Si los dirigentes de la Organización Médica Colegial (OMC) tienen razón y las terapias que denuncian son ineficaces y peligrosas llevarían muchos años permitiendo que cientos de miles de personas -si no millones- hayan sido estafadas y puesto en peligro su salud y sus vidas y eso es un DELITO GRAVE. Y si no tienen razón estarían poniendo gratuita e injustificadamente en duda la imagen, el honor y la profesionalidad de quienes las ejercen -decenas de miles de ellos médicos- y eso también es un DELITO GRAVE. De calumnias, injurias, difamación y atentado contra el honor y la propia imagen.