Las características fundamentales de un proceso de innovación incluyen la invención y su explotación técnica y comercial, abarcando diferentes fases desde la generación de ideas hasta la explotación de los resultados. Un proceso de innovación surge del esfuerzo de la empresa en interacción con su entorno. Para ser considerada una innovación, un proceso, sistema o producto técnico debe ofrecer una ventaja subjetiva, ser compatible con un sistema de valores dado, y ser sencillo, posible de probar, y visible.