El documento discute cómo la violencia se puede reflejar en nuestras acciones a través de lo que vemos y escuchamos. Señala que los medios de comunicación como Dragon Ball Z pueden influir en el desarrollo de conductas a través de la imitación, a pesar de que la violencia mostrada no es sádica. Explica que los niños pueden asumir que las acciones violentas de los personajes son por el bien mayor.