Este documento resume el arte rupestre prehistórico entre 40.000 a.C. y 9.000 a.C., caracterizado por figuras aisladas de animales grandes pintadas con colores en cuevas por cazadores-recolectores, con un significado mágico para propiciar la caza. Algunas de las cuevas más importantes mencionadas son Altamira, El Castillo y Lascaux.