La revolución francesa comenzó cuando el pueblo se levantó contra el rey y la nobleza debido a la pobreza, el hambre y la falta de representación. Filósofos como Rousseau y Montesquieu promovieron ideales de igualdad y verdad que inspiraron al pueblo a tomar acción, culminando con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 y el inicio de la revolución.