*La fábula del águila y la gallina *Agenda Federal *Resucitar el encuentro *Dialogando con Sol Áurea *Una experiencia itinerante *Encuentro del Arzobispo de Valencia con la vida contemplativa *En la Iglesia Católica ¿para qué la vida orante? *Sor Ana Mª del Santísimo Sacramento *Biografía de Rosa Planas *Mons. Javier Vilanova *Preparación para la JMJ *Profesión Solemne de Fr. Esteban Nko, op *La Iglesia en la noche

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Edita: Federación de la Inmaculada Concepción – Monjas Dominicas
C/ Sueca, 7
46980 – PATERNA (Valencia) ESPAÑA
IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción
Depósito Legal, V.733/1989
Agosto, 2023
E-mail: sfeinma@gmail.com
Tel. 96-363 83 38

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LEONARDO BOFF
Era una vez un campesino que fue al bosque cercano a atrapar algún pájaro con el fin
de tenerlo cautivo en su casa. Consiguió atrapar un aguilucho. Lo colocó en el gallinero junto a
las gallinas. Creció como una gallina.
Después de cinco años, ese hombre recibió en su casa la visita de un naturalista. Al
pasar por el jardín, dice el naturalista: “Ese pájaro que está ahí, no es una gallina. Es un águila.”
“De hecho”, dijo el hombre. “Es un águila. Pero yo la crie como gallina. Ya no es un
águila. Es una gallina como las otras.
“No, respondió el naturalista”. Ella es y será siempre un águila. Pues tiene el corazón
de un águila. Este corazón la hará un día volar a las alturas”.
“No, insistió el campesino. Ya se volvió gallina y jamás volará como águila”.
Entonces, decidieron, hacer una prueba. El naturalista tomó al águila, la elevó muy alto
y, desafiándola, dijo: “¡Ya que de hecho eres un águila, ya que tú perteneces al cielo y no a la
tierra, entonces, abre tus alas y vuela!”
El águila se quedó, fija sobre el brazo extendido del naturalista. Miraba distraídamente
a su alrededor. Vio a las gallinas allá abajo, comiendo granos. Y saltó junto a ellas.
El campesino comentó. “Yo lo dije, ella se transformó en una simple gallina”.

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“No”, insistió de nuevo el naturalista, “Es un águila”. Y un águila, siempre será un águila.
Vamos a experimentar nuevamente mañana.
Al día siguiente, el naturalista subió con el águila al techo de la casa. Le susurró:
“¡Águila, ya que tú eres un águila, abre tus alas y vuela!”.
Pero cuando el águila vio allá abajo a las gallinas picoteando el suelo, saltó y fue a parar
junto a ellas.
El campesino sonrió y volvió a la carga: “Ya le había dicho, se volvió gallina”.
“No”, respondió firmemente el naturalista. “Es águila y poseerá siempre un corazón de
águila. Vamos a experimentar por última vez. Mañana la haré volar”.
Al día siguiente, el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano. Tomaron el
águila, la llevaron hasta lo alto de una montaña. El sol estaba saliendo y doraba los picos de
las montañas.
El naturalista levantó el águila hacia lo alto y le ordenó: “¡Águila, ya que tú eres un águila,
ya que tú perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela!”.
El águila miró alrededor. Temblaba, como si experimentara su nueva vida, pero no voló.
Entonces, el naturalista la agarró firmemente en dirección al sol, de suerte que sus ojos se
pudiesen llenar de claridad y conseguir las dimensiones del vasto horizonte.
Fue cuando ella abrió sus potentes alas. Se irguió soberana sobre sí misma. Y comenzó
a volar a volar hacia lo alto y a volar cada vez más a las alturas. Voló. Y nunca más volvió.
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Pero hubo personas que nos hicieron
pensar como gallinas. Y aun pensamos que efectivamente somos gallinas. Pero somos águilas.
Por eso, hermanos y hermanas, abran las alas y vuelen. Vuelen

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ACTIVIDADES DE LA PRIORA FEDERAL
-Días 11 y 12: Asiste a las Jornadas de madres y presidentas federales, convocadas por
la Comisión Episcopal de Vida Consagada.
-Día 11: Encuentro Interfederal de las Presidentas en Madrid, aprovechando la
participación de las cuatro Presidentas en las Jornadas de Vida Consagrada.
-Día 22: Participa en el Encuentro de Familia Dominicana que este año tiene lugar en
el Monasterio Federal de Sta. Catalina de Siena.
-Día 13: Preside el 5º Consejo Federal
-Día 15: La Priora Federal viaja al monasterio de Santo Domingo de Zaragoza
acompañada de Sor Mercedes Company, -secretaria federal- para realizar la Visita
Oficial a la comunidad.
ABRIL
MAYO

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-Día 23: Antes de regresar a Paterna, visita la comunidad de Daroca y comparte unas
horas con las hermanas.
-Día 26: Asiste junto con Sor Mercedes Company, Sor Matilde Ballesteros y Sor Mª
Rosario Ocaña, al Encuentro de prioras y abadesas que organiza todos los años la
diócesis de Valencia y que tuvo lugar en el centro “Arrupe” de los Jesuitas.
- Día 26: Por la tarde se conecta vía online con el Consejo Nacional de familia dominicana
para participar en la reunión junto a los responsables de las distintas ramas de la Orden.

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Encuentro de Familia Dominicana de Valencia
«Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde
encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era
verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les
había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban
hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a
vosotros»
Lc 24, 33-36
El sábado 22 de abril, y tras la correspondiente bienvenida en el claustro, dio
comienzo el encuentro de Familia Dominicana de Valencia con un momento de
relajación y oración meditativa en la Iglesia, preparada por los miembros del
movimiento Ipac. Era la manera más oportuna de situarnos en la Presencia de Dios y
poner los cinco sentidos para disfrutar de un día con los hermanos y hermanas que nos
ha regalado en la misión de la Predicación.
Seguido de ello nos reunimos al aire libre y a pleno sol –que brillaba con fuerza-
para compartir las presentaciones y un breve resumen del caminar de cada comunidad
en estos complicados años. En el grupo que se había congregado había representantes
de los frailes dominicos, entre los que se incluía el estudiantado del Real Convento de
Predicadores; laicos de las fraternidades de Valencia y Torrent y del ya mencionado
movimiento Ipac; había una joven, Cristina, representando al Movimiento Juvenil
Dominicano y hermanas de la Anunciata de las comunidades de Xátiva y de Paterna;
había una representación de las Monjas de la Comunidad de Paterna con la M. Teresa
Vilanova y algunas personas vinculadas al Monasterio; además de esta hermana que os
comparte estas letras y a la que dicho encuentro le pilló “de casualidad” por aquí. Volver

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a reunirse como Familia Dominicana después de más de tres años marcados por la
pandemia, y hacerlo en un contexto pascual, fue algo así –si me permitís que haga un
paralelismo- como revivir la experiencia de los discípulos de Emaús. Tras ser testigos de
la crucifixión, aquellos se dispersaron desilusionados. Los que ahora nos reuníamos, tras
las convulsas semanas del primer estallido del Coronavirus, nos habíamos visto
obligados a recluirnos, aislarnos y cancelar en gran medida la presencialidad que nos
reunía como asamblea. Cada uno contó, a su modo, cómo en el camino de vuelta
también el Señor se nos había hecho el encontradizo en estos años. Cómo le habíamos
visto al partir el pan, en medio de los acontecimientos de estos años: entre
fallecimientos, desafíos y la cotidianeidad más ordinaria para, finalmente, regresar y
volver a reunirnos con los hermanos, juntos, dando testimonio en plena cincuentena
pascual de que: Era verdad, ¡ha resucitado! Y seguimos siendo enviados a dar testimonio
de esto, cada uno desde nuestra respectiva vocación.
“Resucitar el encuentro” era el lema escogido con gran acierto para aquella
jornada. Y el encuentro de María Magdalena con el Resucitado centró la reflexión que
a continuación nos compartió magistralmente Fray José Rafael Reyes OP, de nuevo en
la Iglesia. Supo congeniar de maravilla sus muchos conocimientos exegéticos con una
gran capacidad comunicativa para aterrizar y transmitirnos mucho más que un conjunto
de datos interesantes. Planteado desde una perspectiva profunda y vivencial de la fe,
nos habló y nos invitó a gustar de la experiencia personal del encuentro con el
Resucitado.

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Después de un interesante intercambio entre el ponente y algunos de los
oyentes, salimos de nuevo al jardín para la comida que entre todos disfrutamos bajo las
sombrillas que nos protegían de un sol de justicia. Estábamos repartidos en mesas sin
orden determinado, lo que enriquecía las coincidencias y las conversaciones, animadas
con el continuo probar de aquello y de esto, las risas, las presentaciones más extensas
y las anécdotas de los viejos tiempos. Después llegaron los dulces y el café y, con calma
para digerir tantos manjares, nos trasladamos a una zona de sombra del jardín para
comenzar una dinámica lúdica con la que Cristina Expósito representó al movimiento
juvenil dominicano. Divididos en tres grupos, con nombre propio y “grito de guerra”,
debíamos adivinar una serie de palabras relacionadas con el contexto que nos unía:
Rosario, hábito, Prulla, Monasterio, Beato Pier Giorgio Frassati, etc. En la primera ronda,
uno de los componentes del grupo debía dar definiciones y todas las pistas que se le
ocurrieran para que acertaran sus compañeros. La segunda ronda complicaba un poco
la cosa y sólo se podía dar una palabra para identificar la respuesta correcta. La tercera,
cuando ya nos habíamos reído bastante, remató las carcajadas obligando a los
concursantes a recurrir a los gestos para adivinar la palabra en cuestión.
Llegaba la hora y había que recoger. Después de compartir la vida, la comida y la
risa, era momento de celebrar la Eucaristía, la Acción de Gracias, que fue presidida por
Fr. José Rafael Reyes y concelebrada por Fr. Vicente Botella OP y FR. Javier Carballo OP
y a la que se unió la comunidad en pleno de Paterna. Animada con cantos acompañados
de guitarra, fue una celebración muy festiva y emotiva, resucitando verdaderamente el

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Encuentro. Siguiendo con el paralelismo del Evangelio citado: Estaban hablando de
estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros».
En su Palabra y en su Cuerpo, en los hermanos, en la asamblea que celebraba
unida, Cristo se hizo presente y vivo entre nosotros para colmarnos de su paz y
animarnos a continuar en la misión de la Predicación.
Al terminar, la foto de grupo correspondiente, en el claustro, con las despedidas
y la promesa de volver a encontrarnos.
Sor Teresa Cadarso
Monasterio de santa Catalina de Siena, Paterna
22 de abril de 2023

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Nos gustaría que nos dijeras cómo preparas el comentario del
Evangelio del Domingo.
Es obvio, una reflexión se hace reflexionando. Claro que si tienes la
responsabilidad de pasarla por escrito intentas concretar y redondear un poco más y al
mismo tiempo ponerte límites en cuanto a extensión y fecha de entrega.
Comienzo la semana leyendo el Evangelio del próximo domingo y lo voy
rumiando tanto en la oración como durante las tareas cotidianas que te lo permiten. El
miércoles por la tarde comienzo a darle forma a las ideas que han ido surgiendo, el
jueves es la fecha tope; sí o sí ha de quedar terminado, es la única manera de llegar
puntual.
¿Te ayuda a ti misma reflexionar, escribir y compartir el texto
evangélico que la Iglesia nos propone en cada tiempo litúrgico?
Por supuesto que me ayuda. Soy la primera beneficiada; como he dicho antes, el
comentario me acapara toda la semana; lo cual es una manera de permanecer día tras
día en contacto y a la escucha de la palabra de Dios.
¿Sabes que tu comentario es uno de los más visitados en nuestra
página?
Sí. Me sorprende la repercusión que está teniendo en distintos ambientes; así
como cuando alguien me dice que ha reconocido mi escrito en la homilía de la Eucaristía.
Además de la web de la Federación tengo tres grupos de WhatsApp a los que la mando

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porque así me lo han pedido. También la cuelgo en Facebook donde gente desconocida
me pide que no deje de hacerlo.
¿Por qué interesa un escrito tan sencillo? Quizá tenga algo que ver mi propósito
de escribir en un tono de ir por casa y aludiendo a situaciones que a todos nos resultan
más o menos familiares.
Un comentario en las redes que me llamó la atención decía: “Los escritos de sor
Áurea sirven lo mismo para gente creyente como para no creyente.”
Esta persona desconocida para mí acertó en algo que yo llevo muy dentro.
Pienso que el Evangelio además de ser el texto sagrado por antonomasia de los
cristianos encierra una Sabiduría con mayúscula y nos muestra a Jesús como Maestro
universal valedero de los valores auténticamente humanos.
Hoy se buscan maestros exóticos que se ofertan y cada vez más, por todas partes.
Sin poner en duda la sinceridad y la honestidad tanto en esa oferta como en la búsqueda
advertimos la considerable cantidad de dinero que en ellas entran en juego, tanto que
no todos se pueden permitir ser discípulos de tales doctrinas.
No es un reproche, si acaso lo es para nosotros que poseyendo lo que los
hombres y las mujeres necesitan y buscan, no lo sabemos ofertar. ¿Qué nos pasa que
no manifestamos ni contagiamos la alegría de ser discípulos de Jesús?
Por último, animaros a relevarme en la tarea de comentar el evangelio de cada
domingo. Seguro que no os arrepentiréis.
Gracias por tu
Colaboración

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Mis queridas hermanas de la Federación de la Inmaculada, con alegría les comparto
mis últimas experiencias sobre mi formación, y estado actual.
Luego de mi pequeña experiencia por las tierras argentinas, regresé a mi comunidad
de la Inmaculada del Maule, Yerbas Buenas, Linares, Chile, con alegría, y entusiasmo,
aunque delicada de salud por las secuelas del covid-19, pero contenta de la experiencia
vivida, del cariño recibido por las hermanas y sus cuidados en los días que andaba con el
virus.
Fueron pocos meses, pero pude conocer otra realidad que me ayudó a crecer en el
amor a esta vida, madurar tanto en lo personal como en la fe.
El año 2022 lo pasé en mi comunidad de Yerbas Buenas, como me quedaba “un
año de noviciado”, pensé que lo pasaría en comunidad y luego Dios diría sus planes para
mí, pero ya saben ustedes mejor que yo, con más experiencia en la vida consagrada, que
el Señor siempre nos sorprende, y nos dice, “mis planes, no son tus planes, mis caminos
no son tus caminos”. A finales del año 2022 me informan que debo viajar, mi nuevo destino
es el monasterio de Santa Catalina de Siena, España, nueva sede Federal. Lo primero que
pensé fue, ¡nuevamente hacer maletas y dejar todas mis cosas en cajas!, me lo dijeron con
un poco de temor, por tantos movimientos en mi formación, aparte ya terminando mi último
año supuestamente de noviciado, -digo supuestamente porque como ha sido un poco
movido, siendo consciente de las lagunas que ha tenido mi formación por ser como fue-
pero bueno, yo siempre he sentido el cariño y sobre todo la preocupación de mis superioras
por mi formación, por éste motivo, ésta decisión la acogí como lo que es, la voluntad del
Señor, confiada y contenta, pero humanamente con el miedo que siempre da lo nuevo y el
pensar que debía volver a integrarme en una comunidad, que sólo conocía a menos de la
mitad. Pensé mil cosas a la vez, pero como sé que es por mi bien y que lo decidieron
pensando en eso, me lancé a aceptar de corazón la resolución.

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Pasados los días y procesada más la idea, comenzó la ilusión de volver a ver a
parte de la comunidad que me recibió en Torrente, a las cuales quiero, por todo su apoyo
y cariño que me han dado siempre, y con curiosidad de ver a las hermanas que no conocía.
También, con un poco de tristeza de nuevamente dejar todo, mi tierra, mi comunidad, mi
familia… pero bueno todo sea por seguir la voluntad del Señor.
La fecha del viaje se decidió que coincidiera con la visita de Madre Federal a las
comunidades de Chile, “¡Qué mejor que viajar acompañada a esta nueva experiencia!”
pero por algunos contratiempos de los nuevos requisitos del visado, tuve que esperar más
tiempo del que se tenía considerado y viajar luego sola a España, pero Dios que todo lo
hace bien, me regaloneó antes de mi viaje. Mi profesión temporal fue en plena pandemia,
lo trasmitimos por redes sociales, y nadie pudo ir a acompañarme presencialmente. Pero
ahora, gracias a estos contratiempos renové mi profesión temporal el 22 de abril, de este
año, y en ésta ocasión pudo asistir mi familia
directa, para mí fue hermoso compartir con
mis padres, mis hermanos y más con mis
sobrinos ese día.
Como dicen, “no hay deuda que no se
pague ni plazo que no se cumpla. Llegó el día
de mi viaje, con mis maletas nuevamente, me
fueron a despedir al aeropuerto. Mi familia,
contenta y triste a la vez. Mi recorrido era Chile
- Madrid, Madrid - Valencia, dejé Chile con un
frio tremendo, para luego llegar a España con
un sol y un calor más tremendo aún. Toda la
mañana la pasé en el aeropuerto de Madrid
esperando mi vuelo a Valencia que era sobre
las 15 horas y algo de la tarde. Cuando
estábamos por embarcar el avión, se nubló el
cielo y cayó un aguacero que nos dejó a todos
con la boca abierta por ser tan repentino.
Después de dos horas dentro del avión,
viendo que se estaba inundando la pista de
despegue por tanta lluvia, nos informan que
por el clima se cancela el vuelo. Ya me estaba dando a mí un ataque pensando, ¡qué hago
ahora y dónde está mi equipaje!!!. Luego de hacer las gestiones correspondientes, nos
dieron a todos dos opciones, primera: esperar otro vuelo en la madrugada o viajar en
autobús a Valencia, yo preferí el autobús, con lo cansada que estaba y el cambio de hora,
sabía que cuando tocara una cama caería en coma; sin embargo fui de mucha ayuda para
los otros pasajeros; todos los que decidieron viajar en bus, se decían: “donde este la monja
es el lugar de encuentro”, una linda referencia para todos, y me seguían a todas partes…
si caminaba, tenía un sequito de personas siguiéndome por el aeropuerto. Pasadas las
horas tomamos el autobús con retraso, casi a las 21 horas de la noche.

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En el aeropuerto de Valencia, me esperaban
Madre Pilar y Madre Federal. Mi autobús llegó
pasadas la una de la madrugada y al monasterio
llegamos pasadas las dos. Un comienzo de
experiencia muy tragicómico, pero, ¡Ya llegué a
casa!”, mi corazón descansó tranquilo. Al día
siguiente con nervios y ansiosa, de saludar y
llenarme del cariño de mi nueva comunidad. Fue muy
lindo conocerlas a todas y reencontrarme con las que
ya nos conocíamos.
A la semana de haber llegado, ya más
integrada en mi nueva realidad, madre Pilar me pide
que comparta una charla con Fray Esteban O.P, que
estaba de retiro para su profesión solemne, pensé en
muchas cosas para compartir, pero luego de pedir la
ayuda del Espíritu Santo, me decidí en que ambos
compartiéramos las experiencias sobre la
misericordia de Dios en nuestras vidas. Más en él,
que estaba a punto de dar un paso tan importante como es la profesión hasta la muerte,
fue muy enriquecedor el conocerlo, compartir, sobre todo ver cómo Dios actúa en la vida
de cada uno, siempre pidiendo y dando lo que uno necesita para crecer en el amor.
Por último, les cuento que después de dos meces de haber llegado, me encuentro
bien, contenta, a gusto con mi nueva realidad, aunque debo admitir que pasar de ser 7
hermanas incluida yo, en el recreo a ser más de 30, es un cambio muy grande que aún me
impresiona.
Extraño mi Chile, mi comunidad de origen, la oportunidad que me visite mi familia,
todo eso es una nostalgia, pero sé que en este momento debo vivir lo que el Señor me está
regalando. Con respecto a los planes de esta nueva etapa, todo será, “lo que Dios quiera”.
Ese será mi propósito en esta experiencia, seguir su voluntad, dejarme llevar por las
hermanas que ha puesto en mi camino, crecer en ésta vocación tan bella, por eso me sigo
encomendando a sus oraciones, para que mi vida siga siendo moldeada por el Señor.
Su hermana en Cristo, María y Domingo
Sor Karina Ayala Estrada O.P

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El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha mantenido, un encuentro con religiosas
procedentes de los diferentes monasterios de vida contemplativa de la archidiócesis. Esta
reunión se celebra de forma anual y, por primera vez, fue presidida por monseñor Benavent
desde que se hizo cargo de la Diócesis Valentina.
El encuentro se celebró en el Centro Arrupe de la Compañía de Jesús en Valencia (Gran
Vía Fernando el Católico, 78), y ha participado una nutrida representación de la vida monástica:
cerca de 60 religiosas procedentes de 22 monasterios valencianos.
Tras la acogida y una breve oración, Don Salvador Jesús Corbí, ofreció la conferencia
muy interesante sobre “Misión diocesana: balance y perspectivas”. Es el párroco de la
parroquia de la Asunción de Ntra. Señora, en Torrent y vicario episcopal de la Vicaría III. Ha
sido también el coordinador de la Gran Misión Diocesana que se ha desarrollado en nuestra
diócesis durante la celebración del Año Jubilar con motivo del Centenario de la Coronación
Canónica de la imagen de la Virgen de los Desamparados.
Encuentro del Arzobispo de Valencia
con la vida contemplativa de la archidiócesis

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Esta conferencia
estuvo basada
en la extensión
de la fe en los
primeros siglos
basándose en
unos estudios de
Santiago
Guijarro,
catedrático de
Nuevo
Testamento en la
Facultad de teología de la Universidad
Pontificia de Salamanca.
Nos habló de la primera
evangelización que fundamentalmente fue la
transmisión de un mensaje muy bien
estructurado, de ahí los grandes discursos
de los Hechos de la Apóstoles.
Esta transmisión fue de persona a
persona, cada uno de los creyentes fueron
los agentes de la evangelización y se dio en
los espacios de la vida cotidiana. Aquél
nuevo camino se extendió como la sangre se
extiende por todo el cuerpo a través de las
venas.
El proceso de evangelización fue lento y
progresivo igual que el proceso de conversión.
Después hubo un gran entramado social que
hizo que aquel nuevo camino comenzara a
extenderse, entramado social que se sirvió de
los gremios como podían ser: los soldados, que
iban de un sitio a otro, fueron unos agentes
importantes de evangelización, los tejedores,
los mercados, lugares de encuentro, las familias
que a través del “Pater familias” iban extendiendo la fe. Una fe que, sobre todo, y en opinión
de este autor, se extendió no por el impacto que causó la proclamación de un mensaje sino por
el impacto que causó la vida de aquellos que abrazaban ese nuevo estilo de vida.
Tras la conferencia, monseñor Enrique Benavent entabló un coloquio con las prioras,
abadesas y religiosas de los monasterios de vida contemplativa. El propio Arzobispo presidió
la eucaristía posterior con la que se puso el punto y final a esta jornada.
Los encuentros de representantes de la Vida Contemplativa se desarrollan de forma
periódica en la diócesis de Valencia. Igualmente, celebran a lo largo del curso jornadas de
oración, como la jornada Pro Orantibus, según informan desde la Vicaría para la Vida
Consagrada, cuyo vicario episcopal, Martín Gelabert, también ha tomado parte en el encuentro.

18. 18
A este encuentro, como es habitual, acudieron monjas de nuestra comunidad. En el
descanso que tuvimos durante las charlas, acompañadas de un refrigerio, pudimos saludarnos
de nuevo, conocer hermanas que no habíamos coincidido en otras ocasiones y compartir
esperanzas y dificultades del día a día de nuestras comunidades.
También pudimos saludar saludar al Sr. Arzobispo, D. Enrique Benavent y conocerlo en
persona, para algunas era la primera vez que lo veíamos, estuvo muy amable y cercano.
La eucaristía estuvo muy bien preparada e interpretada por las monjas carmelitas con
folletos para todas donde estaban los cantos. Después de la celebración de la eucaristía
tuvimos la oportunidad de volver a saludarlo e incluso algunas pudieron hacerse fotos con él.
Fue otro momento de distensión y convivencia, de despedidas y saludos para las que
conocieron en otros encuentros y estaban ausentes en este.
Al final un, hasta otro año y que el Señor nos siga acompañando siempre.
Monasterio de Sta. Catalina de Siena
Paterna (Valencia)

19. 19
“Id al mundo entero, y proclamad el Evangelio”, dijo Jesús a sus apóstoles. Pues
bien, quienes se dedican especialmente a la oración, o a lo que se llama generalmente,
VIDA CONTEMPLATIVA, no tienen como objetivo un lugar o un núcleo de acción
limitado, sino el mundo entero.
De ahí que no necesiten su presencia física sino ser conductores del poder y bien
infinitos de Dios sobre todo tiempo y lugar de la Creación.
¿Cómo se consigue? ORANDO. Porque también dijo Jesús, “Todo cuánto pidáis al
Padre con fe, se os dará”. El orante, es cauce, no es motor. El orante, encauza, no actúa;
actúa Dios. El orante es el cable, por el cual circula el poder de Dios.
Imaginaos un modelo de ordenador de grandes y nuevas potencialidades de
acción, si no va conectado al fluido eléctrico, no puede funcionar por sí mismo, a no ser
por un cable que conduzca el fluido o una pila previamente alimentada del mismo. La
monja, el monje, es ese cable, el fluido es Dios. Imaginaos una estancia para
conferencias nocturnas que no tenga incrustados en sus muros cables para su
iluminación eléctrica. O que no tenga conexión exterior con la compañía de electricidad,
esas conferencias no podrán darse. El fluido existe, pero el vehículo conductor, no, la
sala estará a oscuras, a no ser que cada asistente se lleve una linterna, que también
necesitará estar preparada para iluminar. La vida orante, pues, es la que con su oración
intenta y lleva la acción benéfica de Dios a todo el mundo que la necesita. No es
necesario que sea vista, lo que ha de vivir es su oración constante.

20. 20
¿El mundo de hoy necesita a Dios? La respuesta está a la vista. Como se intenta
arrojarle de este mundo, miles de hechos nos demuestran cómo son los resultados.
Una jornada orante ¿qué horario tiene? En directo, en la Capilla, unas seis horas,
en comunidad; más otros espacios personalmente libres. También Rosarios, durante el
trabajo manual, y lecturas equivalentes por micrófono durante el mismo. Y los días
festivos, más tiempo en la Capilla. Tiene especialmente confiada por la Iglesia la
LITURGIA DE LAS HORAS, llamada por la misma “Culmen de todos los trabajos
apostólicos”.
Hasta aquí nos hemos referido al cable, habitualmente sobre el pavimento,
recogiendo el polvo que cae… pero el monasterio es también lugar de acogida, de
escucha, de facilitar la oración, de atender necesidades y colaborar con campañas de
peregrinaciones masivas previamente solicitadas por organismos eclesiales o civiles.
El enclave donde está situado nuestro Monasterio de Sant Domènec de Sant
Cugat, en que pueden aparcar cómodamente buen número de automóviles, supone que
la Misa de 7,30, en días laborables, se llene de fieles, y la de las 8 en días festivos, facilite
la asistencia de cuantos han venido a vivir en tantos edificios construidos en el entorno.
También en fines de semana, grupos determinados, previo contacto telefónico, que
necesitan retiro o alguna celebración familiar se alojen en nuestra hospedería, puedan
ser atendidos en consultas, desahogos espirituales, psíquicos, familiares o de cualquier
tema que necesite consejo o escucha fraterna.
-------------------
NOTA: Este texto pertenece a una colaboración de nuestro Monasterio a “La Noche
de las Religiones” que organiza el Ayuntamiento de Sant Cugat para un diálogo
interreligioso, que propone un acercamiento de paz y amistad entre ellos, y nos pareció
que nuestro Monasterio, tan concurrido por los fieles de esta ciudad, no debía estar
ausente del diálogo.
Sor Mª Araceli Abós, op
Monasterio de Sant. Doménec (Barcelona)

21. 21
Una religiosa del siglo XXI
La dominica sor Ana Maria del Santísimo Sacramento es todavía desconocida fuera
de la geografía de Mallorca, su isla natal, y de su pueblo Valldemossa, cuna de la única santa
mallorquina santa Catalina Tomàs, más conocida como la Beata, y figura carismática de la
religiosidad de la isla, que fue beatificada en 1792 gracias a la providencia de su defensor y
adalid el cardenal Antonio Despuig. En 1930 el papa Pío XI la canonizó. Un proceso muy
distinto siguió la causa de Margarita Mas Pujol, más conocida como sor Ana Maria del SS,
cuya memoria fue perseguida a causa de su defensa a la causa del beato Ramon Llull.
Margarita nació en Valldemossa el 5 de enero de 1649, hija de una familia de
propietarios campesinos en la posesión llamada La Torre. Rodeada de un paisaje excepcional
y no lejos de la presencia de los ermitaños de Trinidad, a media hora de su casa, conoció al
P. Juan de la Concepción Mir, quien sin duda la introdujo en la religiosidad contemplativa y
en la obra de Ramon Llull, el místico mallorquín que en siglos anteriores había conocido
estos mismos parajes donde hizo su desierto y creó una obra literaria de extraordinaria
calidad. Uno de sus libros, el Llibre d’Amic e Amat (Libro del Amigo y del Amado) fue el
motivo inicial de la escritura de sor Ana, quien alentada por su confesor, escribió un
comentario místico a los versículos de este tratado de gran intensidad y belleza.
A pesar de su religiosidad, ascetismo y virtudes naturales, el camino de Margarita al
convento estuvo lleno de dificultades y oposición. Las monjas del recién creado convento de
dominicas de Santa Catalina de Sena, de la ciudad de Palma, cuya fundación tuvo lugar el 8
de junio de 1659, no la aceptaban sin que existiese un motivo para tal rechazo. Margarita era
buena, inteligente, sacrificada, generosa, pero algo o “alguien” provocaba su continuo
rechazo y las constantes humillaciones a que se vio sometida por espacio de catorce años,
sin que nunca desistiera de su voluntad de hacerse dominica. Tenía claro que era ese y no
otro convento, cualquiera de los existentes la habría aceptado con agrado, su lugar y su
destino. Margarita quería pertenecer a esa orden religiosa, a los famosos “perros de Dios”
pero en su versión femenina, velando y defendiendo la obra de Dios y rezando para ganar las

22. 22
voluntades de los cristianos mediocres y de los infieles. Sor Ana siempre tuvo clara su
vocación de misionera, igual que Ramon Llull, sólo que ella dentro de las paredes de la
clausura. Sin embargo, ostentaba la misma férrea voluntad de alcanzar el martirio, sin
violencia, pero igualmente doloroso y cruel. El martirio de la enfermedad, de la burla, del
aislamiento, y, al final, cuando estas circunstancias hubieran desanimado a cualquiera, fue
aceptada y elevada al cargo de maestra de novicias, consejera de prioras, y hermana generosa
en todas las situaciones, algunas bastante comprometidas, por las que atravesó su convento
y sus compañeras. Sor Ana cuidó enfermas, limpió letrinas, guisó comida, realizó lecturas,
aconsejó a los confusos y confusas que del mundo exterior solicitaban su ayuda. Sor Ana fue
siempre diligente en la ayuda, humilde en la aceptación de sus limitaciones, bella en la
expresión de su fe y optimista en la creencia de un mundo mejor donde no existirían
disensiones ni disputas entre órdenes religiosas. Sus visiones aúnan en un cielo y en una
gloria común a santo Domingo y san Francisco, y ello en unos momentos históricos en que
ambas órdenes disputaban en Mallorca y se enfrentaban duramente por el poder.
Su forma de vida fue el ascetismo, la paciencia y la misericordia. Se apiadaba de todos
y de cualquier forma de existencia por insignificante que pareciese: de los pájaros porque no
comían, de los niños porque iban descalzos, de las mujeres porque padecían, de los hombres
porque trabajaban duramente, de los campesinos porque la sequía los castigaba, de los
marineros porque naufragaban. Cualquier forma de vida, incluso la vegetal, era motivo de
amor y de respeto, puesto que su espíritu daba cabida a la creación inmensa que la
maravillaba y la acercaba a un Dios que se manifestaba a través de ella.
Dicen algunos autores que sor Ana Maria, si hubiese nacido en otro lugar y en otras
circunstancias, ya sería santa reconocida, incluso doctora de la Iglesia. Hay obras menores
que la suya que han logrado ser valoradas como de interés para la fe. El testimonio de cuantos
leyeron su Exposición de los Cánticos de amor del Beato Ramon, cayeron rendidos ante una
prosa brillante, seductora, casi oral, una prosa que, a pesar de sus imperfecciones, irradia la
belleza de lo original y auténtico, de lo que no puede ser reducido a simple fórmula literaria.
La palabra es fuerza en su expresión más plena, hipnótica, reconfortante, casi taumatúrgica.
Así lo expresaron quienes sin tener al principio ninguna confianza en lo que iban a leer,
cayeron pronto seducidos ante la profundidad y el horizonte místico que ofrecían unos textos
escritos aparentemente sin código ni autocensura. Postrados ante la evidencia, sentían la
necesidad de leerla para curar su propia melancolía, el dolor de espíritu. Ivo Salzinger, el
teólogo alemán editor de los libros de Ramon Llull, la llamó “gran lulista”, el obispo Pedro
de Alagón conservaba sus escritos en el secreto de su despacho, y la leía con auténtica
devoción cuando padecía enfermedad y lo agobiaban los problemas propios de su cargo. Sor
Ana María era una joya carismática y por eso sus escritos sufrieron toda clase de peripecias
al morir el obispo. Primero fueron desechados y lanzados a la basura, por fortuna o
providencia de ese destino los salvó el canónigo Gregorio Quint Zaforteza quien al empezar
a leerlos comprendió el valor extraordinario de los textos. Intentando que fueran preservados
los depositó en el Colegio de la Sapiencia, donde al poco tiempo desaparecieron, ya que
alguien de nuevo los leyó y se los apropió. Después de largas y difíciles pesquisas, lograron
dar con los cuadernos y reunirlos de nuevo. Para evitar un nuevo éxodo los depositaron en el
arca de la Causa Pía Luliana (este era el nombre que recibía todo el material que se reunía

23. 23
con el objetivo de lograr la canonización de Ramon Llull). Esta suerte que parecía debía
terminar con el trasiego de los cuadernos fue también motivo de persecución. A la llegada
del obispo antilulista Juan Diaz de la Guerra (1772) se inició la destrucción sistemática del
lulismo mallorquín, que arrastró consigo a sor Ana María y su obra. Fue prohibida su
memoria, sus imágenes, su recuerdo, y no sólo por lulista sino también por mística. En el
Siglo de las Luces la modernización equivalía a eliminar todo lo que tachaban de atrasado,
supersticioso, irracional, sin leer ni comprender el valor de las obras espirituales que estaban
condenando.
Sin embargo, el proceso non cultu, iniciado en tiempos del obispo Benedicto Pañellas
Escardó (1732) con vistas a la beatificación de sor Ana María, había probado la existencia
de curaciones milagrosas ratificadas por médicos y testigos. La figura de la Venerable
irradiaba virtudes, milagros, y testimonios, aunque todo ello fuera relegado al olvido ante la
ola de antilulismo que arrasó Mallorca.
A pesar de todas las contrariedades, incomprensiones y olvido temerario, la obra de
sor Ana María y su persona nunca fueron olvidados del todo. En el austero mundo de los
ermitaños siempre se la consideró un ejemplo y su obra fue leída con interés y admiración.
Considerada maestra de ermitaños y “mariposa del amor” como así la llamó uno de ellos, sor
Ana ha seguido ejerciendo su influencia a través de los siglos y de los tiempos. Quienes la
leen, no la olvidan. Quienes la conocen, la sitúan en su altar de devociones particulares.
Quienes la tienen presente se dan cuenta de su actualidad, de su vigencia, de su “modernidad”
a pesar de los tiempos, de las modas, de los convencionalismos. Sor Ana María como todos
los místicos tiene su mundo, su propia escalera de perfección, su tensión y su noche. En el
siglo XXI sor Ana permanece a pesar de los múltiples ataques, de las controversias y de los
espíritus mezquinos que trataron de negarle sus extraordinarios méritos.

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Algunos datos sobre Rosa Planas, autora de la biografía de Sor Ana
María del Santísimo Sacramento.
Rosa Planas Ferrer
(Palma, 1957) es
una escritora, filóloga, crítica
literaria e investigadora mallorquina.
Biografía
Doctora en Filología y Filosofía por
la UIB, Licenciada en Filosofía y Letras, en
la sección de Filología Hispánica (UIB, 1979)
y en Filología Catalana, en la especialidad
de Lengua (UIB, 1997).
Crítica literaria para la prensa de Mallorca y también en varias revistas especializadas (El
Temps, Randa, Transfer, Lluc y Segell, entre otras). En la actualidad (2021) colabora
periódicamente en el diario Última Hora y ha sido miembro del consejo de redacción de la
revista Lluc así como secretaria de redacción de Segell, Revista d'història i cultura jueves.
Realizó su primera incursión en el mundo de las letras en el género de la poesía, con las
obras Letras de Lluvia (Biblioteca Atlántida, 1982) y Regreso a Belvedere (Ed. Devenir, 1993). Es
desde su primer libro, durante la década de los años ochenta del XX, que inicia una intensa y prolífica
actividad creativa, interesándose tanto por la investigación histórica y la onomástica, cómo por la
gestación de novelas de ficción con una gran riqueza de elementos y referentes cultistas. Sus
primeras novelas, disfrutaron de buenas críticas y tuvieron una buena acogida por los lectores.
Ambas llamaron la atención de los jurados literarios: L'orador dels ocells resultó finalista
del Premio Ciutat de Palma 1999, mientras que, en 2001, la novela Abraham Savasorda fue
galardonada con el I Premio Alexandre Ballester de narrativa corta. Su actividad literaria alcanza su
esplendor con la publicación de dos obras de difusión internacional editadas por el grupo
Planeta: Las máscaras de Florencia, que ha sido publicada en catalán y castellano y traducida en
lengua rusa y La ciutat dels espies indefensos, escrita en catalán y traducida al alemán por la
editorial Valentia en 2007 con ocasión de la Feria de Frankfurt, en la que Rosa Planas participó en
calidad de escritora invitada.

25. 25
Conocimos a Mons. Javier Vilanova Pellisa siendo director espiritual del
Seminario Interdiocesano de Cataluña y perteneciente a la diócesis de Tortosa.
Y sucedió así, la M. Priora buscaba quien nos diera una reflexión para los retiros
del mes y habló con Mons. Emili Marlet. Él no se lo pensó dos veces le aconsejó a Mons.
Javier. Una vez localizado pusieron fecha. Vino y gustó.
Pero un buen día llamó a la M. Priora solicitándole un favor, si podíamos darles
alojamiento ya que su madre estaba gravemente enferma y necesitaba tratamiento en
Barcelona y su residencia estaba en la provincia de Tortosa. Todas acogimos le petición
con alegría y como un deber de hospitalidad fraterna cristiana.
Ya para entonces había sido nombrado obispo auxiliar de Barcelona. Compaginó
su preparación para su ordenación episcopal, con otras muchas tareas, acompañando y
cuidando la precaria salud de su madre en nuestra hospedería durante dos meses; mientras
iban y venían de sus citas médicas. Todavía estaba la situación con restricciones a causa
de la pandemia.
Nos celebraba la eucaristía cada día y nos comentaba la Palabra. Cuando les
despedimos prometió venir un día a celebrarnos una eucaristía ya como obispo auxiliar,
el plan era próximo, pero había que contar con la realidad que siempre es compleja. Mejor
contar con la providencia de Dios que sabe actuar mejor.
Su madre tuvo la alegría de asistir a la ordenación episcopal de su hijo que
aconteció en la Basílica de la Sagrada Familia.
Después de mucho tiempo, un domingo 18 de junio, mientras rezábamos Nona,
sonó el timbre de la portería. Pronto avisaron a la M. Priora que estaba el obispo Mons.

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Javier Vilanova en el torno que con toda sencillez y confianza pedía comer en nuestra
casa de lo que nos hubiera sobrado de la nuestra. Había tenido unos compromisos
cercanos en al monasterio, en Sabadell y bien pronto debía acudir al Colegio Pureza de
María para asistir a otro evento.
Dado el poco margen de tiempo como lo pensó lo hizo, llamó a la puerta del
monasterio con absoluta sencillez y normalidad —y dónde mejor si no— y fue una
alegría para todas. Y ahí, en ese momento casi fugaz de su almuerzo puso fecha para el
próximo y anunciado Encuentro Eucarístico. No hubo dudas, informado por la Madre
Priora de que estábamos celebrando un doble Centenario, le explicó: el 7° Centenario de
la canonización de nuestro querido hermano Santo Tomás de Aquino, Doctor de la
Iglesia, el 18 de julio de 2023 y el 750° aniversario de su muerte el 7 de marzo de 2024,
y que concluirá el 28 de enero de 2025. Tampoco hubo dudas para él, el 28 de junio
vendría a celebrarnos la prometida y postergada Eucaristía, esta vez, votiva de Santo
Tomás.
Puntual llegó a casa y nos reunimos en el coro mientras esperábamos a la M. Priora
y a otra hermana. Comenzamos la celebración eucarística con ese estilo suyo tan cercano
al Señor.
Después, tuvo tiempo de departir un poco con la comunidad, mientras
esperábamos a las hermanas, y nos habló de muchas vivencias como obispo auxiliar;
sobre todo, de la huella imborrable que su buena madre dejó en su alma y en su vida. Un
modo vivencial de transmitir la fe, de vivirla, con una vida ejemplar. Una mujer sencilla,
capaz de donarse sin tregua y velar por todos, para que a nadie le faltase nada, con un
hacer sin ruido, con bondad.
Con evidente emoción nos enseñó su pectoral de plata, muy sencillo, en el que
yacía Cristo Vivo, y en el reverso llevaba escrito su lema episcopal MISERICORDIA.
Gran admirador de San Pío de Pietrelcina nos reveló sin disimulo que llevaba en ella una
singular reliquia del santo confesor. Una preciosa reliquia de quien solo vivió para Cristo.
Luego pasamos al locutorio y tomó un breve refrigerio. Se despidió hasta tan
pronto como se lo permitan sus múltiples ocupaciones. Tal vez, de ese modo sin previo
aviso y que tanto nos gustó pidiendo con toda sencillez que le acogiésemos y le diésemos
lo que todo siervo del Evangelio puede pedir, lo propio de la hora…pues que así sea.
Muchas gracias Monseñor Javier, nos alegrará ver de nuevo su sonrisa y su paz
entre nosotras.
Á

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En la parroquia de San Pedro Octaviano de San Cugat están preparando largamente y
trabajando con los jóvenes universitarios esta jornada mundial, como un nuevo comienzo
después de aquellas largas jornadas que vivimos también a nivel mundial a causa de la
pandemia, que todo lo paralizó, y tanto nos consternó.
Hubo una llamada: Mons. Alex Serra preguntaba si podían venir a rezar en nuestra
iglesia. Somos unos trescientos. La comunidad se alegró muchísimo y esperaba con ilusión
este encuentro. Los comentarios y las noticias de siguientes contactos animaron muchos
recreos. Y también nuestra colaboración orante. Todas deseábamos que fuese un encuentro
vivo con Cristo Vivo, tan personal y transformador como hoy piden los tiempos que vivimos,
como vemos a diario escuchando la Palabra. Todo cambia en el hombre o la mujer que
experimente la mirada y la fuerza de la Persona de Jesús.
Esto se materializó un domingo, el domingo 2 de julio. No pudieron asistir todos, pero
fueron muchos los que se reunieron y allí estaba Mons. Alex, sonriente.
Alex es muy querido por nuestra comunidad, como todos los seminaristas que han
pasado por nuestra iglesia sirviendo en la eucaristía dominical retrasmitida por RTV2 durante
muchos años. Fue ordenado cuando apenas la pandemia nos daba alguna tregua; nos celebró
una de sus primeras eucaristías cuando el culto estaba cerrado a los fieles.
Sonriendo a la luz de los frutos, después de mucho trabajo y dedicación a esta empresa
de convocar a los jóvenes, de iniciar este camino de encuentro con Cristo y con los demás
jóvenes buscadores de verdad, de vida, de profundas razones para vivir, para saciarse de la
mirada de Cristo, para poder decirle: «Creo en Ti».
Ellos se fueron organizando con plena libertad y comieron en el bosque lugar
espacioso, tranquilo, recoleto y abierto, bajo la verde mirada de los altos e imponentes pinos,
una bóveda de paz en que filtra suave la luz.

28. 28
Allí comieron, allí
compartieron; acompañados de
su megafonía pasaban uno tras
otro compartiendo: ¿Qué se
comunicaban…? Sólo llegaba el
eco, pero sus voces llegaban al
corazón de Cristo convocador.
Tres un breve retraso, fueron entrando hasta que ocuparon tres partes de Coro y la
iglesia. Tomaron sus guitarras, tres solistas dos chicos y una chica cantaron una bella
canción, y seguidamente se leyó el Evangelio de San Lucas en el que nos narra que María se
levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá». Pronto el
conjunto acompañó con palmas y ritmo. Tras ella y basándose en el lema de la Jornada, fue
parafraseando mientras las guitarras sostenían el texto y hacían saborear su contenido.
La Madre Priora fue invitada a decirles unas palabras, lo hizo, y le aplaudieron. No
podía ser de otro modo, Mons. Alex subió también al ambón y les fue desvelando quienes
éramos y qué hacíamos dentro de la Iglesia. En palabras de San Juan Pablo II, fue explicando
y clarificando la labor y la responsabilidad de nuestra vida, “son los pulmones de la Iglesia”,
y seguía…” trabajan y rezan por ti, y por mí”.
Terminó comunicándoles que iniciarían el viaje desde la puerta de la iglesia de las
Dominicas, como un hecho cargado de simbolismo.
Acompañaremos esta JMJ 2023 y al Santo Padre, como María que se levantó y partió
sin demora.
Sor María Rosario Botella, O.P.
Santo Domingo de Guzmán—Sant Cugat

29. 29
El sábado 10 de junio por la tarde, víspera de la festividad del Corpus Christi,
en la Basílica San Vicente Ferrer de Valencia, Fr. Esteban Nko Sipi, dominico de
la Provincia de Hispania, realizó su compromiso definitivo en la Orden de
Predicadores.
La ceremonia, que estuvo presidida por el prior provincial de la Provincia de
Hispania, Fr. Jesús Díaz Sariego, op fue retransmitida en directo a través
de YouTube, para que sus familiares y seres queridos pudieran presenciar la
ceremonia en la distancia, especialmente desde Guinea Ecuatorial y Camerún. Aun
así, la basílica del centro de Valencia estuvo repleta con la compañía de frailes,
amigos, familiares y miembros de la Familia Dominicana.
En su homilía el Provincial señaló que la profesión solemne de Fr. Esteban es
un motivo de gracia y una llamada para «dar Vida a la vida» a través de su
vocación como fraile predicador. También resaltó la necesidad de conocer y
comprender el corazón de las personas, al igual que Dios conoce el nuestro, para
poder construir una comunidad de fe comprometida con los demás.

30. 30
Fr. Esteban comparte la siguiente reflexión a propósito de su profesión solemne:
"Mirar es dejarse interpelar por la realidad"
«En la vida hay muchas formas de mirar y hay miradas, miradas y más
miradas. Miramos por curiosidad, por conocer, por ver, por contemplar y por
apreciar porque hay miradas que conmueven y alegran el corazón, nos hacen bien.
Mirar es algo profundamente humano, aún más para un dominico. Para un dominico
la mirada no es sólo una mera contemplación sino conectar la realidad que
trasciende los ojos con el corazón y la predicación. Desde mis primeros contactos
con la Orden hasta hoy he cruzado mi mirada con muchas personas, mi mirada ha
sido en muchas ocasiones mi fuente de conocimiento; con mi mirada he dialogado
y he escuchado a otros; con mi mirada he aprendido a guardar silencio, pero no
ser indiferente. Porque mirar es dejarse interpelar por la realidad.
En estos últimos años, a través de la oración y la interpelación de la mirada
de los demás, he aprendido no sólo a dialogar con mi interioridad, sino también a
saber expresarla con mesura por el bien de los demás. Hoy, mi vida sigue
acrecentándose porque hay alguien (Dios) que me ha mirado y me sigue mirando
y diciendo mi nombre, lo único que he hecho y sigo haciendo es responderle desde
mis imperfecciones. Por eso estoy convencido de que con la profesión
solemne quiero seguir mirándome como Dios me mira, me cuida y me sigue
hablando.
Espero poder servir y mirar con compasión la realidad que me rodea,
como apostilla una mística francesa: "cuando recibimos misericordia, ésta hace que
nuestra vida sea combustible”. Toda nuestra vida está destinada a arder y dar calor.
No quiero ser un obstáculo para dar libremente la misericordia que he recibido de
Dios y de los hermanos: por eso pido siempre al Buen Dios que llene mi corazón de
mucha bondad, justicia y capacidad de discernimiento para ser un buen fraile para
la Orden y para mi contexto sociocultural».

31. 31
Unos días antes de la Profesión Solemne fr. Esteban estuvo en nuestra
comunidad de Sta. Catalina haciendo ejercicios espirituales como preparación y
participando en todos los nuestros actos litúrgicos. Nos acompañaba desde los
bancos del coro y así nos sentíamos unidos en la Orden dentro de la gran familia
que es la Iglesia. Fueron unos días de sentirnos hermanos, hijos e hijas del mismo
padre Domingo y tenerlo muy presente en nuestra oración.
También conversó con algunas monjas de la comunidad. El día 10 por la
mañana, el mismo día de su Profesión Solemne, vino a participar con nosotras de
la Eucaristía acompañado por el P. Roberto Okón Pocó, op y el P. José Antonio
Heredia, op.
El P. Roberto es de Guinea Ecuatorial y es quien puso en marcha la Orden allí. Es
fundador y Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Religiosas de la
Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial y Síndico. Gracias a él fr. Esteban conoció
a los frailes cuando tenía catorce años y desde entonces está siendo ayudado por
él en su proceso vocacional. Se profesan una profunda amistad y claro está, quiso
acompañarlo en su profesión solemne.
Pasamos un rato muy agradable viendo fotografías de la parroquia de Sta.
Maravillas de Jesús de Guinea, donde el P. Roberto presta su servicio, a una
multitud de gente que acude a la eucaristía de los domingos que duran hasta dos y
tres horas. Actualmente forman la comunidad tres frailes, más fr. Esteban que se
incorporará cuando termine su formación. Un proyecto a corto plazo es construir
un convento para ellos pues la casa en la que viven sólo tiene cuatro habitaciones
y no está adaptada para la vida comunitaria.

32. 32
Deseamos que el Señor siga acompañando a fr. Esteban y le mantenga la
ilusión y la entrega para llegar a ser un auténtico dominico.
De la Comunidad de Santo Domingo- Zaragoza.
Tenía Sor Mª Lucía 92 años de edad y ha vivido 67
años consagrada al Señor por la Profesión religiosa.
Sor Mª Lucía era una hermana muy trabajadora,
servicial, piadosa… Celebrará, por todo lo alto, en el
cielo, la fiesta grande de la Resurrección de Jesús.
Deseamos que sea feliz por toda la eternidad.

33. 33
“… qué hermosos son los pies
de los que anuncian la paz
a sus hermanos.”