El poema describe el encuentro inesperado con un ángel que ilumina la vida del hablante. El ángel lo lleva a la luna y calma su locura, quemando su piel. El hablante se enamora perdidamente y queda prendado de la sonrisa del ángel, sin el cual nada existe. El ángel cruzó su camino y le hizo encontrar el paraíso.