Mussolini justificó la invasión de Abisinia como una forma de expandir el Imperio Romano y aliviar la superpoblación en Italia, argumentando que una nación de 42 millones de habitantes no podía permanecer encerrada sin salida al mar y que la colonización de África era necesaria para combatir la depresión económica al ofrecer nuevas tierras, recursos y mercados a Italia.