Jennina Guzmán es una ceramista que utiliza colores vivos como el turquesa en sus esculturas, en contraste con las formas fuertes de sus piezas. Ella se apropia de los colores y les da vida usando técnicas como patinas de oxidación y mezclas de esmaltes, engobes y tintas para lograr matices. A pesar de que el control del color en cerámica no es sencillo, Jennina logra dominarlo desde la formulación química hasta la aplicación, obteniendo resultados admirables.