La arquitectura romana se caracterizaba por su monumentalidad y dinamismo debido al uso del arco y la bóveda. Entre sus obras más relevantes se encuentran el Coliseo, un anfiteatro donde se realizaban peleas de gladiadores; el Panteón, un templo circular construido originalmente por Agripa; y el Arco de Septimio Severo, un arco de triunfo decorado con columnas y bajorrelieves.