Las células animales y vegetales comparten estructuras como la membrana y los orgánulos, pero difieren en aspectos clave. Las células vegetales poseen una pared celular rígida de celulosa, cloroplastos que permiten la fotosíntesis y una gran vacuola central, lo que les permite funcionar de forma autótrofa. Por el contrario, las células animales carecen de pared celular y cloroplastos, tienen varias vacuolas pequeñas y dependen de alimentos orgánicos para sobrevivir.