Este poema describe el doloroso proceso de arrancar el amor de su corazón como si fuera arrancar hierro de una herida, aunque sabe que al hacerlo está arrancando su propia vida. Eliminó la imagen de su amado del altar que había erigido en su alma y apagó la luz de su fe que ardía ante ese altar ahora desierto. Aún lucha contra el recuerdo persistente de su visión que viene a su mente para combatir su determinación. Desea poder dormir profundamente para dejar de soñar con él.