Este documento presenta resúmenes biográficos de varios santos ecuatorianos. Incluye a Santa Mariana de Jesús, una monja ecuatoriana que ofreció su vida para detener terremotos y epidemias en Quito. También presenta a Narcisa de Jesús, una beata ecuatoriana que vivió en Guayaquil y Lima dedicada a la oración y caridad. Otro santo es el Hermano Miguel Febles Cordero, un maestro ecuatoriano de la Orden de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
2. Santa Mariana de Jesús
Mariana de Jesús Paredes y Flores (Rosa de Quito) nacío en 1618
en la ciudad de Quito, entonces perteneciente al Virreinato del
Pero. Sus padres fallecieron cuando ella aún era una niña por lo
que se creo con la familia de su hermana.
Desde niña, Mariana se caracteriza por una profunda piedad y su
vida espiritual. Pasaba largas horas en oración e invitaba a sus
parientes a rezar el rosario. Marianita recibí su primera comunión
a la edad de siete años, posibilidad que en aquella poca era algo
excepcional.
Su vida transcurrió en perfecta unión de Jesucristo. Según cuentan,
Dios le concedía gracias y dones, además realiza numerosos
milagros.
En 1645, sucedieron una serie de terremotos en Quito y luego una
epidemia acabo con la vida de muchos habitantes. El cuarto
domingo de cuaresma, Santa Mariana ofreció su vida al Señor a
cambio de la paz y la salud del pueblo. Poco tiempo después los
temblores cesaron y la epidemia desapareció. Santa Marianita de
Jesús pronto enfermo y murió
3. Narcisa de Jesús
Nació en Nobol, Ecuador, a fines de 1832. Sus padres fueron don
Pedro Martillo Mosquera y doña Josefina Moran, se
desempeñaban como campesinos y murieron cuando Narcisa era
muy joven.
La beata ecuatoriana, se traslado a Guayaquil donde vivió por más
de 15 años dedicada a la oración, al trabajo manual y a la caridad
apostólica. A principios de 1868 viajo a Lima y el continuo su vida
virtuosa como seglar, alojada en la Casa de las Hermanas de la
Orden Laical de Santo Domingo, hasta su muerte el 8 de
diciembre de 1869.
Su cuerpo fue trasladado a Guayaquil en 1955 y ahora permanece
en su pueblo natal.
4. Santo hermano Miguel
Nació el 7 de noviembre de 1854 en Cuenca, Ecuador. Fue bautizado con el nombre de
Francisco Febles Cordero Muñoz y se crio en el seno de una familia adinerada. De niño se
caracteriza por su inteligencia excepcional, su delicada salud y su invalidez producto de una
deformidad que tenia en ambos pies, invalidez que superó tras un hecho milagroso.
En 1863 llegaron a Ecuador los hermanos de la Salle y Francisco ingres a uno de sus
colegios. A Francisco le atrajo el estilo de vida de los religiosos y surgió en l la idea de
convertirse en hermano.
Luego de superar la oposición de su familia, Francisco ingres a la Orden, recibió el habito
religioso a los 14 años y tomó el nombre de Miguel.
Nuevamente su delicada salud lo obligada permanecer en Cuenca para realizar su noviciado
y no en Francia, como le correspondía. En el convento se distinguió por sus cualidades de
maestro y consejero. A los 17 años escribió y público su primer libro de texto.
Dedicó toda a su vida a Dios y a transmitir el Evangelio. En 1888 viajo a Roma para asistir a
la ceremonia de beatificación del fundador de su Orden, Juan Bautista de la Salle. En 1905 el
hermano Miguel viajó de nuevo a Europa para traducir unos textos de francés a español.
En enero de 1910, cuando se encontraba en España cayo enfermo de neumonía. Murió el 9
de febrero del mismo año y en 1936 enviaron sus restos de regreso a Ecuador.
5. María Bernarda
María Bernarda, fundadora de las Franciscanas Misioneras
de María Auxiliadora, nació en Suiza y murió en Cartagena
de Indias (Colombia). Siendo ya religiosa franciscana en su
patria, marchó a Ecuador para desarrollar su vocación
misionera, y luego pasó a Colombia. Dimensiones
principales de su vida fueron la intensa oración, el
apostolado, el servicio a los enfermos y desamparados, y la
dirección de la Congregación en que se convirtió lo que en
principio iba a ser una casa filial del monasterio suizo. El 29
de octubre de 1995, Juan Pablo II la beatificó junto a otras
dos hijas espirituales de San Francisco
6. Mercedes de Jesús
Nació en Baba, población perteneciente en esa época a la provincia de
Guayaquil (hoy provincia de Los Ríos), el 24 de septiembre de 1828, hija
de don Miguel Molina y Arbeláez y de doña Rosa Ayala y Aguilar.
Dos años más tarde murió su padre, por lo que con su madre se trasladó a
vivir a Guayaquil, donde ingresó a estudiar en una de las escuela de la
ciudad. Por esa época su madre le enseñó a rezar y a conocer la doctrina
cristiana.
A los quince años de edad sufrió el gran dolor de perder a su madre; era
entonces una bella jovencita que atraía poderosamente a muchos gentiles
galanes que rondaban su casa con pretensiones amorosas, pero en 1849,
cuando acababa de cumplir veintiún años, renunció a un brillante
matrimonio, y al frente de un asilo de huérfanos se dedicó a la acción
social y evangélica. Entonces repartió todos los bienes que había heredado
de sus padres -destinándolos a obras para los pobres-, y colaboró con la
incipiente Junta de Beneficencia de Guayaquil.