Pere Milá encargó a Gaudí la construcción de La Casa Milá, también conocida como La Pedrera, en Barcelona, después de quedar impresionado con La Casa Batlló. La construcción se prolongó durante cuatro años y muchos criticaron su diseño irregular e inusual. La fachada está decorada con motivos inspirados en la naturaleza y el tejado cuenta con 39 chimeneas esculpidas en forma de caballeros y criaturas fantásticas.