El carpintero se preparaba para jubilarse y construyó una última casa como favor personal para su jefe. Sin embargo, usó materiales de baja calidad y realizó un trabajo deficiente porque ya no ponía el mismo esfuerzo. Para su sorpresa, cuando el jefe inspeccionó la casa le dio las llaves al carpintero, revelando que la casa era un regalo para que él la habite. La historia enseña que debemos esforzarnos al máximo en todo lo que hacemos, ya que estamos construyendo nuestra propia vida.