Sopa de letras y actividad de completar sobre países hispanos y el cuento 'El tesoro al final del arcoíris
1. Esp. Liliana Echeverry N
Mail: unimagdalena-humanidades-miranda@outlook.com
INNOVACIONES Y APLICACIONES TECNOLOGICAS EDUCATIVAS
ACTIVIDAD 5: DISEÑO DE ACTIVIDADES EDUCATIVAS: EDUCAPAY http://www.educaplay.com/
Ingrese a la página en la dirección electrónica que se indica anteriormente y realice las siguientes acciones:
1. Regístrese utilizando su email de Gmail.
2. Ingrese a CREAR ACTIVIDAD
3. Creer una SOPA DE LETRAS con las siguientes palabras: Argentina, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador,
España, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. Todos estos son países de habla Hispana.
No olvide colocar el título de la actividad. ¿Cuál sería el título de la actividad?
Tome un pantallazo del ejercicio, guarde el archivo en Word con las letras SL, su nombre completo y el
centro tutorial (ej: SL- Liliana Echeverry-Cali).
4. Crear una ACTIVIDAD DE COMPLETAR. Elija un párrafo del cuento que aparece a continuación llamado
“El Tesoro Al Final Del Arcoíris cuya autora es Maria Del Rocio Acosta Rodriguez – Mexico.
Tome un pantallazo del ejercicio, guarde el archivo en Word con las letras C, su nombre completo y el centro
tutorial (ej: C- Liliana Echeverry-Cali).
EL TESORO AL FINAL DEL ARCOIRIS
Autor: Maria Del Rocio Acosta Rodriguez - Mexico
Había una vez, en un pueblo rodeado de montañas azules y desiertos, tres amigas que se querían mucho: se llamaban Rosy,
Regina y Sofía ¡Eran las mejores amigas del Mundo! Por las tardes, al salir de la escuela, se iban caminando juntas a sus
casas. Un día, luego de salir de clases, se dieron cuenta que Sofía estaba llorando. De inmediato le preguntaron qué le
pasaba.
• Es que estoy muy triste porque mi papá no podrá venir para mi cumpleaños.-respondió ella.
Hacía tres años que su papá se había tenido que ir a trabajar en la pizca, al otro lado de la frontera. Cada cumpleaños de su
hijita, el señor volvía sin falta para festejarla, y era la época más feliz para la niña. Pero una noche antes, había escuchado sin
querer una conversación en la cual su mamá le decía a su abuelita que la cosecha de tomate se había arruinado con las
nevadas, y por tanto, su papá no tenía dinero para regresar al pueblo. Desafortunadamente, la familia tampoco tenía dinero
para mandarle.
• ¡Tengo una idea! - exclamó Rosy:- Mi abuelita Cuquita, que está en el cielo, me platicó una vez que al final del arcoiris hay un
tesoro de monedas de oro. Si lo encontramos, ese tesoro será suficiente para traer a tu papá de vuelta. Iremos juntas a
buscarlo.
Los días pasaron, sin rastro del arcoíris. Una tarde al finalizar las clases, luego de la lluvia cantarina, el sol asomó su carita
entre las nubes, y un arcoíris precioso apareció .Las niñas estaban emocionadas. ¡Ahora, tenían que emprender el camino
para hallar el tesoro!
2. Esp. Liliana Echeverry N
Mail: unimagdalena-humanidades-miranda@outlook.com
Por primera vez en su vida, en lugar marcharse hacia sus hogares, se dirigieron hacia el Cerro de las Noas, detrás del cual
estaba la Gran Ciudad. Ahí parecía estar el final del arcoíris. Las niñas iban admirando las florecillas que la lluvia había
adornado con gotitas de diamantes. Caminaron por mucho tiempo, y Regina preguntó:
• ¿Cuánto falta para llegar? Me duelen los pies, y ya me está dando hambre.
• Hay que preguntarle a la señora ardilla.- sugirió Rosy, divisando a uno de estos animalitos, que observaba curioso al trío de
chiquitas:- Hola,
• Señora ardilla... ¿Falta mucho para llegar al final del arcoíris?
La ardilla sacudió la cabeza como diciendo " NO".
• Ya ven - dijo Rosy:- Al ratito llegamos
Siguieron, ahora de subida, llenas de esperanza. Avanzaron entre los cactus y los conejitos que se asomaban a verlas, y
ayudándose las unas a las otras cuando era necesario. De repente, el sol y el arcoíris se esfumaron, y se hizo de noche.
- ¡Ya se fue el arcoíris! - dijo muy decepcionada Sofía. Fue cuando se dieron cuenta que no podrían regresar a casa, ya que la
oscuridad se los impedía, y Rosy, que era la más decidida, determinó:
• Ya casi llegamos a la cima. Pasaremos ahí la noche, y mañana, encontraremos el tesoro. No te apures, Sofía
• Sí - afirmó Regina:- No te apures, Sofís, que vamos a encontrar ese tesoro para tu papá.
A pesar de los ruidos del viento y los aullidos de los coyotes, las niñas trataron de ser valientes, y tomándose de la mano,
llegaron a lo más alto del Cerro. Ahí, la imagen enorme y silenciosa de un Cristo con los brazos abiertos las esperaba.
• Él nos cuidará. ¡Qué altote está! - dijo Sofía, muy animada. Bajo sus pies, la Gran Ciudad se desplegaba llena de luces de
colores. Las niñas se sentaron al pie de la imagen, y abrazándose trataron de darse calor. De pronto, unos gritos las asustaron.
¿Quién sería, en medio de la noche? Unos hombres se acercaron a las pequeñas, con linternas en la mano.
• ¡Niñas! - les dijo uno de ellos, bigotón y de cara bondadosa:- ¡Mucha gente las ha estado buscando, gracias a Dios que las
encontramos!
Las llevaron en un automóvil a la Gran Ciudad, para que pasaran la noche bajo techo. Mientras les daban de cenar, las niñas
explicaron a sus salvadores su odisea, y el motivo que las había llevado a emprender la excursión tan lejos de casa. La notic ia
del salvamento de las pequeñas y su historia se regó hasta en los programas de radio y televisión de la localidad. Al día
siguiente, cuando las llevaron de vuelta a casa, las niñas pidieron perdón a sus familias por haberse ido sin permiso, y el señor
bigotón las había encontrado expresó:
• Ahora que están todos reunidos, y que ya pidieron perdón a sus papás, ¡les tenemos una sorpresa!
La historia de amistad de las pequeñas habían conmovido tanto a los habitantes de la ciudad, que habían organizado una
colecta para traer de vuelta al papá de Sofía. ¡Qué alegría! Había dinero más que suficiente para ello, y las niñas brincaban de
contento.
Después de todo, la abuelita Cuquita había tenido razón. Al final del arcoíris, estaba el tesoro más maravilloso que cualquier
ser humano pudiera desear: ¡El tesoro de la verdadera AMISTAD!
Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado.