La persona humana está definida y constituida por la presencia divina del Ser Absoluto en su elemento creado. La presencia de Dios es lo que hace a los hombres "personas" y los define esencialmente a través de su relación con Él, mientras que las personas divinas se definen entre sí. La persona humana es definida por la presencia constitutiva de Dios en su espíritu, el cual es infundido en el elemento psicosomatizado del cuerpo y alma en el momento de la concepción.