El cuerpo humano está compuesto principalmente de agua, con un 75% de agua al nacer y aproximadamente un 65% en la edad adulta. La mayor parte de esta agua se encuentra dentro de las células, mientras que el resto circula en la sangre y baña los tejidos. El cuerpo pierde agua a través de la orina, la transpiración y la respiración, por lo que es esencial beber agua regularmente para reemplazar las pérdidas.