Este poema celebra a la Virgen María como una madre amorosa dada por Dios a la humanidad. María cultivó los dones que Dios le dio a la humanidad y siempre guía a sus hijos hacia Jesús. Ella ofrece consuelo, fortaleza y protección, y es descrita como la rosa más hermosa en el jardín de Dios. El poema concluye consagrando las vidas a María durante su mes para que todos podamos formar una verdadera familia.