El cacao ha tenido una gran importancia histórica, económica y cultural para Venezuela. Fue un importante rubro de exportación desde la época colonial cuando se establecieron grandes haciendas cacaoteras. Aunque su cultivo se ha abandonado en las últimas décadas, el cacao venezolano sigue siendo muy cotizado y se considera un producto clave para el desarrollo rural. Culturalmente, el cacao forma parte de la historia y tradiciones de regiones como Chuao y Barlovento. Desempeñó un papel importante durante la guerra
1. El cacao es un fruto a partir del cual se generan productos que poseen un alto
impacto en la sociedad venezolana, desde el punto de vista histórico, económico,
turístico y particularmente cultural.
La importancia del cacao en la economía venezolana se observa desde tiempos
coloniales cuando este producto constituyó uno de los principales rubros de
exportación comercial, sobre la cual se edificaron grandes fortunas nacionales y
extranjeras que dieron pie a la expresión popular “Los Grandes Cacaos”, para
aludir con ello aquellos dueños de esas grandes fortunas.
Su valor económico es inobjetable. Pese a que durante décadas en Venezuela se ha
venido abandonando su cultivo de forma extensiva, dejando así de ser un rubro de
exportación importante, a pesar de ser el cacao venezolando altamente cotizado en
los mercados internacionales, hoy en día se considera uno de los más importantes
productos potenciales para apalancar el desarrollo endógeno y sustentable de
muchas poblaciones agrícolas de Venezuela.
Desde la perspectiva cultural el cacao es parte indisoluble de la historia, de la forma
de vida, costumbres y tradiciones de buena parte de nuestros pueblos costeros,
como Choroni, Chuao y Ocumare, la Region de Barlovento y la Región Oriental
donde tuvieron asiento las grandes haciendas de cacao, creando una cultura
característica a través de las faenas, el conocimiento, la organización y las
tradiciones festivas y religiosas asociadas, que se unen al crisol de elementos
constitutivos de nuestra historia regional y local.
A diferencia de México, Perú y Bolivia, donde los conquistadores y colonialistas españoles
consiguieron minas de plata y oro en abundancia, en la antigua provincia de Venezuela, apenas
pudieron explotar en bajo niveles de producción las minas de oro de Buría (valle de Nirgua), San
Sebastián de los Reyes (Aragua), Apa y Carapa (Miranda). Sólo con el inicio de la siembra de
cacao, equivalente al oro y plata de los otros países, la provincia de Venezuela es que va lograr
un espacio dentro de la economía colonial de las Américas.</SPAN>
Para ello fue necesario incorporar en calidad de esclavizados decenas de miles de
hombres, mujeres, niños y niñas secuestrados de diferentes lugares de África
subsahariana. A cada esclavizado y esclavizada se le asignaban mil matas de
cacao. El cacao se convierte en el símbolo de esclavitud y al mismos tiempo en
símbolo de riquezas para quienes poseían las grande haciendas cacaotera,
surgiendo así los llamados “GRANDES CACAO”, constituyendo estos la
“CACAOCRACIA” venezolana.
El cacao en la Guerra de Independencia</SPAN>
“Todos los esclavos que no eran del vinculo, que tu posees ahora, los he dado
libres porque eran míos y he podido darles la libertad; así ninguno quedará esclavo
por ninguna causa o motivo.”
Simón Bolívar. 19 de mayo de 1813
Tierra, cacao y esclavos, constituían la trilogía de la riqueza en la antigua provincia
de Venezuela que luego sería la Capitanía General de Venezuela en 1777. Antes del
inicio de la Guerra de Independencia Venezuela era el principal productor de cacao
del mundo.
Las contradicciones entre blancos criollos y blancos peninsulares así como las
2. establecidas entre amos y esclavos, fueron acumulando movimientos pre-
independentistas y rebeliones. Al iniciarse la Guerra de Independencia, los sectores
en pugna utilizarían sus ganancias producto del cacao así como la utilización de los
esclavos en la lucha por conservar el poder y otros por romper con la estructura
colonial española.
Simón Bolívar fue unos de los primeros aristócratas en plantear la libertad de
esclavos a condición de su incorporación a la lucha por la libertad de Venezuela.
Boves y Rossete, logran incorporar para su causa (al servicio de los españoles)
grande masas de eslavos. Los Grandes Cacaos para defender sus haciendas
siguieron los pasos de Bolívar aún con mucha suspicacias. Muchas de las
haciendas de la Cacaocracía fueron destruidas por las tropas de Boves.
La Guerra de Independencia y la prolongación de la mentalidad colonial en el medio
de oligarquía criolla de la recién creada república independiente de Venezuela, solo
hicieron sino profundizar el latifundismo. La esclavitud durará hasta su definitiva
abolición en 1854 y el negocio del cacao benefició a los nuevos Grandes Cacao de
la época republicana como el propio José Antonio Páez entre otros. La
subsiguiente Guerra Federal (1858-1863) trajo como consecuencia el abandono de
la producción cacaotera.
Dos nuevos factores entrarían a opacar el sol radiante del cacao en Venezuela:
primero el surgimiento de otros centros de producción cacaoteros mundiales como
Ghana, Costa de Marfil y Nigeria en África; segundo la explotación del petróleo que
provocaría una migración interna de la población rural venezolana hacia los
campos petrolero. A principio del siglo XX el cacao entraría en una fase de franca
declinación en nuestro país.