SlideShare una empresa de Scribd logo
CERTEZAS EN LA OSCURIDAD
Colección
Dame de beber
Retiros predicados por el presbítero
Manuel F. Pascual
1. El mirar de Dios es amar
2. Lo reconocieron al partir el pan
3. Si yo no tengo amor...
4. Certezas en la oscuridad
Como un hombre cualquiera *
Camino a Damasco *
Andar en tu Presencia *
El arte de vivir *
* En preparación
Pbro. Manuel F. Pascual
Certezas en la oscuridad
12 meditaciones
Diseño y composición: Alberto Azzolini y Adrián Broggini
Foto de Tapa: archivo Editorial Guadalupe
Editorial Guadalupe
Mansilla 3865
1425 Buenos Aires, Argentina
Tel. / Fax.: (11) 4826-8587
Internet: http://www.editorialguadalupe.com.ar
E-mail: ventas@editorialguadalupe.com.ar
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Todos los derechos reservados
Impreso, en la Argentina
©Editorial Guadalupe, 2004
ISBN: 950-500-445-5
¡Gracias!
a todos los que me ayudaron
a ser y a hacer
EL AUTOR
7
Una guía para el Lector
A fin de poder identificar en forma sencilla y rápida las diversas
meditaciones de este volumen, hemos impreso, en el margen derecho
de las páginas impares, una serie de “manchas”, en forma escalonada
hacia abajo, que señalan con claridad el número de la meditación de la
que se trata en esas páginas.
11111
22222
33333
44444
55555
66666
77777
88888
99999
1010101010
1111111111
1212121212
1. “Certezas en la oscuridad”
2. ”El amor no se detiene donde puede seguir”
3. “El llanto del hombre en Dios
y en el hombre la alegría
4. “Vida y muerte son cuestión de amor”
5. “Sin una luz y guía sino la que en el corazón ardía”
6. “Sin arrimo y con arrimo, en su llamada sabrosa
toda me voy consumiendo”
7. “¿Adonde te escondiste amado,
y me dexaste con gemido?”
8. “La música callada, la soledad sonora...”
9. “Entremos más adentro, en la espesura”
10. “Violencia y ternura del amor”
11. “Cuán delicadamente me enamoras”
12. “Un pobre soñador”
8
9
Introducción
Nacer es asomarse al misterio, somos un infinito grito de
comunión. Sed de luz, necesidad imperiosa de ternura,
siempre en camino y no pudiendo avanzar sin de alguna
manera haber llegado.
¡Qué misterioso y grandioso el corazón del hombre! La
inmensidad del universo, lo infinito del paisaje, son huella
de alguien, pero no son alguien. El hombre es tierra animada,
un manojo hermoso de sentimientos. Alguien ante alguien,
Dios y el hombre, paisaje externo y grito dentro....
La belleza y la inmensidad nos hieren, son espejos de
nuestra infinitud, son el eco de la suya. Lo encontrado nos
abisma pero el amor da coraje y calor para afrontar la
intemperie.
El hombre es barro besado, una paradójica síntesis de
techo y universo; somos árbol y pájaro, montaña y hierba,
arroyo y mar, isla y continente, sol y luna, noche y día, verano
e invierno, primavera y otoño...
El cóndor sabe volar, él como tantos nos enseña a vivir, no
se agita, sabe aprovechar el viento y las corrientes de calor.
Las cosas son muy distintas desde arriba y desde lejos,
desde allí no nos rozan, hay proporción, se puede mantener
cierta objetividad; desde cerca, por el contrario, se está
dentro, nos afectan, nos involucran. ¿Cercanía y lejanía, se
excluyen o se complementan? El Padre en Jesús, quiso saberlo
de otro modo y, nosotros en él, pudimos verlo de otro modo...
Las fronteras son caprichos del hombre, la unidad ya
existía, sólo hay que saberla descubrir y animarse a vivirla.
La humildad del agua le permite llegar muy lejos y abrirse
paso por lugares que parecen sin salida. Donde ella llega,
10
llega la vida. Sabe cantar corriendo entre las rocas y habla
serena en la llovizna.
El viento es nuestro libre compañero de camino, como a
tantos se lo siente sobre todo cuando falta... Cuántas veces
nos llevaste, cuántas veces nos trajiste...
Las horas de quietud reflejan el paisaje y la transparencia
permite ver profundo. ¡Qué lejos y qué cerca esta todo!
Nuestro paso por la vida no parece dejar más que estelas
en la mar, sin embargo hay caminos, hay huellas y senderos
que se han convertido en camino. La mujer, el amigo y la
casa nos pueden dar cobijo... ¿cómo seguir buscando sin
intuir y probar lo que buscamos? Hasta el río aprende en el
lago a soñar con el mar.
Las cumbres son solitarias y frías pero ellas saben de
horizontes, los valles son acogedores y cálidos, en ellos la
vida se hace detalle, adornado de color, sonido y aroma.
Gracias a las estrellas soportamos la noche; por la certeza
del amanecer no desfallecemos al atardecer. Hemos visto el
lucero… ya no falta tanto para el día...
¿A dónde queremos llegar? A donde el corazón se aquiete.
No sabemos mucho, pero entendimos que él sabe más de lo
que parece y cuando él descanse, allí podremos estar ciertos
de encontrar amor. El amor lo puso en camino, fue lo único
que lo alimentó, es lo único que lo saciará.
Contemplar un paisaje sin defensas, aceptar un gesto de
amor, animarse a rezar, es permitirle al Padre que sus manos
cariñosas y artesanas intenten en nosotros la belleza siempre
soñada.
Dios pobló la noche de estrellas, al día lo llenó de sol y al
corazón del hombre le regaló certezas que le permitan
abrazar, arremeter, convivir e incluso transfigurar oscuridades.
Certezas racionales, afectivas, estéticas y religiosas brillan
en la noche del hombre, en esta larga noche que es la historia.
11
Un día la noche se hizo buena, se nos pobló de amorosa
presencia, pero el sol, curiosamente nunca fue más
insuficiente: a las tres de la tarde hizo falta la confianza para
poder seguir viendo, para poder ver el rostro del Padre, en
un rostro humano tan sufriente.
Estamos en un momento especial de la historia, un
verdadero cambio de civilización. La Iglesia es luz de las
gentes, una lámpara encendida para alumbrar, sal destinada
a dar sabor. Para poder serlo, necesita ella misma haber
aprendido a convivir, en las más duras noches guiada por la
certeza de Jesús. Para serlo necesita hijos capaces de ser luz
en la oscuridad. San Juan de la Cruz es un maestro, pero no
alcanza, hay que ofrecer ejemplos nuevos y cercanos al
hombre de hoy.
Juan pobló su noche de poemas, ellos le dieron luz y calor.
Donde hubo fuego quedan brasas, por eso queremos
acercarnos a ellos para comprender porque un hombre que
padeció la oscuridad pudo cantar “noche amable, noche
dichosa”. Él pudo comprender que la noche le permitió
encontrar; más aún, la noche fue instrumento en manos de
Dios para transformarlo en aquello mismo que buscaba. Tal
vez aprendamos a no resistir tanto, a confiar más, a adorar
mejor, a terminar la vida con una palabra que brote de un
corazón enamorado y se haga sonrisa en nuestros labios:
gracias. Con ella expresaremos lo que entendimos se nos
ofrece y lo que humildemente quisimos vivir.
Como los niños, somos capaces de reír, jugar y dormir
cuando la madre está cerca. Así atravesó Jesús su noche, con
María al pie de su Cruz, así nació la Iglesia en Pentecostés,
con la silenciosa y confiada presencia de la madre.
PBRO. MANUEL F. PASCUAL
Buenos Aires, julio de 2004
13
1ª meditación
“Ceretezas en la oscuridad”
El pueblo que caminaba en las tinieblas
ha visto una gran luz;
sobre los que habitaban en el país de la oscuridad
ha brillado una luz.
Tú has multiplicado la alegría,
has acrecentado el gozo;
ellos se regocijan en tu presencia,
como se goza en la cosecha,
como cuando reina la alegría
por el reparto del botín.
(Isaías 9, 1-2)
“Que bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche”
[LA FONTE]
1. Aquella eterna fonte está escondida,
qué bien sé yo dó tiene su manida,
aunque es de noche.
2. Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen della viene,
aunque es de noche.
3. Sé que no puede ser cosa tan bella
y que cielos y tierra beben della,
aunque es de noche.
14
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
4. Bien sé que suelo en ella no se halla
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
5. Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.
6. Sé ser tan caudalosos sus corrientes,
que infiernos, cielos riegan, y las gentes,
aunque es de noche.
7. El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.
8. El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
9. Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
10. Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.
11. Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
!!!!
Siempre que uno empieza algo es bueno preguntarse cuál
es la finalidad. Sobre todo, es fundamental preguntarse: ¿cuál
es el fin de la vida? Ya que según el fin habrá que ordenar
todos los medios, elegir los caminos; todo tendrá valor o no
de acuerdo a si nos lleva o no a aquello que es nuestra
plenitud.
15
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
Por eso es tan importante preguntarnos siempre dónde
está aquello que nos da el gozo, aquello para lo cual fuimos
creados y nunca está de más decirlo con distintos enguajes.
Los hombres tenemos como vocación más profunda la
comunión personal. Nacimos no para la soledad, sino para
la comunión, que no es simplemente estar juntos, sino que es
una comunión de personas, no una masificación, sino una
unión libre y amorosa.
Estamos llamados al amor pleno de lucidez y libertad.
Lucidez, con diálogo y siempre con libertad. La comunión
estaría dañada o no tendría su plenitud si simplemente nos
uniera la necesidad, el “no tenemos más remedio”, porque
nos tocó estar juntos y no porque lo queremos. Nos sentimos
acompañados cuando alguien quiere estar a nuestro lado;
no simplemente cuando hay alguien cerca, sino cuando
alguien quiere estar a nuestro lado.
Los hombres somos temporales, es decir, vivimos en el
tiempo; crecemos, nos vamos desarrollando, nuestra
vocación se realiza en el tiempo. Tener esperanza es creer
que esta vocación a la comunión es posible. ¿Cuál es el
contenido de la esperanza? La comunión plena con Dios y
los hermanos, la esperanza tiene que ver con el fin. Tener
esperanza es creer que a partir de algo presente podemos
esperar con certeza su plenitud. La esperanza no es un salto
al vacío, es haber probado algo en el presente que nos haya
permitido intuir que hay algo pleno en el futuro que anuncia,
que balbucea, que expresa eso que hoy estamos viviendo,
aunque sea de modo humilde, pero suficiente para despertar
el sueño, la aventura.
La certeza más profunda que tenemos los humanos, la
única capaz de arremeter la oscuridad, más aún, de soportar
convivir con ella, es el haber sido amados. Esa es la
experiencia en el presente que permite saltar con esperanza
hacia el futuro, convivir con la oscuridad, arremeter las
16
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
oscuridades de la vida, la certeza de haber sido amados.
Siempre recuerden que esto se puede leer en clave humana
y en clave espiritual. Certeza de haber sido amado por
alguien, certeza de haber sido amado por Dios: la doble
comunión. Esa certeza de haber sido amados, ¿cuándo
alcanza su plenitud?, ¿cuál es la expresión máxima que
tenemos en este mundo de haber sido amados?
Esa es la certeza que el Padre nos ha dado en Jesús. La
Encarnación es querernos dar en el presente una experiencia
de amor concreto que nos permita vislumbrar, asomarnos al
amor eterno de Dios. Certeza que nos anima a reconocer y
aceptar nuestro corazón infinitamente sediento. Sólo cuando
sabemos, en Jesús, que Dios nos ama y que la vida, por lo
tanto, tiene sentido, nos animamos a reconocer y a aceptar.
Primero darnos cuenta, pero no basta darse cuenta, hay que
darse cuenta y aceptar, tener un corazón infinitamente
sediento. A veces no lo queremos saber para no sufrir y a
veces lo sabemos pero nos cuesta aceptar que tenemos un
corazón tan grande, y nos resistimos a tener esta medida tan
infinita que Dios nos puso en el corazón y que nos hace tan
maravillosa y tan dura la vida, el desear la no medida de la
felicidad y de la vida.
La Eucaristía es, justamente, acción de gracias, porque al
hacer memoria de Jesús, reavivamos nuestra certeza de ser
amados y encontramos luz y calor para iluminar nuestras
noches, y aliviar nuestras soledades, mientras aguardamos
la plenitud de la comunión. ¡Qué seríamos sin la luz de la
Palabra, que es como una vela, nos va alumbrando el
camino!, ¡qué haríamos sin la Presencia, sin su cercanía. La
Eucaristía es el maná, el encuentro cotidiano que reaviva
nuestra certeza de ser amados y nos anima a seguir
peregrinando.
Pero sabemos que para acceder a esta certeza, de ser
amados por Dios, en Jesús, para poder hacerla propia, se
hace imprescindible una vivencia humana, sacramento a
17
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
partir del cual podemos saber de qué se trata el amor y en
última instancia creérselo a Dios.
¿Cómo podría entender qué es el amor, de qué se trata el
amor y en última instancia creérselo a Dios si no tengo
experiencias humanas que me permitan entender el amor de
Jesús, sacramento del Amor del Padre? Por eso está
íntimamente ligada nuestra madurez humana a nuestra
madurez espiritual. Son necesarias las dos cosas. Si solamente
tuviéramos experiencia de amor humano no terminaríamos
de saber el infinito amor del Padre, pero si no tuviéramos
experiencia de amor humano tal vez no entenderíamos de
qué se trata el amor.
El místico es el hombre, es el creyente, el hombre religioso,
que quiso hacer de la fe una experiencia, del misterio su centro,
su fascinación. El místico es el hombre que no sabe callar y
no sabe hablar. ¡Qué paradoja! No sabe callar. ¿Por qué?
¿Cómo callar ante Dios, y al mismo tiempo cómo hablar de
Dios? ¡Qué difícil!, creo que nos pasa a todos. ¿Cómo callar
si tu Voz me quema por dentro? Y cómo decirlo con
propiedad a los demás. ¿Cómo poder hablar de Dios, de
nuestra experiencia espiritual, del amor, cuando las palabras
se nos muestran tan insuficientes para expresar lo que hemos
intuido?
¿Qué es lo inefable? Lo inefable es aquello que nada
puede expresar, lo inefable son aquellas realidades que no
hay palabra, no hay definición, no hay imagen capaz de
agotar el contenido de lo que queremos expresar. Lo inefable
es aquello que nada puede expresar pero ante lo cual nadie
puede callar. Por eso un paisaje, una música bella, algo bo-
nito, casi siempre nos arranca una exclamación, que es como
una palabra que no puede terminar de tomar forma pero
tampoco podríamos quedarnos en silencio; era demasiado
bonito para callarlo pero ¿cómo decirlo? Son esas
expresiones que nos salen del corazón cuando sucede que
algo nos conmueve.
18
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
Para algunos el silencio, que no pudieron aprisionar, se
rompe en poesía como el lenguaje menos inadecuado, no
el más adecuado, el menos inadecuado, para lleno de
belleza, de humildad, de castidad; poder expresar algo de
aquello que no se puede expresar. Los poetas dicen con
belleza, justamente, lo que no se puede decir; con castidad,
sabiendo que no pueden dominar; es un decir humilde, como
diciendo: yo no pretendo aprisionar con mis palabras lo que
acabo de decir, hay muchas otras formas de decirlo. Hasta
san Juan de la Cruz dirá que sus poesías las interprete cada
uno como quiera. A él hasta le cuesta comentarlas, porque
se da cuenta que las palabras ni siquiera son de él. Ni él es
dueño de interpretar lo que él mismo escribió, por eso dice
castidad, es decir, no me pertenece. Lenguaje que, sin pre-
tender dominar ni agotar, pretende expresar.
Para poder sintonizar con lo inefable y con su lenguaje
más adecuado, no basta acercarse y no es suficiente leer,
hace falta algo mucho más profundo, hace falta quedarse
vulnerables ante el misterio, y sólo teniendo una experiencia
semejante, el lenguaje nos confiará sus secretos. Leerse es la
única forma de leerlo.
Dicho más claro, si yo no me quedo ante Dios, los que
hablen de Dios no me dirán nada. Ustedes tendrán la
experiencia de haber leído un libro de oración alguna vez
sin haber tenido demasiada experiencia de oración, y qué
distinto es leerlo años después, después de haber vivido,
sufrido, orado...
¡Qué bueno es leer un libro para encontrar las palabras
que tal vez yo no tengo para expresar una experiencia que sí
tengo! La propia experiencia, el propio encuentro es
imprescindible. Nadie puede ir por nosotros; nosotros
tenemos que ir al encuentro de Dios y, si vamos nosotros, tal
vez vamos a entender a los que Dios les dio la gracia de
poder decir lo que a lo mejor nosotros no podemos, pero
sabemos.
19
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
El lenguaje de la fe, la experiencia del hombre creyente,
la experiencia de la fe, están poblados de certezas y
oscuridades, porque Dios es un Dios revelado, pero al mismo
tiempo es un Dios escondido. Que Dios se haya manifestado
en Jesús no significa que se haya develado absolutamente
su misterio; al contrario quiere decir que su misterio se
expresó tanto cuanto se puede en la Palabra hecha carne,
pero no significa que ya estamos en la visión beatífica.
Significa que Dios nos permitió asomarnos todo lo que se
puede desde la precariedad de este mundo a una realidad
que nos ha sido dicha pero no agotada.
Nuestro Dios es un Dios trascendente e inmanente, lo
podemos encontrar en una flor pero ni los cielos de los cielos
lo pueden contener. Un Dios que tiene templos pero que no
entra ni en el templo del universo. No lo podemos atrapar.
Un Padre que está en el cielo, Abbá, cercano, cariñoso y al
mismo tiempo, en el cielo. Un “inmenso Padre” (C 27), dirá
san Juan de la Cruz. Un Dios que se nos entregó en Jesús y
sigue siendo misterio, una fe, llena de certezas aunque sin
embargo sigue siendo noche. Sabemos cosas, pero
ignoramos tantas otras; tenemos, como el caminante en la
noche, estrellas para guiarnos, pero se ve tan poco… Sin
embargo, sigue siendo noche, pero noche poblada, noche
buena a partir de Belén.
Sigue habiendo oscuridad, pero Él está con nosotros, y
hay luz para guiarse en la oscuridad. Ya no es simplemente
noche. Cuántas veces, a lo mejor, dijimos: hoy es Nochebuena
y no nos dábamos cuenta lo que estábamos diciendo. Hoy
es Nochebuena. A la noche le decimos hoy, buena, porque a
partir de Belén hasta a la oscuridad se le encendió una luz,
aunque sea un Niño, y hay una presencia que le da calor.
El significado más profundo de algo, lo encontramos al
analizar o contemplar lo que es y además por el sentido que
eso tiene en nuestra historia. Supongamos que les muestro
un objeto y les digo, ¿qué es esto? Es un rosario pero no
20
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
basta ver lo que es. Podría decir este rosario perteneció a mi
madre. Ya no es para mí cualquier rosario, es un rosario y ya
tiene un significado, pero además lo usó mi madre o una
persona querida que le da a ese objeto una significación
más allá de lo que es en sí mismo. La significación de lo que
en la historia significó para mí o para un ser querido.
Para un sediento nada más significativo que una fuente,
un manantial. Lugar de donde mana el agua, pero cuando
la sed no es sólo de agua sino de verdad y amor infinitos, no
es extraño que se cante y se celebre el hallazgo de una fuente
más profunda. ¿Quiénes celebran el manantial? Los que
tenían sed y encontraron lo que les permite salvar la vida.
¿Quiénes cantan el hallazgo del manantial que es Dios?
Aquellos que tenían sed infinita. Dios, como el manantial de
donde todo surge, no con espontánea casualidad sino por
decisión libre y amorosa. En los manantiales el agua surge
por sí, sale. En cambio en Dios es un manantial que todo lo
que brota de Él es por decisión libre y amorosa, no porque
sí. No sólo todo surge de Él, lo cual significa que todo lo que
surge de Dios es amor y es signo y es palabra, sino además
Dios mismo es manantial y torrente porque Él mismo sale a
nuestro encuentro para ofrecerse y calmar nuestra sed.
Pensemos que en la Encarnación: Dios sale de sí para
entregarse al hombre, para saciar su sed.
Juan de la Cruz, prisionero en Toledo, alojado en una celda
sin ventanas junto al río Tajo, al que no puede ver pero si oír
corriendo entre las rocas, nos dice:
“Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche”.
Lo oigo aunque no lo puedo ver. Qué bien sé yo, decía
Juan prisionero, la fuente que mana y corre, por ahí pasa un
río, lo estoy oyendo, pero es de noche, no lo puedo ver pero
sé que está. Los rumores del río le dan certeza de la fuente de
donde surge el río aunque no la ve. Podríamos decir en un
21
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
sentido más profundo, la creación entera y sobre todo Jesús,
son el rumor que despierta nuestra certeza de Dios. ¡Qué
bueno si somos capaces de oír un río y decir: por acá pasa,
¿de dónde vendrá?, ¡qué sordos estamos si vivimos en medio
de la creación y ante Jesús y no sospechamos la fuente de
donde viene! Si ustedes quieren es lo de los discípulos:
“muéstranos al Padre y eso nos basta” (Juan 14, 8). No se
dieron cuenta que quien ve a Jesús ve al Padre; que si hay río
hay fuente.
Más de una vez la vida se experimenta como un oscuro
calabozo, crisis y circunstancias ante las cuales parece haber
solo dos posibilidades: hundirse, desesperar, morir o una
invitación para que al fin salga lo mejor. Para dar una
respuesta hay que apelar a lo más profundo, a lo más bello
que hay en nosotros. A veces estamos en circunstancias donde
uno dice acá me denigro, digo basta, renuncio, bajo los
brazos, desespero, o tengo que apelar a lo más profundo, a
lo más noble, tengo que entrar allá, muy adentro en el corazón
para poder dar una respuesta de amor.
Para que se dé un encuentro de amor personal, tendrá
que haber dos salidas. Si dos personas no se quieren encontrar
por más que estén cerca, no se van a encontrar. Y encontrar
no significa necesariamente verse; significa: nos hablamos,
nos comunicamos; es algo más profundo: “vos quisiste hablar;
yo te quise oír; yo te contesté; vos me quisiste escuchar”, eso
es encontrarse con mayúsculas. Para que haya un encuentro
tiene que haber dos salidas, la de un Dios que se ofrece, se
entrega, pero al mismo tiempo hace falta también un hombre
capaz de creer, de salir de sus convicciones, pensamientos,
razonamientos y seguridades, para decirle a Dios, te creo.
Recibir al Dios que se da lo hacemos por la fe, te creo. Y
cuando digo te creo significa, abandono como última
instancia de comprensión lo que yo sabía hasta ahora para
creer como última instancia de comprensión lo que vos me
decís que sos, lo que vos me decís que soy.
22
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
“Que bien sé yo”, certeza de la fe que se afirma en la
palabra y el gesto del amigo; esa es la certeza del creyente,
te creo y me afirmo en tu palabra, y en tu gesto de amor, la
pasión, es mi certeza. ¡Sé que me amás, te creo! “aunque es
de noche”... Oscuridad de la fe que dio un salto más allá de
lo verificable. Creo que me amás pero no puedo verificar a
cada rato que me amás. Más aún, muchas circunstancias de
la vida parecen decirme que no me amás y, sin embargo, vi
algo que me dio certeza de tu amor; pero tengo oscuridad
porque no siempre puedo entender cómo me amás. Oscuro
porque no es verificable, un salto más allá de lo comprobable
o, mejor dicho, sólo verificable al saltar. Por ejemplo entre
dos amigos: te creo y ¿cómo voy a saber que mi amigo es
fiel? Si me atrevo a ser su amigo el tiempo me dirá si lo es.
Sólo lo voy a poder verificar si salto, si creo. Si me abandono,
lo sabré. “¿Dónde vives? Vengan y lo verán” (Juan 1, 38-39).
¿Cómo sé que no me vas a traicionar? Si confiás. Ese es el
riesgo del amor y de la fe, me puedo estrellar, me puedo
encontrar con brazos amorosos. Eso es lo que nos pasa en el
plano humano y en el religioso.
La fe es la puerta de la vida teologal, la puerta de la vida
espiritual. Jesús pidió siempre fe, y no habló tanto de
esperanza; sólo al final le preguntó a Pedro si lo amaba. En
cambio siempre pidió fe. ¿Por qué? Porque cuando la fe nace,
después vienen la esperanza y la caridad como
consecuencia. Al creerte encuentro un sentido en tu amor, y al
haber un sentido, puedo esperar y si puedo esperar me animo
a sembrar todo lo que tengo y soy, es decir me animo a amar.
En pleno julio, en los campos de La Pampa, en la provincia
de Buenos Aires, se está sembrando trigo. En el corazón del
invierno el hombre pone los últimos granos que le quedan
en la tierra, cuando parece que no hay vida. ¿Por qué? porque
sabe que hay primavera, porque sabemos que después viene
la primavera nos jugamos los últimos granos de trigo y los
ponemos en tierra, porque queremos pan. Si no supiéramos
23
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
que hay primavera no nos arriesgaríamos a poner lo último
que nos queda. Lo mismo en otro plano; si tengo dudas de
la primavera eterna tendré muchas dudas de gastar mi vida
ahora. En la medida que tengo certeza de eternidad puedo
malgastar mi vida, porque mi vida, en plenitud, es la que
viene después.
La mirada poética, la mirada humilde, la mirada creyente,
la mirada religiosa, la mirada amante, no analiza sino que
se deja impregnar. ¡Qué distinta la mirada de un crítico y la
de un niño! Un crítico mira y uno siente que te está estudiando.
La mirada de un niño es como un pizarrón sin estrenar o una
película fotográfica que se deja lastimar por la luz. La mirada
poética, la mirada humilde, es el que se deja lastimar por la
flor; su belleza le habla.
Yo soy un eco humilde de la voz de la flor, dirá el poeta. Lo
mismo el religioso, mi voz es un eco humilde del Dios que vi,
que experimenté, que se me manifestó.
Es la actitud del conocimiento místico y sapiencial. El
místico y el sabio no están analizando todo, sino que hacen
silencio para que todo les hable, para que todo les hable de
Dios, para que todo les hable y les regale el sentido de la
vida. Por eso los sabios son humildes, porque son alumnos
hasta de las hojitas de otoño caídas en el piso. Los sabios
son alumnos de todos y de todo, siempre están en clase.
El verdadero hombre religioso tiene una actitud existencial,
una manera de estar en la vida. Recibir lo que le ofrecen y
como se lo ofrecen. Es muy importante, es el único modo de
poder conocer a las personas. Cuando conozco a una per-
sona puedo ponerla en los casilleros que yo ya tengo hechos,
o cuando conozco puedo hacer un casillero nuevo para poner
a esta que es única.
El hombre es una caja de resonancia, todo es mensaje
personal pero sólo se hace inteligible ante alguien. Si salen
al parque a caminar, sepan que están caminando por una
24
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
biblioteca que sólo la va a poder leer un hombre que esté
atento a un mensaje personal; de otra forma sólo encontrarán
cosas, plantas, barro.
Dios, al romper su silencio y entregarse, nos permitió
asomarnos a su Ser, quiso que su misterio resonara en el
corazón humano. Es como si hubiera intentado lo imposible,
que Dios se pueda revelar en lenguaje humano, que lo más
entre en lo menos. Él sabe que somos pequeñitos y, sin em-
bargo, nos creyó capaces de acoger su misterio. Esta “fonte”
es escondida, dice el poema, está escondida, no la vemos.
¿Qué quiere decir escondido? Escondido es sobrenatural;
está más allá, por encima de lo natural, es “fría”. ¿Vieron
que las aguas que vienen de las cumbres son frías, porque
viene de lo alto, es decir alta? No la alcanzan nuestros
sentidos y nuestra razón; esta fuente “origen no lo tiene”, es
eterna, más aún ella es origen de todo, no lo hizo nadie, es
de donde sale todo, es creadora; es tan “bella”, que el cielo
y la tierra beben de ella.
Toda la belleza que hay en el mundo, en el cielo y en la
tierra, bebió de Dios. Por eso todo lo bello nos habla de Dios.
Cuando nos gusta algo lindo, una persona, un paisaje, una
verdad, en el fondo, es porque tiene algo de Dios. ¿Cómo
será Él si esto es tan bello?
Es tan profunda esta fuente que, al sumergirnos en ella, no
podemos resolverla y conquistarla; sólo acogerla o mejor
dicho somos acogidos en ella, por eso decimos “suelo no se
halla”. Cuando uno hace pie tiene la sensación que domina
la situación. En la piscina hago pie, en la orilla del mar hago
pie, cuando ya no se hace pie es bastante más profundo, el
hombre en Dios no hace pie. Es tan “clara”, que toda luz y
verdad vienen de ella; es tan “caudalosa” esta fuente que
sus corrientes riegan “infiernos, cielos y gentes”, es decir, en
todo está presente, Dios está presente en todo y por lo tanto
todo está ante él. Cuando en el Evangelio Jesús nos dice “tu
Padre ve en lo secreto”, es lo mismo. ¿Donde no está Dios?
25
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
Y, porque Dios está en todo lugar y en toda cosa, todo está
en su Presencia. Esta fuente está llena de vida, es decir de
comunión. ¡Qué lindo empezar a ver como sinónimos, vida
y comunión! ¿Cuándo algo está lleno de vida? Cuando está
lleno de comunión. Dios es el viviente por excelencia y Dios
es Trinidad, es comunión. Hay vida cuando hay comunión.
Dios no es soledad, es misterio de comunión personal, Pa-
dre, Hijo y Espíritu Santo.
Juan de la Cruz en la prisión no sólo no pudo ver el río
sino que tampoco pudo celebrar la Eucaristía.
Paradójicamente a veces hay que cerrar los ojos para ver,
hay que sufrir la soledad para celebrar la comunión.
Valoramos las cosas sólo cuando nos faltan. Cuántas veces
vemos mejor en la ausencia que en la presencia. Así en la luz
que le da la oscuridad y la soledad, curiosamente entiende
dónde está la compañía y dónde está la luz. ¿Cuándo nos
damos cuenta lo que vale la pena?, cuando nos damos
cuenta que es aquello sin lo cual no podemos vivir, donde
está aquello de lo que se vive o cuales son las verdades
esenciales.
Así con la luz que le da la soledad y la oscuridad dice:
“Aquesta eterna fonte está escondida en este vivo
pan por darnos vida, aunque es de noche”.
¿Dónde está Dios? En la Eucaristía. ¿Quién iba a decir
que Ese escondido, Ese que es alto, inaccesible, infinito,
inmenso, se iba a esconder en el humilde pan para hacerse
accesible? Y, si está aquí hecho pan, es justamente porque
“está llamando a las creaturas para que se harten...porque
es de noche”. Dios sabe que es difícil caminar en la noche
hacia la plenitud si no es con encuentros que den certeza de
que la plenitud es posible. Jesús un día en medio del templo
gritó:
“«El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree
en mí». Como dice la Escritura: De su seno brotarán
26
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
manantiales de agua viva” (Juan 7, 37-38).
El misterio de Dios, es misterio entregado, ofrecido, por
eso dirá san Juan “yo lo veo...aunque es de noche”. Nosotros
también podemos decir yo veo a Dios aunque es de noche;
lo veo en su Palabra, en la Eucaristía. Tensión que
acompañará al amor hasta el final, mirar sabiendo que vemos
y no vemos. ¿Qué nos pasa cuando adoramos la Eucaristía?
Vemos y no vemos. ¿Qué nos pasa cuando miramos un rostro
amado? Vemos y no vemos. Vemos mucho de la persona en
el rostro amado, pero ¡cuánto se nos escapa!.. Todo el tiempo
estamos viendo y no viendo. Cuando miramos un paisaje lo
vemos, se nos revela, pero nos damos cuenta que hay mucho
más de lo que podemos ver.
Mirar un rostro, mirar a los ojos, mirar un paisaje, mirar la
Eucaristía, mirar la cruz, mirar el pesebre, sabiendo que
vemos y no vemos. Porque vimos que no vimos todo, y
queremos ver y seguimos mirando a ver si podemos ver más,
por eso el amante jamás se cansa de mirar el rostro amado,
porque ve y no ve, y quiere todo. Se trata de comprender que
hay que aprender a penetrar y trascender y ya no más, (le
pedimos palabras prestadas a Atahualpa Yupanqui): “la dulce
mentira de mudar de paisaje...”, dicho más claro,
disimulamos nuestra falta de profundidad, cambiando de
paisajes. La mirada de turista, que pasa por quince paisajes
en una hora. No se pueden ver quince paisajes en un rato.
Eso que dije del turista nos pasa a nosotros, leemos libros,
razonamos, buscamos, siempre queremos algo nuevo. Y no
nos damos cuenta que ese algo nuevo no siempre hay que
buscarlo en cantidad de cosas sino lo que hay que aprender
a hacer, es a mirar a fondo un paisaje, un rostro, un libro, y
no tanto la dulce mentira de cambiar, que no siempre es para
ver más sino para disimular que no pudimos terminar de ver.
Permítanme un ejemplo: ustedes escucharon hablar de la
ópera de Mozart, “Don Juan”. La interpretación es esta, que
27
1ª meditación “Certezas en la oscuridad”
11111
Don Juan es bastante mujeriego. Y ¿cuál es la ironía de este
hombre muy mujeriego? Que como no era capaz de quedarse
frente a una mujer, pasaba por muchas, parecía experto en
mujeres y, en realidad, nunca había entrado en una. Cada
uno de nosotros lo tiene que aplicar a su realidad.
Con María aprendamos a mirar la humanidad de Aquel
en el cual se esconde la plenitud de la divinidad. Hay que
aprender a mirar la humanidad de Jesús, lugar por excelencia
de encuentro del hombre con Dios y del hombre con el
hombre. Ahí nos fue revelado Dios, ahí nos fue revelado el
hombre.
29
2ª meditación
“El amor no se detiene donde puede
seguir”
Job respondió al Señor, diciendo:
“Yo sé que tú lo puedes todo
y que ningún proyecto es irrealizable para ti.
Sí, yo hablaba sin entender,
de maravillas que me sobrepasan y que ignoro.
«Escucha, déjame hablar;
yo te interrogaré y tú me instruirás».
Yo te conocía sólo de oídas,
pero ahora te han visto mis ojos.
Por eso me retracto,
y me arrepiento en el polvo y la ceniza”
(Job 42,1-6)
“ENTRÉME DONDE NO SUPE”
Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
1. Yo no supe dónde estaba,
pero, cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
30
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
que me quedé no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.
2. De paz y de piedad
era la sciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta;
era cosa tan secreta,
que me quedé balbuciendo,
toda sciencia trascendiendo.
3. Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo.
toda sciencia trascendiendo.
4. El que allí llega de vero
de sí mismo desfallesce;
cuanto sabía primero
mucho bajo le paresce,
y Su ciencia tanto cresce,
que se queda no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.
5. Cuanto más alto se sube
tanto menos se entendía,
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía;
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda sciencia trascendiendo.
6. Este saber no sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer,
31
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda sciencia trascendiendo.
7. Y es de tan alta excelencia
aqueste summo saber,
que no hay facultad ni sciencia
que le puedan emprender;
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
irá siempre trascendiendo.
8. Y, si lo queréis oír,
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia;
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo,
toda ciencia trascendiendo.
!!!!
“POR TODA LA HERMOSURA”
Por toda la hermosura
nunca yo me perderé,
sino por un no sé qué
que se alcanza por ventura.
1. Sabor de bien que es finito,
lo más que puede llegar
es cansar el apetito
y estragar el paladar;
y así, por toda dulzura
nunca yo me perderé,
sino por un no sé qué
que se halla por ventura.
32
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
2. El corazón generoso
nunca cura de parar
donde se puede pasar,
sino en más dificultoso;
nada le causa hartura,
y sube tanto su fe,
que gusta de un no sé qué
que se halla por ventura.
3. El que de amor adolesce,
de el divino ser tocado,
tiene el gusto tan trocado
que a los gustos desfalle[s]ce;
como el que con calentura
fastidia el manjar que ve,
y apetece un no sé qué
que se halla por ventura.
4. No os maravilléis de aquesto
que el gusto se quede tal,
porque es la causa del mal
ajena de todo el resto;
y así toda criatura
enajenada se ve
y gusta de un no sé qué
que se halla por ventura.
5. Que estando la voluntad
de divinidad tocada,
no puede quedar pagada
sino con divinidad;
mas, por ser tal su hermosura
que sólo se ve por fe,
gústala en un no sé qué
que se halla por ventura.
6. Pues, de tal enamorado,
decidme si habréis dolor,
33
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
pues que no tiene sabor
entre todo lo criado;
solo, sin forma y figura,
sin hallar arrimo y pie,
gustando allá un no sé qué
que se halla por ventura.
7. No penséis que el interior,
que es de mucha más valía,
halla gozo y alegría
en lo que acá da sabor;
mas sobre toda hermosura,
y lo que es y será y fue,
gusta de allá un no sé qué
que se halla por ventura.
8 Más emplea su cuidado
quien se quiere aventajar
en lo que está por ganar
que en lo que tiene ganado;
y así, para más altura,
yo siempre me inclinaré
sobre todo a un no sé qué
que se halla por ventura.
9. Por lo que por el sentido
puede acá comprehenderse
y todo lo que entenderse,
aunque sea muy subido,
ni por gracia y hermosura,
yo nunca me perderé
sino por un no sé qué
que se halla por ventura.-Finis.
!!!!
34
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
Nos estamos refiriendo al conocimiento de Dios y,
fundamentalmente, al conocimiento de Dios a través de la
fe. El tema que está detrás, aunque no lo mencionemos con
estas explícitas palabras es el ahondar en el modo que Dios
eligió para que nos relacionemos con Él. ¿Cuál sería ese
modo? Vivir como creyentes, peregrinar como creyentes.
La fe nos lleva hasta las puertas, hasta los umbrales del
misterio, pero nosotros no estamos llamados a llegar a los
umbrales del misterio; estamos invitados a penetrar. Como
somos peregrinos de lo absoluto no podemos detenernos en
sus enunciados, el amor siempre nos invita a trascender.
Nuestro peregrinar no termina en la fe, sino estamos invitados
a trascender los enunciados de la fe y a entrar en comunión
con Dios, no con las verdades que hablan de Dios.
Por eso el título, el amor no se detiene donde se puede
seguir; el amor no quiere quedarse en los medios, el amor
busca el encuentro, la persona, la comunión. Esa es la
maravilla del amor, sabe distinguir los medios del fin y no se
queda a mitad de camino.
El amor no descansa antes de tiempo, sólo descansa
cuando hay encuentro. No es cuestión de cantidad de libros
y lecturas sino, usando palabras literales de san Juan de la
Cruz, de “manosear las verdades” (C 1,11), eso que hacemos
con el limón y la naranja, lo apretamos, lo exprimimos, a ver
si le sacamos todo el jugo. Lo mismo: debemos sacarle el
jugo a las verdades de la fe para que nos vayan entregando
sus secretos. ¿Cómo peregrinar? En la fe y el amor, así
podemos encontrar a Dios en este mundo, siempre
“buscándolo en la fe y en el amor”.
Más de una vez, en la vida, nos pasa que, sin saber cómo
y no como resultado de un razonamiento sino como una
evidencia que se impone, nos damos cuenta de que algo ha
cambiado y que todo lo vemos de otro modo. Vamos en un
viaje, tomamos una curva, pasamos una loma, una cuchilla
y el paisaje cambia... ¡Qué poco y cuánto cambió! Íbamos
35
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
por la misma ruta, una curva, una loma, un monte y ya el
paisaje es otro.
Así, en la vida espiritual, en la vida de fe, se dan paradojas
como ésta: “no supe dónde entraba me vi sin saber dónde
estaba, grandes cosas entendí...”. No sé qué me pasó, puedo
empezar a ver con claridad cosas que hasta hace un instante
no veía, como si Dios nos iluminase más allá de nuestros
razonamientos. Algo de esto nos pasó con la vocación, a lo
mejor no estábamos razonando qué es lo que teníamos que
hacer y vimos con claridad; algo nos pasó y vimos que
teníamos que hacer determinada cosa. Ya no sólo frente a
un paisaje o a cosas que nos acontecen sino ante la misma
revelación; nos sucede que, sin saber cómo, la vamos
entendiendo más profundamente. Job, luego de haber creído
que entendía a Dios y su misterioso obrar, con verdades, (Job
no decía cosas que eran falsas pero eran incompletas), pero
sin darse cuenta que estaba tomando como absoluta la
lógica humana, (Dios premia a los buenos y castiga a los
malos). Se vio sorprendido con la irrupción de lo sagrado,
ante lo cual terminará diciendo con humildad y asombro:
“Yo te conocía sólo de oídas” (Job 42, 5); lo que yo entendía
de vos, un día se me mostró insuficiente para entenderte. Vos
apareciste y comprendí que no sabía nada.
Así podemos asomarnos a expresiones como esta:
“no puedo decir lo que sentí, me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo”.
Hay un saber que trasciende al saber de la ciencia.
Pensemos, en Teresita, no era teóloga, pero es doctora de la
fe. Cuántos doctores en teología no traspasan, a lo mejor, la
lógica de la ciencia teológica.
Este “saber no sabiendo”, es una “ciencia perfecta”, llena
de paz, no de la paz que es fruto de la quietud posterior a un
esfuerzo, la paz que uno siente cuando termina algo, barrí el
pasillo, la paz de la misión cumplida, terminé mi tarea, fui a
36
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
dar clase, arreglé este vestido que estaba roto, la serenidad
de decir terminé con lo que tenía que hacer. No es esa paz,
la paz, fruto de un don, es otra cosa y, de haber intuido la
plenitud que no viene de nuestro esfuerzo, nos fue regalada.
“Ciencia perfecta”, es esta que nos es donada, que es
infusa, llena de piedad, dirá san Juan de la Cruz, que si lo
traducimos a nuestro lenguaje sería la ciencia filial, el saber
amoroso e íntimo que los hijos tienen de sus padres; los hijos
no estudian a sus padres, pero saben quiénes son sus pa-
dres. Una ciencia del hijo con respecto al padre, “ciencia
perfecta”, acompañada de soledad, ya que al tenerla no
vemos lo mismo que los demás y nos hace ajenos a todo el
resto.
Cuántas veces nos pasa que nos sentimos ajenos a tantos
que ya no nos entienden: aún dentro de la vida consagrada;
los que van entendiendo más el Evangelio son menos
entendidos aún por sus hermanos. Es una ciencia llena de
soledad, ajenos no sólo de los demás sino de nosotros
mismos; nos enajena, nos sentimos extraños a nosotros
mismos -como el enamorado-, el hombre que ha tenido una
fuerte experiencia de Dios, o una pérdida profunda. Al día
siguiente soy el mismo, pero ya no soy el mismo. Me pasó
algo que me hace sentir extraño a mí mismo.
¿Qué me pasó que algo cambió, que esta experiencia,
esta experiencia tan personal de haber perdido un ser querido
hace que yo ya me sienta extraño a mí mismo? Estos sentires
yo no los tuve nunca, nunca vi la vida como la veo hoy.
A partir de esta pérdida o a partir de este encuentro o a
partir de este amor que se despertó, todo lo veo de otra
manera, ya no es la misma realidad, ya no soy el mismo. Es
él mismo y ya no es él mismo. Es la soledad de Jesús al
experimentarse tantas veces incomprendido hasta por sus
mismos discípulos. Jesús habla en un nivel y los discípulos lo
entendían en otro. Él decía tenemos que ir a Jerusalén, y los
apóstoles peleando a ver quién era el primero de entre ellos.
37
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
“El que allí llega, el que va teniendo esta ciencia
que Dios comunica al corazón, de si mismo
desfallece”,
ya que lo antes sabido y experimentado ya no sirve y
alcanza. Cuántas veces decimos: “lo que sé me permite vivir”,
y en determinado momento: “lo que sé ya no me alcanza,
necesito más”. Es lo que le pasó a Moisés cuando Dios le
pide que se quite sus sandalias, para pisar tierra sagrada
(Ex. 3). Sus sandalias lo llevaron hasta allí, pero ahora
impedirían el contacto.
“Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro
Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño
más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al
Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una
llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al
ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó:
«Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué
será que la zarza no se consume?». Cuando el Señor
vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó
desde la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!». «Aquí
estoy», respondió el. Entonces Dios le dijo: «No te
acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el
suelo que estás pisando es una tierra santa» (Éxodo 3,
1-5).
Es lo mismo que decir esto, todo lo que sabías de Dios
hasta hoy, te sirvió para llegar hasta acá pero, ante Dios,
siempre descalzo, siempre permitiéndole que nos brinde una
experiencia nueva, plena. El amor no quiere vivir de la me-
moria, de los encuentros de ayer, sino anhela el encuentro
pleno que todavía no tuvo. Cuando el amor es auténtico se
resiste a la memoria y quiere buscar lo que todavía no tiene
y sabe puede alcanzar.
Por eso no es tan extraño que “cuanto más alto se sube
menos se entiende”; por eso no es extraño que la vida cristiana,
la vida espiritual, la vida humana, cuanto más profunda, más
38
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
nos damos cuenta de su complejidad y tenemos esa sensación
de que entendemos menos.
Recordemos que no es casualidad que Sócrates decía:
“Sólo sé que no sé nada”. Saber que no se sabe es saber
mucho, eso lo decimos muy rápido y en broma, sólo sé que
no sé nada. Sabe mucho el que sabe que no sabe y es
condición para dejarse conducir. ¿Quién se deja conducir,
quién es verdaderamente discípulo de Jesús sino el que sabe
que no sabe y cree que Él sí, y se deja guiar?
La “tenebrosa nube” que guiaba al pueblo en el desierto:
“La nube era tenebrosa para unos, mientras que
para los otros iluminaba la noche, de manera que en
toda la noche no pudieron acercarse los unos a los
otros” (Éxodo 14, 20).
Los discípulos de Jesús, en el Tabor, se vieron sorprendidos
por la Transfiguración; ese exceso de luz, verdad, intimidad,
destinado a sobrellevar el escándalo de la cruz:
“Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la
montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió
de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una
blancura deslumbrante” (Lucas 9, 28-29).
Es entonces “un entender no entendiendo”, obra de su
clemencia, no de nuestras conclusiones, pero sólo “para quien
se supiere vencer”, para quien se anime a no objetivar. Para
peregrinar en la fe hay que saber vencer y no pretender ir
entendiendo cada paso por donde vamos, eso es objetivar;
debemos aprender a confiar.
El que pretende ir entendiendo se paraliza, a Dios se va
creyendo. El que va creyendo tiene que vencer la tentación
que tenemos los humanos de medir, de querer saber dónde
estamos, por dónde vamos; buscamos lo seguro, queremos
asegurarnos desde nuestra lógica; tenemos que vencernos
para peregrinar con este saber extraño que es la fe.
39
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
¡Qué difícil es convivir con el Misterio de Dios, con el propio
misterio y con el misterio de los demás! Dicho de otro modo,
¡qué importante sería que, con estas u otras palabras, cada
uno de nosotros diga algo como esto: me acostumbré a no
entender, no como lo anormal, es lo normal! Me acostumbré
a no entender pero puedo estar en paz porque entendí que
Él entiende, pero yo ya sé que no puedo seguir sus pasos con
mi lógica. Lo normal es más bien que esté a oscuras, no a
veces, sino siempre. El verdadero creyente es el que sabe
permanecer en la oscuridad, con confianza y luz, dejándose
guiar por la fe.
Ese “irá siempre trascendiendo”, es decir habrá aceptado
el proceso, el camino de la fe. ¿Quiénes peregrinan de
verdad hacia el cielo? Los que se animan a trascender
siempre la lógica humana y se animan a vivir con la lógica
de la fe. Sólo el amor es capaz de ser fiel a lo pleno y aceptar
la vida como un permanente caminar. Significa no acampar
antes de tiempo. Nuestra tentación es la de conformarnos
con la tranquilidad antes que con la plenitud. Se parecen
pero no son lo mismo.
Por eso, dirá san Juan, para gustar, para poseer, para ser
o saber más de lo que somos, de lo que gustamos, de lo que
poseemos, habrá que ir por donde no se gusta, por donde
no se posee, por donde no se es y por donde no se sabe (cf. 1
S 13, 11).
Si quiero descubrir algo nuevo y quiero ir por caminos
conocidos, probablemente no lo descubriré nunca. Quien
quiera descubrir nuevas tierras tendrá que ir por caminos
desconocidos. Quien quiera crecer tendrá que vivir cosas que
hasta ahora no vivió y sentirá inseguridad. Para gustar más
habrá que probar lo que hasta ahora no probé. Hay que ir,
tengo que salir de mi rutina, salir de mis costumbres, dejarme
llevar por donde no sé. Quien se sepa vencer (esa inercia de
buscar siempre lo conocido) irá siempre trascendiendo sin
pretender dominar sino aceptando “su lenguaje, (el de Dios),
40
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
que es el callado amor”. Un Dios que nos conduce en el
silencio de la fe.
No es extraño que el hombre termine experimentando que
nada lo llena y todo lo cansa:
¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad,
pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! Todas las
cosas están gastadas, más de lo que se puede expresar.
¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de
escuchar? (Eclesiastés 1, 3. 8).
Cuando el Eclesiastés dice vanidad de vanidades, todo
vanidad, en realidad más que decir una experiencia personal
está refiriendo una experiencia del hombre. El hombre, el ser
humano, en determinado momento de la vida, experimenta
que nada lo llena, que todo lo cansa, y la gran pregunta es
¿por qué pasa esto? No es que las cosas le han fallado o
que él las haya despreciado, sino que su corazón es infinito,
y esto lo experimenta mucho más si ha probado el amor, lo
eterno, lo sagrado. Se da cuenta que todo, aunque sea
bueno, no tiene la medida del corazón.
Así se entienden expresiones como ésta:
“Por toda la hermosura yo no me perderé sino por
un no se qué que se alcanza por ventura”.
Por más que haya cosas hermosas, por más que la vida
tenga cosas bellas hay un algo intuido que hace que lo bello
quede pequeño. Como al que tiene fiebre o está enfermo o
al enamorado, el gusto se le ha cambiado. Cuando una per-
sona está enferma, le llevamos el plato preferido y no quiere.
“¡Uy!, no toma mate, ¿cómo se sentirá? Vive tomando mate,
si no toma, algo le debe pasar...”. O, cuando alguien empieza
a comer, nos damos cuenta que se curó.
El verdadero problema es que en determinado momento,
sentimos insatisfacción, la vida parece tediosa, gris, nada
nos entusiasma y no es porque estamos enfermos sino que
41
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
hemos gustado lo pleno y nos damos cuenta que no lo
tenemos y que nada lo puede reemplazar.
Este es el drama humano que “las heridas de amor las
cura el que las hizo”. Este es el problema del amor. No hay
reemplazantes, las heridas las cura el que las hizo. Esto se
cura con un encuentro no con reemplazantes. Lo infinito del
corazón del hombre es la herida, la huella, la eterna memo-
ria de quien nos ha hecho con amor. Los hombres tenemos
memoria de Dios y los encuentros que tenemos en esta vida
en la fe, en la oración, las experiencias que Dios nos regala
en el peregrinar nos hacen pasar del ser a la conciencia., es
decir, nos hacen tomar conciencia y nos avivan la sed.
Todos los hombres tienen un corazón infinito, pero no todos
se han dado cuenta. ¿Quiénes padecen más? Los que se
dieron cuenta de la infinita capacidad del corazón. ¿Cómo
se despierta el corazón? Con experiencias de amor. Ese es el
problema de la oración, consuela y aviva el problema, porque
en la medida que nos encontramos con Él se nos aviva la
conciencia de la necesidad de plenitud. Cabe una pregunta:
“¿habrá que compadecerse de tal enamorado?”. ¿Hay que
compadecerse del hombre de fe, del hombre que parece
terminar la vida insatisfecho? Esto lo preguntamos porque lo
vemos “sin saber, solo, sin forma y figura, sin arrimo y pié...”,
sin poder hacer pie en nada. Nada me consuela, nada me
llena, nada me calma. ¿Hay que compadecerse del hombre?
¿Tan dramática es su suerte? Podríamos preguntar ¿valió la
pena haber nacido? La respuesta es no, no hay que
compadecerse, ya que su dramática realidad no le viene tanto
de su pobreza sino de la maravillosa suerte de haber sido
invitado al amor.
Dicho en otras palabras, es preferible sufrir por estar
enamorado a tener la calma de no tener ni idea de lo que es
el amor. ¿Hay que compadecerse del hombre y preferir ser
una piedra que no tiene angustia, o es preferible ser hombre
con sed de plenitud? Su vida es dramática pero con
42
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
esperanza. La grandeza del hombre es su problema. Esto es
bueno para que nos entendamos. ¿Por qué nos sentimos mal?
Porque estamos hechos para lo pleno. Y nuestro sentirnos
mal nos está diciendo que esa es nuestra vocación, y que
estamos caminando hacia allá, y en este mundo no
terminamos de encontrar, donde reclinar la cabeza. Y esto
que parece una desgracia y es muy duro, es porque tuvimos
la gracia de haber sido invitados a la Trinidad. Somos barro
invitado a ser Dios, ese es el problema del hombre, es el
problema profundo que todos tenemos.
Por eso “su cuidado”, no está en custodiar lo poco o mucho
que tiene, es decir: lo sentido, entendido, gracias recibidas,
que se le terminarán escurriendo entre las manos y es poco,
sino “en lo que está por ganar”.
¿Qué tenemos que cuidar? No se trata de defender lo poco
que tenemos sino de no perdernos la plenitud a la cual fuimos
invitados. Hará falta fidelidad a lo pleno y una gran
capacidad de insatisfacción; es decir, de vivir en el tiempo y
en lo relativo con sed y esperanza de absoluto, sabiendo que
aquí ha comenzado pero no está la plenitud de la vida.
Lo sepamos o no, todos los días, cuando rezamos, no
hacemos otra cosa que volver a apuntar a la meta, y desde
allí nos situamos para entender la vida. Sólo el que reza
comprende a dónde va y puede comprender el sentido de
las renuncias, el sentido de la vida en este mundo. El trigo y
la cizaña tendrán que estar juntos hasta la llegada del Reino.
Ante los dones que no se compran, que no se merecen,
sólo nos queda pedir y disponerse. Los dones se piden y los
dones se disponen a recibirlos y esto no es poco, lo demás
está en sus manos, en las de Dios.
Dios no es una conquista del hombre, Dios es un regalo.
Nosotros podemos pedirlo y disponernos para que Él se nos
regale. Pero conquistar el misterio de Dios no es cosa del
hombre.
43
22222
2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir”
María comprendió que la plenitud está al final,
recordemos las bodas de Caná, y por eso, lejos de asustarse
ante la falta de vino recurrió al único que nos puede entregar
el de mejor calidad:
“Siempre se sirve primero el buen vino y cuando
todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad.
Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este
momento” (Juan 2, 10).
Dicho en otras palabras, no nos tenemos que asustar de
que un día la vida nos parezca una fiesta de bodas en la cual
el viso se terminó, ya no hay sentido, ya no tenemos fuerzas,
motivaciones, todo parece que se acabó. Ese es el momento
para acudir a Aquel que está deseando regalarnos el mejor
vino que viene al final, y que no es hecho por el hombre sino
aquel que puede entregarnos Jesús. El sentido de la vida no
es la ideología que los hombres nos fabricamos para
sobrevivir. El sentido de la vida es el que nos regala Jesús y el
que hay que saber esperar.
45
3ª meditación
“El llanto del hombre en Dios
y en el hombre la alegría”
“Sí, Dios amó tanto al mundo,
que entregó a su Hijo único
para que todo el que cree en él no muera,
sino que tenga Vida eterna”
(Juan 3, 16)
“EN EL PRINCIPIO”
1. En el principio moraba
el Verbo, y en Dios vivía,
en quien su felicidad
infinita poseía.
2. El mismo Verbo Dios era,
que el principio se decía;
él moraba en el principio,
y principio no tenía.
3. El era el mismo principio;
por eso de él carecía.
El Verbo se llama Hijo,
que del principio nacía;
hale siempre concebido
y siempre le concebía;
46
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
4. dale siempre su sustancia,
y siempre se la tenía.
Y así la gloria del Hijo
es la que en el Padre había
y toda su gloria el Padre
5. en el Hijo poseía.
Como amado en el amante
uno en otro residía,
y aquese amor que los une
en lo mismo convenía
6. con el uno y con el otro
en igualdad y valía.
Tres Personas y un amado
entre todos tres había,
y un amor en todas ellas
7. y un amante las hacía,
y el amante es el amado
en que cada cual vivía;
que el ser que los tres poseen
cada cual le poseía,
8. y cada cual de ellos ama
a la que este ser tenía.
Este ser es cada una,
y éste sólo las unía
en un inefable nudo
9. que decir no se sabía;
por lo cual era infinito
el amor que las unía,
porque un sólo amor tres tienen
que su esencia se decía;
10. que el amor cuanto más uno,
tanto más amor hacía.
De la comunicación de las tres Personas.
47
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
En aquel amor inmenso
que de los dos procedía,
palabras de gran regalo
11.. el Padre al Hijo decía,
de tan profundo deleite,
que nadie las entendía;
sólo el Hijo lo gozaba,
que es a quien pertenecía.
12. Pero aquello que se entiende
de esta manera decía:
Nada me contenta, Hijo,
fuera de tu compañía;
y si algo me contenta,
13. en ti mismo lo quería.
El que a ti más se parece
a mi más satisfacía,
y el que en nada te semeja
en mí nada hallaría.
14. En ti sólo me he agradado,
¡Oh vida de vida mía!
Eres lumbre de mi lumbre,
eres mi sabiduría,
figura de mi sustancia,
15. en quien bien me complacía.
Al que a ti te amare, Hijo,
a mí mismo le daría,
y el amor que yo en ti tengo
ese mismo en él pondría,
16. en razón de haber amado
a quien yo tanto quería.
De la creación
17. Una esposa que te ame.
mi Hijo, darte quería,
48
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
que por tu valor merezca
18. tener nuestra compañía
y comer pan a una mesa,
del mismo que yo comía,
porque conozca los bienes
que en tal Hijo yo tenía,
19. y se congracie conmigo
de tu gracia y lozanía.
-Mucho lo agradezco, Padre,
el Hijo le respondía-;
a la esposa que me dieres
20. yo mi claridad daría,
para que por ella vea cuánto mi Padre
valía,
y cómo el ser que poseo
de su ser le recibía.
21. Reclinarla he yo en mi brazo,
y en tu ardor se abrasaría,
y con eterno deleite
tu bondad sublimaría.
Prosigue
Hágase, pues -dijo el Padre-,
22. que tu amor lo merecía;
y en este dicho que dijo,
el mundo criado había
palacio para la esposa
hecho en gran sabiduría;
24. el cual en dos aposentos,
alto y bajo. dividía.
El bajo de diferencias
infinitas componía;
mas el alto hermoseaba
25. de admirable pedrería,
49
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
porque conozca la esposa
el Esposo que tenía.
En el alto colocaba
la angélica jerarquía;
26. pero la natura humana
en el bajo la ponía,
por ser en su compostura
algo de menor valía.
Y aunque el ser y los lugares
27. de esta suerte los partía,
pero todos son un cuerpo
de la esposa que decía;
que el amor de un mismo Esposo
una esposa los hacía.
28. Los de arriba poseían
el Esposo en alegría;
los de abajo, en esperanza
de fe que les infundía,
diciéndoles que algún tiempo
29. él los engrandecería.
y que aquella su bajeza
él se la levantaría
de manera que ninguno
ya la vituperaría;
30. porque en todo semejante
él a ellos se haría
y se vendría con ellos,
y con ellos moraría;
y que Dios sería hombre,
31. y que el hombre Dios sería,
y trataría con ellos,
comería y bebería;
y que con ellos contino
50
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
él mismo se quedaría,
32. hasta que se consumase
este siglo que corría,
cuando se gozaran juntos
en eterna melodía;
porque él era la cabeza
33. de la esposa que tenía,
a la cual todos los miembros
de los justos juntaría.
que son cuerpo de la esposa,
a la cual él tomaría
34. en sus brazos tiernamente,
y allí su amor la diría;
y que, así juntos en uno,
al Padre la llevaría,
donde del mismo deleite
35. que Dios goza, gozaría;
que, como el Padre y el Hijo,
y el que de ellos procedía
el uno vive en el otro,
así la esposa sería,
36. que, dentro de Dios absorta,
vida de Dios viviría.
Prosigue
Con esta buena esperanza
que de arriba les venía,
el tedio de sus trabajos
37. más leve se les hacía;
pero la esperanza larga
y el deseo que crecía
de gozarse con su Esposo
contino les afligía;
38. por lo cual con oraciones,
51
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
con suspiros y agonía,
con lágrimas y gemidos
le rogaban noche y día
que ya se determinase
39. a les dar su compañía.
Unos decían: -¡Oh si fuese
en mi tiempo el alegría!
Otros: -¡Acaba, Señor;
al que has de enviar, envía!
40. Otros: -¡Oh si ya rompieses
esos cielos, y vería
con mis ojos que bajases,
y mi llanto cesaría!
¡Regad, nubes, de lo alto,
41. que la tierra lo pedía,
y ábrase ya la tierra,
que espinas nos producía,
y produzca aquella flor
con que ella florecería!
42. Otros decían: -¡Oh dichoso
el que en tal tiempo sería,
que merezca ver a Dios
con los ojos que tenía,
y tratarle con sus manos,
43. y andar en su compañía,
y gozar de los misterios
que entonces ordenaría!
Prosigue
En aquestos y otros ruegos
gran tiempo pasado había;
44. pero en los postreros años
el fervor mucho crecía,
cuando el viejo Simeón
52
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
en deseo se encendía,
rogando a Dios que quisiese
45. dejalle ver este día.
Y así, el Espíritu Santo
al buen viejo respondía;
Que le daba su palabra
que la muerte no vería
46. hasta que la vida viese
que de arriba descendía.
y que él en sus mismas manos
al mismo Dios tomaría,
y le tendría en sus brazos
47. y consigo abrazaría.
Prosigue la Encarnación.
Ya que el tiempo era llegado
en que hacerse convenía
el rescate de la esposa,
que en duro yugo servía
48. debajo de aquella ley
que Moisés dado le había,
el Padre con amor tierno
de esta manera decía:
Ya ves, Hijo, que a tu esposa
49. a tu imagen hecho había,
y en lo que a ti se parece
contigo bien convenía;
pero difiere en la carne
que en tu simple ser no había
50. En los amores perfectos
esta ley se requería:
que se haga semejante
el amante a quien quería;
que la mayor semejanza
53
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
51. más deleite contenía;
el cual, sin duda, en tu esposa
grandemente crecería
si te viere semejante
en la carne que tenía.
52. -Mi voluntad es la tuya
-el Hijo le respondía-,
y la gloria que yo tengo
es tu voluntad ser mía,
y a mí me conviene, Padre,
53. lo que tu Alteza decía,
porque por esta manera
tu bondad más se vería;
veráse tu gran potencia,
justicia y sabiduría;
54. irélo a decir al mundo
y noticia le daría
de tu belleza v dulzura
y de tu soberanía.
Iré a buscar a mi esposa,
55. y sobre mí tomaría
sus fatigas y trabajos,
en que tanto padecía;
y porque ella vida tenga,
yo por ella moriría,
56. y sacándola del lago
a ti te la volvería.
Prosigue
Entonces llamó a un arcángel
que san Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
57. que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
54
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía;
58. y aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenia sólo Padre,
59. ya también Madre tenía,
aunque no como cualquiera
que de varón concebía,
que de las entrañas de ella
él su carne recibía;
60. por lo cual Hijo de Dios
y del hombre se decía.
Del Nacimiento
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
61. de su tálamo salía
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en un pesebre ponía,
62. entre unos animales
que a la sazón allí había.
Los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
63. que entre tales dos había.
Pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
55
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
al desposorio traía.
64. Y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
|por tan ajeno ser solía.
Finis.
!!!!
“DEL VERBO DIVINO LA VIRGEN PREÑADA”
1. Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino:
¡si le dais posada!
!!!!
Contemplar y exponer el misterio de Dios, es contemplar
y exponer el misterio del hombre. ¿Quién iba a decir que, al
hablar de Dios, indirectamente estamos hablando del
hombre? Si es cierto que somos creados a su imagen y
semejanza, mirar a Dios, en el fondo, es mirar al modelo
original. Nos entendemos mirando a nuestro Autor, a nuestro
Padre. Mirar a otro, curiosamente, es el mejor espejo en el
cual podemos entendernos. Lejos de evadirnos para olvidar
y escapar de nuestra pobreza, salimos al encuentro del
misterio original. Nosotros no somos el misterio original, hay
Otro que es el misterio original, sin el cual mal podríamos
entender todo lo demás. Sólo entendiendo esto último
56
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
podemos entender lo secundario. Queremos ir al encuentro
de Aquel que tiene nuestro secreto.
Buscar a Dios es buscar a Aquel que nos soñó. Más que
nosotros soñar tenemos que tratar de averiguar qué soñó Dios.
Nosotros somos el sueño de amor de alguien, y esto que
parece que nos quita independencia, es lo que nos hace tan
valiosos. Somos un sueño de amor y nada más ni nada menos
que de Dios; por eso nuestra vida no es insignificante aunque
lo parezca, ni la de ningún hombre ni la de nada de lo que
existe. Él nos ha soñado con amor.
Hay maneras de salir que no sólo no son evasión, sino la
única posibilidad de encontrarse. Hay maneras de salir que
nos hacen mal, y esto es cuando estamos demasiado
extrovertidos, ocupados, distraídos, estamos demasiado
atentos a la T.V., a las noticias, a lo que pasa y tenemos la
sensación de que hace mucho que no entramos al corazón.
Como cuando uno termina un día y tiene la sensación de
que se vuelve a encontrar con uno mismo, después de muchas
horas, como la persona que se va a trabajar y le dice a la
que quedó encasa, te veo a la noche. Eso es salir mal, cuando
uno vuelve a la noche y recién se reencuentra con uno mismo,
en vez de haber vivido todo el día desde uno mismo.
Hay una manera buena de salir, que no es evasiva, que no
es distracción, que no es extroversión mala, y es salir a
encontrarme con otro que curiosamente tiene lo más profundo
mío. Esta es la buena salida, el buen salir de sí mismo. A
veces lo hemos entendido mal y nos hemos despersonalizado.
Hay un salir de sí mismo bueno, que es dejar de mirarse para
mirarlo y encontrarse. Quien sea capaz de mirar los ojos de
aquel que lo está mirando con amor, habrá encontrado algo
mucho más bello que un espejo, y tal vez llegue mucho más
profundo que con la propia mirada externa.
Sin el otro, sin la persona que nos ama, la persona
quedaría sin raíz. Si nunca miráramos a otro no sabríamos
de dónde venimos. Por eso, mirar a nuestros mayores, a
57
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
nuestros padres, mirar la historia de la salvación, mirar a
Dios, es mirar nuestra raíz. Nos quedaríamos sin destino -para
quién soy-, si nunca levanto la mirada y descubro que alguien
me aguarda, que amo a alguien; ¿a dónde voy? El hombre
sin rumbo es el que no tiene a nadie, no quiere a nadie; no
tengo destino, no soy para otro. Nos quedaríamos sin nuestro
verdadero rostro. En cambio, el que se sabe amado y levantó
la mirada, ese sabe de dónde viene, sabe a dónde va y sabe,
mirando esos ojos, quién es “tú eres mi hijo muy querido” (cf.
Mateo 3, 17).
Entonces, si esto lo expresáramos de una manera más
simple, pero un poco más profundo podríamos decir: sólo
saliendo podemos entrar acompañados hasta el fondo sin
abismarnos. Una imagen gráfica: cuando uno era un niño/
a, estaba en una casa grande y había que ir al sótano. ¿Quién
baja solo/a al sótano? En cambio si alguien viene conmigo
bajo. Algo parecido nos pasa. Es muy difícil animarse a
quedarse con lo más profundo de uno a solas, tenemos miedo
de abismarnos, de asustarnos, de encontrarnos
despreciables, pobres, necesitados, solos; en cambio, sólo
saliendo al encuentro de otro que quiera entrar en mí me
animo a ir hasta el fondo.
Al levantar nuestra mirada, lejos de encontrarnos un Dios
indiferente, ausente, distraído, descubrimos que nos estaba
mirando, sosteniendo y abriendo el corazón para
manifestarse. Dios no es un Dios que esté mirando para otro
lado, es el Dios que mira la creación, la está sosteniendo
con su amor, y encima que está abriendo el corazón, se está
revelando, se nos reveló. Nos reveló su misterio que es
misterio de comunión personal: Dios nos dijo Yo no soy
Soledad,
“En el principio moraba
el Verbo, y en Dios vivía,
en quien su felicidad
infinita poseía”.
58
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
Dios no es un Dios solitario, es un Dios lleno de vida, de
comunión, de felicidad infinita. No es un Dios que me busca
porque es un carenciado que necesita de mi culto, sino que
es un Dios pleno que me invita a su plenitud.
El amor es principio y fin, ya que fuimos creados por amor
y para el amor. ¡Qué lugar esencial tiene el amor!, es la causa
de todo y es el fin de todo. Al entender esto, un hombre ya
tiene el rumbo esencial de la vida. No sé si nos damos cuenta
de lo que significa saber esto… si es que lo sabemos: que
todo fue hecho por amor; esta es la clave de interpretación
de la creación. La creación tiene por meta amar. Parece tan
poco…, pero si entendiéramos sólo esto, no sé si habría algo
más para decir. La encarnación hace de puente, de unión, de
empalme entre Dios y el hombre, entre estos dos tan parecidos
pero tan distintos, tan abismalmente distintos.
Revelarse, es más que decirse; podemos entenderlo
demasiado humanamente: es comunicarse, es entregarse.
Cuando Dios se revela se entrega, no es que nos mandó un
mensaje por medio de los profetas y nada más, su Palabra
se hizo carne. Decirse es una forma de darse. Volvemos a lo
humano: quien se diga bien se da. También un hombre se
dice, en el sentido más profundo, cuando abre su corazón.
Creo que todas ustedes habrán tenido la experiencia alguna
vez de alguien que no les decía sólo cosas sino que les estaba
dando su ser. Más de una vez ustedes, espero, han intentado
comunicarse no sólo dando información sino queriendo
expresar lo más profundo de sí mismas. Y porque Dios es
rico, y el hombre es pobre, será necesario el tiempo y la
progresión para que el amor nos vaya haciendo capaces de
acoger el don que excede nuestras capacidades. Pasa hasta
en matemáticas; hacen falta muchos cursos para que nos
puedan dar lo más complejo. Lo mismo pasa en el amor, lo
mismo pasa cuando Dios o una persona se nos quiere dar. El
hombre necesita tiempo para asimilar; como la tierra, no se
puede empapar el campo en un instante, hace falta la lluvia
59
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
serena, no basta un chaparrón. No podemos absorber todo
muy rápido.
En la comunicación es lo mismo. Podrá haber Internet,
comunicación instantánea, pero el hombre necesita tiempo
para asimilar el amor y la comprensión del otro, y mucho
más la de Dios.
Para el hombre -lo sepa o no-, buscar es siempre responder.
A veces nosotros creemos subjetivamente que nosotros somos
los que hemos tomado la iniciativa en la búsqueda. ¿Dónde
estás? Y, sin embargo el hombre, siempre que busca, lo sepa
o no, está respondiendo a la iniciativa de Aquel que lo creó
con sed de Dios, de buscar, de preguntar. En última instancia
nuestro grito no nos pertenece, todo hombre lleva en su
corazón un grito infinito, ¿dónde estás?, y ese grito, si lo
pensamos, es más un eco que una invocación. Gritamos
“donde estás” porque Dios nos gritó primero y nos dejó
marcados de tal modo que ahora lo gritamos nosotros.
Recordemos: siempre que busquemos a Dios, es más una
respuesta que una iniciativa.
Pero esa respuesta podría ser meramente automática, (la
palabra no me gusta). Todo hombre, por naturaleza, por
necesidad, buscará lo infinito. Estamos condenados a buscar
lo infinito, pero ese grito podemos hacerlo nuestro y amoroso.
No sólo te busco porque te necesito para alcanzar mi
plenitud, sino que ahora te busco porque te quiero, yo lo
quiero decir no sólo con mis entrañas, sino con mi corazón y
con mi libertad.
Para el cristiano, vivir no es otra cosa que responder
agradecido al amor gratuito de Dios. La Encarnación es el
punto culminante del proceso de entrega, de un movimiento
de la eternidad al tiempo. La respuesta es justamente
remontar el camino abierto por Jesús, el camino del tiempo
a la eternidad. Dios tomó la iniciativa de venir de la eternidad
al tiempo, los hombres respondemos remontando el camino
del tiempo a la eternidad.
60
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
Por eso, según creo, pienso y siento de Dios, y así organizo
la vida. No sé si siempre nos damos cuenta de que toda
conducta humana supone una visión de la vida y un rostro
de Dios. Sería bueno que un día nos preguntemos ¿mi
conducta, mis miedos, mi manera de actuar: ¿qué Dios está
confesando? ¿Es el mismo Dios en el que yo creo, que yo
pienso, que yo siento? Sería sano si el Dios en el cual creemos,
pensamos y sentimos fuera el mismo. Una persona puede
predicar a un Dios que no siente; yo siento a un Dios que me
da pánico y predico a un Dios compasivo. Tengo todavía
que evangelizar mi corazón para que este sienta lo que creo.
Nuestra vida es una confesión, una profesión de fe. Toda
persona, cuando vive, está profesando la fe, se de cuenta o
no; siempre está diciendo en qué cree y, por eso, obra así.
Se hace imprescindible preguntarnos si el Dios que
confiesa mi fe es el mismo que confiesa mi vida, mi obrar.
Podemos ver esto de un modo mucho más concreto: nuestra
manera de tratar a los demás pone de manifiesto la hondura
y calidad del amor que hemos recibido. ¿Cómo sé cómo me
han amado? Tengo que mirar cómo trato a los demás. En
última instancia tratamos como creemos que fuimos tratados.
La compasión, la misericordia, la gratuidad, la
incondicionalidad, son señales de haber sido encontrado por
Jesús o por alguien amado por Él que ama como Él.
Cuando alguien no ama bien, más que pensar que es un
malo, tenemos que pensar que todavía no fue amado
suficientemente; por eso no puede amar bien. Por eso el
Evangelio nos pide amar al enemigo porque, si supiera del
amor, no obraría así. Por eso Jesús creyó que valió la pena
morir amando a los que lo mataban, todavía no sabían del
amor.
El amor crea, Dios es creador porque es Amor, Dios no
tiene otro motivo para obrar; por eso “de Dios no se consigue
nada si no es por amor”, a Dios nunca le vamos a arrancar
algo a la fuerza, no lo podemos presionar; la única manera
61
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
de presionar a Dios es por amor, eso sí lo hace débil. Y, fíjense
qué bonito y tal vez más bonito, tampoco del hombre se
consigue nada humano si no es por amor. A la fuerza podemos
hacer muchas cosas con un hombre, pero nunca a la fuerza
podemos arrancarle nada humano, y menos una respuesta
de amor, nunca a la fuerza. Amor saca amor. Ni de Dios ni
del hombre se consigue nada profundo sino con amor. Creo
que esto es para revisar cómo educamos, cómo tratamos,
cómo evangelizamos, cómo -hasta diría- buscamos que haya
una sociedad más justa, no lo podemos lograr a la fuerza. El
hombre podría ser más justo, más fraterno, más solidario,
pero hay que emprender el camino de Jesús: habrá que
amarlo para que lo haga. No a la fuerza, no hay sistema
social, política, ideología alguna que logre, a la fuerza, hacer
de un hombre el hermano de otro hombre; eso lo logra el
amor.
Conocer a Dios nos permite conocer al hombre, conocer
al hombre nos permite también conocer a Dios. Se puede
dar vuelta esto:
“¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo
una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un
pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le
pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que
son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto
más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos
que se lo pidan” (Lucas 11, 11-13).
Ahí Jesús, está empleando la experiencia humana para
entender a Dios.
Así como deseamos que los demás quieran a quienes
nosotros queremos, así también Dios. Así como a nosotros
nos duele que desprecien a la persona que queremos, que la
ignoren, que la maltraten, lo mismo podemos intuir de Dios,
y así podemos asomarnos al misterio de la Encarnación.
“Una esposa que te ame.
62
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
mi Hijo, darte quería,
que por tu valor merezca
tener nuestra compañía
y comer pan a una mesa,
del mismo que yo comía,
porque conozca los bienes
que en tal Hijo yo tenía,
y se congracie conmigo
de tu gracia y lozanía.”.
En la Trinidad el Padre lo miró al Hijo y dijo, es demasiado
bueno para que lo quiera yo solo, quiero que lo quieran otros.
¿Cuál es el origen de la creación? Quiero que otros quieran
al que yo quiero, es demasiado bueno para que sea para mí
solo. Imagínense si una pareja de recién casados que se
quiere mucho, el esposo dice, sos demasiado buena para
ser para mí solo, quiero que tengas hijos que se den cuenta
quién sos. Y lo mismo al revés, mi marido es demasiado
bueno para mí, quiero que tenga hijos, quiero que otros gocen
de esto que yo tengo. Es la misma lógica.
El contento del Padre es el Hijo y todo aquel que se le
parece. Por eso son tan amables los amigos de Dios; ¿Por
qué es tan fácil querer a los amigos de Dios? Porque tienen
mucho de Dios; quererlos no sólo no nos aleja sino nos acerca
más a Él. A santa Teresa muchas veces le surgía este temor,
¿puedo querer a esta persona? con esta lógica contesta, cómo
no vas a querer a los amigos de Dios; al contrario te acerca,
no te aleja.
Con la misma lógica del Padre, el Hijo responde:
“el Hijo le respondía-;
a la esposa que me dieres
yo mi claridad daría,
para que por ella vea cuánto mi Padre valía,
y cómo el ser que poseo
de su ser le recibía”.
63
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
El Padre está pensando en el Hijo y el Hijo está pensando
en el Padre. Cuando me des una esposa, yo le quiero mostrar
en mí, cuánto vale el Padre, y habría que subrayar este “en
mí”. Quiero que viéndome a mí vean qué bueno sos vos.
¡Qué maravilla esto! Hermoso programa de vida para
nosotros, que en mí descubran cuánto vale el Padre. Acá está
toda la sacramentalidad cristiana que, en mí, en mi amor, en
mi conducta, en mi palabra, en mi ternura, los hombres
sospechen cuánto vale el Padre.
Fíjense si esto no es todo un programa de vida para
nosotros. ¿Para qué amanecemos hoy? Para que en mí, en
todo lo que yo haga hoy, en todo lo que diga, en mi manera
de amar a los demás, los hombres puedan ver cuánto vale
mi Padre. Eso es lo que hoy tengo que hacer, haga lo que
haga. Cualquiera sea mi oficio, mi tarea, habré vivido bien
si hoy, en mí, los hombres sospecharon cuánto vale el Padre.
Así quería vivir Jesús, así nos invita a vivir a nosotros, eso es
rendirle culto en espíritu y en verdad.
“La hora se acerca, y ya ha llegado, en que los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu
y en verdad, porque esos son los adoradores que
quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran
deben hacerlo en espíritu y en verdad (Juan 4, 23-
24).
Por medio de los profetas Dios nos fue suscitando y
educando en la esperanza. Esperanza, para el hombre con
sed de comunión, no es otra cosa que esperanza de
compañía, de cercanía, de semejanza. Si uno se preguntara
¿Qué es lo que espero? Van a ver que uno espera compañía,
espera cercanía, espera semejanza. Es muy importante irle
poniendo nombre al objeto del deseo. ¿Qué esperamos?
Esto es lo que esperamos.
En el mismo amor está la raíz de la esperanza, ya que “en
los amores perfectos se requiere semejanza”.
64
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
En los amores perfectos
esta ley se requería:
que se haga semejante
el amante a quien quería;
que la mayor semejanza
más deleite contenía;
el cual, sin duda, en tu esposa
grandemente crecería
si te viere semejante
en la carne que tenía.
El amor tiene sus leyes, sus leyes intrínsecas. Una de las
leyes del buen amor es esta, el amor busca y hace semejante.
Cuando el amor es bueno hace semejante al otro. Si el amor
de la maestra es bueno, al alumno, lo va a querer hacer tan
sabio como ella, y no dejarlo siempre alumno. Es decir, el
amor siempre hace crecer, madurar, el amor no se quiere
reservar nada, por eso quiere que el otro alcance la igualdad.
Por eso cuando Dios nos ama, Dios busca hacernos semejantes
a Él y para hacernos semejantes a Él se hizo primero Él
semejante a nosotros, para después podernos llevar a su
plenitud. Lo dice: “...el deleite crecería si te viere semejante
en la carne que tenía...”. Como diciendo: ¿cómo los hombres
van a descubrir en vos mi belleza y cómo te van a terminar
de amar y descubrir cuánto vales? Sólo si te haces semejante
en la carne que ellos tienen, es lo mismo que decir, sólo si te
haces de su condición humana, ahí le vas a poder traducir
mi belleza y van a poder conocer tu bondad, si le hablas en
el lenguaje que ellos pueden entender. El Padre está dispuesto
a entregar lo que más ama para alegría del hombre y el
Hijo responde para gloria del Padre y salvación del hombre:
“...por esa manera (si yo me encarno) tu bondad más se
vería...y sobre mi (como el Buen Pastor), tomaría sus fatigas y
trabajos”.
porque por esta manera
tu bondad más se vería;
65
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
veráse tu gran potencia,
justicia y sabiduría;
irélo a decir al mundo
y noticia le daría
de tu belleza v dulzura
y de tu soberanía.
La Encarnación es un Dios que se quiere hacer cargo del
hombre para que los problemas del hombre sean ahora los
suyos. Esta es la manera como podemos comprender que
nos ama: mi problema ahora es el suyo. Se hizo semejante a
mí.
Las palabras y el obrar de Dios despiertan la esperanza y
así “el tedio de los trabajos más leve se les hacía”.
Con esta buena esperanza
que de arriba les venía,
el tedio de sus trabajos
más leve se les hacía;
pero la esperanza larga
y el deseo que crecía
de gozarse con su Esposo
contino les afligía.
Supongamos que uno está trabajando y el día está pesado,
y viene alguien y nos dice: mañana nos vamos de paseo.
Bueno, es más fácil terminar el día. Hay esperanza. El tedio
del trabajo más leve se haría si mañana empezaran las
vacaciones. Pero aquí nos encontramos con la paradoja de
la esperanza en toda su crudeza: sus certezas nos alivian,
Dios se va a hacer hombre nos decían los profetas, viene el
Salvador y por eso la esperanza hacía más leve la espera,
pero su dilación nos atormenta: si es larga (la esperanza)
aumenta el deseo y aflige.
¡Qué bueno es saber que nos van a venir a visitar! Entonces,
entre que nos avisan y hasta que llega la persona que
esperamos, las horas no pasan nunca. Hay esperanza pero
66
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
el tiempo se empieza a hacer eterno porque el corazón va
más rápido que el reloj. Y este es el problema de la
esperanza: certeza de que viene pero… ¡cuánto tarda! El
corazón quiere ya y el tiempo no pasa tan rápido. Por eso el
anciano Simeón llegó a decir:
“Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera
en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han
visto la salvación que preparaste delante de todos los
pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y
gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2, 29-32).
Ahora, como diciendo, mirá que te esperé... Mis ojos han
visto a tu Salvador. Podría mechar una frase de los salmos,
“mis ojos han envejecido de tanto aguardar a mi Dios”, pero
ahora han visto a mi Salvador. Con lo cual podríamos decir:
la paz del anciano Simeón y de todo el que tenga esperanza
estará cargada de certezas y angustias... Tener esperanza es
tener certezas, pero es conocer angustias que no conoce el
que no tiene esperanza, es la angustia de la espera.
La libertad es condición imprescindible para el amor y es
obra suya. El amor crea libertad y sin amor no puede haber
libertad. La Encarnación es un misterio de amor llevado al
extremo. En realidad la Encarnación es un gran gesto de amor
de parte de Dios, es Él don, es Él que se nos dona, por eso es
un gran acto de libertad por parte de Dios y del hombre.
¿Por qué? Porque los dones hay que ofrecerlos pero también
hay que acogerlos. Yo puedo querer regalarle algo a alguien,
pero ese alguien lo tiene que querer recibir. “Mi voluntad es
la tuya”, decía el Hijo; me quiero encarnar, quiero, aquí estoy.
Y ¿qué dijo el hombre en labios de María?: “Al decir la Virgen
si el misterio se hacía”. No hay misterio de Encarnación, si
no hay un “sí” de María, si no hay un consentimiento
amoroso.
Con lo cual estamos diciendo que Dios tampoco puede
desplegar todos los sueños de amor que tiene con el hombre,
67
33333
3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría”
con cada uno de nosotros, si no consentimos en ser amados.
No sé si alguna vez les dijeron lo siguiente: “sos un poco
arisca”. Hay personas difíciles de querer, un poquito arisca...
¡Qué bueno sería que nunca nos lo diga Dios! Ese don no
basta que lo haya acogido María por nosotros, no basta la
Encarnación; podríamos decir que hay una encarnación que
se tiene que dar en el corazón de cada hombre, en María la
humanidad consciente y acoge el don, pero ese don debe
ser acogido por cada hombre:
“Del Verbo divino la Virgen preñada viene de
camino si le dais posada”.
María dijo sí y el Misterio se hizo, pero ¿dónde encontrar
un pesebre para que nazca? ¿Dónde hay lugar para que dé
a luz? Ese lugar es el sí y el espacio del corazón de cada uno
de nosotros. Mi humanidad es lugar donde Dios se puede
hacer también carne. ¡Qué maravilla y qué hermoso
programa de vida! ¿Cuál es nuestro objetivo? Que mi
humanidad sea prolongación de la de Jesús.
Una Palabra nos dijo el Padre y “se quedó mudo” (2S 22,6),
dirá san Juan de la Cruz. Una palabra, ¿qué quiere decir?
Que nos la dijo toda, nos la entregó toda, por eso se quedó
mudo. Cuando alguien habla profundo, de golpe se quedó
mudo, y alguien le dice ¿qué te pasó? Y ya no tengo más
nada que decir, ¿qué más puedo decir que esto? ¿Por qué
Dios se quedó mudo? Porque habló. ¿Está mudo o hay que
escuchar lo que dijo? ¿Está mudo o hay que seguir mirando
la humanidad de Jesús a ver si comprendemos lo que dijo?
No es porque ya no quiere hablar, sino todo lo contrario
porque en el Hijo el Padre nos lo dijo todo, nos lo entregó
todo.
Este quedarse mudo de Dios, nos deja a los hombres en
“Pasmo”, ¿qué significa? En un silencio pleno de adoración
y de gratitud al comprobar, como María, algo tan extraño en
el pesebre: “el llanto del hombre en Dios y en el hombre la
68
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
alegría...”, algo que “tan ajeno ser solía...”. Acá hay una
sutileza muy bella, empezó el poema hablándonos de un
Dios eterno y pleno de felicidad que termina revestido de
carne humana en el Niño Jesús y asumiendo el llanto del
hombre. Y los pastores, esos que aguardaban, lloraban y
gemían, ahora ríen porque Dios está con ellos.
Este es el admirable intercambio que hablaban los Pa-
dres de la Iglesia. El que era rico se hizo pobre para
enriquecernos con su pobreza. La alegría es más de Dios
que del hombre, y el llanto es más del hombre que de Dios.
El misterio es que Dios asumió el llanto para que el hombre
pueda asumir la alegría.
69
4ª meditación
“Vida y muerte
son cuestión de amor”
“Sabiendo que ya todo estaba cumplido,
y para que la Escritura se cumpliera hasta el final,
Jesús dijo: «Tengo sed».
Había allí un recipiente lleno de vinagre;
empaparon en él una esponja,
la ataron a una rama de hisopo
y se la acercaron a la boca.
Después de beber el vinagre,
dijo Jesús: «Todo se ha cumplido».
E inclinando la cabeza, entregó su espíritu”
(Juan 19, 28-30)
“UN PASTORCICO”
1. Un pastorcico, solo, está penado,
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.
2. No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.
70
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
3. Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho de el amor muy lastimado.
4. Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia,
y el pecho por su amor muy lastimado!
5. Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho de el amor muy lastimado.
!!!!
“VIVO SIN VIVIR EN MÍ”
Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
1. En mí yo no vivo ya
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin él y sin mí quedo,
este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
2. Esta vida que yo vivo
es privación de vivir;
y así es continuo morir
hasta que viva contigo.
Oye, mi Dios, lo que digo,
71
4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor”
44444
que esta vida no la quiero;
que muero porque no muero.
3. Estando absente de ti,
¿qué vida puedo tener
sino muerte padescer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.
4. El pez que del agua sale
aun de alivio no caresce,
que en la muerte que padesce
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues, si más vivo, más muero?
5. Cuando me pienso aliviar
de verte en el Sacramento,
háceme más sentimiento
el no te poder gozar;
todo es para más penar
por no verte como quiero,
y muero porque no muero.
6. Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor;
viviendo en tanto pavor
y esperando como espero,
muérome porque no muero.
7. ¡Sácame de aquesta muerte
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
72
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
en este lazo tan fuerte;
mira que peno por verte;
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
8. Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será
cuando yo diga de vero:
vivo ya porque no muero?
!!!!
Cuanto más simple y primitiva es la vivencia religiosa, las
fronteras entre lo sagrado y lo profano son más claras. Todo
aquello que pertenece al ámbito del culto es sagrado, ya
que ha sido separado para su uso. Consagrar es apartar del
uso normal y profano, tanto las personas como los lugares,
tiempos, objetos, música y tantas otras cosas. Pero, a partir
de la Encarnación, en este mundo, lo sagrado irrumpe en lo
profano y a través de lo profano. Esta es la maravilla del
hecho cristiano: lo sagrado irrumpe desde el corazón de lo
que nosotros llamábamos profano, vulgar, natural. Jesús no
nació en un templo, Jesús nació en el seno de una mujer.
Nació en un pesebre, es decir, irrumpe en lo común, lo
ordinario, en la vida natural. Lo que hace que algo sea
sagrado o profano ya no es tanto una cuestión de uso de lo
que se utiliza para lo sagrado, sino de la actitud o calidad
de trato que tenemos con todo, incluidos nosotros mismos.
Por eso no es extraño que un hombre religioso consagre
lo profano, aún tratándose de una canción de amor humano.
73
4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor”
44444
El hombre religioso es el que consagra lo que vive, lo que
hace, porque le da una significación, una calidad, un tipo de
trato que hace que las cosas alcancen su verdad más pro-
funda, como las ve Dios, como las trata Dios, como las pensó
Dios. El hombre religioso intuye el valor que Dios le dio a
todo y justamente, tratándolo bien y adecuadamente, le hace
alcanzar su máxima verdad. Se profana la realidad cuando
no se la mira y se la trata a la luz de la Encarnación.
¡Qué capacidad tremenda tiene el hombre! Puede
consagrar y puede profanar. Hay miradas que dignifican a
un hombre; uno puede mirar a un mendigo y dignificarlo y
uno puede mirar a un hombre y denigrarlo, según como lo
mire. Una canción de amor humano que es justamente este
poema El Pastorcico, era una canción de amor profano de
pastores, un pastor que le cantaba enamorado a la pastorcita.
San Juan de la Cruz lo escucha y lo convierte en lenguaje
para expresar el amor de Jesús por la humanidad. No sólo
san Juan de la Cruz; podríamos decirlo también del Cantar
de los Cantares y de más de un Salmo. Un hombre religioso
puede ver a Dios donde tal vez otros no lo ven.
Cuando la mirada a la cruz ha sido profunda se descubre
que la cruz es fundamentalmente una pena de amor; quien
mire la cruz podría decir que comprende que haya un dolor
más profundo que los clavos, que las espinas: hay un hombre
herido de amor. La cruz tiene un dolor más hondo, ya que
ella misma es un gran gesto de amor. La cruz es el último
lenguaje que Jesús emplea para decirnos que nos ama. Lo
que más le duele a Jesús es la falta de respuesta del hombre
y el incomprensible silencio-ausencia del Padre. La falta de
respuesta del hombre, al amarlo hasta el extremo; el silencio-
ausencia del Padre, incomprensible, ya que es la hora del
máximo testimonio y, sin embargo, es cuando Jesús más siente
su ausencia. Él es el hombre respondiendo al amor de Dios,
Jesús sentía dolor por la falta de respuesta del hombre y
curiosamente Él era el hermano que Dios nos regaló capaz
74
Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad
de responder por el hombre al amor de Dios. Él sentía la
ausencia de los hombres, y estaba ocupando el lugar nuestro
diciendo “sí” por nosotros. Y, al mismo tiempo, Dios,
solidarizándose con la suerte del hombre -el hombre nunca
lo siente tan lejos a Dios como en la muerte-, y Dios estaba
en Jesús solidarizándose con él en la muerte para hacerle
compañía. ¡Qué curioso! Asumió la soledad para acompañar,
las dos puntas, la soledad de Dios, la soledad de los hombres.
Vida y muerte son cuestión de amor; vivir y morir no es
sólo y fundamentalmente algo biológico. La presencia o
ausencia del amor dan y quitan vida. Cuando uno ya vivió
unos años se da cuenta de que vivir no es simplemente que
el corazón tenga sus latidos; se vive cuando hay amor, se
muere cuando falta amor, aunque se esté vivo. Al que sabe
del amor, el solo pensar en tener vida propia e independiente,
lo desespera. Para qué me sirve la vida, perdurar, si no hay
amor; sólo perdurar no es vida. Esto lo entendió hasta
Drácula, al decirle a la amada “de qué me sirve la eternidad
si no estás tú”. Al amor nada lo reemplaza; más aún, si algo
pretende reemplazarlo terminará dando más sed, dando más
ansias que satisfacción.
“Un pastorcico, solo, está penando...” de pensar que está
olvidado, no por estar llagado. El ha hecho una opción de
amor y no se arrepiente ni se vuelve atrás. No le duele estar
llagado, le duele estar olvidado; no llora el costo sino el
olvido; al que ama bien nunca le parece que el costo es
mucho, pero una cosa no puede soportar, el olvido. El costo
no le preocupa, el olvido merece todos los precios. No llora
el costo sino el olvido y no tanto por él sino por lo que se
pierde el hombre: “desdichado de aquel que de su amor ha
hecho ausencia y no goza con su presencia”. Dicho más claro,
no es tanto que a Jesús le duela que los hombres no lo amen;
le duele todavía algo mucho más profundo, qué solos se van
a sentir si me olvidaron, porque vivir sin Mí, es muy duro.
Dios sabe que el corazón del hombre fue hecho para Él y,
75
4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor”
44444
por lo tanto, es infinito el padecimiento de la ausencia. A
una madre le duele perder un hijo pero, a una madre, le
duele sobre todo pensar: qué solo se sentirá el hijo sin ella
-además del dolor que siente porque no está él-, qué le pasará
a él sin ella, si tanto depende de ella.
El amor ha hecho que, en Jesús, Dios se solidarice con esa
dramática experiencia humana. El amor hizo que Dios se
haga solidario del hombre, que experimente la ausencia de
Dios. La soledad de Jesús en la Cruz, querer experimentar la
ausencia del Padre, es un acto de amor con el que quiso
asociarse al hombre que experimenta la ausencia del amor
de Dios. Jesús es un mendigo de amor con pena de olvido;
más de una vez nosotros mismos decimos: yo no mendigo el
amor de nadie, yo tengo mi dignidad.
Bueno, Dios mendiga el amor del hombre. Yo también
me atrevo a decir, con humildad, yo mendigo amor, también
yo necesito amor, y esto no me tiene que dar vergüenza,
¿quién no necesita ser amado? Dios mendiga el amor del
hombre. Dios es un mendigo de amor con pena de olvido. El
hombre es un herido con pena de ausencia. ¡Qué curioso
misterio! Alguien pena el olvido del que está penando de
ausencia y alguien padece la ausencia del que padece su
olvido.
Ejemplo más claro y cotidiano: uno llega a una comuni-
dad religiosa y habla con una hermana: “me siento sola, las
hermanas no me quieren, no les intereso”; otra, le dice lo
mismo. Podemos estar cerca y no saber que el que está a mi
lado sufre lo mismo por mí.
¡Qué difícil es comunicarse, qué heridos estamos que, a
veces, estamos tan cerca y tan ciegos! Podríamos estar más
acompañados, la calidad de nuestra vida podría ser mejor
si fuéramos más simples.
“Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad
Certezas en la oscuridad

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

La Senda Respetuosa
La Senda RespetuosaLa Senda Respetuosa
La Senda Respetuosa
Enrique Posada
 
Tres días en Mornese para...
Tres días en Mornese para...Tres días en Mornese para...
Tres días en Mornese para...
Carmen María Pérez
 
Gibran khalil gibran alas rotas
Gibran khalil gibran   alas rotasGibran khalil gibran   alas rotas
Gibran khalil gibran alas rotas
Henoc Loya
 
14 16 gibran khalil gibran los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
14 16 gibran khalil gibran   los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...14 16 gibran khalil gibran   los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
14 16 gibran khalil gibran los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
Gran Fratervidad Tao Gnostica Espiritual Org
 
Poemario may
Poemario mayPoemario may
Poemario may
grado1103
 
Plantillas de los poemas
Plantillas de los poemasPlantillas de los poemas
Plantillas de los poemas
nelsonorduz
 
Poemario hatillano rev de f bracho rev 2 3 3-17-1
Poemario hatillano rev de f  bracho rev 2  3 3-17-1Poemario hatillano rev de f  bracho rev 2  3 3-17-1
Poemario hatillano rev de f bracho rev 2 3 3-17-1
Emma Salazar
 
Luis Espinal. Oraciones a quemarropa
Luis Espinal. Oraciones a quemarropaLuis Espinal. Oraciones a quemarropa
Luis Espinal. Oraciones a quemarropa
infocatolicos
 
Poemario
Poemario Poemario
Poemario
grado1103
 
Fresia castro el cielo esta abierto
Fresia castro   el cielo esta abiertoFresia castro   el cielo esta abierto
Fresia castro el cielo esta abierto
meri222
 
Fredy
FredyFredy
El ermitaño
El ermitañoEl ermitaño
El ermitaño
Pedro Estudillo
 
Confesión, Tobin Goldman.
Confesión, Tobin Goldman.Confesión, Tobin Goldman.
Confesión, Tobin Goldman.
matiasssz
 
04 06 los amigos de jashua tomo i hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
04 06 los amigos de jashua tomo i   hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...04 06 los amigos de jashua tomo i   hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
04 06 los amigos de jashua tomo i hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
Gran Fratervidad Tao Gnostica Espiritual Org
 
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
Gran Fratervidad Tao Gnostica Espiritual Org
 
18302625 antologia-poesia-religiosa
18302625 antologia-poesia-religiosa18302625 antologia-poesia-religiosa
18302625 antologia-poesia-religiosa
enrique parada
 
Khalil gibrán
Khalil gibránKhalil gibrán
Khalil gibrán
gatacati
 
Power point himnos del ayer (1 30)
Power point himnos del ayer (1 30)Power point himnos del ayer (1 30)
Power point himnos del ayer (1 30)
RDOFELIPE
 
El cielo espera a la novia
El cielo espera a la novia El cielo espera a la novia
El cielo espera a la novia
Alejandro Josue Zurita Chuca
 
Orar en el_camino
Orar en el_caminoOrar en el_camino
Orar en el_camino
Equismasuno
 

La actualidad más candente (20)

La Senda Respetuosa
La Senda RespetuosaLa Senda Respetuosa
La Senda Respetuosa
 
Tres días en Mornese para...
Tres días en Mornese para...Tres días en Mornese para...
Tres días en Mornese para...
 
Gibran khalil gibran alas rotas
Gibran khalil gibran   alas rotasGibran khalil gibran   alas rotas
Gibran khalil gibran alas rotas
 
14 16 gibran khalil gibran los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
14 16 gibran khalil gibran   los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...14 16 gibran khalil gibran   los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
14 16 gibran khalil gibran los dioses de la tierra www.gftaognosticaespirit...
 
Poemario may
Poemario mayPoemario may
Poemario may
 
Plantillas de los poemas
Plantillas de los poemasPlantillas de los poemas
Plantillas de los poemas
 
Poemario hatillano rev de f bracho rev 2 3 3-17-1
Poemario hatillano rev de f  bracho rev 2  3 3-17-1Poemario hatillano rev de f  bracho rev 2  3 3-17-1
Poemario hatillano rev de f bracho rev 2 3 3-17-1
 
Luis Espinal. Oraciones a quemarropa
Luis Espinal. Oraciones a quemarropaLuis Espinal. Oraciones a quemarropa
Luis Espinal. Oraciones a quemarropa
 
Poemario
Poemario Poemario
Poemario
 
Fresia castro el cielo esta abierto
Fresia castro   el cielo esta abiertoFresia castro   el cielo esta abierto
Fresia castro el cielo esta abierto
 
Fredy
FredyFredy
Fredy
 
El ermitaño
El ermitañoEl ermitaño
El ermitaño
 
Confesión, Tobin Goldman.
Confesión, Tobin Goldman.Confesión, Tobin Goldman.
Confesión, Tobin Goldman.
 
04 06 los amigos de jashua tomo i hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
04 06 los amigos de jashua tomo i   hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...04 06 los amigos de jashua tomo i   hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
04 06 los amigos de jashua tomo i hilarion de monte nebo www.gftaognosticae...
 
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 12 del rosal pensante vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
 
18302625 antologia-poesia-religiosa
18302625 antologia-poesia-religiosa18302625 antologia-poesia-religiosa
18302625 antologia-poesia-religiosa
 
Khalil gibrán
Khalil gibránKhalil gibrán
Khalil gibrán
 
Power point himnos del ayer (1 30)
Power point himnos del ayer (1 30)Power point himnos del ayer (1 30)
Power point himnos del ayer (1 30)
 
El cielo espera a la novia
El cielo espera a la novia El cielo espera a la novia
El cielo espera a la novia
 
Orar en el_camino
Orar en el_caminoOrar en el_camino
Orar en el_camino
 

Destacado

100 Propuestas y Certezas
100 Propuestas y Certezas100 Propuestas y Certezas
100 Propuestas y Certezas
peteco73
 
El CANTO DEL CISNE
El CANTO DEL CISNEEl CANTO DEL CISNE
El CANTO DEL CISNE
Jorge Llosa
 
UN REGALO PARA TÍ
UN REGALO PARA TÍUN REGALO PARA TÍ
UN REGALO PARA TÍ
Jorge Llosa
 
La hidrosfera
La hidrosferaLa hidrosfera
La hidrosfera
Celeste Puyol Carreño
 
HIROSHIMA
HIROSHIMAHIROSHIMA
HIROSHIMA
Jorge Llosa
 
Apresentação 3 t09 cr2
Apresentação 3 t09   cr2Apresentação 3 t09   cr2
Apresentação 3 t09 cr2
SiteriCR2
 
Ihr Einstieg ins Internet Marketing
Ihr Einstieg ins Internet MarketingIhr Einstieg ins Internet Marketing
Ihr Einstieg ins Internet MarketingMichael Krüger
 
Proyecto servicio en red
Proyecto servicio en redProyecto servicio en red
Proyecto servicio en red
Cristina Gómez
 
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC UPC...
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC  UPC...Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC  UPC...
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC UPC...
SOFTENG
 
Firstclass
FirstclassFirstclass
Firstclass
Jorge Llosa
 
ACUARELAS ROMANAS
ACUARELAS ROMANASACUARELAS ROMANAS
ACUARELAS ROMANAS
Jorge Llosa
 
Plurals
PluralsPlurals
Pyongyang
PyongyangPyongyang
Pyongyang
Jorge Llosa
 
3º matematicas
3º matematicas3º matematicas
3º matematicas
José M. Blázquez
 
Reglas vg español
Reglas vg españolReglas vg español
Reglas vg español
Fernando Riveroll Guerrero
 
Fem paper
Fem paperFem paper
Fem paperIemer
 
Dlit2014 prospekt
Dlit2014 prospektDlit2014 prospekt
Dlit2014 prospekt
CoachingConcepts
 
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
alvacon
 

Destacado (20)

100 Propuestas y Certezas
100 Propuestas y Certezas100 Propuestas y Certezas
100 Propuestas y Certezas
 
El CANTO DEL CISNE
El CANTO DEL CISNEEl CANTO DEL CISNE
El CANTO DEL CISNE
 
UN REGALO PARA TÍ
UN REGALO PARA TÍUN REGALO PARA TÍ
UN REGALO PARA TÍ
 
La hidrosfera
La hidrosferaLa hidrosfera
La hidrosfera
 
HIROSHIMA
HIROSHIMAHIROSHIMA
HIROSHIMA
 
Apresentação 3 t09 cr2
Apresentação 3 t09   cr2Apresentação 3 t09   cr2
Apresentação 3 t09 cr2
 
Ihr Einstieg ins Internet Marketing
Ihr Einstieg ins Internet MarketingIhr Einstieg ins Internet Marketing
Ihr Einstieg ins Internet Marketing
 
Proyecto servicio en red
Proyecto servicio en redProyecto servicio en red
Proyecto servicio en red
 
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC UPC...
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC  UPC...Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC  UPC...
Softeng Portal Builder y Microsoft Windows Azure (Evento Microsoft y MIC UPC...
 
Zellbiologie
ZellbiologieZellbiologie
Zellbiologie
 
Firstclass
FirstclassFirstclass
Firstclass
 
ACUARELAS ROMANAS
ACUARELAS ROMANASACUARELAS ROMANAS
ACUARELAS ROMANAS
 
REYES MAGOS
REYES MAGOSREYES MAGOS
REYES MAGOS
 
Plurals
PluralsPlurals
Plurals
 
Pyongyang
PyongyangPyongyang
Pyongyang
 
3º matematicas
3º matematicas3º matematicas
3º matematicas
 
Reglas vg español
Reglas vg españolReglas vg español
Reglas vg español
 
Fem paper
Fem paperFem paper
Fem paper
 
Dlit2014 prospekt
Dlit2014 prospektDlit2014 prospekt
Dlit2014 prospekt
 
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
Call for Papers zum 7. MOST Forum am 21. April 2015
 

Similar a Certezas en la oscuridad

Anamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celtaAnamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celta
Jazmin Sanabria
 
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celtaAnam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
María Victoria Simona
 
Bajo el silencio de la vida
Bajo el silencio de la vidaBajo el silencio de la vida
Bajo el silencio de la vida
Jesús Martín Cepeda Dovala
 
Pregones de adviento
Pregones de advientoPregones de adviento
Pregones de adviento
cristinamoreubi
 
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotrosAdviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
FEDERICO ALMENARA CHECA
 
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga "El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
FreddyII
 
Luque Alvarez j Arpas Eternas T1
Luque Alvarez j   Arpas Eternas T1Luque Alvarez j   Arpas Eternas T1
Luque Alvarez j Arpas Eternas T1
Lionel Hernan Capello
 
Paulo coelho a orillas del rio piedra me sente y lloré
Paulo coelho   a orillas del rio piedra me sente y lloréPaulo coelho   a orillas del rio piedra me sente y lloré
Paulo coelho a orillas del rio piedra me sente y lloré
Diana Michelle Garcia Rios
 
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdfA orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
EduOrlanML
 
04-02-18
04-02-1804-02-18
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTOCELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
FEDERICO ALMENARA CHECA
 
La posada del silencio nº 89, curso v
La posada del silencio nº 89, curso vLa posada del silencio nº 89, curso v
La posada del silencio nº 89, curso v
Juan Antonio Mateos Pérez
 
Anam cara el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
Anam cara   el libro de la sabiduria celta (odonohue j)Anam cara   el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
Anam cara el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
Ricardo Vargas
 
ANAM CARA- John O'Donhue
ANAM CARA- John O'DonhueANAM CARA- John O'Donhue
ANAM CARA- John O'Donhue
BRIAN MOORE
 
Los cuatro acuerdos miguel ruiz
Los cuatro acuerdos   miguel ruizLos cuatro acuerdos   miguel ruiz
Los cuatro acuerdos miguel ruiz
mmmy810
 
Domingo de pascua
Domingo de pascuaDomingo de pascua
Domingo de pascua
escmauxi
 
Anamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celtaAnamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celta
Antonio Arias
 
Hojita 8 junio
Hojita 8 junioHojita 8 junio
Hojita 8 junio
cristinamoreubi
 
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamenteSpanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
Yesenia Lorena
 
Adviento 2014
Adviento 2014Adviento 2014
Adviento 2014
hfivalores
 

Similar a Certezas en la oscuridad (20)

Anamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celtaAnamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celta
 
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celtaAnam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
Anam cara-el-libro-de-la-sabiduria-celta
 
Bajo el silencio de la vida
Bajo el silencio de la vidaBajo el silencio de la vida
Bajo el silencio de la vida
 
Pregones de adviento
Pregones de advientoPregones de adviento
Pregones de adviento
 
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotrosAdviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
Adviento. año de la fe 2012. retiro parroquial. cristo vive entre nosotros
 
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga "El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
"El Silencio de_María" - Padre Ignacio Larrañaga
 
Luque Alvarez j Arpas Eternas T1
Luque Alvarez j   Arpas Eternas T1Luque Alvarez j   Arpas Eternas T1
Luque Alvarez j Arpas Eternas T1
 
Paulo coelho a orillas del rio piedra me sente y lloré
Paulo coelho   a orillas del rio piedra me sente y lloréPaulo coelho   a orillas del rio piedra me sente y lloré
Paulo coelho a orillas del rio piedra me sente y lloré
 
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdfA orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
A orillas del rio Piedra me sente y llore.pdf
 
04-02-18
04-02-1804-02-18
04-02-18
 
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTOCELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
CELEBRACION PENITENCIAL DE ADVIENTO
 
La posada del silencio nº 89, curso v
La posada del silencio nº 89, curso vLa posada del silencio nº 89, curso v
La posada del silencio nº 89, curso v
 
Anam cara el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
Anam cara   el libro de la sabiduria celta (odonohue j)Anam cara   el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
Anam cara el libro de la sabiduria celta (odonohue j)
 
ANAM CARA- John O'Donhue
ANAM CARA- John O'DonhueANAM CARA- John O'Donhue
ANAM CARA- John O'Donhue
 
Los cuatro acuerdos miguel ruiz
Los cuatro acuerdos   miguel ruizLos cuatro acuerdos   miguel ruiz
Los cuatro acuerdos miguel ruiz
 
Domingo de pascua
Domingo de pascuaDomingo de pascua
Domingo de pascua
 
Anamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celtaAnamcara el libro de la sabiduría celta
Anamcara el libro de la sabiduría celta
 
Hojita 8 junio
Hojita 8 junioHojita 8 junio
Hojita 8 junio
 
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamenteSpanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
Spanish el tiempo_se_esta_acabando_rapidamente
 
Adviento 2014
Adviento 2014Adviento 2014
Adviento 2014
 

Último

Te costara todo steve lawson discípulo pdf
Te costara todo steve lawson discípulo pdfTe costara todo steve lawson discípulo pdf
Te costara todo steve lawson discípulo pdf
CRISTINAULLOA12
 
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdfLa inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
adyesp
 
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidadla Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
FranciscoJoseFloresG1
 
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docxFolleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
SantosGuidoRodrguez
 
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de MarillacEl Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
Famvin: the Worldwide Vincentian Family
 
Antropología Filosófica facil de entender.ppt
Antropología Filosófica facil de entender.pptAntropología Filosófica facil de entender.ppt
Antropología Filosófica facil de entender.ppt
FacundoRiquel
 
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNIASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
mathiasalonso201111
 
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptxVoces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
jenune
 

Último (8)

Te costara todo steve lawson discípulo pdf
Te costara todo steve lawson discípulo pdfTe costara todo steve lawson discípulo pdf
Te costara todo steve lawson discípulo pdf
 
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdfLa inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdf
 
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidadla Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
la Vidas juveniles victoriosas en la espiritualidad
 
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docxFolleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docx
 
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de MarillacEl Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
El Corazón de Jesús en la espiritualidad de Luisa de Marillac
 
Antropología Filosófica facil de entender.ppt
Antropología Filosófica facil de entender.pptAntropología Filosófica facil de entender.ppt
Antropología Filosófica facil de entender.ppt
 
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNIASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
ASM14-IF-Teórico.pdf Filosofía academia ADUNI
 
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptxVoces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
Voces 1 de samuel 17 Centro de Enseñanza CED.pptx
 

Certezas en la oscuridad

  • 1. CERTEZAS EN LA OSCURIDAD
  • 2. Colección Dame de beber Retiros predicados por el presbítero Manuel F. Pascual 1. El mirar de Dios es amar 2. Lo reconocieron al partir el pan 3. Si yo no tengo amor... 4. Certezas en la oscuridad Como un hombre cualquiera * Camino a Damasco * Andar en tu Presencia * El arte de vivir * * En preparación
  • 3. Pbro. Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad 12 meditaciones
  • 4. Diseño y composición: Alberto Azzolini y Adrián Broggini Foto de Tapa: archivo Editorial Guadalupe Editorial Guadalupe Mansilla 3865 1425 Buenos Aires, Argentina Tel. / Fax.: (11) 4826-8587 Internet: http://www.editorialguadalupe.com.ar E-mail: ventas@editorialguadalupe.com.ar Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Todos los derechos reservados Impreso, en la Argentina ©Editorial Guadalupe, 2004 ISBN: 950-500-445-5
  • 5. ¡Gracias! a todos los que me ayudaron a ser y a hacer EL AUTOR
  • 6.
  • 7. 7 Una guía para el Lector A fin de poder identificar en forma sencilla y rápida las diversas meditaciones de este volumen, hemos impreso, en el margen derecho de las páginas impares, una serie de “manchas”, en forma escalonada hacia abajo, que señalan con claridad el número de la meditación de la que se trata en esas páginas. 11111 22222 33333 44444 55555 66666 77777 88888 99999 1010101010 1111111111 1212121212 1. “Certezas en la oscuridad” 2. ”El amor no se detiene donde puede seguir” 3. “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría 4. “Vida y muerte son cuestión de amor” 5. “Sin una luz y guía sino la que en el corazón ardía” 6. “Sin arrimo y con arrimo, en su llamada sabrosa toda me voy consumiendo” 7. “¿Adonde te escondiste amado, y me dexaste con gemido?” 8. “La música callada, la soledad sonora...” 9. “Entremos más adentro, en la espesura” 10. “Violencia y ternura del amor” 11. “Cuán delicadamente me enamoras” 12. “Un pobre soñador”
  • 8. 8
  • 9. 9 Introducción Nacer es asomarse al misterio, somos un infinito grito de comunión. Sed de luz, necesidad imperiosa de ternura, siempre en camino y no pudiendo avanzar sin de alguna manera haber llegado. ¡Qué misterioso y grandioso el corazón del hombre! La inmensidad del universo, lo infinito del paisaje, son huella de alguien, pero no son alguien. El hombre es tierra animada, un manojo hermoso de sentimientos. Alguien ante alguien, Dios y el hombre, paisaje externo y grito dentro.... La belleza y la inmensidad nos hieren, son espejos de nuestra infinitud, son el eco de la suya. Lo encontrado nos abisma pero el amor da coraje y calor para afrontar la intemperie. El hombre es barro besado, una paradójica síntesis de techo y universo; somos árbol y pájaro, montaña y hierba, arroyo y mar, isla y continente, sol y luna, noche y día, verano e invierno, primavera y otoño... El cóndor sabe volar, él como tantos nos enseña a vivir, no se agita, sabe aprovechar el viento y las corrientes de calor. Las cosas son muy distintas desde arriba y desde lejos, desde allí no nos rozan, hay proporción, se puede mantener cierta objetividad; desde cerca, por el contrario, se está dentro, nos afectan, nos involucran. ¿Cercanía y lejanía, se excluyen o se complementan? El Padre en Jesús, quiso saberlo de otro modo y, nosotros en él, pudimos verlo de otro modo... Las fronteras son caprichos del hombre, la unidad ya existía, sólo hay que saberla descubrir y animarse a vivirla. La humildad del agua le permite llegar muy lejos y abrirse paso por lugares que parecen sin salida. Donde ella llega,
  • 10. 10 llega la vida. Sabe cantar corriendo entre las rocas y habla serena en la llovizna. El viento es nuestro libre compañero de camino, como a tantos se lo siente sobre todo cuando falta... Cuántas veces nos llevaste, cuántas veces nos trajiste... Las horas de quietud reflejan el paisaje y la transparencia permite ver profundo. ¡Qué lejos y qué cerca esta todo! Nuestro paso por la vida no parece dejar más que estelas en la mar, sin embargo hay caminos, hay huellas y senderos que se han convertido en camino. La mujer, el amigo y la casa nos pueden dar cobijo... ¿cómo seguir buscando sin intuir y probar lo que buscamos? Hasta el río aprende en el lago a soñar con el mar. Las cumbres son solitarias y frías pero ellas saben de horizontes, los valles son acogedores y cálidos, en ellos la vida se hace detalle, adornado de color, sonido y aroma. Gracias a las estrellas soportamos la noche; por la certeza del amanecer no desfallecemos al atardecer. Hemos visto el lucero… ya no falta tanto para el día... ¿A dónde queremos llegar? A donde el corazón se aquiete. No sabemos mucho, pero entendimos que él sabe más de lo que parece y cuando él descanse, allí podremos estar ciertos de encontrar amor. El amor lo puso en camino, fue lo único que lo alimentó, es lo único que lo saciará. Contemplar un paisaje sin defensas, aceptar un gesto de amor, animarse a rezar, es permitirle al Padre que sus manos cariñosas y artesanas intenten en nosotros la belleza siempre soñada. Dios pobló la noche de estrellas, al día lo llenó de sol y al corazón del hombre le regaló certezas que le permitan abrazar, arremeter, convivir e incluso transfigurar oscuridades. Certezas racionales, afectivas, estéticas y religiosas brillan en la noche del hombre, en esta larga noche que es la historia.
  • 11. 11 Un día la noche se hizo buena, se nos pobló de amorosa presencia, pero el sol, curiosamente nunca fue más insuficiente: a las tres de la tarde hizo falta la confianza para poder seguir viendo, para poder ver el rostro del Padre, en un rostro humano tan sufriente. Estamos en un momento especial de la historia, un verdadero cambio de civilización. La Iglesia es luz de las gentes, una lámpara encendida para alumbrar, sal destinada a dar sabor. Para poder serlo, necesita ella misma haber aprendido a convivir, en las más duras noches guiada por la certeza de Jesús. Para serlo necesita hijos capaces de ser luz en la oscuridad. San Juan de la Cruz es un maestro, pero no alcanza, hay que ofrecer ejemplos nuevos y cercanos al hombre de hoy. Juan pobló su noche de poemas, ellos le dieron luz y calor. Donde hubo fuego quedan brasas, por eso queremos acercarnos a ellos para comprender porque un hombre que padeció la oscuridad pudo cantar “noche amable, noche dichosa”. Él pudo comprender que la noche le permitió encontrar; más aún, la noche fue instrumento en manos de Dios para transformarlo en aquello mismo que buscaba. Tal vez aprendamos a no resistir tanto, a confiar más, a adorar mejor, a terminar la vida con una palabra que brote de un corazón enamorado y se haga sonrisa en nuestros labios: gracias. Con ella expresaremos lo que entendimos se nos ofrece y lo que humildemente quisimos vivir. Como los niños, somos capaces de reír, jugar y dormir cuando la madre está cerca. Así atravesó Jesús su noche, con María al pie de su Cruz, así nació la Iglesia en Pentecostés, con la silenciosa y confiada presencia de la madre. PBRO. MANUEL F. PASCUAL Buenos Aires, julio de 2004
  • 12.
  • 13. 13 1ª meditación “Ceretezas en la oscuridad” El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. (Isaías 9, 1-2) “Que bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche” [LA FONTE] 1. Aquella eterna fonte está escondida, qué bien sé yo dó tiene su manida, aunque es de noche. 2. Su origen no lo sé, pues no le tiene, mas sé que todo origen della viene, aunque es de noche. 3. Sé que no puede ser cosa tan bella y que cielos y tierra beben della, aunque es de noche.
  • 14. 14 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad 4. Bien sé que suelo en ella no se halla y que ninguno puede vadealla, aunque es de noche. 5. Su claridad nunca es oscurecida, y sé que toda luz de ella es venida, aunque es de noche. 6. Sé ser tan caudalosos sus corrientes, que infiernos, cielos riegan, y las gentes, aunque es de noche. 7. El corriente que nace de esta fuente bien sé que es tan capaz y omnipotente, aunque es de noche. 8. El corriente que de estas dos procede sé que ninguna de ellas le precede, aunque es de noche. 9. Aquesta eterna fonte está escondida en este vivo pan por darnos vida, aunque es de noche. 10. Aquí se está llamando a las criaturas, y de esta agua se hartan, aunque a oscuras porque es de noche. 11. Aquesta viva fuente que deseo, en este pan de vida yo la veo, aunque es de noche. !!!! Siempre que uno empieza algo es bueno preguntarse cuál es la finalidad. Sobre todo, es fundamental preguntarse: ¿cuál es el fin de la vida? Ya que según el fin habrá que ordenar todos los medios, elegir los caminos; todo tendrá valor o no de acuerdo a si nos lleva o no a aquello que es nuestra plenitud.
  • 15. 15 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 Por eso es tan importante preguntarnos siempre dónde está aquello que nos da el gozo, aquello para lo cual fuimos creados y nunca está de más decirlo con distintos enguajes. Los hombres tenemos como vocación más profunda la comunión personal. Nacimos no para la soledad, sino para la comunión, que no es simplemente estar juntos, sino que es una comunión de personas, no una masificación, sino una unión libre y amorosa. Estamos llamados al amor pleno de lucidez y libertad. Lucidez, con diálogo y siempre con libertad. La comunión estaría dañada o no tendría su plenitud si simplemente nos uniera la necesidad, el “no tenemos más remedio”, porque nos tocó estar juntos y no porque lo queremos. Nos sentimos acompañados cuando alguien quiere estar a nuestro lado; no simplemente cuando hay alguien cerca, sino cuando alguien quiere estar a nuestro lado. Los hombres somos temporales, es decir, vivimos en el tiempo; crecemos, nos vamos desarrollando, nuestra vocación se realiza en el tiempo. Tener esperanza es creer que esta vocación a la comunión es posible. ¿Cuál es el contenido de la esperanza? La comunión plena con Dios y los hermanos, la esperanza tiene que ver con el fin. Tener esperanza es creer que a partir de algo presente podemos esperar con certeza su plenitud. La esperanza no es un salto al vacío, es haber probado algo en el presente que nos haya permitido intuir que hay algo pleno en el futuro que anuncia, que balbucea, que expresa eso que hoy estamos viviendo, aunque sea de modo humilde, pero suficiente para despertar el sueño, la aventura. La certeza más profunda que tenemos los humanos, la única capaz de arremeter la oscuridad, más aún, de soportar convivir con ella, es el haber sido amados. Esa es la experiencia en el presente que permite saltar con esperanza hacia el futuro, convivir con la oscuridad, arremeter las
  • 16. 16 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad oscuridades de la vida, la certeza de haber sido amados. Siempre recuerden que esto se puede leer en clave humana y en clave espiritual. Certeza de haber sido amado por alguien, certeza de haber sido amado por Dios: la doble comunión. Esa certeza de haber sido amados, ¿cuándo alcanza su plenitud?, ¿cuál es la expresión máxima que tenemos en este mundo de haber sido amados? Esa es la certeza que el Padre nos ha dado en Jesús. La Encarnación es querernos dar en el presente una experiencia de amor concreto que nos permita vislumbrar, asomarnos al amor eterno de Dios. Certeza que nos anima a reconocer y aceptar nuestro corazón infinitamente sediento. Sólo cuando sabemos, en Jesús, que Dios nos ama y que la vida, por lo tanto, tiene sentido, nos animamos a reconocer y a aceptar. Primero darnos cuenta, pero no basta darse cuenta, hay que darse cuenta y aceptar, tener un corazón infinitamente sediento. A veces no lo queremos saber para no sufrir y a veces lo sabemos pero nos cuesta aceptar que tenemos un corazón tan grande, y nos resistimos a tener esta medida tan infinita que Dios nos puso en el corazón y que nos hace tan maravillosa y tan dura la vida, el desear la no medida de la felicidad y de la vida. La Eucaristía es, justamente, acción de gracias, porque al hacer memoria de Jesús, reavivamos nuestra certeza de ser amados y encontramos luz y calor para iluminar nuestras noches, y aliviar nuestras soledades, mientras aguardamos la plenitud de la comunión. ¡Qué seríamos sin la luz de la Palabra, que es como una vela, nos va alumbrando el camino!, ¡qué haríamos sin la Presencia, sin su cercanía. La Eucaristía es el maná, el encuentro cotidiano que reaviva nuestra certeza de ser amados y nos anima a seguir peregrinando. Pero sabemos que para acceder a esta certeza, de ser amados por Dios, en Jesús, para poder hacerla propia, se hace imprescindible una vivencia humana, sacramento a
  • 17. 17 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 partir del cual podemos saber de qué se trata el amor y en última instancia creérselo a Dios. ¿Cómo podría entender qué es el amor, de qué se trata el amor y en última instancia creérselo a Dios si no tengo experiencias humanas que me permitan entender el amor de Jesús, sacramento del Amor del Padre? Por eso está íntimamente ligada nuestra madurez humana a nuestra madurez espiritual. Son necesarias las dos cosas. Si solamente tuviéramos experiencia de amor humano no terminaríamos de saber el infinito amor del Padre, pero si no tuviéramos experiencia de amor humano tal vez no entenderíamos de qué se trata el amor. El místico es el hombre, es el creyente, el hombre religioso, que quiso hacer de la fe una experiencia, del misterio su centro, su fascinación. El místico es el hombre que no sabe callar y no sabe hablar. ¡Qué paradoja! No sabe callar. ¿Por qué? ¿Cómo callar ante Dios, y al mismo tiempo cómo hablar de Dios? ¡Qué difícil!, creo que nos pasa a todos. ¿Cómo callar si tu Voz me quema por dentro? Y cómo decirlo con propiedad a los demás. ¿Cómo poder hablar de Dios, de nuestra experiencia espiritual, del amor, cuando las palabras se nos muestran tan insuficientes para expresar lo que hemos intuido? ¿Qué es lo inefable? Lo inefable es aquello que nada puede expresar, lo inefable son aquellas realidades que no hay palabra, no hay definición, no hay imagen capaz de agotar el contenido de lo que queremos expresar. Lo inefable es aquello que nada puede expresar pero ante lo cual nadie puede callar. Por eso un paisaje, una música bella, algo bo- nito, casi siempre nos arranca una exclamación, que es como una palabra que no puede terminar de tomar forma pero tampoco podríamos quedarnos en silencio; era demasiado bonito para callarlo pero ¿cómo decirlo? Son esas expresiones que nos salen del corazón cuando sucede que algo nos conmueve.
  • 18. 18 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad Para algunos el silencio, que no pudieron aprisionar, se rompe en poesía como el lenguaje menos inadecuado, no el más adecuado, el menos inadecuado, para lleno de belleza, de humildad, de castidad; poder expresar algo de aquello que no se puede expresar. Los poetas dicen con belleza, justamente, lo que no se puede decir; con castidad, sabiendo que no pueden dominar; es un decir humilde, como diciendo: yo no pretendo aprisionar con mis palabras lo que acabo de decir, hay muchas otras formas de decirlo. Hasta san Juan de la Cruz dirá que sus poesías las interprete cada uno como quiera. A él hasta le cuesta comentarlas, porque se da cuenta que las palabras ni siquiera son de él. Ni él es dueño de interpretar lo que él mismo escribió, por eso dice castidad, es decir, no me pertenece. Lenguaje que, sin pre- tender dominar ni agotar, pretende expresar. Para poder sintonizar con lo inefable y con su lenguaje más adecuado, no basta acercarse y no es suficiente leer, hace falta algo mucho más profundo, hace falta quedarse vulnerables ante el misterio, y sólo teniendo una experiencia semejante, el lenguaje nos confiará sus secretos. Leerse es la única forma de leerlo. Dicho más claro, si yo no me quedo ante Dios, los que hablen de Dios no me dirán nada. Ustedes tendrán la experiencia de haber leído un libro de oración alguna vez sin haber tenido demasiada experiencia de oración, y qué distinto es leerlo años después, después de haber vivido, sufrido, orado... ¡Qué bueno es leer un libro para encontrar las palabras que tal vez yo no tengo para expresar una experiencia que sí tengo! La propia experiencia, el propio encuentro es imprescindible. Nadie puede ir por nosotros; nosotros tenemos que ir al encuentro de Dios y, si vamos nosotros, tal vez vamos a entender a los que Dios les dio la gracia de poder decir lo que a lo mejor nosotros no podemos, pero sabemos.
  • 19. 19 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 El lenguaje de la fe, la experiencia del hombre creyente, la experiencia de la fe, están poblados de certezas y oscuridades, porque Dios es un Dios revelado, pero al mismo tiempo es un Dios escondido. Que Dios se haya manifestado en Jesús no significa que se haya develado absolutamente su misterio; al contrario quiere decir que su misterio se expresó tanto cuanto se puede en la Palabra hecha carne, pero no significa que ya estamos en la visión beatífica. Significa que Dios nos permitió asomarnos todo lo que se puede desde la precariedad de este mundo a una realidad que nos ha sido dicha pero no agotada. Nuestro Dios es un Dios trascendente e inmanente, lo podemos encontrar en una flor pero ni los cielos de los cielos lo pueden contener. Un Dios que tiene templos pero que no entra ni en el templo del universo. No lo podemos atrapar. Un Padre que está en el cielo, Abbá, cercano, cariñoso y al mismo tiempo, en el cielo. Un “inmenso Padre” (C 27), dirá san Juan de la Cruz. Un Dios que se nos entregó en Jesús y sigue siendo misterio, una fe, llena de certezas aunque sin embargo sigue siendo noche. Sabemos cosas, pero ignoramos tantas otras; tenemos, como el caminante en la noche, estrellas para guiarnos, pero se ve tan poco… Sin embargo, sigue siendo noche, pero noche poblada, noche buena a partir de Belén. Sigue habiendo oscuridad, pero Él está con nosotros, y hay luz para guiarse en la oscuridad. Ya no es simplemente noche. Cuántas veces, a lo mejor, dijimos: hoy es Nochebuena y no nos dábamos cuenta lo que estábamos diciendo. Hoy es Nochebuena. A la noche le decimos hoy, buena, porque a partir de Belén hasta a la oscuridad se le encendió una luz, aunque sea un Niño, y hay una presencia que le da calor. El significado más profundo de algo, lo encontramos al analizar o contemplar lo que es y además por el sentido que eso tiene en nuestra historia. Supongamos que les muestro un objeto y les digo, ¿qué es esto? Es un rosario pero no
  • 20. 20 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad basta ver lo que es. Podría decir este rosario perteneció a mi madre. Ya no es para mí cualquier rosario, es un rosario y ya tiene un significado, pero además lo usó mi madre o una persona querida que le da a ese objeto una significación más allá de lo que es en sí mismo. La significación de lo que en la historia significó para mí o para un ser querido. Para un sediento nada más significativo que una fuente, un manantial. Lugar de donde mana el agua, pero cuando la sed no es sólo de agua sino de verdad y amor infinitos, no es extraño que se cante y se celebre el hallazgo de una fuente más profunda. ¿Quiénes celebran el manantial? Los que tenían sed y encontraron lo que les permite salvar la vida. ¿Quiénes cantan el hallazgo del manantial que es Dios? Aquellos que tenían sed infinita. Dios, como el manantial de donde todo surge, no con espontánea casualidad sino por decisión libre y amorosa. En los manantiales el agua surge por sí, sale. En cambio en Dios es un manantial que todo lo que brota de Él es por decisión libre y amorosa, no porque sí. No sólo todo surge de Él, lo cual significa que todo lo que surge de Dios es amor y es signo y es palabra, sino además Dios mismo es manantial y torrente porque Él mismo sale a nuestro encuentro para ofrecerse y calmar nuestra sed. Pensemos que en la Encarnación: Dios sale de sí para entregarse al hombre, para saciar su sed. Juan de la Cruz, prisionero en Toledo, alojado en una celda sin ventanas junto al río Tajo, al que no puede ver pero si oír corriendo entre las rocas, nos dice: “Qué bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche”. Lo oigo aunque no lo puedo ver. Qué bien sé yo, decía Juan prisionero, la fuente que mana y corre, por ahí pasa un río, lo estoy oyendo, pero es de noche, no lo puedo ver pero sé que está. Los rumores del río le dan certeza de la fuente de donde surge el río aunque no la ve. Podríamos decir en un
  • 21. 21 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 sentido más profundo, la creación entera y sobre todo Jesús, son el rumor que despierta nuestra certeza de Dios. ¡Qué bueno si somos capaces de oír un río y decir: por acá pasa, ¿de dónde vendrá?, ¡qué sordos estamos si vivimos en medio de la creación y ante Jesús y no sospechamos la fuente de donde viene! Si ustedes quieren es lo de los discípulos: “muéstranos al Padre y eso nos basta” (Juan 14, 8). No se dieron cuenta que quien ve a Jesús ve al Padre; que si hay río hay fuente. Más de una vez la vida se experimenta como un oscuro calabozo, crisis y circunstancias ante las cuales parece haber solo dos posibilidades: hundirse, desesperar, morir o una invitación para que al fin salga lo mejor. Para dar una respuesta hay que apelar a lo más profundo, a lo más bello que hay en nosotros. A veces estamos en circunstancias donde uno dice acá me denigro, digo basta, renuncio, bajo los brazos, desespero, o tengo que apelar a lo más profundo, a lo más noble, tengo que entrar allá, muy adentro en el corazón para poder dar una respuesta de amor. Para que se dé un encuentro de amor personal, tendrá que haber dos salidas. Si dos personas no se quieren encontrar por más que estén cerca, no se van a encontrar. Y encontrar no significa necesariamente verse; significa: nos hablamos, nos comunicamos; es algo más profundo: “vos quisiste hablar; yo te quise oír; yo te contesté; vos me quisiste escuchar”, eso es encontrarse con mayúsculas. Para que haya un encuentro tiene que haber dos salidas, la de un Dios que se ofrece, se entrega, pero al mismo tiempo hace falta también un hombre capaz de creer, de salir de sus convicciones, pensamientos, razonamientos y seguridades, para decirle a Dios, te creo. Recibir al Dios que se da lo hacemos por la fe, te creo. Y cuando digo te creo significa, abandono como última instancia de comprensión lo que yo sabía hasta ahora para creer como última instancia de comprensión lo que vos me decís que sos, lo que vos me decís que soy.
  • 22. 22 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad “Que bien sé yo”, certeza de la fe que se afirma en la palabra y el gesto del amigo; esa es la certeza del creyente, te creo y me afirmo en tu palabra, y en tu gesto de amor, la pasión, es mi certeza. ¡Sé que me amás, te creo! “aunque es de noche”... Oscuridad de la fe que dio un salto más allá de lo verificable. Creo que me amás pero no puedo verificar a cada rato que me amás. Más aún, muchas circunstancias de la vida parecen decirme que no me amás y, sin embargo, vi algo que me dio certeza de tu amor; pero tengo oscuridad porque no siempre puedo entender cómo me amás. Oscuro porque no es verificable, un salto más allá de lo comprobable o, mejor dicho, sólo verificable al saltar. Por ejemplo entre dos amigos: te creo y ¿cómo voy a saber que mi amigo es fiel? Si me atrevo a ser su amigo el tiempo me dirá si lo es. Sólo lo voy a poder verificar si salto, si creo. Si me abandono, lo sabré. “¿Dónde vives? Vengan y lo verán” (Juan 1, 38-39). ¿Cómo sé que no me vas a traicionar? Si confiás. Ese es el riesgo del amor y de la fe, me puedo estrellar, me puedo encontrar con brazos amorosos. Eso es lo que nos pasa en el plano humano y en el religioso. La fe es la puerta de la vida teologal, la puerta de la vida espiritual. Jesús pidió siempre fe, y no habló tanto de esperanza; sólo al final le preguntó a Pedro si lo amaba. En cambio siempre pidió fe. ¿Por qué? Porque cuando la fe nace, después vienen la esperanza y la caridad como consecuencia. Al creerte encuentro un sentido en tu amor, y al haber un sentido, puedo esperar y si puedo esperar me animo a sembrar todo lo que tengo y soy, es decir me animo a amar. En pleno julio, en los campos de La Pampa, en la provincia de Buenos Aires, se está sembrando trigo. En el corazón del invierno el hombre pone los últimos granos que le quedan en la tierra, cuando parece que no hay vida. ¿Por qué? porque sabe que hay primavera, porque sabemos que después viene la primavera nos jugamos los últimos granos de trigo y los ponemos en tierra, porque queremos pan. Si no supiéramos
  • 23. 23 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 que hay primavera no nos arriesgaríamos a poner lo último que nos queda. Lo mismo en otro plano; si tengo dudas de la primavera eterna tendré muchas dudas de gastar mi vida ahora. En la medida que tengo certeza de eternidad puedo malgastar mi vida, porque mi vida, en plenitud, es la que viene después. La mirada poética, la mirada humilde, la mirada creyente, la mirada religiosa, la mirada amante, no analiza sino que se deja impregnar. ¡Qué distinta la mirada de un crítico y la de un niño! Un crítico mira y uno siente que te está estudiando. La mirada de un niño es como un pizarrón sin estrenar o una película fotográfica que se deja lastimar por la luz. La mirada poética, la mirada humilde, es el que se deja lastimar por la flor; su belleza le habla. Yo soy un eco humilde de la voz de la flor, dirá el poeta. Lo mismo el religioso, mi voz es un eco humilde del Dios que vi, que experimenté, que se me manifestó. Es la actitud del conocimiento místico y sapiencial. El místico y el sabio no están analizando todo, sino que hacen silencio para que todo les hable, para que todo les hable de Dios, para que todo les hable y les regale el sentido de la vida. Por eso los sabios son humildes, porque son alumnos hasta de las hojitas de otoño caídas en el piso. Los sabios son alumnos de todos y de todo, siempre están en clase. El verdadero hombre religioso tiene una actitud existencial, una manera de estar en la vida. Recibir lo que le ofrecen y como se lo ofrecen. Es muy importante, es el único modo de poder conocer a las personas. Cuando conozco a una per- sona puedo ponerla en los casilleros que yo ya tengo hechos, o cuando conozco puedo hacer un casillero nuevo para poner a esta que es única. El hombre es una caja de resonancia, todo es mensaje personal pero sólo se hace inteligible ante alguien. Si salen al parque a caminar, sepan que están caminando por una
  • 24. 24 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad biblioteca que sólo la va a poder leer un hombre que esté atento a un mensaje personal; de otra forma sólo encontrarán cosas, plantas, barro. Dios, al romper su silencio y entregarse, nos permitió asomarnos a su Ser, quiso que su misterio resonara en el corazón humano. Es como si hubiera intentado lo imposible, que Dios se pueda revelar en lenguaje humano, que lo más entre en lo menos. Él sabe que somos pequeñitos y, sin em- bargo, nos creyó capaces de acoger su misterio. Esta “fonte” es escondida, dice el poema, está escondida, no la vemos. ¿Qué quiere decir escondido? Escondido es sobrenatural; está más allá, por encima de lo natural, es “fría”. ¿Vieron que las aguas que vienen de las cumbres son frías, porque viene de lo alto, es decir alta? No la alcanzan nuestros sentidos y nuestra razón; esta fuente “origen no lo tiene”, es eterna, más aún ella es origen de todo, no lo hizo nadie, es de donde sale todo, es creadora; es tan “bella”, que el cielo y la tierra beben de ella. Toda la belleza que hay en el mundo, en el cielo y en la tierra, bebió de Dios. Por eso todo lo bello nos habla de Dios. Cuando nos gusta algo lindo, una persona, un paisaje, una verdad, en el fondo, es porque tiene algo de Dios. ¿Cómo será Él si esto es tan bello? Es tan profunda esta fuente que, al sumergirnos en ella, no podemos resolverla y conquistarla; sólo acogerla o mejor dicho somos acogidos en ella, por eso decimos “suelo no se halla”. Cuando uno hace pie tiene la sensación que domina la situación. En la piscina hago pie, en la orilla del mar hago pie, cuando ya no se hace pie es bastante más profundo, el hombre en Dios no hace pie. Es tan “clara”, que toda luz y verdad vienen de ella; es tan “caudalosa” esta fuente que sus corrientes riegan “infiernos, cielos y gentes”, es decir, en todo está presente, Dios está presente en todo y por lo tanto todo está ante él. Cuando en el Evangelio Jesús nos dice “tu Padre ve en lo secreto”, es lo mismo. ¿Donde no está Dios?
  • 25. 25 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 Y, porque Dios está en todo lugar y en toda cosa, todo está en su Presencia. Esta fuente está llena de vida, es decir de comunión. ¡Qué lindo empezar a ver como sinónimos, vida y comunión! ¿Cuándo algo está lleno de vida? Cuando está lleno de comunión. Dios es el viviente por excelencia y Dios es Trinidad, es comunión. Hay vida cuando hay comunión. Dios no es soledad, es misterio de comunión personal, Pa- dre, Hijo y Espíritu Santo. Juan de la Cruz en la prisión no sólo no pudo ver el río sino que tampoco pudo celebrar la Eucaristía. Paradójicamente a veces hay que cerrar los ojos para ver, hay que sufrir la soledad para celebrar la comunión. Valoramos las cosas sólo cuando nos faltan. Cuántas veces vemos mejor en la ausencia que en la presencia. Así en la luz que le da la oscuridad y la soledad, curiosamente entiende dónde está la compañía y dónde está la luz. ¿Cuándo nos damos cuenta lo que vale la pena?, cuando nos damos cuenta que es aquello sin lo cual no podemos vivir, donde está aquello de lo que se vive o cuales son las verdades esenciales. Así con la luz que le da la soledad y la oscuridad dice: “Aquesta eterna fonte está escondida en este vivo pan por darnos vida, aunque es de noche”. ¿Dónde está Dios? En la Eucaristía. ¿Quién iba a decir que Ese escondido, Ese que es alto, inaccesible, infinito, inmenso, se iba a esconder en el humilde pan para hacerse accesible? Y, si está aquí hecho pan, es justamente porque “está llamando a las creaturas para que se harten...porque es de noche”. Dios sabe que es difícil caminar en la noche hacia la plenitud si no es con encuentros que den certeza de que la plenitud es posible. Jesús un día en medio del templo gritó: “«El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí». Como dice la Escritura: De su seno brotarán
  • 26. 26 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad manantiales de agua viva” (Juan 7, 37-38). El misterio de Dios, es misterio entregado, ofrecido, por eso dirá san Juan “yo lo veo...aunque es de noche”. Nosotros también podemos decir yo veo a Dios aunque es de noche; lo veo en su Palabra, en la Eucaristía. Tensión que acompañará al amor hasta el final, mirar sabiendo que vemos y no vemos. ¿Qué nos pasa cuando adoramos la Eucaristía? Vemos y no vemos. ¿Qué nos pasa cuando miramos un rostro amado? Vemos y no vemos. Vemos mucho de la persona en el rostro amado, pero ¡cuánto se nos escapa!.. Todo el tiempo estamos viendo y no viendo. Cuando miramos un paisaje lo vemos, se nos revela, pero nos damos cuenta que hay mucho más de lo que podemos ver. Mirar un rostro, mirar a los ojos, mirar un paisaje, mirar la Eucaristía, mirar la cruz, mirar el pesebre, sabiendo que vemos y no vemos. Porque vimos que no vimos todo, y queremos ver y seguimos mirando a ver si podemos ver más, por eso el amante jamás se cansa de mirar el rostro amado, porque ve y no ve, y quiere todo. Se trata de comprender que hay que aprender a penetrar y trascender y ya no más, (le pedimos palabras prestadas a Atahualpa Yupanqui): “la dulce mentira de mudar de paisaje...”, dicho más claro, disimulamos nuestra falta de profundidad, cambiando de paisajes. La mirada de turista, que pasa por quince paisajes en una hora. No se pueden ver quince paisajes en un rato. Eso que dije del turista nos pasa a nosotros, leemos libros, razonamos, buscamos, siempre queremos algo nuevo. Y no nos damos cuenta que ese algo nuevo no siempre hay que buscarlo en cantidad de cosas sino lo que hay que aprender a hacer, es a mirar a fondo un paisaje, un rostro, un libro, y no tanto la dulce mentira de cambiar, que no siempre es para ver más sino para disimular que no pudimos terminar de ver. Permítanme un ejemplo: ustedes escucharon hablar de la ópera de Mozart, “Don Juan”. La interpretación es esta, que
  • 27. 27 1ª meditación “Certezas en la oscuridad” 11111 Don Juan es bastante mujeriego. Y ¿cuál es la ironía de este hombre muy mujeriego? Que como no era capaz de quedarse frente a una mujer, pasaba por muchas, parecía experto en mujeres y, en realidad, nunca había entrado en una. Cada uno de nosotros lo tiene que aplicar a su realidad. Con María aprendamos a mirar la humanidad de Aquel en el cual se esconde la plenitud de la divinidad. Hay que aprender a mirar la humanidad de Jesús, lugar por excelencia de encuentro del hombre con Dios y del hombre con el hombre. Ahí nos fue revelado Dios, ahí nos fue revelado el hombre.
  • 28.
  • 29. 29 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” Job respondió al Señor, diciendo: “Yo sé que tú lo puedes todo y que ningún proyecto es irrealizable para ti. Sí, yo hablaba sin entender, de maravillas que me sobrepasan y que ignoro. «Escucha, déjame hablar; yo te interrogaré y tú me instruirás». Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza” (Job 42,1-6) “ENTRÉME DONDE NO SUPE” Entréme donde no supe y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo. 1. Yo no supe dónde estaba, pero, cuando allí me vi, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; no diré lo que sentí,
  • 30. 30 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad que me quedé no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. 2. De paz y de piedad era la sciencia perfecta, en profunda soledad entendida vía recta; era cosa tan secreta, que me quedé balbuciendo, toda sciencia trascendiendo. 3. Estaba tan embebido, tan absorto y ajenado, que se quedó mi sentido de todo sentir privado, y el espíritu dotado de un entender no entendiendo. toda sciencia trascendiendo. 4. El que allí llega de vero de sí mismo desfallesce; cuanto sabía primero mucho bajo le paresce, y Su ciencia tanto cresce, que se queda no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. 5. Cuanto más alto se sube tanto menos se entendía, que es la tenebrosa nube que a la noche esclarecía; por eso quien la sabía queda siempre no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. 6. Este saber no sabiendo es de tan alto poder, que los sabios arguyendo jamás le pueden vencer,
  • 31. 31 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” que no llega su saber a no entender entendiendo, toda sciencia trascendiendo. 7. Y es de tan alta excelencia aqueste summo saber, que no hay facultad ni sciencia que le puedan emprender; quien se supiere vencer con un no saber sabiendo, irá siempre trascendiendo. 8. Y, si lo queréis oír, consiste esta suma ciencia en un subido sentir de la divinal esencia; es obra de su clemencia hacer quedar no entendiendo, toda ciencia trascendiendo. !!!! “POR TODA LA HERMOSURA” Por toda la hermosura nunca yo me perderé, sino por un no sé qué que se alcanza por ventura. 1. Sabor de bien que es finito, lo más que puede llegar es cansar el apetito y estragar el paladar; y así, por toda dulzura nunca yo me perderé, sino por un no sé qué que se halla por ventura.
  • 32. 32 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad 2. El corazón generoso nunca cura de parar donde se puede pasar, sino en más dificultoso; nada le causa hartura, y sube tanto su fe, que gusta de un no sé qué que se halla por ventura. 3. El que de amor adolesce, de el divino ser tocado, tiene el gusto tan trocado que a los gustos desfalle[s]ce; como el que con calentura fastidia el manjar que ve, y apetece un no sé qué que se halla por ventura. 4. No os maravilléis de aquesto que el gusto se quede tal, porque es la causa del mal ajena de todo el resto; y así toda criatura enajenada se ve y gusta de un no sé qué que se halla por ventura. 5. Que estando la voluntad de divinidad tocada, no puede quedar pagada sino con divinidad; mas, por ser tal su hermosura que sólo se ve por fe, gústala en un no sé qué que se halla por ventura. 6. Pues, de tal enamorado, decidme si habréis dolor,
  • 33. 33 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” pues que no tiene sabor entre todo lo criado; solo, sin forma y figura, sin hallar arrimo y pie, gustando allá un no sé qué que se halla por ventura. 7. No penséis que el interior, que es de mucha más valía, halla gozo y alegría en lo que acá da sabor; mas sobre toda hermosura, y lo que es y será y fue, gusta de allá un no sé qué que se halla por ventura. 8 Más emplea su cuidado quien se quiere aventajar en lo que está por ganar que en lo que tiene ganado; y así, para más altura, yo siempre me inclinaré sobre todo a un no sé qué que se halla por ventura. 9. Por lo que por el sentido puede acá comprehenderse y todo lo que entenderse, aunque sea muy subido, ni por gracia y hermosura, yo nunca me perderé sino por un no sé qué que se halla por ventura.-Finis. !!!!
  • 34. 34 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad Nos estamos refiriendo al conocimiento de Dios y, fundamentalmente, al conocimiento de Dios a través de la fe. El tema que está detrás, aunque no lo mencionemos con estas explícitas palabras es el ahondar en el modo que Dios eligió para que nos relacionemos con Él. ¿Cuál sería ese modo? Vivir como creyentes, peregrinar como creyentes. La fe nos lleva hasta las puertas, hasta los umbrales del misterio, pero nosotros no estamos llamados a llegar a los umbrales del misterio; estamos invitados a penetrar. Como somos peregrinos de lo absoluto no podemos detenernos en sus enunciados, el amor siempre nos invita a trascender. Nuestro peregrinar no termina en la fe, sino estamos invitados a trascender los enunciados de la fe y a entrar en comunión con Dios, no con las verdades que hablan de Dios. Por eso el título, el amor no se detiene donde se puede seguir; el amor no quiere quedarse en los medios, el amor busca el encuentro, la persona, la comunión. Esa es la maravilla del amor, sabe distinguir los medios del fin y no se queda a mitad de camino. El amor no descansa antes de tiempo, sólo descansa cuando hay encuentro. No es cuestión de cantidad de libros y lecturas sino, usando palabras literales de san Juan de la Cruz, de “manosear las verdades” (C 1,11), eso que hacemos con el limón y la naranja, lo apretamos, lo exprimimos, a ver si le sacamos todo el jugo. Lo mismo: debemos sacarle el jugo a las verdades de la fe para que nos vayan entregando sus secretos. ¿Cómo peregrinar? En la fe y el amor, así podemos encontrar a Dios en este mundo, siempre “buscándolo en la fe y en el amor”. Más de una vez, en la vida, nos pasa que, sin saber cómo y no como resultado de un razonamiento sino como una evidencia que se impone, nos damos cuenta de que algo ha cambiado y que todo lo vemos de otro modo. Vamos en un viaje, tomamos una curva, pasamos una loma, una cuchilla y el paisaje cambia... ¡Qué poco y cuánto cambió! Íbamos
  • 35. 35 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” por la misma ruta, una curva, una loma, un monte y ya el paisaje es otro. Así, en la vida espiritual, en la vida de fe, se dan paradojas como ésta: “no supe dónde entraba me vi sin saber dónde estaba, grandes cosas entendí...”. No sé qué me pasó, puedo empezar a ver con claridad cosas que hasta hace un instante no veía, como si Dios nos iluminase más allá de nuestros razonamientos. Algo de esto nos pasó con la vocación, a lo mejor no estábamos razonando qué es lo que teníamos que hacer y vimos con claridad; algo nos pasó y vimos que teníamos que hacer determinada cosa. Ya no sólo frente a un paisaje o a cosas que nos acontecen sino ante la misma revelación; nos sucede que, sin saber cómo, la vamos entendiendo más profundamente. Job, luego de haber creído que entendía a Dios y su misterioso obrar, con verdades, (Job no decía cosas que eran falsas pero eran incompletas), pero sin darse cuenta que estaba tomando como absoluta la lógica humana, (Dios premia a los buenos y castiga a los malos). Se vio sorprendido con la irrupción de lo sagrado, ante lo cual terminará diciendo con humildad y asombro: “Yo te conocía sólo de oídas” (Job 42, 5); lo que yo entendía de vos, un día se me mostró insuficiente para entenderte. Vos apareciste y comprendí que no sabía nada. Así podemos asomarnos a expresiones como esta: “no puedo decir lo que sentí, me quedé no sabiendo, toda ciencia trascendiendo”. Hay un saber que trasciende al saber de la ciencia. Pensemos, en Teresita, no era teóloga, pero es doctora de la fe. Cuántos doctores en teología no traspasan, a lo mejor, la lógica de la ciencia teológica. Este “saber no sabiendo”, es una “ciencia perfecta”, llena de paz, no de la paz que es fruto de la quietud posterior a un esfuerzo, la paz que uno siente cuando termina algo, barrí el pasillo, la paz de la misión cumplida, terminé mi tarea, fui a
  • 36. 36 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad dar clase, arreglé este vestido que estaba roto, la serenidad de decir terminé con lo que tenía que hacer. No es esa paz, la paz, fruto de un don, es otra cosa y, de haber intuido la plenitud que no viene de nuestro esfuerzo, nos fue regalada. “Ciencia perfecta”, es esta que nos es donada, que es infusa, llena de piedad, dirá san Juan de la Cruz, que si lo traducimos a nuestro lenguaje sería la ciencia filial, el saber amoroso e íntimo que los hijos tienen de sus padres; los hijos no estudian a sus padres, pero saben quiénes son sus pa- dres. Una ciencia del hijo con respecto al padre, “ciencia perfecta”, acompañada de soledad, ya que al tenerla no vemos lo mismo que los demás y nos hace ajenos a todo el resto. Cuántas veces nos pasa que nos sentimos ajenos a tantos que ya no nos entienden: aún dentro de la vida consagrada; los que van entendiendo más el Evangelio son menos entendidos aún por sus hermanos. Es una ciencia llena de soledad, ajenos no sólo de los demás sino de nosotros mismos; nos enajena, nos sentimos extraños a nosotros mismos -como el enamorado-, el hombre que ha tenido una fuerte experiencia de Dios, o una pérdida profunda. Al día siguiente soy el mismo, pero ya no soy el mismo. Me pasó algo que me hace sentir extraño a mí mismo. ¿Qué me pasó que algo cambió, que esta experiencia, esta experiencia tan personal de haber perdido un ser querido hace que yo ya me sienta extraño a mí mismo? Estos sentires yo no los tuve nunca, nunca vi la vida como la veo hoy. A partir de esta pérdida o a partir de este encuentro o a partir de este amor que se despertó, todo lo veo de otra manera, ya no es la misma realidad, ya no soy el mismo. Es él mismo y ya no es él mismo. Es la soledad de Jesús al experimentarse tantas veces incomprendido hasta por sus mismos discípulos. Jesús habla en un nivel y los discípulos lo entendían en otro. Él decía tenemos que ir a Jerusalén, y los apóstoles peleando a ver quién era el primero de entre ellos.
  • 37. 37 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” “El que allí llega, el que va teniendo esta ciencia que Dios comunica al corazón, de si mismo desfallece”, ya que lo antes sabido y experimentado ya no sirve y alcanza. Cuántas veces decimos: “lo que sé me permite vivir”, y en determinado momento: “lo que sé ya no me alcanza, necesito más”. Es lo que le pasó a Moisés cuando Dios le pide que se quite sus sandalias, para pisar tierra sagrada (Ex. 3). Sus sandalias lo llevaron hasta allí, pero ahora impedirían el contacto. “Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: «Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?». Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: «¡Moisés, Moisés!». «Aquí estoy», respondió el. Entonces Dios le dijo: «No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa» (Éxodo 3, 1-5). Es lo mismo que decir esto, todo lo que sabías de Dios hasta hoy, te sirvió para llegar hasta acá pero, ante Dios, siempre descalzo, siempre permitiéndole que nos brinde una experiencia nueva, plena. El amor no quiere vivir de la me- moria, de los encuentros de ayer, sino anhela el encuentro pleno que todavía no tuvo. Cuando el amor es auténtico se resiste a la memoria y quiere buscar lo que todavía no tiene y sabe puede alcanzar. Por eso no es tan extraño que “cuanto más alto se sube menos se entiende”; por eso no es extraño que la vida cristiana, la vida espiritual, la vida humana, cuanto más profunda, más
  • 38. 38 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad nos damos cuenta de su complejidad y tenemos esa sensación de que entendemos menos. Recordemos que no es casualidad que Sócrates decía: “Sólo sé que no sé nada”. Saber que no se sabe es saber mucho, eso lo decimos muy rápido y en broma, sólo sé que no sé nada. Sabe mucho el que sabe que no sabe y es condición para dejarse conducir. ¿Quién se deja conducir, quién es verdaderamente discípulo de Jesús sino el que sabe que no sabe y cree que Él sí, y se deja guiar? La “tenebrosa nube” que guiaba al pueblo en el desierto: “La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros” (Éxodo 14, 20). Los discípulos de Jesús, en el Tabor, se vieron sorprendidos por la Transfiguración; ese exceso de luz, verdad, intimidad, destinado a sobrellevar el escándalo de la cruz: “Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante” (Lucas 9, 28-29). Es entonces “un entender no entendiendo”, obra de su clemencia, no de nuestras conclusiones, pero sólo “para quien se supiere vencer”, para quien se anime a no objetivar. Para peregrinar en la fe hay que saber vencer y no pretender ir entendiendo cada paso por donde vamos, eso es objetivar; debemos aprender a confiar. El que pretende ir entendiendo se paraliza, a Dios se va creyendo. El que va creyendo tiene que vencer la tentación que tenemos los humanos de medir, de querer saber dónde estamos, por dónde vamos; buscamos lo seguro, queremos asegurarnos desde nuestra lógica; tenemos que vencernos para peregrinar con este saber extraño que es la fe.
  • 39. 39 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” ¡Qué difícil es convivir con el Misterio de Dios, con el propio misterio y con el misterio de los demás! Dicho de otro modo, ¡qué importante sería que, con estas u otras palabras, cada uno de nosotros diga algo como esto: me acostumbré a no entender, no como lo anormal, es lo normal! Me acostumbré a no entender pero puedo estar en paz porque entendí que Él entiende, pero yo ya sé que no puedo seguir sus pasos con mi lógica. Lo normal es más bien que esté a oscuras, no a veces, sino siempre. El verdadero creyente es el que sabe permanecer en la oscuridad, con confianza y luz, dejándose guiar por la fe. Ese “irá siempre trascendiendo”, es decir habrá aceptado el proceso, el camino de la fe. ¿Quiénes peregrinan de verdad hacia el cielo? Los que se animan a trascender siempre la lógica humana y se animan a vivir con la lógica de la fe. Sólo el amor es capaz de ser fiel a lo pleno y aceptar la vida como un permanente caminar. Significa no acampar antes de tiempo. Nuestra tentación es la de conformarnos con la tranquilidad antes que con la plenitud. Se parecen pero no son lo mismo. Por eso, dirá san Juan, para gustar, para poseer, para ser o saber más de lo que somos, de lo que gustamos, de lo que poseemos, habrá que ir por donde no se gusta, por donde no se posee, por donde no se es y por donde no se sabe (cf. 1 S 13, 11). Si quiero descubrir algo nuevo y quiero ir por caminos conocidos, probablemente no lo descubriré nunca. Quien quiera descubrir nuevas tierras tendrá que ir por caminos desconocidos. Quien quiera crecer tendrá que vivir cosas que hasta ahora no vivió y sentirá inseguridad. Para gustar más habrá que probar lo que hasta ahora no probé. Hay que ir, tengo que salir de mi rutina, salir de mis costumbres, dejarme llevar por donde no sé. Quien se sepa vencer (esa inercia de buscar siempre lo conocido) irá siempre trascendiendo sin pretender dominar sino aceptando “su lenguaje, (el de Dios),
  • 40. 40 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad que es el callado amor”. Un Dios que nos conduce en el silencio de la fe. No es extraño que el hombre termine experimentando que nada lo llena y todo lo cansa: ¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! Todas las cosas están gastadas, más de lo que se puede expresar. ¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de escuchar? (Eclesiastés 1, 3. 8). Cuando el Eclesiastés dice vanidad de vanidades, todo vanidad, en realidad más que decir una experiencia personal está refiriendo una experiencia del hombre. El hombre, el ser humano, en determinado momento de la vida, experimenta que nada lo llena, que todo lo cansa, y la gran pregunta es ¿por qué pasa esto? No es que las cosas le han fallado o que él las haya despreciado, sino que su corazón es infinito, y esto lo experimenta mucho más si ha probado el amor, lo eterno, lo sagrado. Se da cuenta que todo, aunque sea bueno, no tiene la medida del corazón. Así se entienden expresiones como ésta: “Por toda la hermosura yo no me perderé sino por un no se qué que se alcanza por ventura”. Por más que haya cosas hermosas, por más que la vida tenga cosas bellas hay un algo intuido que hace que lo bello quede pequeño. Como al que tiene fiebre o está enfermo o al enamorado, el gusto se le ha cambiado. Cuando una per- sona está enferma, le llevamos el plato preferido y no quiere. “¡Uy!, no toma mate, ¿cómo se sentirá? Vive tomando mate, si no toma, algo le debe pasar...”. O, cuando alguien empieza a comer, nos damos cuenta que se curó. El verdadero problema es que en determinado momento, sentimos insatisfacción, la vida parece tediosa, gris, nada nos entusiasma y no es porque estamos enfermos sino que
  • 41. 41 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” hemos gustado lo pleno y nos damos cuenta que no lo tenemos y que nada lo puede reemplazar. Este es el drama humano que “las heridas de amor las cura el que las hizo”. Este es el problema del amor. No hay reemplazantes, las heridas las cura el que las hizo. Esto se cura con un encuentro no con reemplazantes. Lo infinito del corazón del hombre es la herida, la huella, la eterna memo- ria de quien nos ha hecho con amor. Los hombres tenemos memoria de Dios y los encuentros que tenemos en esta vida en la fe, en la oración, las experiencias que Dios nos regala en el peregrinar nos hacen pasar del ser a la conciencia., es decir, nos hacen tomar conciencia y nos avivan la sed. Todos los hombres tienen un corazón infinito, pero no todos se han dado cuenta. ¿Quiénes padecen más? Los que se dieron cuenta de la infinita capacidad del corazón. ¿Cómo se despierta el corazón? Con experiencias de amor. Ese es el problema de la oración, consuela y aviva el problema, porque en la medida que nos encontramos con Él se nos aviva la conciencia de la necesidad de plenitud. Cabe una pregunta: “¿habrá que compadecerse de tal enamorado?”. ¿Hay que compadecerse del hombre de fe, del hombre que parece terminar la vida insatisfecho? Esto lo preguntamos porque lo vemos “sin saber, solo, sin forma y figura, sin arrimo y pié...”, sin poder hacer pie en nada. Nada me consuela, nada me llena, nada me calma. ¿Hay que compadecerse del hombre? ¿Tan dramática es su suerte? Podríamos preguntar ¿valió la pena haber nacido? La respuesta es no, no hay que compadecerse, ya que su dramática realidad no le viene tanto de su pobreza sino de la maravillosa suerte de haber sido invitado al amor. Dicho en otras palabras, es preferible sufrir por estar enamorado a tener la calma de no tener ni idea de lo que es el amor. ¿Hay que compadecerse del hombre y preferir ser una piedra que no tiene angustia, o es preferible ser hombre con sed de plenitud? Su vida es dramática pero con
  • 42. 42 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad esperanza. La grandeza del hombre es su problema. Esto es bueno para que nos entendamos. ¿Por qué nos sentimos mal? Porque estamos hechos para lo pleno. Y nuestro sentirnos mal nos está diciendo que esa es nuestra vocación, y que estamos caminando hacia allá, y en este mundo no terminamos de encontrar, donde reclinar la cabeza. Y esto que parece una desgracia y es muy duro, es porque tuvimos la gracia de haber sido invitados a la Trinidad. Somos barro invitado a ser Dios, ese es el problema del hombre, es el problema profundo que todos tenemos. Por eso “su cuidado”, no está en custodiar lo poco o mucho que tiene, es decir: lo sentido, entendido, gracias recibidas, que se le terminarán escurriendo entre las manos y es poco, sino “en lo que está por ganar”. ¿Qué tenemos que cuidar? No se trata de defender lo poco que tenemos sino de no perdernos la plenitud a la cual fuimos invitados. Hará falta fidelidad a lo pleno y una gran capacidad de insatisfacción; es decir, de vivir en el tiempo y en lo relativo con sed y esperanza de absoluto, sabiendo que aquí ha comenzado pero no está la plenitud de la vida. Lo sepamos o no, todos los días, cuando rezamos, no hacemos otra cosa que volver a apuntar a la meta, y desde allí nos situamos para entender la vida. Sólo el que reza comprende a dónde va y puede comprender el sentido de las renuncias, el sentido de la vida en este mundo. El trigo y la cizaña tendrán que estar juntos hasta la llegada del Reino. Ante los dones que no se compran, que no se merecen, sólo nos queda pedir y disponerse. Los dones se piden y los dones se disponen a recibirlos y esto no es poco, lo demás está en sus manos, en las de Dios. Dios no es una conquista del hombre, Dios es un regalo. Nosotros podemos pedirlo y disponernos para que Él se nos regale. Pero conquistar el misterio de Dios no es cosa del hombre.
  • 43. 43 22222 2ª meditación “El amor no se detiene donde puede seguir” María comprendió que la plenitud está al final, recordemos las bodas de Caná, y por eso, lejos de asustarse ante la falta de vino recurrió al único que nos puede entregar el de mejor calidad: “Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento” (Juan 2, 10). Dicho en otras palabras, no nos tenemos que asustar de que un día la vida nos parezca una fiesta de bodas en la cual el viso se terminó, ya no hay sentido, ya no tenemos fuerzas, motivaciones, todo parece que se acabó. Ese es el momento para acudir a Aquel que está deseando regalarnos el mejor vino que viene al final, y que no es hecho por el hombre sino aquel que puede entregarnos Jesús. El sentido de la vida no es la ideología que los hombres nos fabricamos para sobrevivir. El sentido de la vida es el que nos regala Jesús y el que hay que saber esperar.
  • 44.
  • 45. 45 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” “Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna” (Juan 3, 16) “EN EL PRINCIPIO” 1. En el principio moraba el Verbo, y en Dios vivía, en quien su felicidad infinita poseía. 2. El mismo Verbo Dios era, que el principio se decía; él moraba en el principio, y principio no tenía. 3. El era el mismo principio; por eso de él carecía. El Verbo se llama Hijo, que del principio nacía; hale siempre concebido y siempre le concebía;
  • 46. 46 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad 4. dale siempre su sustancia, y siempre se la tenía. Y así la gloria del Hijo es la que en el Padre había y toda su gloria el Padre 5. en el Hijo poseía. Como amado en el amante uno en otro residía, y aquese amor que los une en lo mismo convenía 6. con el uno y con el otro en igualdad y valía. Tres Personas y un amado entre todos tres había, y un amor en todas ellas 7. y un amante las hacía, y el amante es el amado en que cada cual vivía; que el ser que los tres poseen cada cual le poseía, 8. y cada cual de ellos ama a la que este ser tenía. Este ser es cada una, y éste sólo las unía en un inefable nudo 9. que decir no se sabía; por lo cual era infinito el amor que las unía, porque un sólo amor tres tienen que su esencia se decía; 10. que el amor cuanto más uno, tanto más amor hacía. De la comunicación de las tres Personas.
  • 47. 47 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” En aquel amor inmenso que de los dos procedía, palabras de gran regalo 11.. el Padre al Hijo decía, de tan profundo deleite, que nadie las entendía; sólo el Hijo lo gozaba, que es a quien pertenecía. 12. Pero aquello que se entiende de esta manera decía: Nada me contenta, Hijo, fuera de tu compañía; y si algo me contenta, 13. en ti mismo lo quería. El que a ti más se parece a mi más satisfacía, y el que en nada te semeja en mí nada hallaría. 14. En ti sólo me he agradado, ¡Oh vida de vida mía! Eres lumbre de mi lumbre, eres mi sabiduría, figura de mi sustancia, 15. en quien bien me complacía. Al que a ti te amare, Hijo, a mí mismo le daría, y el amor que yo en ti tengo ese mismo en él pondría, 16. en razón de haber amado a quien yo tanto quería. De la creación 17. Una esposa que te ame. mi Hijo, darte quería,
  • 48. 48 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad que por tu valor merezca 18. tener nuestra compañía y comer pan a una mesa, del mismo que yo comía, porque conozca los bienes que en tal Hijo yo tenía, 19. y se congracie conmigo de tu gracia y lozanía. -Mucho lo agradezco, Padre, el Hijo le respondía-; a la esposa que me dieres 20. yo mi claridad daría, para que por ella vea cuánto mi Padre valía, y cómo el ser que poseo de su ser le recibía. 21. Reclinarla he yo en mi brazo, y en tu ardor se abrasaría, y con eterno deleite tu bondad sublimaría. Prosigue Hágase, pues -dijo el Padre-, 22. que tu amor lo merecía; y en este dicho que dijo, el mundo criado había palacio para la esposa hecho en gran sabiduría; 24. el cual en dos aposentos, alto y bajo. dividía. El bajo de diferencias infinitas componía; mas el alto hermoseaba 25. de admirable pedrería,
  • 49. 49 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” porque conozca la esposa el Esposo que tenía. En el alto colocaba la angélica jerarquía; 26. pero la natura humana en el bajo la ponía, por ser en su compostura algo de menor valía. Y aunque el ser y los lugares 27. de esta suerte los partía, pero todos son un cuerpo de la esposa que decía; que el amor de un mismo Esposo una esposa los hacía. 28. Los de arriba poseían el Esposo en alegría; los de abajo, en esperanza de fe que les infundía, diciéndoles que algún tiempo 29. él los engrandecería. y que aquella su bajeza él se la levantaría de manera que ninguno ya la vituperaría; 30. porque en todo semejante él a ellos se haría y se vendría con ellos, y con ellos moraría; y que Dios sería hombre, 31. y que el hombre Dios sería, y trataría con ellos, comería y bebería; y que con ellos contino
  • 50. 50 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad él mismo se quedaría, 32. hasta que se consumase este siglo que corría, cuando se gozaran juntos en eterna melodía; porque él era la cabeza 33. de la esposa que tenía, a la cual todos los miembros de los justos juntaría. que son cuerpo de la esposa, a la cual él tomaría 34. en sus brazos tiernamente, y allí su amor la diría; y que, así juntos en uno, al Padre la llevaría, donde del mismo deleite 35. que Dios goza, gozaría; que, como el Padre y el Hijo, y el que de ellos procedía el uno vive en el otro, así la esposa sería, 36. que, dentro de Dios absorta, vida de Dios viviría. Prosigue Con esta buena esperanza que de arriba les venía, el tedio de sus trabajos 37. más leve se les hacía; pero la esperanza larga y el deseo que crecía de gozarse con su Esposo contino les afligía; 38. por lo cual con oraciones,
  • 51. 51 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” con suspiros y agonía, con lágrimas y gemidos le rogaban noche y día que ya se determinase 39. a les dar su compañía. Unos decían: -¡Oh si fuese en mi tiempo el alegría! Otros: -¡Acaba, Señor; al que has de enviar, envía! 40. Otros: -¡Oh si ya rompieses esos cielos, y vería con mis ojos que bajases, y mi llanto cesaría! ¡Regad, nubes, de lo alto, 41. que la tierra lo pedía, y ábrase ya la tierra, que espinas nos producía, y produzca aquella flor con que ella florecería! 42. Otros decían: -¡Oh dichoso el que en tal tiempo sería, que merezca ver a Dios con los ojos que tenía, y tratarle con sus manos, 43. y andar en su compañía, y gozar de los misterios que entonces ordenaría! Prosigue En aquestos y otros ruegos gran tiempo pasado había; 44. pero en los postreros años el fervor mucho crecía, cuando el viejo Simeón
  • 52. 52 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad en deseo se encendía, rogando a Dios que quisiese 45. dejalle ver este día. Y así, el Espíritu Santo al buen viejo respondía; Que le daba su palabra que la muerte no vería 46. hasta que la vida viese que de arriba descendía. y que él en sus mismas manos al mismo Dios tomaría, y le tendría en sus brazos 47. y consigo abrazaría. Prosigue la Encarnación. Ya que el tiempo era llegado en que hacerse convenía el rescate de la esposa, que en duro yugo servía 48. debajo de aquella ley que Moisés dado le había, el Padre con amor tierno de esta manera decía: Ya ves, Hijo, que a tu esposa 49. a tu imagen hecho había, y en lo que a ti se parece contigo bien convenía; pero difiere en la carne que en tu simple ser no había 50. En los amores perfectos esta ley se requería: que se haga semejante el amante a quien quería; que la mayor semejanza
  • 53. 53 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” 51. más deleite contenía; el cual, sin duda, en tu esposa grandemente crecería si te viere semejante en la carne que tenía. 52. -Mi voluntad es la tuya -el Hijo le respondía-, y la gloria que yo tengo es tu voluntad ser mía, y a mí me conviene, Padre, 53. lo que tu Alteza decía, porque por esta manera tu bondad más se vería; veráse tu gran potencia, justicia y sabiduría; 54. irélo a decir al mundo y noticia le daría de tu belleza v dulzura y de tu soberanía. Iré a buscar a mi esposa, 55. y sobre mí tomaría sus fatigas y trabajos, en que tanto padecía; y porque ella vida tenga, yo por ella moriría, 56. y sacándola del lago a ti te la volvería. Prosigue Entonces llamó a un arcángel que san Gabriel se decía, y enviólo a una doncella 57. que se llamaba María, de cuyo consentimiento
  • 54. 54 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad el misterio se hacía; en la cual la Trinidad de carne al Verbo vestía; 58. y aunque tres hacen la obra, en el uno se hacía; y quedó el Verbo encarnado en el vientre de María. Y el que tenia sólo Padre, 59. ya también Madre tenía, aunque no como cualquiera que de varón concebía, que de las entrañas de ella él su carne recibía; 60. por lo cual Hijo de Dios y del hombre se decía. Del Nacimiento Ya que era llegado el tiempo en que de nacer había, así como desposado 61. de su tálamo salía abrazado con su esposa, que en sus brazos la traía, al cual la graciosa Madre en un pesebre ponía, 62. entre unos animales que a la sazón allí había. Los hombres decían cantares, los ángeles melodía, festejando el desposorio 63. que entre tales dos había. Pero Dios en el pesebre allí lloraba y gemía, que eran joyas que la esposa
  • 55. 55 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” al desposorio traía. 64. Y la Madre estaba en pasmo de que tal trueque veía: el llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro |por tan ajeno ser solía. Finis. !!!! “DEL VERBO DIVINO LA VIRGEN PREÑADA” 1. Del Verbo divino la Virgen preñada viene de camino: ¡si le dais posada! !!!! Contemplar y exponer el misterio de Dios, es contemplar y exponer el misterio del hombre. ¿Quién iba a decir que, al hablar de Dios, indirectamente estamos hablando del hombre? Si es cierto que somos creados a su imagen y semejanza, mirar a Dios, en el fondo, es mirar al modelo original. Nos entendemos mirando a nuestro Autor, a nuestro Padre. Mirar a otro, curiosamente, es el mejor espejo en el cual podemos entendernos. Lejos de evadirnos para olvidar y escapar de nuestra pobreza, salimos al encuentro del misterio original. Nosotros no somos el misterio original, hay Otro que es el misterio original, sin el cual mal podríamos entender todo lo demás. Sólo entendiendo esto último
  • 56. 56 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad podemos entender lo secundario. Queremos ir al encuentro de Aquel que tiene nuestro secreto. Buscar a Dios es buscar a Aquel que nos soñó. Más que nosotros soñar tenemos que tratar de averiguar qué soñó Dios. Nosotros somos el sueño de amor de alguien, y esto que parece que nos quita independencia, es lo que nos hace tan valiosos. Somos un sueño de amor y nada más ni nada menos que de Dios; por eso nuestra vida no es insignificante aunque lo parezca, ni la de ningún hombre ni la de nada de lo que existe. Él nos ha soñado con amor. Hay maneras de salir que no sólo no son evasión, sino la única posibilidad de encontrarse. Hay maneras de salir que nos hacen mal, y esto es cuando estamos demasiado extrovertidos, ocupados, distraídos, estamos demasiado atentos a la T.V., a las noticias, a lo que pasa y tenemos la sensación de que hace mucho que no entramos al corazón. Como cuando uno termina un día y tiene la sensación de que se vuelve a encontrar con uno mismo, después de muchas horas, como la persona que se va a trabajar y le dice a la que quedó encasa, te veo a la noche. Eso es salir mal, cuando uno vuelve a la noche y recién se reencuentra con uno mismo, en vez de haber vivido todo el día desde uno mismo. Hay una manera buena de salir, que no es evasiva, que no es distracción, que no es extroversión mala, y es salir a encontrarme con otro que curiosamente tiene lo más profundo mío. Esta es la buena salida, el buen salir de sí mismo. A veces lo hemos entendido mal y nos hemos despersonalizado. Hay un salir de sí mismo bueno, que es dejar de mirarse para mirarlo y encontrarse. Quien sea capaz de mirar los ojos de aquel que lo está mirando con amor, habrá encontrado algo mucho más bello que un espejo, y tal vez llegue mucho más profundo que con la propia mirada externa. Sin el otro, sin la persona que nos ama, la persona quedaría sin raíz. Si nunca miráramos a otro no sabríamos de dónde venimos. Por eso, mirar a nuestros mayores, a
  • 57. 57 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” nuestros padres, mirar la historia de la salvación, mirar a Dios, es mirar nuestra raíz. Nos quedaríamos sin destino -para quién soy-, si nunca levanto la mirada y descubro que alguien me aguarda, que amo a alguien; ¿a dónde voy? El hombre sin rumbo es el que no tiene a nadie, no quiere a nadie; no tengo destino, no soy para otro. Nos quedaríamos sin nuestro verdadero rostro. En cambio, el que se sabe amado y levantó la mirada, ese sabe de dónde viene, sabe a dónde va y sabe, mirando esos ojos, quién es “tú eres mi hijo muy querido” (cf. Mateo 3, 17). Entonces, si esto lo expresáramos de una manera más simple, pero un poco más profundo podríamos decir: sólo saliendo podemos entrar acompañados hasta el fondo sin abismarnos. Una imagen gráfica: cuando uno era un niño/ a, estaba en una casa grande y había que ir al sótano. ¿Quién baja solo/a al sótano? En cambio si alguien viene conmigo bajo. Algo parecido nos pasa. Es muy difícil animarse a quedarse con lo más profundo de uno a solas, tenemos miedo de abismarnos, de asustarnos, de encontrarnos despreciables, pobres, necesitados, solos; en cambio, sólo saliendo al encuentro de otro que quiera entrar en mí me animo a ir hasta el fondo. Al levantar nuestra mirada, lejos de encontrarnos un Dios indiferente, ausente, distraído, descubrimos que nos estaba mirando, sosteniendo y abriendo el corazón para manifestarse. Dios no es un Dios que esté mirando para otro lado, es el Dios que mira la creación, la está sosteniendo con su amor, y encima que está abriendo el corazón, se está revelando, se nos reveló. Nos reveló su misterio que es misterio de comunión personal: Dios nos dijo Yo no soy Soledad, “En el principio moraba el Verbo, y en Dios vivía, en quien su felicidad infinita poseía”.
  • 58. 58 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad Dios no es un Dios solitario, es un Dios lleno de vida, de comunión, de felicidad infinita. No es un Dios que me busca porque es un carenciado que necesita de mi culto, sino que es un Dios pleno que me invita a su plenitud. El amor es principio y fin, ya que fuimos creados por amor y para el amor. ¡Qué lugar esencial tiene el amor!, es la causa de todo y es el fin de todo. Al entender esto, un hombre ya tiene el rumbo esencial de la vida. No sé si nos damos cuenta de lo que significa saber esto… si es que lo sabemos: que todo fue hecho por amor; esta es la clave de interpretación de la creación. La creación tiene por meta amar. Parece tan poco…, pero si entendiéramos sólo esto, no sé si habría algo más para decir. La encarnación hace de puente, de unión, de empalme entre Dios y el hombre, entre estos dos tan parecidos pero tan distintos, tan abismalmente distintos. Revelarse, es más que decirse; podemos entenderlo demasiado humanamente: es comunicarse, es entregarse. Cuando Dios se revela se entrega, no es que nos mandó un mensaje por medio de los profetas y nada más, su Palabra se hizo carne. Decirse es una forma de darse. Volvemos a lo humano: quien se diga bien se da. También un hombre se dice, en el sentido más profundo, cuando abre su corazón. Creo que todas ustedes habrán tenido la experiencia alguna vez de alguien que no les decía sólo cosas sino que les estaba dando su ser. Más de una vez ustedes, espero, han intentado comunicarse no sólo dando información sino queriendo expresar lo más profundo de sí mismas. Y porque Dios es rico, y el hombre es pobre, será necesario el tiempo y la progresión para que el amor nos vaya haciendo capaces de acoger el don que excede nuestras capacidades. Pasa hasta en matemáticas; hacen falta muchos cursos para que nos puedan dar lo más complejo. Lo mismo pasa en el amor, lo mismo pasa cuando Dios o una persona se nos quiere dar. El hombre necesita tiempo para asimilar; como la tierra, no se puede empapar el campo en un instante, hace falta la lluvia
  • 59. 59 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” serena, no basta un chaparrón. No podemos absorber todo muy rápido. En la comunicación es lo mismo. Podrá haber Internet, comunicación instantánea, pero el hombre necesita tiempo para asimilar el amor y la comprensión del otro, y mucho más la de Dios. Para el hombre -lo sepa o no-, buscar es siempre responder. A veces nosotros creemos subjetivamente que nosotros somos los que hemos tomado la iniciativa en la búsqueda. ¿Dónde estás? Y, sin embargo el hombre, siempre que busca, lo sepa o no, está respondiendo a la iniciativa de Aquel que lo creó con sed de Dios, de buscar, de preguntar. En última instancia nuestro grito no nos pertenece, todo hombre lleva en su corazón un grito infinito, ¿dónde estás?, y ese grito, si lo pensamos, es más un eco que una invocación. Gritamos “donde estás” porque Dios nos gritó primero y nos dejó marcados de tal modo que ahora lo gritamos nosotros. Recordemos: siempre que busquemos a Dios, es más una respuesta que una iniciativa. Pero esa respuesta podría ser meramente automática, (la palabra no me gusta). Todo hombre, por naturaleza, por necesidad, buscará lo infinito. Estamos condenados a buscar lo infinito, pero ese grito podemos hacerlo nuestro y amoroso. No sólo te busco porque te necesito para alcanzar mi plenitud, sino que ahora te busco porque te quiero, yo lo quiero decir no sólo con mis entrañas, sino con mi corazón y con mi libertad. Para el cristiano, vivir no es otra cosa que responder agradecido al amor gratuito de Dios. La Encarnación es el punto culminante del proceso de entrega, de un movimiento de la eternidad al tiempo. La respuesta es justamente remontar el camino abierto por Jesús, el camino del tiempo a la eternidad. Dios tomó la iniciativa de venir de la eternidad al tiempo, los hombres respondemos remontando el camino del tiempo a la eternidad.
  • 60. 60 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad Por eso, según creo, pienso y siento de Dios, y así organizo la vida. No sé si siempre nos damos cuenta de que toda conducta humana supone una visión de la vida y un rostro de Dios. Sería bueno que un día nos preguntemos ¿mi conducta, mis miedos, mi manera de actuar: ¿qué Dios está confesando? ¿Es el mismo Dios en el que yo creo, que yo pienso, que yo siento? Sería sano si el Dios en el cual creemos, pensamos y sentimos fuera el mismo. Una persona puede predicar a un Dios que no siente; yo siento a un Dios que me da pánico y predico a un Dios compasivo. Tengo todavía que evangelizar mi corazón para que este sienta lo que creo. Nuestra vida es una confesión, una profesión de fe. Toda persona, cuando vive, está profesando la fe, se de cuenta o no; siempre está diciendo en qué cree y, por eso, obra así. Se hace imprescindible preguntarnos si el Dios que confiesa mi fe es el mismo que confiesa mi vida, mi obrar. Podemos ver esto de un modo mucho más concreto: nuestra manera de tratar a los demás pone de manifiesto la hondura y calidad del amor que hemos recibido. ¿Cómo sé cómo me han amado? Tengo que mirar cómo trato a los demás. En última instancia tratamos como creemos que fuimos tratados. La compasión, la misericordia, la gratuidad, la incondicionalidad, son señales de haber sido encontrado por Jesús o por alguien amado por Él que ama como Él. Cuando alguien no ama bien, más que pensar que es un malo, tenemos que pensar que todavía no fue amado suficientemente; por eso no puede amar bien. Por eso el Evangelio nos pide amar al enemigo porque, si supiera del amor, no obraría así. Por eso Jesús creyó que valió la pena morir amando a los que lo mataban, todavía no sabían del amor. El amor crea, Dios es creador porque es Amor, Dios no tiene otro motivo para obrar; por eso “de Dios no se consigue nada si no es por amor”, a Dios nunca le vamos a arrancar algo a la fuerza, no lo podemos presionar; la única manera
  • 61. 61 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” de presionar a Dios es por amor, eso sí lo hace débil. Y, fíjense qué bonito y tal vez más bonito, tampoco del hombre se consigue nada humano si no es por amor. A la fuerza podemos hacer muchas cosas con un hombre, pero nunca a la fuerza podemos arrancarle nada humano, y menos una respuesta de amor, nunca a la fuerza. Amor saca amor. Ni de Dios ni del hombre se consigue nada profundo sino con amor. Creo que esto es para revisar cómo educamos, cómo tratamos, cómo evangelizamos, cómo -hasta diría- buscamos que haya una sociedad más justa, no lo podemos lograr a la fuerza. El hombre podría ser más justo, más fraterno, más solidario, pero hay que emprender el camino de Jesús: habrá que amarlo para que lo haga. No a la fuerza, no hay sistema social, política, ideología alguna que logre, a la fuerza, hacer de un hombre el hermano de otro hombre; eso lo logra el amor. Conocer a Dios nos permite conocer al hombre, conocer al hombre nos permite también conocer a Dios. Se puede dar vuelta esto: “¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan” (Lucas 11, 11-13). Ahí Jesús, está empleando la experiencia humana para entender a Dios. Así como deseamos que los demás quieran a quienes nosotros queremos, así también Dios. Así como a nosotros nos duele que desprecien a la persona que queremos, que la ignoren, que la maltraten, lo mismo podemos intuir de Dios, y así podemos asomarnos al misterio de la Encarnación. “Una esposa que te ame.
  • 62. 62 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad mi Hijo, darte quería, que por tu valor merezca tener nuestra compañía y comer pan a una mesa, del mismo que yo comía, porque conozca los bienes que en tal Hijo yo tenía, y se congracie conmigo de tu gracia y lozanía.”. En la Trinidad el Padre lo miró al Hijo y dijo, es demasiado bueno para que lo quiera yo solo, quiero que lo quieran otros. ¿Cuál es el origen de la creación? Quiero que otros quieran al que yo quiero, es demasiado bueno para que sea para mí solo. Imagínense si una pareja de recién casados que se quiere mucho, el esposo dice, sos demasiado buena para ser para mí solo, quiero que tengas hijos que se den cuenta quién sos. Y lo mismo al revés, mi marido es demasiado bueno para mí, quiero que tenga hijos, quiero que otros gocen de esto que yo tengo. Es la misma lógica. El contento del Padre es el Hijo y todo aquel que se le parece. Por eso son tan amables los amigos de Dios; ¿Por qué es tan fácil querer a los amigos de Dios? Porque tienen mucho de Dios; quererlos no sólo no nos aleja sino nos acerca más a Él. A santa Teresa muchas veces le surgía este temor, ¿puedo querer a esta persona? con esta lógica contesta, cómo no vas a querer a los amigos de Dios; al contrario te acerca, no te aleja. Con la misma lógica del Padre, el Hijo responde: “el Hijo le respondía-; a la esposa que me dieres yo mi claridad daría, para que por ella vea cuánto mi Padre valía, y cómo el ser que poseo de su ser le recibía”.
  • 63. 63 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” El Padre está pensando en el Hijo y el Hijo está pensando en el Padre. Cuando me des una esposa, yo le quiero mostrar en mí, cuánto vale el Padre, y habría que subrayar este “en mí”. Quiero que viéndome a mí vean qué bueno sos vos. ¡Qué maravilla esto! Hermoso programa de vida para nosotros, que en mí descubran cuánto vale el Padre. Acá está toda la sacramentalidad cristiana que, en mí, en mi amor, en mi conducta, en mi palabra, en mi ternura, los hombres sospechen cuánto vale el Padre. Fíjense si esto no es todo un programa de vida para nosotros. ¿Para qué amanecemos hoy? Para que en mí, en todo lo que yo haga hoy, en todo lo que diga, en mi manera de amar a los demás, los hombres puedan ver cuánto vale mi Padre. Eso es lo que hoy tengo que hacer, haga lo que haga. Cualquiera sea mi oficio, mi tarea, habré vivido bien si hoy, en mí, los hombres sospecharon cuánto vale el Padre. Así quería vivir Jesús, así nos invita a vivir a nosotros, eso es rendirle culto en espíritu y en verdad. “La hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad (Juan 4, 23- 24). Por medio de los profetas Dios nos fue suscitando y educando en la esperanza. Esperanza, para el hombre con sed de comunión, no es otra cosa que esperanza de compañía, de cercanía, de semejanza. Si uno se preguntara ¿Qué es lo que espero? Van a ver que uno espera compañía, espera cercanía, espera semejanza. Es muy importante irle poniendo nombre al objeto del deseo. ¿Qué esperamos? Esto es lo que esperamos. En el mismo amor está la raíz de la esperanza, ya que “en los amores perfectos se requiere semejanza”.
  • 64. 64 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad En los amores perfectos esta ley se requería: que se haga semejante el amante a quien quería; que la mayor semejanza más deleite contenía; el cual, sin duda, en tu esposa grandemente crecería si te viere semejante en la carne que tenía. El amor tiene sus leyes, sus leyes intrínsecas. Una de las leyes del buen amor es esta, el amor busca y hace semejante. Cuando el amor es bueno hace semejante al otro. Si el amor de la maestra es bueno, al alumno, lo va a querer hacer tan sabio como ella, y no dejarlo siempre alumno. Es decir, el amor siempre hace crecer, madurar, el amor no se quiere reservar nada, por eso quiere que el otro alcance la igualdad. Por eso cuando Dios nos ama, Dios busca hacernos semejantes a Él y para hacernos semejantes a Él se hizo primero Él semejante a nosotros, para después podernos llevar a su plenitud. Lo dice: “...el deleite crecería si te viere semejante en la carne que tenía...”. Como diciendo: ¿cómo los hombres van a descubrir en vos mi belleza y cómo te van a terminar de amar y descubrir cuánto vales? Sólo si te haces semejante en la carne que ellos tienen, es lo mismo que decir, sólo si te haces de su condición humana, ahí le vas a poder traducir mi belleza y van a poder conocer tu bondad, si le hablas en el lenguaje que ellos pueden entender. El Padre está dispuesto a entregar lo que más ama para alegría del hombre y el Hijo responde para gloria del Padre y salvación del hombre: “...por esa manera (si yo me encarno) tu bondad más se vería...y sobre mi (como el Buen Pastor), tomaría sus fatigas y trabajos”. porque por esta manera tu bondad más se vería;
  • 65. 65 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” veráse tu gran potencia, justicia y sabiduría; irélo a decir al mundo y noticia le daría de tu belleza v dulzura y de tu soberanía. La Encarnación es un Dios que se quiere hacer cargo del hombre para que los problemas del hombre sean ahora los suyos. Esta es la manera como podemos comprender que nos ama: mi problema ahora es el suyo. Se hizo semejante a mí. Las palabras y el obrar de Dios despiertan la esperanza y así “el tedio de los trabajos más leve se les hacía”. Con esta buena esperanza que de arriba les venía, el tedio de sus trabajos más leve se les hacía; pero la esperanza larga y el deseo que crecía de gozarse con su Esposo contino les afligía. Supongamos que uno está trabajando y el día está pesado, y viene alguien y nos dice: mañana nos vamos de paseo. Bueno, es más fácil terminar el día. Hay esperanza. El tedio del trabajo más leve se haría si mañana empezaran las vacaciones. Pero aquí nos encontramos con la paradoja de la esperanza en toda su crudeza: sus certezas nos alivian, Dios se va a hacer hombre nos decían los profetas, viene el Salvador y por eso la esperanza hacía más leve la espera, pero su dilación nos atormenta: si es larga (la esperanza) aumenta el deseo y aflige. ¡Qué bueno es saber que nos van a venir a visitar! Entonces, entre que nos avisan y hasta que llega la persona que esperamos, las horas no pasan nunca. Hay esperanza pero
  • 66. 66 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad el tiempo se empieza a hacer eterno porque el corazón va más rápido que el reloj. Y este es el problema de la esperanza: certeza de que viene pero… ¡cuánto tarda! El corazón quiere ya y el tiempo no pasa tan rápido. Por eso el anciano Simeón llegó a decir: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2, 29-32). Ahora, como diciendo, mirá que te esperé... Mis ojos han visto a tu Salvador. Podría mechar una frase de los salmos, “mis ojos han envejecido de tanto aguardar a mi Dios”, pero ahora han visto a mi Salvador. Con lo cual podríamos decir: la paz del anciano Simeón y de todo el que tenga esperanza estará cargada de certezas y angustias... Tener esperanza es tener certezas, pero es conocer angustias que no conoce el que no tiene esperanza, es la angustia de la espera. La libertad es condición imprescindible para el amor y es obra suya. El amor crea libertad y sin amor no puede haber libertad. La Encarnación es un misterio de amor llevado al extremo. En realidad la Encarnación es un gran gesto de amor de parte de Dios, es Él don, es Él que se nos dona, por eso es un gran acto de libertad por parte de Dios y del hombre. ¿Por qué? Porque los dones hay que ofrecerlos pero también hay que acogerlos. Yo puedo querer regalarle algo a alguien, pero ese alguien lo tiene que querer recibir. “Mi voluntad es la tuya”, decía el Hijo; me quiero encarnar, quiero, aquí estoy. Y ¿qué dijo el hombre en labios de María?: “Al decir la Virgen si el misterio se hacía”. No hay misterio de Encarnación, si no hay un “sí” de María, si no hay un consentimiento amoroso. Con lo cual estamos diciendo que Dios tampoco puede desplegar todos los sueños de amor que tiene con el hombre,
  • 67. 67 33333 3ª meditación “El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría” con cada uno de nosotros, si no consentimos en ser amados. No sé si alguna vez les dijeron lo siguiente: “sos un poco arisca”. Hay personas difíciles de querer, un poquito arisca... ¡Qué bueno sería que nunca nos lo diga Dios! Ese don no basta que lo haya acogido María por nosotros, no basta la Encarnación; podríamos decir que hay una encarnación que se tiene que dar en el corazón de cada hombre, en María la humanidad consciente y acoge el don, pero ese don debe ser acogido por cada hombre: “Del Verbo divino la Virgen preñada viene de camino si le dais posada”. María dijo sí y el Misterio se hizo, pero ¿dónde encontrar un pesebre para que nazca? ¿Dónde hay lugar para que dé a luz? Ese lugar es el sí y el espacio del corazón de cada uno de nosotros. Mi humanidad es lugar donde Dios se puede hacer también carne. ¡Qué maravilla y qué hermoso programa de vida! ¿Cuál es nuestro objetivo? Que mi humanidad sea prolongación de la de Jesús. Una Palabra nos dijo el Padre y “se quedó mudo” (2S 22,6), dirá san Juan de la Cruz. Una palabra, ¿qué quiere decir? Que nos la dijo toda, nos la entregó toda, por eso se quedó mudo. Cuando alguien habla profundo, de golpe se quedó mudo, y alguien le dice ¿qué te pasó? Y ya no tengo más nada que decir, ¿qué más puedo decir que esto? ¿Por qué Dios se quedó mudo? Porque habló. ¿Está mudo o hay que escuchar lo que dijo? ¿Está mudo o hay que seguir mirando la humanidad de Jesús a ver si comprendemos lo que dijo? No es porque ya no quiere hablar, sino todo lo contrario porque en el Hijo el Padre nos lo dijo todo, nos lo entregó todo. Este quedarse mudo de Dios, nos deja a los hombres en “Pasmo”, ¿qué significa? En un silencio pleno de adoración y de gratitud al comprobar, como María, algo tan extraño en el pesebre: “el llanto del hombre en Dios y en el hombre la
  • 68. 68 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad alegría...”, algo que “tan ajeno ser solía...”. Acá hay una sutileza muy bella, empezó el poema hablándonos de un Dios eterno y pleno de felicidad que termina revestido de carne humana en el Niño Jesús y asumiendo el llanto del hombre. Y los pastores, esos que aguardaban, lloraban y gemían, ahora ríen porque Dios está con ellos. Este es el admirable intercambio que hablaban los Pa- dres de la Iglesia. El que era rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. La alegría es más de Dios que del hombre, y el llanto es más del hombre que de Dios. El misterio es que Dios asumió el llanto para que el hombre pueda asumir la alegría.
  • 69. 69 4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor” “Sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: «Tengo sed». Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu” (Juan 19, 28-30) “UN PASTORCICO” 1. Un pastorcico, solo, está penado, ajeno de placer y de contento, y en su pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado. 2. No llora por haberle amor llagado, que no le pena verse así afligido, aunque en el corazón está herido; mas llora por pensar que está olvidado.
  • 70. 70 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad 3. Que sólo de pensar que está olvidado de su bella pastora, con gran pena se deja maltratar en tierra ajena, el pecho de el amor muy lastimado. 4. Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado de aquel que de mi amor ha hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia, y el pecho por su amor muy lastimado! 5. Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos, y muerto se ha quedado asido dellos, el pecho de el amor muy lastimado. !!!! “VIVO SIN VIVIR EN MÍ” Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero. 1. En mí yo no vivo ya y sin Dios vivir no puedo; pues sin él y sin mí quedo, este vivir ¿qué será? Mil muertes se me hará, pues mi misma vida espero, muriendo porque no muero. 2. Esta vida que yo vivo es privación de vivir; y así es continuo morir hasta que viva contigo. Oye, mi Dios, lo que digo,
  • 71. 71 4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor” 44444 que esta vida no la quiero; que muero porque no muero. 3. Estando absente de ti, ¿qué vida puedo tener sino muerte padescer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, pues de suerte persevero, que muero, porque no muero. 4. El pez que del agua sale aun de alivio no caresce, que en la muerte que padesce al fin la muerte le vale. ¿Qué muerte habrá que se iguale a mi vivir lastimero, pues, si más vivo, más muero? 5. Cuando me pienso aliviar de verte en el Sacramento, háceme más sentimiento el no te poder gozar; todo es para más penar por no verte como quiero, y muero porque no muero. 6. Y si me gozo, Señor, con esperanza de verte, en ver que puedo perderte se me dobla mi dolor; viviendo en tanto pavor y esperando como espero, muérome porque no muero. 7. ¡Sácame de aquesta muerte mi Dios, y dame la vida; no me tengas impedida
  • 72. 72 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad en este lazo tan fuerte; mira que peno por verte; y mi mal es tan entero, que muero porque no muero. 8. Lloraré mi muerte ya y lamentaré mi vida en tanto que detenida por mis pecados está. ¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será cuando yo diga de vero: vivo ya porque no muero? !!!! Cuanto más simple y primitiva es la vivencia religiosa, las fronteras entre lo sagrado y lo profano son más claras. Todo aquello que pertenece al ámbito del culto es sagrado, ya que ha sido separado para su uso. Consagrar es apartar del uso normal y profano, tanto las personas como los lugares, tiempos, objetos, música y tantas otras cosas. Pero, a partir de la Encarnación, en este mundo, lo sagrado irrumpe en lo profano y a través de lo profano. Esta es la maravilla del hecho cristiano: lo sagrado irrumpe desde el corazón de lo que nosotros llamábamos profano, vulgar, natural. Jesús no nació en un templo, Jesús nació en el seno de una mujer. Nació en un pesebre, es decir, irrumpe en lo común, lo ordinario, en la vida natural. Lo que hace que algo sea sagrado o profano ya no es tanto una cuestión de uso de lo que se utiliza para lo sagrado, sino de la actitud o calidad de trato que tenemos con todo, incluidos nosotros mismos. Por eso no es extraño que un hombre religioso consagre lo profano, aún tratándose de una canción de amor humano.
  • 73. 73 4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor” 44444 El hombre religioso es el que consagra lo que vive, lo que hace, porque le da una significación, una calidad, un tipo de trato que hace que las cosas alcancen su verdad más pro- funda, como las ve Dios, como las trata Dios, como las pensó Dios. El hombre religioso intuye el valor que Dios le dio a todo y justamente, tratándolo bien y adecuadamente, le hace alcanzar su máxima verdad. Se profana la realidad cuando no se la mira y se la trata a la luz de la Encarnación. ¡Qué capacidad tremenda tiene el hombre! Puede consagrar y puede profanar. Hay miradas que dignifican a un hombre; uno puede mirar a un mendigo y dignificarlo y uno puede mirar a un hombre y denigrarlo, según como lo mire. Una canción de amor humano que es justamente este poema El Pastorcico, era una canción de amor profano de pastores, un pastor que le cantaba enamorado a la pastorcita. San Juan de la Cruz lo escucha y lo convierte en lenguaje para expresar el amor de Jesús por la humanidad. No sólo san Juan de la Cruz; podríamos decirlo también del Cantar de los Cantares y de más de un Salmo. Un hombre religioso puede ver a Dios donde tal vez otros no lo ven. Cuando la mirada a la cruz ha sido profunda se descubre que la cruz es fundamentalmente una pena de amor; quien mire la cruz podría decir que comprende que haya un dolor más profundo que los clavos, que las espinas: hay un hombre herido de amor. La cruz tiene un dolor más hondo, ya que ella misma es un gran gesto de amor. La cruz es el último lenguaje que Jesús emplea para decirnos que nos ama. Lo que más le duele a Jesús es la falta de respuesta del hombre y el incomprensible silencio-ausencia del Padre. La falta de respuesta del hombre, al amarlo hasta el extremo; el silencio- ausencia del Padre, incomprensible, ya que es la hora del máximo testimonio y, sin embargo, es cuando Jesús más siente su ausencia. Él es el hombre respondiendo al amor de Dios, Jesús sentía dolor por la falta de respuesta del hombre y curiosamente Él era el hermano que Dios nos regaló capaz
  • 74. 74 Manuel F. Pascual Certezas en la oscuridad de responder por el hombre al amor de Dios. Él sentía la ausencia de los hombres, y estaba ocupando el lugar nuestro diciendo “sí” por nosotros. Y, al mismo tiempo, Dios, solidarizándose con la suerte del hombre -el hombre nunca lo siente tan lejos a Dios como en la muerte-, y Dios estaba en Jesús solidarizándose con él en la muerte para hacerle compañía. ¡Qué curioso! Asumió la soledad para acompañar, las dos puntas, la soledad de Dios, la soledad de los hombres. Vida y muerte son cuestión de amor; vivir y morir no es sólo y fundamentalmente algo biológico. La presencia o ausencia del amor dan y quitan vida. Cuando uno ya vivió unos años se da cuenta de que vivir no es simplemente que el corazón tenga sus latidos; se vive cuando hay amor, se muere cuando falta amor, aunque se esté vivo. Al que sabe del amor, el solo pensar en tener vida propia e independiente, lo desespera. Para qué me sirve la vida, perdurar, si no hay amor; sólo perdurar no es vida. Esto lo entendió hasta Drácula, al decirle a la amada “de qué me sirve la eternidad si no estás tú”. Al amor nada lo reemplaza; más aún, si algo pretende reemplazarlo terminará dando más sed, dando más ansias que satisfacción. “Un pastorcico, solo, está penando...” de pensar que está olvidado, no por estar llagado. El ha hecho una opción de amor y no se arrepiente ni se vuelve atrás. No le duele estar llagado, le duele estar olvidado; no llora el costo sino el olvido; al que ama bien nunca le parece que el costo es mucho, pero una cosa no puede soportar, el olvido. El costo no le preocupa, el olvido merece todos los precios. No llora el costo sino el olvido y no tanto por él sino por lo que se pierde el hombre: “desdichado de aquel que de su amor ha hecho ausencia y no goza con su presencia”. Dicho más claro, no es tanto que a Jesús le duela que los hombres no lo amen; le duele todavía algo mucho más profundo, qué solos se van a sentir si me olvidaron, porque vivir sin Mí, es muy duro. Dios sabe que el corazón del hombre fue hecho para Él y,
  • 75. 75 4ª meditación “Vida y muerte son cuestión de amor” 44444 por lo tanto, es infinito el padecimiento de la ausencia. A una madre le duele perder un hijo pero, a una madre, le duele sobre todo pensar: qué solo se sentirá el hijo sin ella -además del dolor que siente porque no está él-, qué le pasará a él sin ella, si tanto depende de ella. El amor ha hecho que, en Jesús, Dios se solidarice con esa dramática experiencia humana. El amor hizo que Dios se haga solidario del hombre, que experimente la ausencia de Dios. La soledad de Jesús en la Cruz, querer experimentar la ausencia del Padre, es un acto de amor con el que quiso asociarse al hombre que experimenta la ausencia del amor de Dios. Jesús es un mendigo de amor con pena de olvido; más de una vez nosotros mismos decimos: yo no mendigo el amor de nadie, yo tengo mi dignidad. Bueno, Dios mendiga el amor del hombre. Yo también me atrevo a decir, con humildad, yo mendigo amor, también yo necesito amor, y esto no me tiene que dar vergüenza, ¿quién no necesita ser amado? Dios mendiga el amor del hombre. Dios es un mendigo de amor con pena de olvido. El hombre es un herido con pena de ausencia. ¡Qué curioso misterio! Alguien pena el olvido del que está penando de ausencia y alguien padece la ausencia del que padece su olvido. Ejemplo más claro y cotidiano: uno llega a una comuni- dad religiosa y habla con una hermana: “me siento sola, las hermanas no me quieren, no les intereso”; otra, le dice lo mismo. Podemos estar cerca y no saber que el que está a mi lado sufre lo mismo por mí. ¡Qué difícil es comunicarse, qué heridos estamos que, a veces, estamos tan cerca y tan ciegos! Podríamos estar más acompañados, la calidad de nuestra vida podría ser mejor si fuéramos más simples. “Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,