Este documento discute la naturaleza de la persona humana. Argumenta que la persona está definida y constituida por la presencia divina de Dios como sujeto absoluto. El espíritu es infundido por Dios en el acto creador y es la esencia mística de la persona. La persona humana tiene una sustancia relacional con Dios y posee facultades como la inteligencia y la voluntad unificadas por el espíritu.
2. • Congénesis.
• Se repite en cada inicio de la vida humana.
• GEN + ESPIRITU = ESENCIA MISTICA.
• Acto Creador.
• Acto Concreacional.
• Nivel que caracteriza al hombre: ESPIRITU.
• Inteligencia y voluntad: Facultad unitiva.
• Libertad y Amor: Presencia Divina.
3. La persona humana es definida y constituida
por la divina presencia (DIOS-SUJETO
ABSOLUTO).
El sujeto absoluto infunde el espíritu dentro
del acto creador.
La divina presencia constitutiva es el
elemento increado de la persona humana.
La complementariedad de dos seres unidos
esencialmente (CONGENESIS).
4. La sustancia de la persona humana es la
relación con Dios.
5. El gene es el estado de ser.
El acto de ser es el espíritu.
Hay un solo gene místico:
El Espíritu.
6. Actos divinos en la
constitución de los entes.
Actio in Distans con respecto
a las cosas, presencia
constitutiva con respecto a
los seres vivientes:
R e rbrante en los seres
ve e ,
impersonales; T rans rbrante
ve e ,
en los vivientes personales.
7. Parte creada e inhabitada
constitutiva por Dios que
abre al hombre de forma
libre, ósea personal, al
dialogo con Él.
Es la sede de la
personalidad.
El hombre es persona
porque posee espíritu.
8. Son funciones o potencias
de la única facultad que las
unifica entre ellas y con el
espíritu.
Facultades principales del
Alma.
Alma: Unión formal de las
diversas facultades.
9. La acción divina genera a nuestro
acto unidad, dirección y sentido.
Libertad : Es la posibilidad de
elegir (unirse a) la belleza, la
verdad y el bien.
INTELIGENCIA: Intuición y razón.
Las personas tienen un espíritu
capaz de responder libre y
amorosamente al acto divino.
10. Las facultades solas no pueden hacer nada. Si
son iluminadas, dirigidas, unificadas por el
espíritu genetizado por la divina presencia
constitutiva del Sujeto Absoluto, a través de
la facultad unitiva, las facultades inertes se
reducen a puras funciones vitales.