La autora describe como su vida cambió cuando empezó a conocer verdaderamente a Dios. Vivía culpando a otros por sus problemas y con miedo e inseguridad. Finalmente se rindió a Dios, reconociendo que sólo Él podía transformarla y darle verdadera paz y felicidad. Ahora disfruta cada día bajo la gracia de Dios, permitiéndole cambiarla y vivir en unidad con Él.
1.
Quiero contarte como mi Padre Eterno ha
alumbrado mi vida a partir del momento en que
empecé a conocerle verdaderamente.
Claudia Peralta Diaz
Tabasco, México
3 de Julio, 2014
Esto puedo compararlo con la
parábola del “hijo pródigo” y no tan
sólo con el hijo que malgastó su
herencia, sino con el hijo que estando
en casa no conocía al padre que
tenía.
2. … estaba viviendo una vida donde era tanto
víctima como victimaria. ¿Por qué te digo
ésto?
En muchas ocasiones me encontraba en
circunstancias en las que buscaba culpables
a cualquier situación adversa a mi vida.
Porque en mi corazón habían aún heridas marcadas desde mi
infancia, que yo creía que ya no estaban presentes, aunque mis
actitudes demostraban lo contrario.
Al no conocer a Amor - Ágape - …
3. … con muchos temores y sintiéndome
indefensa ante la gente, lo que me
orillaba a poner una barrera para que
nadie me lastimara. Esto generó en mi
un mal carácter que arrastré hasta mi
matrimonio.
La situación llegó al borde de la crisis,
aún a pesar de ser un matrimonio tan
joven.
Al mismo tiempo vivía en una tremenda
inseguridad hacia mi persona ….
4. … con sus brazos extendidos y por una u otra razón, (ó
argumentos en mi vida), yo no le permitía operar dentro de
mí, dejando que fuera Él quién me transformara.
Ahora puedo entender que Dios ha estado
siempre allí …
5. Prestaba atención a voces que en mi interior me decían: “Tú mereces ser
feliz”. Pero esa felicidad a la que se referían esos argumentos, es la
“felicidad humana”, cosas que no me llevaban a ningún lado bueno.
Hasta que llegó un momento en que
me rendí a los pies de mi Padre y
reconocí mediante su amor revelado
a mi vida, que yo era incapaz de
producir algo bueno por mí misma,
por que ÉL ES, la verdadera
felicidad, la verdadera Paz, ÉL es
Ágape.
¡Fueron tan evidentes y fuertes los episodios sucedidos
con tantos raspones por quererme
hacer la fuerte!
6. Dios ha restaurado muchas áreas en mí y también en mi matrimonio,
donde todos los días vivimos bajo su gracia y favor.
Ahora puedo decir que vivo cada día de mi vida gozando y
disfrutando la eternidad que vino a darme. Estoy permitiéndole
transformarme, al saberme UNO con ÉL.”
Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como
nosotros somos uno: 23 yo en ellos y tú en mí. Juan 17:22-23
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Pude comprender que Dios había permitido cada episodio
de mi vida por una razón y
esa razón es comprobarme su amor.