El Cañoncillo es un bosque seco de 1,300 hectáreas en Perú que contiene tres lagunas y vestigios arqueológicos. Fue declarado Área de Conservación Privada en 2004 para proteger su flora y fauna única, como el algarrobo, y combatir la tala ilegal. Los guardabosques del área guían a los visitantes para que puedan disfrutar de los deportes de aventura y la belleza natural del lugar.