El documento describe un castro encontrado recientemente en Boal, Asturias, España. El castro tiene fosos, rampas, murallas defensivas, calles y casas descubiertas. Parece ser muy grande, incluso más grande que el castro cercano en Coaña. Los castros generalmente se situaban en zonas fáciles de defender. Los íberos que habitaron la zona eran conocidos comerciantes que introdujeron la moneda y la escritura a la región.