Este documento describe los nueve pasos tradicionales de un pacto de sangre en la mentalidad hebrea antigua. Estos pasos incluían el intercambio de mantos, cortar las palmas de las manos para mezclar la sangre, y declaraciones para unir las almas de los pactantes como uno solo. El pacto de sangre de Jesús en la cruz fue el cumplimiento final de este ritual para restaurar la unión espiritual entre Dios y la humanidad.