La Divina Presencia Constitutiva es el elemento increado en cada persona que define su espíritu y lo hace una persona, estando presente en todos los seres humanos. Es indestructible y permanente, y habita el espíritu humano manteniéndolo abierto a recibir al Sujeto Absoluto. Gracias a la Divina Presencia Constitutiva, existe una relación intrínseca entre cada persona y el Sujeto Absoluto que es esencial para alcanzar la plenitud del ser.