Los sesgos cognitivos son heurísticas inconscientes que ayudan a reducir la carga del cerebro al facilitar la resolución de problemas, pero también pueden ser dañinos si se usan en exceso. Existen diferentes tipos de sesgos como el de confirmación, el de atribución fundamental, el de arrastre, el retrospectivo, el de anclaje, el de punto ciego, el de correlación ilusoria, el de falso consenso, el de ilusión de control y el de disponibilidad.