El arte en la antigüedad comenzó en el IV milenio a.C. en el Próximo Oriente y Egipto, floreció en Grecia entre los siglos VIII y V a.C. con logros arquitectónicos como los templos de Hefestión, Poseidón y Harmonia y obras de cerámica y escultura como el Discóbolo de Mirón y la Venus de Milo, y se extendió a otras culturas como la babilónica, persa y china, con ejemplos como los Jardines Colgantes, la ciudad de Persépol