El autor argumenta que tanto las mujeres que trabajan fuera del hogar como las que se dedican solo a las labores del hogar tienen igual valor. Critica a los hombres que menosprecian o humillan a sus esposas por dedicarse solo al hogar, llamándolas "mantenidas". También critica a quienes piensan que las mujeres no deben trabajar fuera del hogar. Concluye que ante Dios, hombres y mujeres tienen el mismo valor y que el matrimonio es hermoso cuando se vive de acuerdo al plan de Dios.
1. MUJERES QUE TRABAJAN VS MUJERES QUE NO TRABAJAN
¿Cuál tiene más valor?
Por Nyle Cervantes
Febrero del 2016
Es sorprendente ver que muchos hombres que se consideran conocedores de la
palabra de Dios digan que las mujeres quieren superarse y trabajar para
desatenderse de sus labores del hogar, porque según su propia percepción de la
palabra, el prototipo de Dios es que el hombre como cabeza del hogar sea el que
lo provea y la mujer sea quien lo atienda, cuando la realidad es que proverbios 31
a partir del versículo 13 y hasta al 24, nos muestra a una mujer que atiende el
trabajo de su casa pero también hace trabajos extras para ganar algo de dinero.
Ahora bien quiero dejar en claro mi postura. No estoy de contra de que la mujer
trabaje fuera del hogar, y tampoco en contra de la que solo lo hace en él, porque
esa es una decisión que solo ella puede tomar, de manera individual si esta sola, o
en acuerdo con su marido si lo tiene. Además, conozco a muchas mujeres que
por necesidad han tenido que hacer trabajos extras fuera del hogar y siguen
siendo buenas amas de casa. Igualmente conozco a mujeres que decidieron
dedicarse solo al hogar y lo hacen muy bien. No estoy de contra de nada de eso,
las dos posturas son buenas y respetables.
Pero de lo que si estoy en contra es de la postura de algunos hombres que como
comente anteriormente, aun conociendo la palabra de Dios, toman a menos el que
una mujer solo se dedique a las labores del hogar dando poco o nada de valor al
trabajo que ahí se realiza, incluso caen en la estupidez de llamar a su mujer
“mantenida” o “buena para nada”, porque la labor que ellas realizan no genera una
ganancia económica. Qué triste es entones que valga tan poco para ellos la
crianza de sus hijos por ejemplo y el verlos formados como hombres y mujeres de
bien, o que poco significa para ellos las noches de desvelo cuando alguno de los
hijos o ellos mismos se han enfermado, o el tener comida caliente y quien se las
sirva cuando ellos llegan, o que poco valor tiene para ellos tantas y tantas cosas
que la mujer hace por su hogar y su familia.
También estoy en contra de aquellos que piensan como comenté en un principio
que la mujer no tiene porque salir de su casa a realizar un trabajo extra porque su
posición está en la casa, e incluso se refieren a ellas con menosprecio o las
consideran “ligeras o liberales”. Creo que es insensatez pensar de esa manera. Mi
punto de vista respetando el punto de vista de los demás y pidiendo respeto para
el mío es que, el trabajo que una mujer realiza dentro de su casa aun cuando no
se vea reflejado en un producto económico, es igualmente valioso que el que
2. realiza la mujer fuera de su casa o el que realiza el hombre por un producto
económico.
No es posible que si un hombre tiene conocimiento de la palabra de Dios, humille
a su mujer llamándola mantenida o que la manipule o castigue emocional o
económicamente por considerarla inferior a él por el hecho de que no “trabaje” y
no aporte dinero al hogar. Igualmente me parece inconcebible que un hombre
hable tan despectivamente de la mujer que por alguna necesidad ha tenido que
salir a trabajar también fuera de su hogar como comenté anteriormente.
Y esto no quiere decir que la mujer es una víctima del hombre, por supuesto que
no, solo quiero enfatizar que, no por el hecho de que una mujer sea “mantenida”
por su marido, este tiene el derecho de humillarla y pisotearla. No creo que fuera
ese el propósito de Dios al crearla.
Pero tristemente, entre esos hombres conocedores de la palabra de Dios, o
incluso militantes de alguna iglesia, se encuentran algunos hombres como los que
mencioné, y esta situación está siendo en parte causa de conflictos en los
matrimonios, cuando el propósito de Dios no fue ese al constituirlo. Pero entonces
¿Qué es lo que está sucediendo?
Lo que a mi ver está sucediendo es que no se tiene verdaderamente conocimiento
de la palabra de Dios, ni por una parte ni por la otra y tanto el hombre como la
mujer solo utilizan porciones de la palabra de Dios para “defenderse o justificarse”.
Me parece que si hubiera una buena disposición tanto de uno como de otro; esos
conflictos matrimoniales se podrían resolver comenzando por ponerse de acuerdo
en conocer los planes de Dios respecto al matrimonio y ser parte de ellos. 1ra de
Pedro capitulo 3 pudiera ser un buen principio. Pero si una de las dos partes por
cualquier razón ya no tiene interés en ello, mejor dé carta de divorcio y deje de
estorbar y poner en menos los propósitos de Dios.
Concluyo diciendo que a mi propia opinión, el hombre y la mujer fueron creados
por amor con propósitos hermosos para cada uno de parte de Dios. Igualmente
ante sus ojos uno y otro tienen el mismo valor, y hasta me atrevo a decir que Dios
siente dolor cuando uno daña o menosprecia al otro porque en realidad daña y
menosprecia su creación.
Y respecto al matrimonio, creo que éste es hermoso si se aprende a vivirlo
conforme al plan de Dios para él, y en verdad que me gustaría experimentarlo.
Peo si no fuere posible de esa manera, es mejor permanecer sola.