El Papa Francisco anunció un Año Santo extraordinario del 8 de diciembre de 2015 al 20 de diciembre de 2016 para celebrar la Misericordia de Dios. Por primera vez, los fieles podrían vivir el Año Santo fuera de Roma al abrirse Puertas Santas en catedrales y santuarios de todo el mundo, según determinara cada obispo, a fin de que la Misericordia de Dios estuviera disponible para todos a lo largo del planeta.