Fernando Jones fue un explorador español que dedicó su carrera a buscar la legendaria Ciudad de Oro Maya perdida. Después de años de investigación, logró encontrar dos de los tres diamantes necesarios para abrir la Puerta Secreta que conducía a la ciudad. Finalmente, descubrió que su antiguo profesor tenía el último diamante oculto en su ojo falso. Lamentablemente, Fernando murió de tifus antes de poder colocar los diamantes y abrir la puerta él mismo, pero sus compañeros completaron su

1. C I N Q U E N A L E C T U R A D E
L L E N G U A C A S T E L L A N A
LOS DIAMANTES DE LA PUERTA SECRETA
Cuando en 2006 vio la luz por primera vez, Fernando Jones era solo una criatura indefensa. Sin
embargo, la comadrona a cargo del bebé se dio cuenta muy pronto de que ese pequeño ser llegaría lejos,
muy lejos. El llanto con el que vino al mundo fue tan potente y ensordecedor que el cuerpo de médicos y
enfermeras quedó profundamente impresionado: ¡nunca habían visto a una criatura llorar con tanto ímpetu y
decisión!
Fernando fue un renacuajo que jugó siempre en la calle, en contacto directo con la naturaleza y con sus
amigos. Pudo disfrutar de mil y una vivencias que, poco a poco, irían dibujando su no tan lejano futuro como
explorador. Siendo solo un niño se adentró con sus compañeros en los agujeros más peligrosos de la sierra,
jugó a la guerra lanzando pequeñas piedras con tirachinas (por aquel entonces nadie se quejaba, si un
pequeño golpe o una herida de nada aparecían en el cuerpo), se coló en las casas abandonadas más
oscuras, frías y aterradoras del pueblo y, en alguna ocasión, llegó a casa ya de noche, cuando sus padres
dormían. Ningún peligro le disuadió a la hora de llevar a cabo sus travesuras.
Siendo ya joven, Fernando terminó sus estudios de bachillerato e ingresó en el año 2027 en la
universidad de Nuevo México, donde desarrolló una vasta e impresionante carrera como arqueólogo,
obteniendo las mejores notas de su promoción y llegando a ser aceptado como arqueólogo de apoyo en el
famoso proyecto de excavación de La Puerta Secreta, una búsqueda incesante de una ciudad prohibida y
perdida en el corazón de México en la que supuestamente se escondía un valioso tesoro maya.
Convertido en arqueólogo profesional y distinguido personaje, Fernando Jones inició su propia
búsqueda de la ciudad desaparecida en el año 2030. Montó una expedición de profesionales españoles y
mexicanos y logró encontrar, en una gruta situada en la ladera del volcán Popocatepetl, uno de los tres
diamantes que permitían abrir la deseada puerta hacia la ciudad de oro. Dicha puerta tenía tres agujeros

2. (que simulaban los ojos y la boca) en los que el más afortunado de los exploradores debía colocar los tres
diamantes escondidos por todo el mundo.
Tras la colocación de la primera piedra preciosa, Jones encontró el segundo diamante durante una
excavación en el poblado íbero de Gebut, situado en la localidad de Soses. Inmediatamente, voló con su
expedición hacia México para colocar la joya. Quedaba aún una de las tres valiosas piedras por encontrar y
colocar.
Fernando llevó a cabo una intensa investigación a fin de encontrar el último de los diamantes.
Finalmente, cuando ya estaba a punto de abandonar su personal aventura, la historia dio un vuelco
inesperado. El arqueólogo fue a consultar a su antiguo profesor de la universidad, el doctor Castells, y se dio
cuenta muy pronto de que ese hombre era un caníbal. Lo descubrió en su despacho comiéndose el pie de
un enano. Al hablar con él, Fernando también descubrió que sui ojo izquierdo era en realidad falso: ¡en lugar
de ojo tenía un diamante camuflado! ¡El último diamante! Jones logró aturdir al profesor con su antiguo
tirachinas y le arrebató el ojo-diamante.
Cuando en 2050 logró finalmente volver a México con la intención de acceder a la ciudad de oro
perdida, Fernando no pudo llegar a colocar el último diamante porque enfermó de tifus y murió. Sus
compañeros abrieron la puerta de la ciudad por él, en lo que fue un homenaje póstumo.