjoo::
––¡¡¡¡AAllééggrraattee!!!!,, lllleennaa ddee ggrraacciiaa,, eell SSeeññoorr eessttáá ccoonnttiiggoo..
La primera palabra de parte de Dios, cuando Jesús se acerca al mundo,
es una invitación a la alegría.
La presencia de Dios es siempre motivo de alegría y de paz.
El ángel de la Anunciación puede visitarte en cualquier momento.
Lleva buenas noticias e importantes ofertas.
Te dirá que Dios se ha fijado en ti con amor infinito.
Te revelará que Dios te necesita.
Te pedirá que abras tu casa, porque quiere hospedarse en ti, encarnarse
en ti.
¿Sabrás escuchar?. ¿Sabrás responder?. ¿Sabrás acoger?.
4. 2299 AAll ooíírr eessttaass ppaallaabbrraass,, eellllaa ssee ttuurrbbóó yy ssee pprreegguunnttaabbaa qquuéé ssiiggnniiffiiccaabbaa ttaall ssaalluuddoo..
3300 EEll áánnggeell llee ddiijjoo::
––NNoo tteemmaass,, MMaarrííaa,, ppuueess DDiiooss ttee hhaa ccoonncceeddiiddoo ssuu ffaavvoorr..
3311 CCoonncceebbiirrááss yy ddaarrááss aa lluuzz uunn hhiijjoo,, aall qquuee ppoonnddrrááss ppoorr nnoommbbrree JJeessúúss..
3322 ÉÉll sseerráá ggrraannddee,, sseerráá llllaammaaddoo HHiijjoo ddeell AAllttííssiimmoo;; eell SSeeññoorr DDiiooss llee ddaarráá eell ttrroonnoo
ddee DDaavviidd,, ssuu ppaaddrree,, 3333 rreeiinnaarráá ssoobbrree llaa eessttiirrppee ddee JJaaccoobb ppoorr ssiieemmpprree
yy ssuu rreeiinnoo nnoo tteennddrráá ffiinn..
Aparentemente no va a cambiar la vida externa de María: se casará, tendrá
a su hijo, lo educará, lo dejará partir. Pero toda esta sencillez y normalidad
tienen un sentido único, singular, original, por la Palabra que ha recibido.
María, al acoger las palabras proféticas, se convierte en profeta: percibe la
llamada de Dios, se muestra sensible a su voz, recibe la palabra que se le
ofrece y de la que se hace eco con su anuncio, su denuncia, sus gestos, su
vida.
5. 3344 María dijo al ángel:
–¿Cómo será esto, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?
En este trascendental momento de la historia no es necesario el varón
dominador, ni el profeta, ni el sacerdote, sino la entrega y esperanza de una
mujer, como portadora de un deseo de maternidad y vida que Dios mismo
alimenta.
6. 3355 El ángel le contestó:
–El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra; por eso, el que va a nacer será santo y se llamará
Hijo de Dios.
.
El Espíritu Santo va creando en el corazón creyente (María) y de la persona
creyente (nosotros) esa síntesis preciosa: fragilidad y firmeza, que se apoyan
mutuamente. María se turba profundamente, no entiende y pregunta. Se
abandona, cree y encuentra en la Palabra de Dios la certeza necesaria ante lo
que parece, humanamente, imposible.
7. 3366 MMiirraa,, ttuu ppaarriieennttee IIssaabbeell ttaammbbiiéénn hhaa ccoonncceebbiiddoo uunn hhiijjoo eenn ssuu
vveejjeezz,, yy yyaa eessttáá ddee sseeiiss mmeesseess llaa qquuee ttooddooss tteennííaann ppoorr eessttéérriill;;
3377 ppoorrqquuee ppaarraa DDiiooss nnaaddaa hhaayy iimmppoossiibbllee..
La señal expresa la protección de Dios hacia las personas débiles. La
liberación de la vergüenza y marginación que suponía la esterilidad en aquella
sociedad.
Reconozcamos con asombro y agradecimiento las anunciaciones de Dios en
nuestra vida.
El amor, la amistad, la familia, una experiencia que me marcó, aquella
palabra...
Cuando trabajo, cuando estudio, cuando rezo, cuando sufro, cuando sueño,
cuando me esfuerzo, cuando descanso, cuando contemplo, cuando amo...
En todas las ocasiones lo que importa es creer y confiar, abrirme al anuncio
de Dios, a su Palabra.
8. 3388 María dijo:
–Aquí está la sierva del Señor,
que me suceda según dices.
Y el ángel la dejó.
María se compromete con el cuerpo entero,
alma y vida, poniéndose en manos de Dios.
No responde de forma inconsciente,
sino movida por la fe y el amor más grande.
Dice sí porque se fía de Dios,
porque no piensa en sí misma,
porque anhela la venida del Mesías,
porque quiere servir al proyecto de Dios.
No sabe lo que ocurrirá.
En todo lo que ocurra descubrirá siempre
el plan de Dios.
Si Tú me amas tanto,
¿qué otra cosa puedo hacer yo
sino confiar y amar?
9. Me encanta cuando pronuncias la palabra.
Me fascina oírte decir ¡Sí!.
Es música en tus labios, es explosión de vida,
es afirmación generosa y alegre de todo lo que eres tú
y quieres que seamos los demás.
Es sílaba rápida, es nota aguda, es proclamación decisiva.
Es proclamación de fe. ¿Has caído en la cuenta?
¿Te has fijado en que cuando dices ¡Sí! estás afirmando tu vida,
estás confiando en Dios,
estás confiando en la Providencia que se compromete a hacer realidad
tu confianza y verdad, tu palabra?.
Cuando dices ¡Sí! con esa energía y esa vibración con que lo dices,
estás haciendo que todo el que te oiga crea en la vida,
se enamore del mundo, se afiance en la eternidad.
Cada ¡Sí! tuyo es un grito, un testimonio, un empujón de gracia
para los que te oímos.
Me está sonando en los oídos ese ¡Sí! de tus labios, tan claro, tan valiente,
tan tuyo.
Me ayuda el escucharlo.
Toda la vida es un lento aprender a decir ¡SÍ!.
CCaarrllooss GG.. VVaallllééss
10. Me encanta cuando pronuncias la palabra.
Me fascina oírte decir ¡Sí!.
Es música en tus labios, es explosión de vida,
es afirmación generosa y alegre de todo lo que eres tú
y quieres que seamos los demás.
Es sílaba rápida, es nota aguda, es proclamación decisiva.
Es proclamación de fe. ¿Has caído en la cuenta?
¿Te has fijado en que cuando dices ¡Sí! estás afirmando tu vida,
estás confiando en Dios,
estás confiando en la Providencia que se compromete a hacer realidad
tu confianza y verdad, tu palabra?.
Cuando dices ¡Sí! con esa energía y esa vibración con que lo dices,
estás haciendo que todo el que te oiga crea en la vida,
se enamore del mundo, se afiance en la eternidad.
Cada ¡Sí! tuyo es un grito, un testimonio, un empujón de gracia
para los que te oímos.
Me está sonando en los oídos ese ¡Sí! de tus labios, tan claro, tan valiente,
tan tuyo.
Me ayuda el escucharlo.
Toda la vida es un lento aprender a decir ¡SÍ!.
CCaarrllooss GG.. VVaallllééss