1. M,ANAMARIAGOMEZCAMPOS
Nació en México el 5 de julio de 1894, muy pronto conoció el dolor al perder a su padre, a la edad de 2 años. Su
mamá y su abuela materna se hicieron cargo de su educación y de la de su hermana Guadalupe.
Tuvo unaniñezfeliz,fue líderentre suscompañeras,alternabael juegoconel estudio,de inteligencia clara y corazón
compasivo, su carácter era audaz y vivo, sabía convertir los obstáculos en oportunidades y asumía los retos como
escalonesque laacercabana las metas,aprendióaleermuyprontoy suamor al estudiolallevóaobtenerel títulode
maestranormalistaya cursar variasmaestríasy especialidadesuniversitarias,algototalmente inusual en una mujer,
a principios del siglo XX.
A los 15 años decidió consagrar su vida al Señor, pero habrían de pasar muchos años más para encontrar el camino
por donde Dios quería llevarla.
Conoció al Padre Félix de Jesús Rougier, quien después de tratarla por algún tiempo, la invitó a fundar la
congregación religiosa de las Hijas del Espíritu Santo, con la Espiritualidad de la Cruz, y con el fin específico de
promoverlavocaciónsacerdotal entre losniñosyextender el reinado del Espíritu Santo. Esta idea le pareció venida
de Dios y aceptó secundar los proyectos del Padre Félix. La nueva Congregación nació en San Luis Potosí, el 12 de
enero de 1924 y recibió el riego fecundo del Padre Félix, hasta su muerte en 1938, a partir de entonces, la Obra
quedóúnicamente enmanosde laMadre Ana María, quienlaimpulsófuertemente,fundando colegios para varones
y niñasendiversoslugaresde laRepúblicaMexicanaydifundiendoel espíritusacerdotal de Cristo,el amor al Espíritu
Santo y a María, Madre de la Divina Gracia, en las personas que se acercaban a ella.
Fue una maestraejemplar,conocedorade la psicología del niño y del adolescente, no sólo impartió conocimientos,
sinoque inculcóvalores,propiciandounaeducaciónintegral enlaniñezyjuventud,despertandoenellosel deseo de
superarse continuamente.
Como sembradora incansable, dejó caer la semilla de la verdad y el bien, en los corazones de millares de personas
con las que tuvo contacto a lo largo de su vida.
Permaneció al frente del gobierno del Instituto durante más de 44 años, dejándola en manos de sus religiosas,
después del Concilio Vaticano II. La Congregación obtuvo la aprobación de Roma en 1950, pero la incorporación
definitiva del Instituto a la vida de la Iglesia, llegó hasta 1984, con la aprobación de sus Constituciones.
ViviólaEspiritualidadde laCruz, con intenso amor a Jesús Sacerdote-Víctima y contagió a sus religiosas el deseo de
cumplirlavoluntadde Diosentodo momento. La Madre pasó los últimos 17 años de su vida, dedicada a la oración y
a mantener vivo el espíritu de la Obra que Dios había puesto en sus manos.
Descansó en el Señor el 24 de marzo de 1985, en la ciudad de México y sus restos reposan en el Panteón Jardín.
El decreto para iniciar su causa de canonización se inició el 11 de enero de 2002. El lema que la animó y que dio
rumbo a su vida fue: “Enséñame, Señor, a cumplir tu voluntad”