La escuela Bauhaus creía firmemente en el principio de "la forma sigue a la función", enseñando a estudiantes a crear objetos funcionales pero hermosos mediante la simplicidad y el uso eficiente de recursos. Bauhaus también creía que los objetos debían ser funcionales primero y atractivos segundo, sin elementos decorativos innecesarios. Como resultado, las sillas y sillones de Bauhaus aún perduran hoy en día por su sencillez, limpieza de formas y funcionalidad.