Los auditores externos del Banco Nuevo Mundo exigieron mayores provisiones para malas deudas y otros asientos contables al cierre del año 2000 sin mucho sustento. También enviaron cartas a los interventores de la Superintendencia de Banca y Seguros pidiéndoles que aprueben los estados financieros auditados y que completen la información pendiente antes de emitir su dictamen.