El poema describe cómo María y los discípulos entendieron y aceptaron la resurrección de Jesús después de su muerte. El Espíritu Santo fortaleció su fe débil y les llenó del Señor. El poema también habla de cómo cada nuevo día trae la palabra vivificante de Dios y su amor disipa las tinieblas. Termina glorificando al Señor y su esperanza, y cómo María guardó su fe sencilla y grande con amor.