El poema describe la tarde del alma del poeta bajando por los ríos claros y fervientes. La tarde del alma se acoge en el ocaso matutino de los destellos quebrados y entona melodías y versos en notas fatales y llenas de concierto. La tarde guía al poeta a las rosas quiméricas y jolgorios azules, llenos del objeto amado pero vacíos de su presencia. La tarde emana esencias de cofres añejos forzados a guardar promesas tupidas que se destilan