2. Texto: 1ª. Cor. 2:14-3:4 Pero el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente.
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado
de nadie.
16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas
nosotros tenemos la mente de
Cristo. De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales,
como a niños en Cristo.
2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois
capaces todavía,
3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?
4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy
de Apolos, ¿no sois carnales?
3. Se mencionan tres clases de
personas
1. El natural. 2. El espiritual.
3. El carnal.
Se mencionan algunas características de los
carnales.
A. son niños. B. no entienden lo espiritual.
C. tienen problemas de interrelación:
1. Celos. 2. Contiendas. 3. Disensiones.
4. Pero hoy estudiaremos cuales son algunos cualidades
de los espirituales para tratar de ser espirituales.
I. Lo que parece ser señal de espiritualidad pero
no lo es
1. Asistir a la iglesia
2. Vestirse decorosamente
3. Ser líderes, predicar, servir, enseñar, cantar, etc.
4. Orar, ayunar
5. Hacerle bien a la gente
6. Hablar lenguas
5. Lo que sí es una señal de
espiritualidad
1. Amar a Dios sobre todo.
Mar 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es
el principal mandamiento.
2. Amar las cosas de Dios sobre todas las cosas.
Colosense 3:1,2 Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no
6. 3. Manifestar los frutos del Espíritu.
Gal 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley.
4. Renunciar a las obras de la carne.
Gal 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne.
17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y
éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
7. 5. Renunciar a lo que a uno le gusta para hacer lo que
Dios quiere.
Gal 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,
el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
6. Hacer la voluntad de Dios.
Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de
los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces
les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad
8. 7. Renunciar a la vieja naturaleza y vestirse de la nueva.
Ef. 4:22-32 En cuanto ala pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,
que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el
espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios
en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira,
hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de
los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con
el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra
boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a
los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura,
enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos
con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también
os perdonó a vosotros en Cristo.
9. A. Desechar la mentira B. No hurtar C. No hablar mal D.
Dejar las actitudes que contristan al Espíritu Santo E.
Perdonar
8. Obedecer a Dios y a sus autoridades.
Fililipenses. 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz.
He. 5:7-9 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y
súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la
muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era
Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido
10. Ef. 6:1-3 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es
justo.
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Ro. 13:1,2 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no
hay autoridad
sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios
resiste; y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos
9. Restauran a los que han fallado. Son buenas influencias.
Gal 6:1-3 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois
espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo,
no sea que tú también seas tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros,
y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí
mismo se engaña.
Conclusión: No nos conformemos con parecer o creer que somos espirituales.
Pidámosle al Señor que nos haga espirituales y trabajemos en el carácter,
sometiéndolo al Espíritu Santo, para lograrlo